La Alhambra está a punto de desaparecer. Desde hace años, miles de ladrillos de este monumento, patrimonio mundial de la UNESCO, están siendo robados por la industria de la construcción de Granada para hacer viviendas más baratas. Y ya está afectando a los propios cimientos. Y lo peor de todo es que el gobierno...
El gobierno de Andalucía lo sabe y ahora está preparando una ley para legalizar esta práctica. Increíble, ¿verdad? Bueno, pues solo hay que cambiar el nombre para que esto sea real. Cambia la Alhambra por Doñana.
España va camino de la desertificación. y uno de los humedales más importantes de Europa, un auténtico tesoro natural, patrimonio de la humanidad, está siendo drenado para plantar fresas con el apoyo del gobierno andaluz y en contra de la legislación europea, hiriéndolo de muerte. Y esto va más allá de que un grupo de agricultores quieran más agua para poder vivir y de que unos políticos sin escrúpulos se dejen querer para dañar votos. Es mucho más complejo. Los servicios que nos da Doñana son irreemplazables, insustituibles.
no se pueden comprar con dinero y son absolutamente cruciales para evitar la desertificación de toda la región y para garantizar la prosperidad y la vida de sus habitantes. Doñana, un paraíso repleto de vida, retiene el agua y ese agua, esa vegetación, esos suelos ricos y vivos atraen la lluvia. Sin humedad no hay futuro, ni para los agricultores que verán como cada vez hay menos lluvia y hace más calor. y se erosionan más los suelos y como los polinizadores que hacen posible que la flor de un cultivo se transforme en fruto van desapareciendo. Ni para toda la región.
Doñana es, además de un paraíso natural, patrimonio de toda la humanidad, una infraestructura irreemplazable para la prosperidad de toda la región. Los ladrillos de la mezquita de Córdoba o de la Alhambra se podrían coger y utilizar para ahorrar costes en la construcción de las viviendas de la ciudad. Y esto sería bueno para algunas personas a corto plazo, pero sería un crimen, sería una atrocidad.
Y doña... es exactamente lo mismo, incluso mucho más valioso. Es un tesoro de la naturaleza, un patrimonio común de toda la humanidad, cuyo valor va mucho más allá de las necesidades a corto plazo de un grupo de personas concretas. Además, si se seca Doñana, las gigantescas cantidades de carbono contenidas en ese ecosistema se convertirán en CO2, calentando aún más el planeta y acelerando la desertificación.
La proposición de ley ecocida tiene que retirarse inmediatamente y se tienen que cerrar los pozos ilegales. Y las necesidades de los agricultores de la fresa son comprensibles y se tiene que apoyar a esas familias para que puedan reconducir su actividad y vivir bien. Pero la línea trazada con la legislación vigente debe respetarse. No vamos a ser la generación que mató a Doñana ni la que miró hacia otro lado mientras unos irresponsables lo hacían. Comparte para que nos oigan.
Es ahora.