Se le acusa de ejercer la medicina sin licencia. Una acusación grave, jovencito. ¿Está consciente de que es ilícito ejercer la medicina sin licencia médica? Lo estoy. ¿Y sabe que operar una clínica sin la debida licencia...
puede poner a todos, a usted y al público, frente a un gran peligro? Un hogar es una clínica, señor. Si está admitiendo pacientes y da tratamiento, creo que el lugar es irrelevante. ¿Definiría la palabra tratamiento? Sí, tratamiento se define como el cuidado de un paciente que busca atención médica.
¿Ha estado tratando pacientes, señor Adams? Señor, vivo con gente que viene y va como le plaza y les ofrezco toda la ayuda que pueda. Señor Adams, ¿ha estado o no tratando pacientes en su rancho? Todo aquel que viene al rancho es un paciente, sí.
Y cada persona que viene al rancho también es doctor. ¿Perdón? Cada persona que viene al rancho es porque necesita de cierta ayuda física o mental. Son pacientes.
Pero también cada persona que viene al rancho está a cargo de cuidar de alguien más. Ya sea cocinándoles, limpiándolos o con la simple tarea de escuchar. Eso los convierte en doctores. Usa ese término ampliamente, caballeros, porque no es doctor alguien que ayuda a otra persona. Cuando el término doctor es usado con tanta reverencia como ¡Oh, por aquí, doctor Smith!
¡Oh, disculpe, doctor Schultz, qué increíbles plantillas! ¡Oh, perdone, doctor Patterson, pero su flatulencia no tiene olor! ¿En qué momento de la historia un doctor se convierte más en un amigo confiable y cariñoso que visita y trata a los enfermos?
Ahora me preguntan si he ejercido la medicina. Pues si eso significa abrirle las puertas al necesitado, a los que sufren. Cuidarlos, ponerles una toalla fría hasta que se les baje la fiebre, oírlos. Si eso es ejercer la medicina y es tratar a un paciente, soy culpable, señor. ¿Ha considerado las repercusiones de sus actos?
¿Qué tal si hubiera muerto alguien? ¿Qué hay de malo en la muerte, señor? ¿A qué le tenemos tanto miedo? ¿Por qué no tratar la muerte con cierta humanidad, dignidad y decencia?
Y Dios perdone... hasta con humor. La muerte no es un enemigo. Si peleamos contra el mal, peleamos contra el más terrible de todos, la indiferencia.
He estado en sus escuelas y he escuchado discursos de no involucrarse y distancia profesional. Involucrarse es inevitable, señor. Todo ser humano tiene un impacto sobre otro.
¿Por qué no queremos eso en la relación paciente-doctor? Escuché sus enseñanzas y están equivocadas. Un doctor tiene la misión no sólo de prevenir la muerte, sino también de mejorar la calidad de vida. Si tratan una enfermedad, ganan o pierden. Si tratan a una persona, les garantizo que siempre ganarán, sin importar las consecuencias.
Ahora aquí está lleno de estudiantes de medicina. No se dejen anestesiar, que no los aparten del milagro de la vida. Siempre vivan respetando el glorioso mecanismo del cuerpo humano. Que sea esa la meta de sus estudios y no las califíquen.
que no les dan idea de la clase de doctor que podrían ser. Señor Adams, diríjase al consejo. Y no esperen demasiado tiempo para recuperar su humanidad.
Usen sus habilidades de entrevistador. Hablen con extraños, con sus amigos, a números equivocados, con todos. Señor Adams. Cultiven amistad con esas increíbles personas que están paradas al fondo. Enfermeras que pueden enseñarles.
Tratan con personas día a día. Viven entre sangre y porquería. Tienen un gran conocimiento.
Igual que los profesores que respetan. Aquellos que no están muertos del corazón. Muestren su compasión.
Dejen que se vuelva contagioso. Señora Adams, le ordeno que se dirija al consejo. Señor, yo quiero ser doctor con todo mi corazón.
Quería ser doctor para ayudar a los otros y debido a eso perdí todo, pero también gané todo. Compartí la vida de los pacientes y los miembros del hospital. He reído.
y llorado con ellos. Esto es lo que quiero hacer de mi vida. Y con Dios como testigo.
No importa lo que decidan hoy, Señor, aún así me convertiré en el mejor doctor que nadie jamás haya conocido. Ustedes tienen el poder de evitar que yo me gradúe. Pueden evitar que consiga un título y una bata blanca. Pero no pueden controlar mi espíritu, caballeros. No pueden evitar que aprenda, no pueden evitar que estudie.
Así que escojan, pueden tenerme como un colega apasionado o tenerme como un intruso hablador, a un indomable. Sea como sea, siempre me verán como una espina. Pero les prometo una cosa.
Soy una espina que no se irá lejos. ¿Eso es todo? Espero que no, señor. Nos retiraremos un momento.