Buenos días, bienvenidos, bienvenidos a la Sala Mayor de Rectoría del Campus Monterrey. Bienvenidos a todos nuestros amigos que nos están siguiendo a través de live stream en varios campus del Tecnológico de Monterrey. Sabemos que nos están siguiendo. en vivo.
Es verdaderamente motivo de una celebración gozosa saber que tenemos hoy con nosotros a una de las intelectuales más influyentes, más importantes en la lengua. lengua castellana en Hispanoamérica, saber también que es una amiga cercana del Tecnológico de Monterrey, que no pudo acompañarnos hace unos meses por razones de salud, pero que hoy con toda la fuerza de su generosidad enorme ha cumplido el compromiso y más que eso, y hoy nos acompaña. Para la Cátedra Alfonso Reyes es sumamente importante apoyar, dar apertura a todas las iniciativas, particularmente las iniciativas de los y las estudiantes del Tecnológico de Monterrey, que tienden a la construcción de un México y de un mundo más abierto, más inclusivo, más diverso y más equitativo.
Esa era la razón por la que habíamos invitado a Amelia a estar en el Foro de Mujeres Líderes de México en octubre del año pasado y esa es la razón por la que hoy la invitamos. y hemos convocado a las estudiantes que lideran estos proyectos. de inclusión dentro de la institución. Amelia, como ustedes saben, es también consejera de la Cátedra Alfonso Reyes y eso nos permite contar con su enorme vitalidad intelectual y su brillantez para orientar los caminos y los trabajos que tenemos como institución.
Ustedes saben que Amelia Valcárcel es, entre otras cosas, miembro del jurado del premio Princesa Ahora, princesa de Asturias, es actualmente consejera. consejera de Estado y vicepresidenta del Real Patronato del Museo del Prado. Entre el 93 y el 95 fue consejera de Educación, Cultura, Deportes y Juventud del gobierno del Principado de Asturias. Es autora de más de una decena de libros, ha sido dos veces finalista del Premio Nacional de Ensayo con los libros Hegel y la Ética y del Miedo a la Igualdad.
Ha publicado también Sexo y Filosofía, La Política de las Mujeres, Ética contra Estética, del cual nos dio un seminario aquí en la Universidad. en esta cátedra, Los desafíos del feminismo ante el siglo XXI, Pensadoras del siglo XX, Ética para un mundo global, Hablemos de Dios, en colaboración con otra gran filósofa Victoria Camps, La memoria y el perdón y recientemente su libro de ensayos que salió apenas hace unos días, Ensayos sobre el bien y el mal. En el 2015 fue incluida en la lista de los 50 intelectuales iberoamericanos más influyentes y en el 2016 recibió la Gran Cruz de la Orden Civil de Alfonso X el Sabio, otorgada por el Consejo de Ministros de España.
Es para nosotros un honor y un motivo de profundo placer tener nuevamente a nuestra querida amiga Amelia Valcárcel. Ahora, así, ¿me oyen? Milagroso.
Veamos, agradecería muchísimo a la madre naturaleza que me hubiera dado 20 centímetros más de estatura. No lo hizo. Y el caso es que me veo aquí...
Como un poco hundida. ¿Ustedes me ven? Bueno, vale. No, pero digo, si alguien tiene un cojín... No, ¿verdad?
Bueno, digo, para... O un diccionario de la Real Academia Española de la Lengua. Bueno, pues nada, entonces habrá que hacer esto así.
Verán, primero yo me siento muy agradecida de poder estar aquí con ustedes. No es para nada la primera vez que imparto una conferencia en esta sala. Todas ellas... Son para mí de un gratísimo recuerdo y, por lo tanto, se suman en una cosa que, precisamente por ser tan grata, me da un poco de responsabilidad y me siento un poco con responsabilidad adquirida ante usted. ustedes que han venido en este número tan grande y con una acogida tan cariñosa.
Yo espero poder merecerme este interés a lo largo de una exposición que, sin embargo, va a empezar… Vean, hemos colocado una pintura detrás que quiero preguntarles si la aprecian ustedes bien. ¿Se ve bien? Algunas personas probablemente conozcan esta pintura.
Y esto es la fuente de la… vida de Lucas Cranach. Los Cranach, digamos, eran una pequeña familia saga de pintores que se comprometieron muchísimo con la reforma protestante. De tal manera que, que a los Cranach pertenecen una serie de pinturas que nos relatan la visión del mundo que está detrás, a veces de la Reforma Luterana, y también a muchos de sus protagonistas.
Los retratos que tenemos de muchos de los reformadores son de algunos de los Cranach. Pero esta es una pintura peculiar donde se representa uno de los anhelos más fuertemente sentidos por la humanidad, que es retornar a la juventud cuando ésta ya se ha ido. Y cualquiera que tenga una cierta edad sabe que este es un anhelo que existe. Incluso tendría cierta gracia pensar hasta qué punto la propia llegada de... de los europeos a América, tuvo que ver con ese anhelo, porque recuerden que a los seres humanos nos guían a veces mitos, pero mitos muy fuertes en los que decidimos creer.
Y entonces funcionan como realidad. realidades. Y uno de estos era que puede ser que en las nuevas tierras descubiertas se encontrara por fin la fuente de la eterna juventud. Es decir, que esto estuviera en alguna parte y que buscándolo bastante, diéramos con ella.
Vamos a ver lo que pinta Cranach aquí, pero si ustedes lo ven así, lo verán, pero tenemos una versión que es un poco mejor para que se hagan cargo. Y vamos a empezar por ahí. Si me haces el favor, ponemos la versión.
para entender un poco más qué es lo que se pinta en este cuadro. Pues ya lo hemos visto. Yo creo que elegí presentarles esta recreación porque si solo vemos la pintura, vemos lo que se produce, pero esta recreación ha logrado que tengamos un entendimiento sentimental más fuerte de lo que el cuadro nos quiere mostrar. Nos quiere mostrar ese anhelo de pervivir.
para siempre de recuperar lo pasado y de que hubiera un modo mágico por el cual, en efecto, nos pudiéramos reconstruir completamente una vez pasados los años. Es muy notable, pero algunas de las personas que se ocupan del futuro que estamos preparando nos dicen que este anhelo tan sentido por la humanidad puede transformarse en un cierto tipo de realidad en menos de 100 años. Pero eso es un tema que compromete severamente a nuestras ideas sobre el mundo y también a las ideas sobre la ética compartida que tenemos.
Simplemente para apoyarse en la pintura... Mi amiga María Elena Chapa, que está aquí con nosotras, cuando le envié esto per modum experimenti en un WhatsApp, inmediatamente dijo, no, sí está muy bien, pero ¿por qué todos son puras mujeres? ¿Se han fijado en quién ocupa la fuente de la eterna juventud?
¿Se han fijado en quiénes van? Hay una ley, quizá inexplicita, a la que provisionalmente podemos llamar ley del agrado, que fuerza de una manera especial a las mujeres a anhelar este tipo de milagros. ¿Por qué Cranach no presentó una cosa más compartida? Es decir, ¿por qué no aparecen varones y mujeres, todos los cuales se sumergieran en la fuente de la eterna juventud y salieran perfectamente renacidos?
renovados, porque esa sobreabundancia de personajes femeninos, aparte de porque todo el mundo sabe que es más agradable para los ojos el espectáculo, por ejemplo, de la juventud de las mujeres que se está dando en el medio de esa especie de fuente. El granaje lo puede haber hecho como simplemente delicia para los ojos, porque luego arriba, si se fijan, hay un convite, donde ya la situación es mucho más mezclada. Hay varones y mujeres. Pero incluso en ese convite hay cosas bastante curiosas. Lo que pasa es que yo no sé si lo podremos agrandar hasta el punto de verlo.
Vamos a hablar de cómo habitamos, si estamos habitando o no el mundo desde una perspectiva. feminista o si el feminismo nos está ayudando en este momento a habitar el mundo o si el feminismo es una de las maneras en que el mundo se está presentando a sí mismo como futuro si es un humbel Y esto nos obliga a ver las diferencias de sueños que existen entre una humanidad y otra y a preguntarnos a qué tipo de humanidad pertenecemos. Está claro en esta pintura, ahora que estamos viendo la mesa del fondo, ¿no les sorprende que todas las mujeres estén sentadas juntas y los varones no estén?
¿Conocen ustedes el caso? Imagino que sí. ¿Desde cuándo varones y mujeres nos unimos en las cosas?
¿Hacemos las cosas a la vez? ¿Desde cuándo existe lo que podríamos llamar, en un sentido lato, las formas de cortesía? ¿Y qué tiene que ver lo que entendemos por cortesía con mezclar a los sexos?
Hay dos cosas que quiero desarrollar. En un principio es la noción de un belt, pero que esta es fácil porque nos va a servir después. Y después la aparición de nuestras formas de cortesía.
Un belt es fácil. El asunto es, los seres humanos habitamos el mundo de una manera peculiar. A ese mundo que habitamos no le podemos llamar en su sentido propio mundo. El mundo probablemente es una cosa distinta y mayor que lo que somos capaces de percibir. Pero habitamos un mundo que está en gran parte...
Está producido por nosotros mismos, está producido por nuestras normas, está producido por nuestros mitos, está producido por nuestros deseos. Y a todo ese mundo que es una creación, pero una creación que a la vez hemos realizado y que nos crea, es a lo que llamamos un Welt. Es un mundo nuestro y tenemos que tener cuidado en no confundir el mundo propio con el mundo dicho en general. Esto es el mundo humano. No se corresponde con la idea del mundo o la vivencia del mundo o el modo de habitar el mundo que pueda tener cualquier otra especie que no seamos nosotros.
Estas todas en este momento se ven presionadas por el mundo que hemos fabricado porque la novedad de los seres humanos en el planeta Tierra es que lo están haciendo de tal manera a su imagen y semejanza que el mundo tal como podría ser el mundo de hoy, podría ser sin que nosotros lo habitáramos, es casi difícil de imaginar. Todo el planeta Tierra está hominizado de tal manera que la fase actual ya no la estamos llamando holoceno, como la solíamos llamarla. Estamos llamando antropoceno, estamos habitando un mundo propio.
¿Hasta qué punto el feminismo forma parte de ese modo de habitar el mundo propio? Quiero hacer entonces un excursus necesariamente por la memoria, por la memoria colectiva y por un asunto que ayer hablábamos, Gabriel, si recuerdas, que es la capacidad que tiene la historia, por qué la historia es importante. Hay dos maneras de entender que la historia es importante. Una, la historia es importante porque nos cuenta nuestro pasado y como somos seres curiosos nos gusta acordarnos de cosas y por eso realizamos estudios históricos.
Y otra es otra manera muy notable que aparece, por ejemplo, en uno de los intelectuales que en este momento está teniendo más éxito desde una visión antropológica, Harari, que… En uno de sus libros, el último publicado, dice, bueno, en realidad el mayor servicio que nos hace la historia es este. Todas las generaciones humanas han vivido con un brazo muerto que sale de la tierra y las agarra por la garganta. Es que horrible imagen. Un brazo muerto sale de la tierra y te agarra por la garganta.
Lo cual quiere decir que te obliga a vivir la vida que esa generación... ha vivido, el peso de lo que ha sido hecho y pensado por la generación anterior es tu dogal y vas a vivir en un esquema de repetición y ahí te vas a mantener. ¿De qué nos vale la historia? Y dice, justamente la historia es lo que nos quita el dogal.
La historia nos permite pensar que una cosa puede ser hecha de otra manera que como se ha hecho antes. Aquí tenemos una representación del antes muy clara respecto de qué sea o es el sexo femenino. Si se dan cuenta, el sexo femenino ocupa el lugar de la perturbación y del agrado, los dos. Es sin duda alguna una cosa que está muy bien, pero solo está muy bien desde los 15 hasta los 22. A partir de ese pequeño segmento, la razón buena por la cual debería seguir habitando la tierra empieza a escapársenos, porque ya ha cumplido su función. Esto lo explica, bueno, lo explica, lo suelta de la manera más brutal Schopenhauer cuando dice, bueno, es que las mujeres según aparecen se agostan.
Se tienen un floruit que se da muy pronto e inmediatamente tienen que perder las alas y agostarse. Por el contrario, los varones florecen más tarde, pero lo suyo dura para siempre porque es una cosa totalmente diferente y de mayor magnitud. El floruit está aquí y aquí las mujeres obviamente representan para alguien que como Cranach probablemente es un moralista y que ha hecho esto en un sentido muy parecido a como lo haría el Bosco, no para apoyarlo sino para criticarlo un poco, representan el agrado, la fruición, el goce, el banqueteo, la danza, el sexo, pero las mujeres representan eso para las mujeres.
Hay una extraña cosa en la consideración de la belleza femenina que las mujeres tenemos que reflexionar porque a veces yo creo que todavía no lo hemos hecho de un modo suficiente. La idea de belleza está tan vinculada en la especie humana a la belleza femenina que ambos, varones y mujeres, consideramos más apreciable y más digna de tener la capacidad de despertar agrado a la belleza femenina. Gracias.
No es cierta la simétrica, es decir, no es cierto que los varones, digamos, sean... Se sientan placer ante la belleza femenina y las mujeres sintieran placer ante la belleza masculina. Los dos sexos disfrutan con la visión de la belleza femenina, porque es la que es considerada la belleza, dicha de un modo general. Esto nos introduce en una pequeña estructura paradojal.
¿Nos debemos de separar de este tipo de imágenes o no? Cuando las mujeres están sobrerepresentadas en cualquiera de los territorios en los cuales la feraz imaginación humana la sitúa de un modo completo, tienen que quedarse ahí. o tienen que intentar ver un camino lateral por el que pudieran salir. Este cuadro, está pintada esta pintura para que si produce fruición se la produzca primariamente a los varones o a las mujeres.
Porque obviamente está pintado, una pintura se hace para que produzca un tipo de fruición. ¿Calculan ustedes las que son mujeres que el tipo de fruición que tienen al verlo es similar a la varonil o no? ¿O calculan que la mente varonil, después de todo, es tan lejana en estos asuntos que no se pueden poner en su cabeza?
Podría. Todas las posibilidades están ahí. ¿Cómo nos enfrentamos las mujeres a todos los contenidos de cultura?
A donde quiero llevarles está esto. Somos herederas de una enorme cantidad de contenidos de cultura que no están hechos para nosotras. Y aún así los entendemos perfectamente. Pero eso nos produce una tensión frente al mundo constante. Siempre que la idea de igualdad atraviese nuestras cabezas, si eso no ocurre y nuestra existencia por el contrario es inmediata y para nosotras el patriarcado es un unbelt que simplemente aceptamos como se acepta en la naturaleza, entonces no se produciría esta tensión.
Las veo con cara de decir, bueno, veo cómo empieza el camino, pero no veo por dónde sigue. Fíjense de mí, pero poco. Es decir, hay caminos que son tan difíciles que ya quisiera yo saber cómo siguen.
Yo solo veo que sí. Existe esta tensión de distancia respecto de todos los contenidos de cultura, lo cual no es poca cosa. Si decimos que el mundo, por ejemplo, el mundo humano, está marcado de una forma enorme por la mirada...
varonil y que sin embargo nosotras queremos habitar el mundo y habitamos de hecho ese mundo, deberíamos en él estipular algún tipo de ajuste más allá de los ajustes políticos o no. Le llamo a ajustes políticos no precisamente a ninguna minucia, le llamo a ajustes políticos a toda la agenda feminista que venimos consiguiendo. Recuerden, y esto nos obliga a hacer historia y a hacer memoria, y la memoria es lo más importante por aquello del brazo muerto que sujeta como un dogal.
Harari lo manifestará mediante un ejemplo que es muy importante. mucho más agradables y para hacer que nos olvidemos de ese horrible brazo saliendo a sujetarnos, dice que para entender algunas cosas es necesario acudir a la historia. Y él lo va a ejemplificar con una cosa muy gentil, casi como este cuadro. ¿Por qué nos gusta el césped verde?
Como dice la historia, nos puede ayudar a entender por qué nos gusta el césped. Y tú ves y dices, bueno, esto parece una cosa difícil. Dices, sí, esto del césped aparece en el Reino de Francia.
como un motivo de consumo conspicuo, los grandes señores pueden permitirse que alrededor de su casa haya una tierra que no produce nada y solo simplemente es bella y sirve para informar a los demás de su poder. Nosotros ya no somos los grandes señores de Francia ni somos el rey Francisco, pero todo el que tiene un césped lo cuida. ¿De qué manera? Es decir, ha pasado de la alta aristocracia cortesana a la clase media. teniendo sin embargo por el césped el mismo cariño.
De tal manera que ahora incluso él llega a decir podemos calcular cómo le va a alguien por cómo tiene el césped delante de su casa. Si aquello tiene cierto descuido es que allí estamos haciendo como un espejo de quiénes somos en una cosa que está fuera y que se ve. Muy bien. Este cuadro, el césped, ¿de qué nos sirve la historia?
A medida que en efecto el feminismo, pónganse, el feminismo es esta tradición política de la modernidad, que asegura que ningún ser humano puede sufrir merma de ningún derecho, ni merma de ninguna especie. por el hecho de haber nacido varón o mujer. Que esta circunstancia tiene que ser indiferente a la hora de tener tanto bienes como derechos como, por supuesto, mermas. Eso tiene que dejar de contar.
El feminismo tiene 300 años a su espalda. Y a lo largo de estos 300 años ha tenido al menos tres grandes sucesiones que ustedes conocen, o las doy por conocidas quizá, pero si no las conocen tanto, hacemos un boceto rápido de cada una, a partir de las cuales ha establecido gran parte del mundo que habitamos. La primera y principal, el feminismo barroco e ilustrado.
La idea de que justamente nos podemos separar, que es la idea de la modernidad, nos podemos separar del pasado haciendo algo totalmente diferente. Es que el pasado no tiene que ser el pasado. seguir presionando en lo que hacemos y que el concepto de tradición es demasiado poderoso y hay que adelgazarlo. Y que quien lo puede adelgazar es que, a la luz de la recta razón, examinemos.
todas las cosas, incluso la diferencia de sexos. Y si nos parece o no sensato y racional que produzca las divergencias que produce entre lo que se les da a uno y lo que tienen otras. A partir de ahí el feminismo se establece como una teoría de la equidad y la justicia. ¿Qué funciona para conocer bien una situación simplemente por inversión?
Si queremos saber si una situación que se produce con varones o mujeres es justa o no, tenemos un buen método. Invirtamos imaginativamente la situación. Si el resultado nos parece injusto, es que es injusta. Entonces, por inversión se fabrican la mayor parte de los objetivos que luego van a constituir una agenda.
O sea, ¿qué habría que cambiar para que esta situación que vivimos fuera más justa? mejor. Eso inaugura una agenda que al principio es una agenda brevísima, la agenda ilustrada.
Imaginen que todo lo que se dice es que las mujeres deberían tener derecho a una cierta educación formal. Nada más. O las mujeres deberían tener derecho a casarse por inclinación. Esto entiéndase que es dicho para las mujeres de clases altas. Aunque las mujeres de clases bajas, entonces las clases medias apenas existen.
tampoco es que tenga mucha libertad matrimonial ni libertad en elección de Estado. Recuerden, por ejemplo, si una gran señora decide tomar los hábitos, o lo deciden por ella, porque no conviene al sistema de la herencia que ella se case, para no dividir el patrimonio, se lleva consigo a todas sus criadas al convento, a las cuales no les pregunta si quieren vivir para siempre una vida de virginidad. Es decir, ser mujer de clases bajas a veces te hace un poco más libre de lo que son las mujeres de las clases altas, pero en absoluto estás muy expuesta a una larga serie de azares de fortuna en los cuales tú no vas a poner, disponer de ti. Y esto nos...
Y esto nos lleva al uso de las dos grandes ideas de la modernidad que hace el feminismo, la idea de libertad y la idea de igualdad. Estamos acostumbrados y acostumbrados a vincular mucho más al feminismo con la idea de igualdad. ¿Por qué? Porque sencillamente el feminismo en su primera comparecencia busca el referente, la igualdad es relacional. Yo creo que esto sí que me seguirá con cierta facilidad.
La igualdad se da entre dos cosas, luego es una relación. La igualdad predicada de una cosa respecto de sí misma es casi un asunto como lo que hacemos a veces en matemáticas. Pero la igualdad es entre A y B. Como el primer referente de poder es el varonil, el feminismo se ha presentado desde siempre, desde que aparece y amanece en el mundo, como aquella teoría que explica que esa desigualdad que existe no debe existir y es injusta.
Solo mucho más tarde se ha preguntado cómo y por qué se produjo la desigualdad. Pero el feminismo, pese a estar enormemente fundado en la idea de igualdad, lo que reclama son libertades. El feminismo no reclama la igualdad con los varones, ya sé que esto queda difícil de decir, pero es así porque los varones, si se reclamara la igualdad con ellos de un modo completo, estarían sirviendo de modelo humano y verdaderamente para el feminismo que ha alcanzado una cierta autoconciencia, el varón no es ningún modelo humano a seguir.
Es decir, hay un momento en que se da, cuando se produce la autoconciencia, se da el quiebro. Si lo voy a tomarlo por otro lado y perdonen porque a veces me voy a trabar un poco porque ya saben que en la península tomar lo decimos de otra manera, agarrar lo decimos de otra manera y todas estas cosas las decimos de otra manera que aquí son muy malsonantes y a veces yo pues las digo todas las malsonantes seguidas porque es como hablamos allí y cuando intento pensar no tengo que decir esto me sale más. Vamos a tomar esto, como les decía, de otro modo. Piensen, las actitudes masculinas corrientes han sido supervivenciales en el pasado remoto.
Por eso existen y por eso están premiadas. Que un varón sea exaltado. Que prometa más de lo que puede hacer, que se dé ínfulas, que se pase todo el día lardeando de su propia importancia, que asegure que la violencia después de todo no es una cosa que esté del todo mal.
Que la practique de un modo conveniente cuando tiene ocasión y a veces cuando no la tiene. Y todas estas cosas que son privilegios varoniles han sido en el pasado conductas supervivenciales exitosas. porque han sido exitosas, se han reproducido, por eso siguen existiendo, porque servían para algo.
Pero ¿para qué sirven estas actitudes en una sociedad que tiene que ser garante de la paz, libre de violencia, pacífica y meritocrática? Cuando decimos las mujeres y los varones son iguales, nos referimos a que tienen que tener la misma consideración y derechos públicos y políticos, pero en modo alguno a que quepa establecer entre ellos una igualdad de salida que no hay. porque no la hay, ni a que ellos se puedan de ninguna manera constituir en ejemplo de lo que un ser humano quiere siempre llegar a ser.
Porque a día de hoy la mayoría de todas esas actitudes no solo han dejado de tener interés supervivencial, es que son directamente disfuncionales. Y esto es un problema que el feminismo ha de reflexionar. Es decir, el feminismo, si quiere habitar el mundo, se tiene que preguntarlo primero por quién ha definido el umbelte. Y este umbelte humano está demasiado marcado por el patriarcado. ¿De qué nos sirve el patriarcado a día de hoy?
Promueve cosas muy interesantes, concursos de belleza, carreras ciclistas de amplio esfuerzo... ¿Qué más hacen? Digo, ¿qué más hacen que esté claro que es...? Podemos preguntarnos varias cosas. El problema es que el patriarcado pudo vivir una vida relativamente libre y feliz y seguir con estas cosas suyas que podemos llamar idiolectales, mientras las mujeres eran un sexo.
dominado, que no podía comparecer públicamente con voz en ninguna parte, no sólo porque su voz no fuera a ser oída, sino porque no podían juzgar lo que ocurría. Eran parte de lo juzgado. Ustedes conocen todavía y se da el caso de que algunas mujeres, quizá más de las que sería conveniente, se juzgan según la mirada masculina tópica. Es decir, no se ven a sí mismas, bueno, verse a sí mismos es una imposibilidad práctica, ¿vale?
Siempre nos vemos a través de un algo, que es la mediación que nos permite esa visión. Pero cuando una mujer se ajusta a través de la mirada masculina, lo vemos muy claramente, cómo eso ocurre. Lo difícil es abrir la puerta a que la mayor parte de las mujeres encuentren una mirada, ya no diré femenina, sino una mirada propia para verse. Una mirada que les permita estar en paz con un mundo que no ha abolido la antigua situación, que nos hace aprendernos la nueva y que no nos da el margen de maniobra de variarla en ciertos aspectos.
Sí que hemos variado esta situación en una agenda enorme. La más grande agenda del feminismo la consiguió la segunda gran ola del feminismo, el movimiento sufragista, que vamos a situar entre 1848 y 1948. Esto ha sido el gran salto, pero esta vez de verdad. piensen que durante esos 100 años se consiguieron los derechos educativos, la mayor parte de la igualación o por lo menos, bueno, pues sí, de la consecución de los derechos civiles mínimos. Y los derechos políticos son todo un cúmulo de derechos que permiten que las mujeres en las democracias habitemos la ciudadanía como un traje que nos podemos poner.
El asunto es, todo esto llevó las fuerzas de varias generaciones de mujeres a las que tenemos que honrar con nuestra memoria y no solo tenemos que hacer que toda la sociedad las honre, memoria de las mujeres. Es decir, si el feminismo ha introducido algún novum, alguna novedad que sea apreciable en el mundo, esa novedad tendrá que ser apreciada por todo el mundo. Puede ser que las mujeres sean las primeras que tienen la obligación de trabajar esa memoria y llevarla adelante, pero esa memoria tiene que pertenecer a la humanidad en su conjunto.
Y de la misma manera... nos tenemos que hacer cargo de todas aquellas recreaciones que viniendo de un mundo que no suponía la existencia de nuestra libertad tienen que ser sin embargo apropiadas por nosotras para considerarlas nuestras de un modo distinto que simplemente impuestas, que simplemente encontradas en el camino. ¿Qué podemos hacer con tantas creaciones, sobre todo las inmensas creaciones del mundo de la cultura?
que no nos suponían como capaces de verlas, de entenderlas, de poseerlas o de juzgarlas. Cogemos, ya lo hice, tomamos la vía fácil y decimos vamos a fabricar su antifrasis por inversión. ¿Es esta una buena manera de apropiarse de esto?
Me explico, Sara Bernal. Voy a poner a Hamlet en escena, yo seré Hamlet. Y hace un Hamlet magnífico.
¿Por qué van a estar los grandes personajes masculinos solo en manos de los actores? Sarah Bernard dice, bueno, es que las actrices tienen todos unos papeles que no me interesan nada. Yo voy a poner los que tienen interés son los personajes masculinos. Esa es una manera de apropiarse de todo lo que vamos encontrando en el mundo.
Dicen, lo habitaré por dentro, pero cuando Sara Bernal es Hamlet, ¿es Hamlet quien está en escena o no lo es? ¿O todavía nos va a llevar mucho tiempo habitar el mundo? ¿Cuánto tiempo vamos a tardar en tener los mismos derechos?
Es una cuestión que en parte es cuantitativa. Miren, en tanto que estamos decididas a que eso sea así, vamos a tardar más o menos, pero lo vamos a lograr. Esto es así. Es cuantitativa porque lo vamos a lograr sobre todo más y mejor las mujeres en Occidente, que es cuando por el trabajo enorme de tres siglos de feminismo estamos mucho mejor preparadas y colocadas para ir adquiriendo lo siguiente. Y es mucho más difícil si te encuentras delante de tipos religiosos o tipos culturales, digamos, cuya admisión de las libertades de las mujeres sea muy escasa o incluso haya levantado una resistencia muy grande.
Lo cual convierte a este asunto en un asunto cuantitativo. Antes o después pasará, pero habida cuenta de que la comunidad humana es muy grande, pues si hemos de esperar a que la última también lo haya logrado, esto retrasará sin duda alguna la obtención, pero no la va a impedir. Y ahora es cuando quiero que veamos un vídeo para que nos aseguremos de que no la va a impedir. Lo tenemos por ahí, ¿verdad? Lo ponemos.
Bien, esta es una copia de... ...Hanestán. Y una mujer quiere estudiar y va con su criatura dándole el pecho y consigue que su marido la apoye, que el vicepresidente la reciba.
¿Cuánto le queda de machismo extremo a Afganistán después de esto? Por mal que se esté donde se esté, por mal que las mujeres estén, a veces hay pinceladas que nos hacen ver que es que el camino está emprendido por todas. Esto simplemente hace 30 años es impensable. ¿Por qué una mujer va a estudiar nada?
¿Para qué? Fíjense en la actitud de esta mujer, la actitud de humildad femenina que manifiesta corporalmente todo el rato, no mirando directamente, manteniéndose en esa posición que llamamos cerrada, y que identificamos con la modestia femenina. Nada de ocupar mucho sitio, nada de mirar, nada de mirar con cara de juzgar, hacia adentro, ojos bajos, recato, decoro, el decoro femenino.
Aún así, ese decoro lo está presentando exteriormente, porque su alma se ha revelado contra el asunto. Y de hecho lo está poniendo por obra. Es más, podemos incluso pensar, ¿no estará exagerando el decoro para que bajo él pueda pasar esta otra voluntad suya, que es una determinación muy fuerte, de alterar la norma bajo la que estaba? Y probablemente es así. Con ello les llevo a donde pretendía.
Hemos heredado un mundo y ahora la libertad de las mujeres es una cuestión cuantitativa. Tardaremos más o menos, pero lo vamos a conseguir porque las mujeres... están en movimiento en todas partes.
No solo están en un lugar del planeta, están en todas partes. En todas partes ninguna o casi ninguna está haciendo lo que hizo su madre, ni menos todavía lo que hizo su abuela. Entonces, ¿qué es lo que está cambiando la faz social? El feminismo. El feminismo ha sido uno de los más fuertes agentes de cambio de la faz social en los últimos 100 años.
Pero, ¿esta faz social sufre un cambio que solo es estético o hay algo más que está implicado en este cambio y una agenda que todavía no hemos presentado? Veamos. Tenemos una memoria creciente de lo que el feminismo ha conseguido y esto nos viene bien, porque es la manera, lógicamente, de asegurar la capacidad de hacer lo siguiente. Tenemos una vanguardia que cada vez es más amplia. Me refiero con ello a cosas como que, si nosotras vemos qué sucedía con el feminismo ilustrado, solo afectaba a parte de las vanguardias del pensamiento, que eran muy pequeñas en todo caso, en el crítico social.
La vanguardia sufragista ya fue más amplia. Pero la vanguardia a día de hoy prácticamente implica... Todas las mujeres capaces de tener una autoconciencia de sexo y a una fuerte cantidad de varones que están a favor de que esto ocurra. Entonces tenemos una amplia vanguardia que asegura del cumplimiento de objetivos bastante. Tenemos incluso, bueno por supuesto hay opciones reactivas, pero tenemos incluso acciones no deseadas como daños colaterales que se producen.
El gran cambio en posiciones de las mujeres no puede ocurrir sin que otros fundamentos sociales se resientan. Y a veces tenemos que aprender por qué a veces se producen determinadas consecuencias donde no esperábamos que se produjeran. Es decir, el feminismo produce una fuerte cantidad de efectos mariposa en otras realidades con las que nos está contando.
Tenido todo esto, ¿cómo nos tenemos a nosotras? Yo sé que es... ¿Cuál es la agenda que todavía no hemos desplegado?
Y que si realmente tenemos que habitar el mundo desde el feminismo, es decir, desde nuestras nuevas posiciones, es la que tenemos que empezar a vislumbrar, que ya no es la agenda de los derechos educativos, porque la tenemos, no es la agenda de los derechos políticos, porque los estamos cumpliendo, no es la agenda de los derechos civiles, porque los estamos llevando a equidad, no es ni siquiera la agenda de la violencia, porque tenemos ya con nosotras a todo el cuerpo social, pensando como nosotras que la violencia contra las mujeres es indigna, ni siquiera es ya decir, y hay que empezar por ahí, que las cualidades viriles, corrientes, son socialmente disfuncionales, pero es un momento de entrada en el que hay que pararse ya. Y tampoco es la agenda de la paridad, porque la damos por incumplida pero legítima. Les explico, la agenda de la paridad le llamamos a toda la agenda del feminismo que surge a partir de los primeros conteos que se producen en los años 80. Piensen, en todas las ciencias humanas, aquí hay personas que estudian ciencias humanas y otras que estudian ciencias naturales y otras que estudian ciencias formales. Lo que para las ciencias naturales es la observación y para las ciencias formales es, naturalmente, el llevar adelante. con la metodología de un modo claro, para las ciencias humanas es siempre la estadística, es la capacidad que tenemos para predecir una situación o para juzgarla, es la capacidad de hacerla estadísticamente significativa y es como luego avanzamos.
Pues bien, estadísticamente en los años 80, en el momento en que las mujeres entran en un número superior al 30% en las altas instituciones educativas... Es cuando diez años después puedes hacer los conteos de ver qué les ha resultado de ahí, qué han obtenido. Y ver que no están obteniendo lo que parecerían merecer por los insumos meritocráticos que han realizado. Y esto te hace aparecer la primera estadística solvente del gap, el abismo existente entre las oportunidades para varones y mujeres. Y a partir de ahí promocionar políticas públicas de toda índole que hagan que este...
Esta separación se vaya encogiendo. ¿Cuáles son los seis ámbitos de paridad en las que sabemos que las mujeres están muy deficitariamente representadas, pese a tener las características y los méritos para estarlo? Son fáciles de enumerar y hay que aprendérselos prácticamente de carrerilla.
En la política formal todavía la presencia de mujeres es corta. Pero la política formal, con todo, es uno de los ámbitos donde, precisamente porque es pública, la intervención es más fácil de hacer, porque se puede juzgar desde lo público, lo que falte ahí. Pero piensen en el gran conglomerado económico empresarial. Vean simplemente las fotografías de quien manda en todas las grandes empresas mundiales, o en toda la gran banca. Y cuando vean a alguna mujer, recuerden decir aleluya, porque normalmente les van a parecer...
Unas fotografías bastante en traje gris completo. Tenemos el enorme conglomerado del saber-poder, estamos en uno de sus espacios. La universidad, los organismos de investigación, ahí las posiciones de las mujeres van avanzando, pero bien sabemos que en las más altas posiciones existe todavía un techo de cristal fortísimo, que pasarlo es difícil. La creatividad, esto nos lleva al...
tema fuerte con el que hemos empezado, el que tenemos que empezar a desbrozar. La creatividad es todo aquel tipo de actividad humana que se hace y que cuando logra la excelencia tendrá que ser recordada por todos los demás como algo que ha constituido a la humanidad y por lo tanto no puede ser olvidado. Es nuestro depositorio de la memoria de lo excelente y bien alcanzado.
Entiendan en esto, por ejemplo, todas las obras cumbre. en todas las bellas artes, en toda la literatura, en todo aquello que decimos. Si la humanidad tuviera que dejar su herencia en una cueva, ¿qué meteríamos allí de lo más excelente? En ese lugar de aprecio absoluto, las mujeres están en números ya no reducidos, irritantemente insignificantes, por ejemplo.
Pero piensen, ¿qué le diré yo? Los grandes medios de comunicación, los capaces de formar opinión, ¿cuántas directoras de grandes medios conocen? ¿Cuántas editorialistas de fama absolutamente consolidada que si llaman a alguien, ese alguien tiembla? ¿Qué va a pasar ahora?
No, es otro ámbito deficitario en presencia femenina. Por último, la religión. No sé si ustedes miran así cuando se reúnen los parlamentos de las religiones, digo por no referirnos sólo a la nuestra y parece que siempre la tenemos tomada con ella, no es que precisamente sobreabunde la presencia femenina tampoco. En esos seis ámbitos no existe paridad y la agenda del tiempo presente para el feminismo es la paridad en todos los ámbitos. ¿Por qué?
Porque tenemos todos los méritos para ello, no por discriminación positiva, para nada. No porque tenemos lo requerido para estar ahí y si no estamos es que esos ámbitos están, mediante maniobras sucesivas, evitando la imparcialidad. Eso está claro, es una agenda.
Esa agenda nos permitirá tomar nuevas posiciones, pero la frontera que yo les estoy poniendo ahora está un poco más allá, que es qué mundo surge cuando nosotras dejamos de ser quienes éramos. ¿Cómo es ese mundo? ¿Y cómo lo hacemos nuestro al mundo anterior? ¿Cómo hacemos el doble giro de apropiarnos de un mundo en el que nuestra libertad no estaba contemplada y sentirlo, sin embargo, nuestro a todo título y efecto?
Y dos, ¿cómo habitamos nosotras, cómo es el mundo que decidimos habitar como seres humanos dueñas de sí mismas? ¿Qué es lo que sale de ahí? No estoy haciendo, aunque lo parezca, una llamada a la utopía, sino una llamada a la reflexión.
Si no somos capaces de imaginar el futuro, no lo podremos poner por obra. Si dentro del futuro solo contemplamos como feministas aquello que todavía no hemos conseguido, hacemos bien, porque estamos plateándonos un horizonte, un horizonte de posibilidad, que además es posible, y lo iremos haciendo. no produciremos probablemente el cambio de mundo que se sigue de nuestra acción y de nuestra presencia en el mundo. Para ir terminando, porque veo yo que esto, si lo hablamos luego en coloquio y en detalle, habrá cosas que se puedan aclarar más. Yo no digo que las mujeres tengamos la obligación de mejorar el mundo.
No se pueden cargar nuestros frágiles hombros. Con semejante obligación. Si la obligación de mejorar el mundo existe, existe para toda la gente.
No sólo para el sexo femenino en particular, pero digo sí lo siguiente. De nuestra presencia en el mundo se siguen cambios en él. Y no los hemos calculado todavía. De tal manera que tenemos sólo el horizonte de allí donde somos deficitarias, pero no tenemos bocetado el horizonte del mundo...
que habitaremos como producto de nuestra estancia en él a título de dueñas, no de invitadas. Eso todavía no lo hemos hecho y a lo mejor hasta es demasiado pronto para hacerlo. Pero tenemos que irlo pensando, porque este mundo en el que habitamos ya es medianamente nuestro.
Es decir, que de cuando va mal... Tampoco nos podemos exonerar de la culpa. Estamos mucho más implicadas en nuestra ciudadanía de lo que podemos suponer.
Porque luego esto tendrá mucho que ver con lo que estemos dispuestas a aceptar emocionalmente. Muchas mujeres se hacen feministas por puro sentido de la justicia emocional. Con sentido de la justicia emocional me refiero a que un ser humano bien constituido es muy capaz de distinguir la injusticia y la distingue de un modo sensorial, no es una capacidad abstracta. Cuando uno ve algo injusto, con esto doy un poco la razón a los teóricos del moral sense, por los que tengo bastante aprecio, cuando uno ve algo que está mal hecho, no solo lo ve, Ese mirar se acompaña de una emoción de desagrado muy fuerte que te dice que aquello no puede existir, que no quieres que exista, porque justamente eres un ser humano bien constituido. Entonces, hay cosas que tus emociones te advierten de que no las quieres, que no están allí.
Muy bien. Muchas mujeres se hacen feministas, sobre todo, cuando descubren que el mundo... No está fabricado para ellas.
Se han educado como seres humanos completos. Tienen de sí la imagen de que son un ser humano completo. Y de repente la ruda realidad les baja las expectativas.
Y entonces surge un feminismo, digamos, muy bien emocionalmente fundado, pero un feminismo contra, ¿cómo que es? Rebeldía contra la situación y desagrado frente a la injusticia. Un feminismo muy bien armado luego para señalar objetivos y decir esto no, esto no y esto no. Y para poder convencer mediante argumentaciones al conjunto social que a lo que decimos no, no es ningún capricho, sino que decimos no por buenas razones. Pero eso es diferente del horizonte que queda más allá.
Es el mundo que se sigue de nuestra presencia como dueñas en el mundo. ¿Qué características tiene? ¿Cuáles ha de llegar a tener? ¿Y cómo nos cambia eso a nosotras mismas en nuestra propia estructura emocional?
Porque con la rebeldía solo no se habita el mundo. Incluso con las mejores ideas sobre cómo algo puede funcionar, siempre se nos va a escapar una cosa fundamental. Y con esto, un giro más y acabo. La humanidad es autoconsciente.
Esto de la autoconciencia quiere decirse que no solamente hacemos las cosas, mientras las hacemos las vemos y las podemos juzgar y eso nos pone en un tercer escalón donde ves el primero y el segundo, es decir, entras en una estructura, la autoconciencia te lleva a una estructura en la cual tú siempre tienes capacidad reflexiva sobre lo que has hecho y sobre la reflexión que has hecho sobre lo que has hecho. Y sobre la siguiente, es como si te metieras en una especie de juego del espacio infinito que aparece en un espejo cuando aparece el espejo en el espejo. La autoconciencia, sin embargo, hay un momento que ha de frenar porque la autoconciencia nunca nos lleva a no poder decidir. Seguimos pudiendo decidir, no nos metemos en una especie...
de recursiva mental que nos lleve a no poder tomar decisiones. Las decisiones están tomadas y están tomadas por agenda, es la agenda de la paridad y tenemos que luchar en ella a todo efecto. Y es más, tenemos que encontrar los mecanismos políticos que hagan que no sólo este trabajo que da esfuerzo de luchar por paridad en los seis ámbitos de paridad sea posible, sino más.
Que podamos intercambiar experiencias de tal manera que este trabajo se facilite y se haga en menos tiempo y se haga con menos costo. Y esto no puede hacerse si estamos simplemente dispersas y haciendo cada una lo que bien puede. Es decir, en el momento en que esto es un serio trabajo político, hay que darle el canal para que pueda ser realizado.
No es ninguna broma, esto hay que hacerlo y entonces hay que convencer de la justeza de hacerlo, de la capacidad de hacerlo. Pero además de esto, el objetivo es qué hay aquí cuando estamos aquí. Imaginen, si consiguiéramos todos los ámbitos de paridad, desaparecerían algunas de las inercias masculinas que todavía rigen este mundo que habitamos. Estamos en fase de tener que señalar esas inercias.
y empezar a desfundamentarlas. Ya no estamos solamente en fase de adquirir la capacidad plena y nuestros completos derechos, sino adquirir el derecho a pensar el mundo y habitarlo según un criterio formado por una idea humanitaria global que nosotras trasladamos porque el feminismo es el único humanismo real. El problema del resto de los humanismos es que suelen no tener a las mujeres en cuenta o las tienen como una fase que se da por supuesta. Y nosotras hemos aprendido a lo largo de esta larga marcha que llevamos que no podemos dar nada por supuesto, que cada una de las cosas que se consiguen tiene consecuencias.
Y que, por tanto, nuestra capacidad reflexiva es mayor que la meramente abstracta, puesto que nuestra visión sobre el proceso histórico que nos ha llevado a nuestra libertad es una visión mucho más afinada que la visión corriente. Y esa visión tenemos que tomar ahora, quizá, quizá, lo planteo solo, como una posibilidad, Bueno, la enseña o la bandera de llevarla al futuro, de pensar un futuro distinto. Y entonces encontrar quizá en ese futuro algunos signos que no sean simplemente estar donde no estamos, sino estar de otra manera todos en este mundo. Y eso es, al fin y al cabo, una cosa distinta, que nos carga de un sentido de la utopía, bueno, con los pies en la tierra. pero que necesitamos para poder seguir avanzando.
Yo les quería transmitir esto, no sé si lo he logrado, no sé si estoy segura de haber elegido el mejor camino, porque son cosas que son tan tentativas que no están en la mano de nadie todavía. Pero al menos les agradezco mucho que me hayan acompañado en esta reflexión y que me ayuden en el futuro a poder seguirla llevando entre todas y con todos adelante. Muchísimas gracias.
Yo imagino que ahora podremos tener un coloquio que permita aterrizar alguna de estas cosas mejor, ¿no? Pues si nadie me ayuda y me hace de moderadora, estoy mirando así a ver si encuentro moderadora. Acabo de encontrar moderadora en la Laura que se ha venido. Doctora, comentó...
seis ámbitos de paridad, pero nada más tomé cinco, política empresarial, creatividad, medios de comunicación, religión y… Política formal, economía y conglomerado económico empresarial, sistema educativo y del saber poder, creatividad. Espere, que ya me vuelvo yo. Ya, medios de comunicación. Es educación la que no había quedado. No tenía reflejada educación.
Yo es que si miro para... Voy a tener que tomar esto en la mano, porque si no se... A esos seis podría usted incluso añadir dos, pero que yo considero que uno de ellos está claro y el otro no lo sé. Vea, la presencia, por ejemplo, de mujeres es todavía enormemente deficitaria en todo el conglomerado militar, en todo lo que tiene que ver con armas. Y es enormemente deficitaria en todo el conglomerado que podríamos llamar laxamente deportivo.
Todas las grandes sociedades urbanas que han existido han tenido siempre juegos públicos. Es uno de los entretenimientos. Todas, desde la antigua Roma de la cual somos todas hijas e hijos.
Entonces, el circo o las carreras o en este momento el fútbol o lo que sea, vean, de esos deportes, por así decir, son sumamente viriles. O sea, la presencia femenina ahí... ni está ni se la espera.
Entonces yo nunca sé si este último par es un ámbito de paridad o es una característica viril con la que habría que enfrentarse y ver qué se hace. No estaría yo muy segura de cómo... Yo estoy muy segura de que una mujer, si así lo desea, como ya lo dijo Poulain de Laval en el siglo XVII, si así lo desea tiene que poder ser mariscal de campo.
Lo cual, dicho en el siglo XVII, tiene su aquel, ser mariscal de campo. Pero no estoy segura de que el feminismo sea un buen apoyo de una política en la cual la violencia entre naciones tenga que ser contemplada como algo inevitable. Porque no lo veo.
Es decir, yo creo que si te llaman a la violencia tienes que poder ir. evidentemente pero no estoy segura de que tengamos que apoyar Una imagen del mundo del cual la violencia no puede ser retirada. Porque eso ya pertenece al Humboldt. Y habitar el mundo desde un modo feminista te exige poner en solfa el Humboldt mismo porque está diseñado antes de que tú lo habitaras.
Y quizá haya ciertas funciones de diseño que hayan de ser retiradas. Aunque esto te ponga a veces ante contradicciones prácticas muy fuertes. Pero me temo que algo de eso hay. No sé si con ello he conseguido... Gracias.
Hay una pregunta. Ay, perdón. Muchas gracias por la plática, muchas felicidades.
Dos preguntas. Uno, usted mencionó que lo que nos va a seguir impulsando a luchar por esta variedad es la utopía, de conseguir un mundo donde… se ha pensado por una visión humanitaria global. Pero esta utopía, se supone que la definición de utopía es que es algo perfecto, casi inalcanzable. Esto no nos previene a llegar al objetivo que es esta pariedad.
No sé si me voy a explicar. Si la utopía es alcanzar la pariedad de un mundo donde se piense de manera global, donde todos tengamos las mismas oportunidades, pero si esa es la utopía, ¿cómo vamos a llegar a ella si es casi imposible alcanzar una utopía? Y la segunda es, desde su punto de vista me interesaría mucho, A ver, ¿qué piensa sobre este movimiento que yo no llamaría en lo personal feminista, que es como muy extremista, casi de odio al género masculino?
No sé si ese podría ser como un paso hacia atrás, o sea, como tomar la misma posición de autoridad y de que somos superiores que los hombres, si se toma esa postura como muy extremista. No sé cómo lo perciba usted. Bueno, voy a intentar responder a las dos. A ver, a la primera. O quizá a la segunda.
A quizá a la segunda. No, yo no conozco a ningún movimiento feminista que les tenga odio a los hombres. Y eso que son odiosos, por su mayor parte.
Ellos mismos se odian entre sí. No es cosa nuestra. Ellos entre sí no se caen bien tampoco.
Es cierto en ciertas ocasiones. A ver, ¿por qué? Porque cuando tú miras a un tipo, por ejemplo, que es horrible, machista, violenta... lento y tal, ¿por qué te tendría que gustar?
Si tiene toda una serie de características humanas deplorables. Para nada. No, no existe un feminismo que odie a los hombres. A las mujeres les resulta muy difícil odiar a los hombres.
por una razón muy rara, que es que los traemos al mundo, los parimos. Entonces, claro, es muy difícil eso de odiarlos, incluso cuando son odiosos. Casi no hay ningún individuo odioso para su mamá. Si no es más lejos, siempre le encuentra alguna capacidad, una buena cualidad, algo que tiene. Hay individuos de estos que consiguen casarse o ennoviarse con una señora y que sin cambiar demasiado, ellas también encuentran que...
que aquel individuo algo tiene, que después de todo no es tan horrible. El problema de los varones no es que las mujeres los odien. Eso, además, ellos lo saben perfectamente.
Lo mejor aquí es preguntarles a ellos en eso. Dice, ¿usted cree que las mujeres le odian? Dice, hombre, a veces cuando salgo y no ligo creo que sí.
Me odian todas, seguidas y tal, pero cuando por el contrario me va bien, yo sé muy bien cómo comportarme en ese terreno de juego. No, ese no es... no funciona así.
A veces los varones se resisten individualmente o colectivamente a ciertos cambios de posición en las mujeres porque simplemente eso les proporciona inseguridad. Entonces se resisten, mejor o peor, argumentando o no argumentando. Pero con todo los cambios se producen.
El movimiento feminista además ha sido sumamente inteligente. Digo, hay que echarse alguna flor, ¿no? Ustedes estarán de acuerdo.
En el sentido práctico de la inteligencia, los antropólogos a veces dicen que tenemos que tener en cuenta a la hora de desarrollar cualidades, ¿qué cualidades? ¿Por qué estamos en el mundo? Que tengamos siempre en cuenta que quienes habitamos el mundo hoy, ahora, los estamos aquí sentados, es que somos los descendientes de los más simpáticos.
¿Cómo? Dice, sí. Todos los que estamos vivos a día de hoy somos los descendientes de los más simpáticos, porque los que no tenían esas cualidades no consiguieron reproducirse.
Luego, nosotras y nosotros somos herederos de gente con bastantes cualidades dianoéticas y éticas, que supieron hacer las cosas, si no, no estaríamos aquí. Es decir, la historia de la humanidad puede que esté teñida de violencia, pero la última estructura de lo que... Lo que ocurre no es la violencia, es el cariño, el apego y la colaboración y la confianza. Con violencia no se consigue casi nunca nada.
Lo que pasa es que puede estar como un bajo continuo funcionando. Y esto me hace más fácil ir a su segunda pregunta, que es, nos estamos planteando... una utopía cuando decimos que queremos paridad.
No, eso no es una utopía. Eso nos costará más o menos. Pero de utópico no tiene nada.
¿Por qué? ¿La vamos a conseguir? A lo mejor nosotras no. Pero si no ocurre una catástrofe ecológica que nos saque del planeta...
si hasta en Afganistán hay una señora que va con un niño así, su marido está de acuerdo y la recibe el vicepresidente que dice que quiere estudiar y lo dice mirando para abajo, este mundo ya no tiene zonas francas para las libertades de las mujeres ni para su igualdad en todos los ámbitos donde pueden estar. Eso es así. Y de esto yo creo que el conjunto social se está convenciendo últimamente, se tiene el propio conjunto social. conjunto social occidental, hasta hace relativamente poco, fue todavía resistencial a la idea de que las mujeres pudieran alcanzar todos sus objetivos. Ahora es resistencial por parciales.
La cosa es, los marqueros se resisten por su lado, los curas se resisten por el suyo, los grandes medios de comunicación se resisten por el suyo y se puede creer, como dice mi amiga la filósofa Michonne Ledez, Es que todas esas resistencias, como se apoyan unas a otras, resultan invencibles. O se puede creer que están siendo parcializadas. Y yo creo más bien que están siendo parcializadas. Es decir, que una mirada aguda sobre el mundo que nos ha tocado vivir nos tiene que hacer más optimistas que pesimistas. Pero lo que yo he tratado de desarrollar, quizás no todavía con suficiente nitidez, es que aun cuando consiga...
Consigamos todos los ámbitos de paridad, la habitabilidad del mundo desde un punto de vista feminista no estará conseguida. Que haya ahí un plus que se produce como resultado de la suma, que no sabemos todavía en qué consiste, pero que sí sabemos que implicaría retirar muchas características del umbelto humano que habitamos como mujeres, que estamos aprendiendo a identificar como... masculinas directamente, no humanas.
No primordialmente humanas, sino masculinas que se nos han hecho entender como esencialmente humanas y que solo son masculinas y que a día de hoy ni siquiera son buenas como plataformas que nos permitan afrontar retos supervivenciales como humanidad. Y que, bueno, que esto lo tenemos que tener en cuenta. Cierto que a eso se le suele llamar utopía.
Y usted tiene razón en una cosa que dice, y por eso le citaré a un pensador que pensó como nadie la utopía, y que decía Ernest Bloch, ¿no? Y que decía... acuérdense siempre los optimistas de llevar las banderas con fortaleza y un crespón negro ya puesto antes, por si acaso es verdad es verdad, es decir pero yo creo que si cosas tremendas no ocurren y la catástrofe ecológica puede ser una cosa tremenda sino que sociedades humanas relativamente pacíficas como las que hemos conocido en las últimas décadas, con problemas que afrontan desde visiones políticas no exageradas, sino reformistas que van cambiando aquí y allá lo necesario, con élites que no sean simplemente élites extractivas interesadas en la rapiña, sino élites de pensamiento que también estén interesadas en la mejora. Si ese camino se inicia, los seis ámbitos de paridad antes o después están ganados. Pero puedo ser optimista de la bandera con ya me acuerdo yo de blog, no, eh.
Gracias. Otra pregunta allá atrás. Sí, profesora.
Primero que nada, acá, acá. ¿Dónde? Chiquita, pero aquí estoy.
Fenomenal. Muchas gracias por venir a México. Es un gozo y un placer escucharla, número uno, y al Tecnológico Monterrey por... organizar la cátedra.
Yo ya estoy bastante más grandecita que los egresados y a mí me pegó, me pegó a mis cuarenta y tantos años en la cara y de frente la falta de igualdad. 20 años en empresas multinacionales, apenas lo descubro en mi país. Entonces, ¿cuál es la perspectiva de Amelia Barcarcel de la igualdad de género en Latinoamérica, en particular en México, comparativamente hablando con Norteamérica y con Europa? No conozco lo bastante el país como para tener esto muy fijado, pero yo cuando vengo y estoy con ustedes me fijo en cómo actúan y lo que hacen. Y a veces ustedes están por delante de cosas que nosotras todavía no hemos hecho con el mismo buen método y buen compás.
O sea que de todo hay. Son ellos. Y además, ¿para qué vamos a hablar de ellos ahora si ya nos darán que hablar muy a menudo? Tenemos que aprovechar este ámbito ya para concederles un poco más. Europa, pues también tiene su propia...
Pero vamos juntos, eso sí que lo sé. Todas aquellas diferencias que entre nosotros podamos apreciar, o incluso aquellas cosas que nos hagan tener relaciones malas en un momento dado, no nos deben hacer olvidar jamás que somos los mismos. Para eso solo tenemos que... ejercer la comparación con mundos que en efecto no son el nuestro y que todavía son mucho más resistentes a nuestros modos de vida. Piensen en la inmensidad de Asia, que no es ninguna broma.
Piensen en cómo está África. Nosotros pertenecemos al tipo de mundo que ha imaginado los modos de vida actuales y que los habita. Y en ese sentido somos los mismos. Y quizá esta conciencia de ser los mismos, las mismas, tenga que ir mucho más por el camino de las mismas.
Yo creo que una de las maneras, hay una cosa que a mí en esto me... me entristece, pero se la cuento tal cual la recuerdo y usted misma me dice, Clara Campoamor fue una gran sufragista española, una mujer absolutamente asombrosa, de una inteligencia de las mayores que yo conozco. Había salido de los estratos más humildes de la sociedad y fue capaz con su propio esfuerzo de hacer todo un bachiller en cuatro años, hacerse la carrera de Derecho en dos y luego ser la tercera abogada que se colegió en España y luego ser la mujer que en el Parlamento defendió el voto y lo ganó. Una persona asombrosa. Esta persona cuenta cómo está en la Sociedad de Naciones en el año 34 y hay una primera reunión de mujeres de todas las naciones para poner en común una agenda internacional de derechos.
Y cómo aquella reunión es preciosa y cómo están hablando, pero ella ya escribe, cuando escribe esto, lo escribe en el año 42 y dice, no podíamos ni imaginar. lo que iba a pasar después. Que íbamos a ver una guerra civil en España y una guerra mundial funcionando en todo el planeta. Estábamos allí como que estábamos de broma, dándonos la palabra y diciendo cómo íbamos a avanzar por aquí y por allí. Y el mundo estaba conspirando contra todo lo que nosotras estábamos imaginando.
Yo cuando leo estas cosas en Campoamor me entra una enorme tristeza porque veo una gran inteligencia luchando contra el mundo que le tocó. Pero yo creo que tenemos, nosotras, nosotros, los que vivimos esta edad, tenemos suerte. A ver, tenemos una relativa suerte.
¿Ven ustedes en este momento? a cualquiera de nuestros países invadiendo al de al lado, por ejemplo, para solventar una cuestión de límites fronterizos? ¿O, digamos, llevando la política corriente como esta era entendida hasta la Segunda Guerra Mundial? ¿Y creen que el feminismo ha tenido algo que ver en esto? Yo creo que sí, lo que no sabría es muy bien decir cuál ha sido el camino.
Pero del hecho de la ciudadanía de las mujeres en todas las democracias, se han seguido características de las democracias que implican un uso muy selectivo de la violencia. Muy selectivo, nada de un uso masivo y simplemente vamos allá. No. Entonces todo está como bastante relacionado.
Y por eso yo lo que tiendo es saber, más que las diferencias, los enormes tramos en común que tenemos. Y en eso veo muchas veces, cuando hablo con mis amigas en México, pues hay cosas que las hacen mejor que las estamos haciendo en Europa. ¿Y qué haremos?
Pues copiarlas, porque tampoco hay mucho más, no hay que inventarse la vía propia, hay que hacer quien lo hace bien, hacerlo como ella. No hay otra. Entonces yo sobre eso soy más bien...
Soy más bien optimista sobre eso que me plantea. Una última pregunta a cargo de alguien que ha hecho mucho en México por la paridad, María Elena Chapa. Una pregunta. María Elena.
Muchas gracias. Amelia, Paula Peña, académica de Baja California, que está viendo tu presentación, me pide que te pregunte sobre el pensamiento utópico feminista de la literatura de la ciencia fija. con Ursula Le Guin, Margarita Algo, Joana Ruz, etc., dado que ellas abren una ruta que se están imaginando para una futura vida igualitaria. Me preguntan cuál es tu impresión.
Son tan diferentes a la que más conozco y más he leído es a Margaret Atwood. Pensemos, por ejemplo, este libro suyo, que creíamos simplemente una distopía y que puede hacerse verdad con el asunto de los vientres de alquiler. Toda la literatura de ciencia ficción nunca nos cuenta el futuro porque nadie lo conoce. qué características tiene el presente que nos dan miedo y si podrían o no hacerse reales.
Y entonces qué mundo diseñarían y si ese sería habitable y en qué condiciones. Y por eso la literatura de ciencia ficción no solo es evasiva, cuando es buena es interesantísima, porque nos permite ver como si fuera una pantalla distinta cosas que no se aprecian a primera vista en el mundo. Es una excelente... Y yo veo que Atwood, por ejemplo, y me refiero más a ella porque es a la que más conozco, tiene una especial agudeza para ver algunas cosas presentes. Por ejemplo, cuando se plantea esa distopía terrible donde las mujeres fértiles son muy pocas y entonces están sometidas, pero también lo hace a mí Malouf en una novela que también es distópica, El mundo de...
de Beatrice, el mundo después de Beatrice, ¿qué sucedería si una cosa que vemos en algunas sociedades asiáticas, que es el aborto selectivo de fetos femeninos, de tal manera que hay un diferencial brutal masculino en las sociedades que se va haciendo mayor y mayor, si eso procuraría o permitiría una mayor libertad de las mujeres o todo lo contrario? Es decir, en nuestro mundo se producen muchos procesos y esta literatura capta algunos, pero debajo de nuestros ojos... No vemos del todo lo que hay, lo que se está produciendo. Nunca lo vamos a poder ver. No es humano, nadie tiene la visión total.
Esa es la que tiene Dios nuestro Señor, que es omnisapiente y que sabe, además, cómo va a acabar la película. Los demás no tenemos semejante capacidad. Y en nuestro mundo se producen procesos que a veces son irritantemente peligrosos y no dan... el miedo que deberían de dar.
Y a veces esa literatura nos los enseña. Esto es, que no son utopías en el sentido positivo, generalmente son distopías. O sea, te enseñan qué es lo que tienes que intentar evitar.
O sea, por dónde va caminando la mala sombra que tienes que evitar. Plantearse una utopía en positivo, esa además tiene un tipo de imposibilidad. que es muy fácilmente reconocible, porque de nuevo es que te lleva a la recursiva. Yo digo, este va a ser el mundo, vamos a poner un ejemplo, Carlos Marx. El capitalismo es una cosa horrible, produce explotación, funciona de esta y de la otra manera, y entonces lo que ha de ocurrir y lo que va necesariamente a ocurrir es que el proletariado cada vez estará más empobrecido.
Los capitalistas cada vez serán más ricos, la colisión entre ellos será inevitable y se acabará el capitalismo y se organizará un mundo totalmente diferente cuyo sistema productivo no sabemos cuál será. ¿Sucedió eso? No. ¿Por qué? Porque los capitalistas también sabían leer el capital.
Es decir, cuando los seres humanos decimos este va a ir necesariamente por aquí Siempre habrá un ser humano que diga, eso es justamente lo que vamos a evitar. Y lo evitará, y podrá hacerlo. Esa es la enorme capacidad y grandeza. Entonces, yo creo que las distopías avisan de cosas. Y son interesantísimas.
Y a mí me gustaría más conocer alguna de estas autoras. Pero que plantear una utopía en positivo es lo más complicado. Porque siempre, una vez cerrada... Puedes justamente decir, eso es precisamente lo que no quiero que ocurra y cambiar de vía.
Y lo que plantea Sigmund Bauman en su último libro del año pasado, Retrotopía, que es regresar a la utopía a través de la visibilidad de Hobbes, etc., con la modernidad líquida. ¿Cuál sería el camino entonces? Porque plantea volver otra vez a la utopía.
El camino que tengamos... Voy a conseguir hacer una de esas cosas estupendas que tienen que ver con el vestido femenino. Así, voy a evitar las ranuras del piso.
Vamos a ver, como... Hay tal cantidad, los futuros posibles son tantos y tan distintos que no podríamos elegir ninguno en particular con la seguridad de que fuera aquel. Al que nos conduce toda la acción, pero sea como sea, el futuro pasa por la democracia. Las mujeres solo tienen libertades y plenas capacidades allí donde los sistemas en que viven son democracias.
Y tienen tantas más, cuanto más sólidas, perfectas y bien articuladas sean esas democracias. Allí donde, por el contrario, una autocracia se instala, todos tienen que perder y las mujeres pierden lo poco que tienen. Eso es así.
Luego, lo que sea será con la democracia, pero eso no quiere decir nada del todo bueno, porque es lo siguiente. La democracia es un sistema de toma de decisiones y también, por supuesto, un sistema último de valores, que es el que tiene que presidir tanto la convivencia social como cómo nos portamos unos con otros. Vale, pero fíjense, cuando la democracia es toma de posiciones...
Eso no quiere decir que la agenda feminista ocupe el primer lugar en la cabeza de nadie. Si la agenda feminista, ella misma, no ocupa normalmente ni el primer lugar en la cabeza de casi todas las mujeres, si lo que tengamos que hacer se hace con la democracia, eso quiere decir que sufriremos muchos avances pequeños y retrocesos con los que no contábamos. Porque la democracia muchas veces hará que la gente se incline por unas razones hacia cosas que nos vengan muy mal colectivamente a las mujeres por otras razones. Y sin embargo de la democracia no podemos y no queremos prescindir de ninguna manera.
Es decir, esto es un camino donde los pasos atrás siempre tienen que ser contemplados. Todas las mujeres que se manifestaron en aquel bendito diciembre con aquel bonito gorro rosa En los estados del norte, todas, absolutamente todas, no habían votado a Trump, no estoy segura. La ley de los grandes números me dice que en esa masa de gente tiene que haber un porcentaje bastante alto que votó a Trump. Pero que se ha dado cuenta después de qué traía el juguete dentro. Esto en democracia nos pasa a todas y todos.
Es decir, nuestros derechos, nuestras oportunidades, nuestras realizaciones, nuestra fortuna está librada también a los vaivenes de la opinión. ¿Qué es lo más que podemos hacer? Solidificar una opinión democrática, feminista, muy verosímil, para que no sea fácil no tenerla en cuenta.
Es un trabajón. Pero es un trabajo al que sí nos podemos sentir unas y otros convocados. ¿Por qué?
Porque es lo único que nos asegura un poco de que los vaivenes que son propios de la democracia no afecten demasiado a lo que ya hayamos podido ir consiguiendo. Si a la gente le preguntas, ¿qué prefieres, que no sufran las gallinas o ganar más dinero? Hay gente que es capaz de decir como Hume, yo no encuentro especialmente difícil que un ser humano piense que es...
es preferible que el mundo se rompa en cuatro que que a él le duela el dedo meñique. Es decir, gente así resulta que existe. Y no es ninguna irracionalidad, es una cosa que existe.
Entonces, siendo esto así... Estamos, digamos, constreñidos porque haya vaivenes en la opinión que no tengan en cuenta nuestra agenda o que consideren... Dejemos eso aparcado un momento. ¿Cuál es la manera de defenderse de esto?
Haber engrosado esto y darle tal capacidad explicativa y tal condensación ética que resulte muy difícil que cualquiera, venga de donde venga, esté dispuesto a dejarlo de lado. Porque hayamos hecho un fuerte consenso social a su alrededor. Pero si no es así...
Con la democracia tenemos que ir. Es la mejor pareja de baile que tenemos, además. Pero a veces nos va a pisar los pies.
Muchas gracias. Nos acabó el tiempo. Gracias, Amel.