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Transformation and Social Justice Commentary

Buenas noches, señoras y señores, queridos amigos. No muchos años atrás, nuestro país no solo era una nación underdeveloped, sino que también fue considerado el peor ejemplo de las desigualdades sociales que devastaron al mundo. Sin embargo, hoy, y gracias a la consejería de nuestros compañeros y amigos, las cosas han cambiado.

Influenciados por la globalización y el mercado libre, México ha sido un ejemplo de estabilidad económica y justicia social. En un tiempo recordado, ha crecido al mismo nivel de desarrollo y riqueza como nuestros principales compañeros de comercio. No hace mucho tiempo, declaramos una guerra frontal contra la pobreza. Pero hoy, podemos decir con orgullo que la guerra está terminada.

Hoy en México no hay más gente húmeda, no hay más niños sin educación, sin cuidado social. No hay un hombre, ni un único hombre, sin un puente y sin un trabajo. De nuevo, quiero agradecerles todo.

Dios los bendiga. Y como decimos en México... ¡Salud! Ay, una canchita, ¿no? Una canchita.

Mucha abuelita. A ver, güera. Muchas canchitas. El cielo se desvanece, el cielo se desvanece, el cielo se desvanece, el cielo se desvanece.

Un, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve, diez, nueve, diez, nueve, diez, nueve, diez, nueve, diez, nueve, diez, nueve, diez, nueve, diez, nueve, diez, nueve, diez, nueve, diez, nueve, diez, nueve, diez, nueve, diez, nueve, diez, nueve, diez, nueve, diez, nueve, diez, nueve, diez, nueve, diez, nueve, diez, nueve, diez, nueve, diez, nueve, diez, nueve, diez, nueve, diez, nueve, diez, nueve, diez, nueve, diez, nueve, diez, nueve, diez, nueve, diez, nueve, diez, nueve, diez, nueve, diez, nueve, diez, nueve, diez, nueve, diez, nueve, diez, nueve, diez, nueve, diez, nue Salud, bienvenido a Juárez. ¡Ven! ¡Ven!

¡Ven! ¡Ven! ¡Ven!

¡Ven! ¡Ven! ¡Ven!

¡Ven! ¡Ven! ¡Ven!

¡Ven! ¡Ven! ¡Ven! ¡Ven!

¡Ven! ¡Ven! ¡Ven!

¡Ven! ¡Ven! ¡Ven!

¡Ven! ¡Ven! ¡Ven! ¡Ven! ¡Ven!

¡Ven! ¡Ven! ¡Ven! ¡Ven! Buenas noches, ¿qué es esto?

No inglés, no inglés Ay... Ah... Ah...

Chingues... Oye, en la madre... Mmm...

Mmm... ¡Hola! Ángel, guarda tu dulce compañía.

No, no te desampares. ¡Auxilio! ¡Ayude!

¡Aquí arriba, cabrones! Buenas noches. ¡Muévanse, cabrones! ¿Ah, no? Pues ahí les va la que hace, niños.

Hoy me manda tres mimos. Se va a tirar. Hay que llamar a los bomberos. ¡Señor!

Mire, hay un joven ahí que parece que se va a tirar. J4, J4, cállese. Cállese, cállese. Espérese.

Mercurio, buenas noches. ¿Y qué tenemos para las 8 de mañana? Otro atentado en Medio Oriente, 23 muertos.

Los gringos volvieron a bombardear Irak. Y el Nasdaq en picada, cayó otro 6%. Nada de nuevo.

Gracias. ¿Tú, Paco? La escurá inclausuró la cumbre mundial contra la pobreza. Y además aventó la puntada de decir que en México ya no hay pobres como ves.

¡Vinches neoliberales! Viven en un país de fantasías cabrones. Y por ahí corrió el rumor de que se lo quedan...

Quieren llevar de presidente al Banco Mundial. Dios los cría y ellos se juntan. Sepúltalo en la ocho.

Ahí le vas a dar en la madre al Chicago Boy. Perdón que lo interrumpa, don Carlos, pero creo que esto le puede interesar. ¿Qué pasa, Felipe?

Me dicen que un vago se coló al World Financial Center y amenaza con tirarse. Y al parecer no encuentra la manera de bajarlo. ¿Un vago en el World Financial Center?

Llévate un fotógrafo y cúbrelo. Y si se tira ese pendejo, me llamas inmediatamente. A lo mejor matamos dos pájaros de un tiro. Sí, señor. Yo creo que nos vamos con esta Al menos un poco de sangre nos garantiza algunas ventas Madre de carnal, es un conejo ¿Qué pasó?

¡Aquí lo amigo! ¿Qué pasó cabrones? ¿Por qué tardaron tanto? Me caigüían y la chingan. Cálmese, no vaya a ser una locura.

Deme la mano. Despacio. Eso es. Gracias, mi capi. Gracias, mi capi.

¡Pinche borracho! ¡Mira nomás el desmadre que armaste! ¿Qué pasó, mi cabir?

Si nomás salí a tomar el fresco, no se está quemando nada. ¿Se puede decir su nombre? Pérez Huéndez ¿Por qué quería tirar? ¿Fue un acto premeditado?

¿Se iba a tirar como una protesta contra el gobierno? No, no, no, porque yo estaba... ¿Fue el hambre lo que lo obligó a tomar esta decisión? ¿La elección de este edificio fue para crear conciencia sobre la globalización?

¿La qué? ¿Pertenece a algún grupo político? ¿Se considera una víctima más de las políticas neoliberales? Quisiera decir algunas palabras. Sí, sí.

Un saludo a Rosita. ¡Órale, cabrón! ¡Déjate de payasadas!

¡Járala a la patrulla! ¡Señor, señor! ¡Señor, señor! ¡A un lado, a un lado! Torres, sígame.

¡Órale, cariño! Pero, ¿por qué? Porque si yo...

¡Sargento, sargento! ¿Le dejaría tomarle un par de fotos? Órale, Torres.

¿Qué pasó, Felipe? ¿Cómo te fue? Pues más o menos, don Carlos.

Al final sí lograron bajar al tipo ese. Y aunque dijo algunas cosas interesantes, pues la cosa terminó sin pena ni gloria. Mire, a ver qué opina. ¿Estás seguro de esto? Aquí está la entrevista.

Chucho, para las máquinas. No, hombre. Mucho más que eso. Tenemos una bomba. hubiera echado de menos y que en entrevista exclusiva para El Mercurio culpó al secretario de Economía de su decisión, nos obliga a reflexionar sobre el fracaso de las políticas económicas implementadas por el actual gobierno y pone en evidencia su afirmación de que en este país se va ganando la guerra contra la pobreza.

Que Dios me perdone, pero todos los pobres son unos hijos de la chingada. Mira que tratar de suicidarse para llamar la atención es una chingadera. Pero echarme a mí la culpa, eso sí no tiene madre. Si después de todo aquí lo único que estamos haciendo es tratar de mejorar su situación. Doctor.

Perdón, pero es que no han dejado de hablar de Canal 4 y de Radio Metrópoli. Y en la puerta ya hay varios reporteros esperándolo. ¿Qué les digo?

¿Cómo ven, muchachos? ¿Qué tan grave es el asunto? Bueno, siempre y cuando esta noticia no afecte a los mercados... Realmente no tenemos nada que preocuparnos Perdón, doctor, pero no estoy de acuerdo Este tipo de eventos son los que afectan en las encuestas de popularidad Yo de lo que estoy seguro es que debe haber alguien detrás de ese tal Juan Pérez Nadie puede llamarse así Bueno, por suerte a este panfleto ya no lo ven más que comunistas trasnochados Y uno que otro pendejo ¿Qué tal, compadre? Sí, señor presidente, sí, sí, no sé, ya lo leí, sí.

Bueno, pero... Es que tiene que haber alguien atrás de este asunto, sí. No, no, todavía no tengo pruebas. No, sí, sí, sí, sí, se lo prometo.

Le prometo que hoy mismo, sí. Se lo juro, señor presidente. Que Dios lo bendiga. Urge a encontrar a este cabrón.

¿Qué, qué, qué? ¿Qué pasó? Ah, chinga.

Ese todavía está vivo, colega. Vamos, ¿ahí qué se traen, eh? Oye, ¿no será este el que anda buscando? ¿Tú crees que un güey tan importante estaría aquí tirado? No, ¿verdad?

Mañana regresamos por ti, compa. A ver si ahora sí nos cumples. Dios mío. ¿Qué pasó?

¡Mamá, yo no traigo nada! ¿Qué pasó, mi Lucifer? ¿Qué tal estuvo el jueves de noche?

¡Ay, a ver la purga! Pero no se preocupe, campeón. Vamos a buscarlo de desayunar.

Venga, sí, venga, sí. Híjole, Rosita, no sabe cómo se lo agradezco. Ya llevaba tres días sin probar bocado. Mejor apúrale que ya no tarda en llegar mi papá, ya sabe.

¿Y qué? ¿Dónde andó ahora el cara de rata ese? ¿Se fue a ver si no se le ahogó su otra familia? Ya le he dicho que no soy respetuoso. Fue con mis hermanos a conseguir unas láminas para el techo.

¿Qué si estuvo re duro el diluvio de anoche, verdad? Ay, ni me lo recuerde, ya mero se nos andaba cayendo encima este cuchitril. Sí.

Oh, pero ya verá que un día de estos le doy la sorpresa y me la llevo a vivir a una casita de verdad. Si ya hasta le eché el ojo a una. Ay, Juan.

A ver, es que es usted un soñador Si ni trabajo tiene Pero, te juro que he estado buscando Tire, Rosita, de allí vengo Lo que pasa es que ya ve que la cosa está canija ¿Qué va a andar usted buscando? Si nomás se la pasa ahí todo el día de vago con sus amigotes Ay, ay, ¿cómo cree, Rosita? Se hace un montón que ni los veo Esa que se la crea su abuela ¿Entonces qué, mi reina?

¿Nos vemos en la noche para ir a dar la vuelta? ¿Para qué se hace? Si ya sabe que no me dan permiso.

Pues por eso le digo que mejor se vaya en busca de su libertad y se venga a vivir conmigo. Mire, Juan, y para que le quede bien claro, el día que tenga usted trabajo y una casita decente, pues ese día me caso con usted. ¿Qué te pasa? Ya te dije que no te quiero ver por aquí.

¿Qué andaba haciendo aquí este cabrón? Nada. ¿Verdad que nada, Tomasa?

Qué mucheteros. Disculpe, caballero. ¿Usted sabe si es aquí donde solicitan un empleado de limpieza?

¿Y a poco usted viene por esa chamba? No, pues ¿cómo va a ser si usted se ve muy acá? Como que hasta fue a la escuela y toda la cosa, ¿no?

Cinco años en la universidad, una master en el extranjero y míreme dónde vine a acabar. ¿Qué pasó? Tengo cinco hijos, mi esposa está enferma y ya tengo un año sin chamba.

Todo por culpa de este pinche gobierno. No, pues sí se oye de la rechingada su historia. Pero no se mortifique, Ibe.

Ya parece que esto camina. Seguro le dan la chamba a usted, pues, si fue a la universidad. Disculpe, ¿le puedo dejar mi currículum? Oiga, señor, taca, taca.

Tenemos una hora ahí, es decir... Ni modo, joven. Yo creo que hoy tampoco fue nuestro día de suerte.

Ahí la vemos. A la memoria del flaco. Un compadre a toda madre.

Él ya pasó a la historia. Y aunque a uno no le cuadre, Dios lo tenga en su santa gloria, compadre. A ver si no acabamos todos iguanas.

¿Y cómo dice que pasó a la historia? ¿Qué va a suceder, mi tamal? Ya ve este, pinche frío tan recogedor. Llevaba como seis días sin tragar y se lo cargó la chingada.

Ay, qué pinche suerte. No. No, esto no es cuestión de suerte, compadre.

Es esta pinche vida que así se ensaña con nosotros. Y eso que usted ya lleva un buen tramo recorrido, ¿no, don Phil? No, pues debe ser de la rechingada morir así.

Peor que perro callejero. Y para allá vamos todos. Nada más haga la cuenta de cuántos copas se nos han pelado este año.

El pato, el tío, el rascabuelo, el ariel, el tío. La madre también. También. Anda muy optimista hasta acá. Mejor vamos a brindar por lo que nos queda.

Yo quiero... Brindo por la mujer, por la Teresa, que me daba la cerveza. ¿Qué pasó, compadre? ¿Usted no va a brindar? No se vale dejar solo a los amigos.

Perdón, compadres, pero es que ahora sí ya me cayó el 20. Y una cosa sí les digo. Yo en la calle y sin haber amado no me muero. Salud. ¡Cállate!

¡Cállate! ¡Soy artista de la calle, cabrón! ¡Tengo derecho a un abogado! ¡A guardar silencio! ¡A la visita con Yucal!

¡Llévala a su hermana, cabrón! ¿Qué pasa? ¡Están violando mis derechos! ¡No sabes qué es eso, cabrón!

¡Pere! ¡Órale, pinche Pérez! ¡Vas pa'Juárez, órale, vámonos!

¿Qué pasó, jefe? Sí, yo no hice nada. Dígame, licenciado.

Comandante. Por favor. Señor Pérez, mucho gusto. ¿Qué tal? Perdón que lo hayan traído de esa manera, pero nos urgía encontrarlo.

¿Pero qué? ¿Hoy no me van a meter al tambor? No, señor Pérez, ¿cómo cree? Comandante, muchas gracias.

Le suplico, nos acompaña. Venga, viene. Viene conmigo, viene con nosotros.

Déjenlo pasar, vienen con nosotros. Señor Pérez, por aquí. Doctor, doctor, el señor Juan Pérez.

¿Qué tal, señor Pérez? ¿Cómo está? ¿Cómo está, licenciado?

¿Cómo, cómo ya? Muy bien. Siéntese, por favor.

Ay, gracias. ¿Le ofrecemos algo de tomar? Eh, pues, si tiene un tequilita, sí se lo acepto, Milik. A ver, Lalo, pídele un café a nuestro amigo.

¿Con dos de azúcar? Sí, revolver. Pues bien, señor Pérez. Mire, el motivo de nuestra urgencia por conocerlo es que estamos realmente consternados por lo que le sucedió a usted la otra noche. ¿Qué?

¡Ay! Lick, pero si realmente no pasó nada. ¿Cómo que no? No cuesta.

Cualquiera tiene el valor de atentar contra su vida, sobre todo para defender sus ideales. Si usted lo dice. Mi abuelo decía que cuando yo era niño...

Pero antes de que me cuente usted su vida, le voy a pedir un favor. Podría contestarle unas preguntas a mis asesores. Pues para luego estar de milik. Lalo, llámalos, muchachos. Señor, ¿me podría dar su nombre completo, edad y lugar de nacimiento?

Mi nombre, Pérez, Juan Pérez. Mi edad de... Póngale 29. Y nací en Jamaica. ¿Tiene algún alias, sobrenombre o apodo con que se le conozca?

Uy, joven, ¿por cuál letra quiere que empiece? El compadre, el tutifruti, el come cuando hay, el Aquiles Baeza, el Movidas, el Tintán, Pepe el Toro, el Varguitas. Pero la gran mayoría me conoce nada más por el pinche Pérez.

¿Quiere que le siga? No, no, no, con eso es suficiente, gracias. ¿Su dirección? Muy joven, eso sí va a estar más canijo todavía Yo duermo ahí donde me cae la noche Tenía mis puentes preferidos, pero ahora están...

Bien, señor Pérez, ¿sabe leer y escribir? Más o menos me defiendo Digo, siempre y cuando no me carrerían Señor Pérez ¿Pertenece o ha pertenecido alguna vez a algún partido político? Mejor perro, ¿qué pasó, joven?

¿Qué así nos llevamos? ¿Es usted miembro de alguna ONG? ¿Algún grupo subversivo o políticamente radical? ¿Me podría repetir la pregunta?

Mira, amigo, para acabar pronto, lo que queremos saber es si alguien le pagó para intentar tirarse del World Financial Center y culpar al señor ministro. No, joven, yo creo que aquí hay un malentendido. Yo lo único que quería era... ¿Cómo, cómo, cómo?

O sea que usted nunca intentó suicidarse. Bueno, Melik, si usted quiere que diga que sí, pues sí. Ahora, que si usted quiere que diga que no... Lalo, Lalo, Lalo, saca esta cosa de aquí, por favor.

A ver, pinche Pérez. Vas para afuera. Ahí se los encargo. Y aguas que no se vaya a robar nada.

Señorita, ¿podría traerme otro cafecito? Con dos de azúcar sin revolver. ¡No, el sillón!

¡Ay, cabrón! ¡Pero si este soy yo! Todo ha de haber sido un invento de estos pinches amarillistas.

Seguro le pagaron a este cabrón para que hiciera su numerito. Pues sí, doctor, pero ya echaron a andar la maquinaria infernal. Hay que parar el escándalo hoy mismo.

Yo pienso que con un boletín en el que digamos que todo fue un error, es más que suficiente. Yo más bien creo que hay que anunciar que el señor Pérez se va a integrar a un plan de readaptación social. Claro.

O que va a ser el beneficio de... de un programa asistencial de vivienda o de trabajo, puede ser. Bueno, pero ustedes son idiotas, ¿o qué?

Ayudar públicamente a este cabrón es reconocer que el Estado todavía tiene responsabilidades sociales pendientes. Y de lo que se trata aquí es de acabar de una vez por todas con ese populismo de mierda. Si me permite, doctor, yo lo que creo es que hay que preguntarle a ese mugroso cuánto quiere.

Estoy seguro de que todo es cuestión de lana. No, no, no, no, ay, si no, Lalo, eso sí va en contra de mis principios, ¿no? Bueno, que en esta ocasión creo que tienes razón. ¿Y hasta cuánto le doy, doctor?

¿A cuánto está el salario mínimo? Bueno, eh... ¿Qué serán?

Unos 50, 60 pesitos diarios. Bueno, pues dale 500 pesos. Digo, es casi una quincena. Mira, Pérez, ya me tienes hasta la madre.

Así que aquí tienes los 3 mil pesos para acabar de una vez por todas. Gracias. Oiga, ¿no habíamos creado que eran 3 mil kilos? No, Pérez, habíamos creado que eran 3 mil.

Pero si yo clarito escuché... Pero aquí los tienes, cabrón. Aquí están. Ahí están.

Gracias, gracias. Y de veras, dele muchos saludos al licenciado. Doctor.

¿Es doctor? ¿Por qué no me dijo antes? Tengo aquí unas ronchas que no se me han quitado. Pinche cínico. De veras, te sacaste la lotería.

Así hasta barato le salió. Imagínese que me hubiera tirado de verdad Me cae que no se la acaban ¿Agradece? Que ya cambiaron los tiempos Y que ahora vivimos en un estado de derecho Porque en otra época no vivirías para contarlo Ay, ay, ay, que sea menos Ya estás advertido, pero es a la otra Sin averiguar nada, te me vas a quedar te metemos al bote de por vida. ¿Qué pasa, Emilio? Mire, yo le juro que nadie se va a enterar de esto.

Ya estás advertido. Lo dejo para que se mande mi transporte. Ya estás advertido, cabrón.

Ese hombre me cae bien. El señor Juan Pérez, que personalmente se entrevistó con el secretario... de Economía, reconoció que fue ensobornado por un reportero del periódico El Mercurio con la única intención de confundir a la opinión pública y cuestionar los importantes logros que en materia económica y social este gobierno ha alcanzado. En cumplimiento a la ley de imprenta, bla, bla, bla. ¿Y tú qué dices?

Don Carlos, yo le juro que todo lo que escribí es verdad. Ahí están las grabaciones si quiere checarlas. Carlos, ¿por qué no mejor dejamos esta tontería por la paz? No, no, no.

Si comunicamos el boletín Ramón, me perdón, ¿eh? Pero el caso de este... ¿Cómo se llama?

Juan Pérez. Juan Pérez. No es ningún... Es un ejemplo perfecto de que lo que dicen estos neoliberales no es más que una gran mentira. ¿O a poco tú crees que están acabando con la pobreza?

Pues tú dirás lo que quieras, pero las cifras macroeconómicas les dan la razón. Cifras macroeconómicas, por favor, Ramón. No me jodas. Ya estás hablando como ellos. Yo estoy seguro que el Chicago Boy sobornó a ese tipo para que declarara eso.

Perdóname que insista, Carlos, pero yo creo que lo mejor es que liquidemos este asunto de una vez. ¿Está bien? Ya, ya, ya.

Públicale su boletín al Chicago Boy. Pero para que no se salga con la suya, me lo entierras en la 20. Y tú vas y me buscas a este Juan Pérez por cielo, tierra y mar. Y como se confirma mi sospecha de que él las juró y los sobornó, no vamos a parar hasta ver su renuncia.

aquí en mi escritorio. Todo un engaño, mártir social, metropolitano. Falso suicida, el centinela.

Todo un fraude lo del mártir social, la Gaceta de México. Pobre o impostor, niega el continental. Lo mató a taconazos. ¿Qué puede ser estos resentidos del Mercurio que debían de haber puesto esto en primera plana, lo pasaron a la página 22?

¿Y ni siquiera aceptan su mentira? No soporto la mediocridad de la prensa de este país. Oye, Pedro, dime la verdad. ¿No te dio lástima ver cómo vive este hombre?

¿Lástima? Me dio asco. Pues no te deberías expresar.

así. ¿Tú te crees que este señor es pobre porque quiere? Por supuesto que sí. Ay, no digas tonterías.

¿Pero cómo me puedes decir una cosa así? A ver, nena, ¿quieres que te lo explique? Mira, en un estudio que realizamos en la secretaría, a la pregunta de...

de por qué cree que usted es pobre. ¿Tú sabes lo que respondió la gente? No, ni idea.

Bueno, supongo que le echaron la culpa al sistema. El 40% dijo que por voluntad de Dios. Otro 30% que porque así es la vida.

El 20% que por mala suerte. Solo el 10% nos echó la culpa a nosotros. ¿Y al sistema? No te creo nada. ¿Quieres que hagamos la prueba?

¡Marí! ¡Marí, venga! Sí, señor.

Mira, Mari, te queremos hacer una pregunta. Pero me vas a contestar la verdad, ¿eh? ¿Por qué crees que tú y tu familia son pobres? Mari, no es necesario que contestes. Mari, Mari, no, con toda confianza.

La verdad, señor, hace unos años creía que era la voluntad de Dios. Luego pensé que era mala suerte. Pero ahora estoy bien segura que es culpa de este gobierno y de todos los otros hijos de la chingada que estuvieron antes que usted.

Gracias, Mari. Ya te puedo decir. ¿Ya ves?

A lo mejor y este señor Pérez tampoco encaja en tus estadísticas. No, nena, no te confundas. Hay mucha diferencia entre Mari, que por mucho sobrepasa los estándares de marginación y que además es una persona económicamente productiva y la remora a sus seres como Pérez. Parásitos como esos son los que impiden el desarrollo de este país.

Bueno, pues di lo que quieras, pero es algo para ayudarnos. Y a ver, ¿como qué? Bueno, pues no lo sé. Pero de veras me da terror pensar que un día esta gente se canse de vivir así. Es que no quiero ni imaginarme de lo que serían capaces.

A lo mejor y hasta nos comen vivos. Bueno, mira, gracias a Dios, todo este asunto ya se acabó. Híjole, Juanito. Ahora sí se alusió con lo de la tele.

Me cae que nunca había visto tan contento a mi papá. ¿Y a usted le gustaron sus regalos? Pues, cómo no.

Pues, están rebonitos. Luego se ve que son cosas de calidad. Y eso no es nada, Rosita.

Espérese a la próxima quincena y ya verás que le traigo una estufa nuevecita. No, no, no, se me anda alocando, ¿eh? Acuérdense que hay que ahorrar.

Pues, ¿cómo no me voy a alocar? Si todo se ve bien diferente con lana en la bolsa. Mire. ¿Y dónde dice que consiguió el trabajo? Un amigo mío que tengo en las altas esferas del gobierno me recomendó en una fábrica.

Lo único malo es que me voy a tener que poner a estudiar. Y ya ve que soy pariente de don Regino. ¿Cuál Regino?

Burrón. Mire. Ay, Juanito.

De veras, no sabe lo feliz que me hace verlo tan cambiado. Nomás acuérdese de su promesa, ¿sí? Trabajo y casa nueva.

Y usted se matrimonia conmigo, ¿no? ¡Lesbios, lesbios, lesbios! ¡Y ya, chamacos! A ver, pinches chamacos, vengan para acá. A ustedes también les trago algo el Santo Claus.

Bien. ¡Órale! ¡Órale! Oiga, Juanito, no nos vayan a correr de aquí. Oh, pues si les digo que yo he venido un montón de veces.

Nomás vemos la casita a la que le eché el ojo y nos vamos. Mire, es esa de ahí. ¿Cómo la ve?

¿A poco no está todo dado? Es que hace más que ahora sí ya está usted mal de su cabeza. Es una casita así para nosotros. Ni en un millón de años, Juan.

Oh, pues cuando le he quedado mal, mi reina. ¿Qué le digo? ¿A poco no está re bonito? Sí, está re lindo.

Vayan a ensayar a los chamacos. Y a los nuestros, porque esos son muy bonitos. Bonitos.

También traje sardinas para hacer una ensaladita. Ay, ni que fuera santo milagroso, pinche compadre. A mí se me hace que le venció la tentación y le dio su cuerpo.

Solo que sea un ciego. Pues, ¿cómo voy a creer que alguien le regaló mil pesotes así nomás? No, pues ya ve cómo es uno. O de plano ya volvió a las andadas y le robó la cartera a alguien, compadre. No, huevo.

Compadre, mire que son pinches desconfiados. Miren. ¿Qué tal la chingada? Ahora resulta que ya es usted famoso. Debe pasar la receta, compadre.

Si le digo que fue re fácil, compadre. Me cae que usted siempre ha sido un hombre bien sortudo. ¿Qué hombre con suerte ni qué la chingada, mi tamal?

Si no me duró nada. Ah, para acabar la de amolar ya me metí en un broncón. Pues, ¿qué más le pasó, compadre?

Pues, que por andar de hocicón le fui a echar un cuentasazo a la Rosa. De esos que solo a mí se me ocurren. Pues, que ya tenía de lo chamba, que si ahora sí ya íbamos a ahorrar para comprar una casita. Bueno, ¿por qué le sigo hasta matrimonio de propósito?

¿Qué le dijo, compadre? Pues, imagínese qué me iba a decir con ese futuro que le pinté, compadre. Pues, que sí.

¿Y ya pensó usted cómo va a salir de esa bronca, compadre? ¿Qué es esto? ¿Qué es esto? ¿Qué es esto? ¿Qué es esto?

¿Qué es esto? ¿Qué es esto? ¿Qué es esto? ¿Qué es esto? ¿Qué es esto?

¿Qué es esto? ¿Qué es esto? ¿Qué es esto? ¿Qué es esto?

¿Qué es esto? ¿Qué es esto? ¿Qué es esto? ¿Qué es esto?

¿Qué es esto? ¿Qué es esto? ¿Qué es esto?

¿Qué es esto? ¿Qué es esto? ¿Qué es esto? ¿Qué es esto? ¿Qué es esto?

¿Qué es esto? ¿Qué es esto? ¿Qué es esto?

¿Qué es esto? ¿Qué es esto? ¿Qué es esto? ¿Qué es esto? ¡Órale cabrones!

Aquí está otra vez la víctima de la injusticia social y ahora sí me voy a tirar de verdad para que sientan vergüenza por nosotros los pobres y ten los ricos Echele ganas, compadre. Echele ganas. A ver si recibe un doble, compadre.

Echele ganas. A lo mejor nomás funciona en el otro edificio. ¿Por qué la c...

¡No sabré! Mi socia cumple su promesa, es la, es la, llévelo, llévelo Todos somos Pérez, todos somos Pérez, todos somos Pérez, todos somos Pérez Todos somos Pérez. Todos somos Pérez. Todos somos Pérez.

Todos somos Pérez. Todos somos Pérez. Ahorita no se va a ver.

Ahora no se va a ver. Por favor. ¿No quieren estar asuntos de lo que ocurrió la noche de ayer?

¿Qué opina acerca de que lo culpen de la decisión del señor Pérez? Es el fin de su candidatura para la presidencia del Banco Mundial. Hoy mismo enviaremos un comunicado donde vamos a fijar nuestra posición. Señor secretario, se comenta que si el señor Pérez muere, su renuncio será inminente. Por favor, no sea insolente.

Señor secretario. ¡Eres un chingón, pinche Felipe! Con esto garantizamos mínimo el nacional de periodismo Gracias, don Carlos Nunca se me hubiera ocurrido que una tontería como esa iba a provocar tal escándalo Hasta el Times y el Washington Post lo publican hoy en su sección de curiosidades Y apenas empezamos, ¿eh?

Pidamos de Dios que se muera nuestro paladín de la justicia social Porque eso sí que le vamos a sacar mucho jugo Mínimo la cabeza de las curañas Y el pendejo que ya se creía el presidente del Banco Mundial ¿Se puede? ¿Qué pasa? Pues acotamos desde las 11 nunca Carlos.

A este paso vamos a tener que doblar el tiraje. Gracias. De nada, con permiso.

A tu salud, mi querido Felipe. Gracias, don Carlos. No sabe lo que le agradezco haberse la jugado por mí.

Y al azul de Juan Pérez. Que Dios no lo conserve, pero no por mucho tiempo. de esta manera rosita por lo menos aquí la comida no está mala y la verdad la cama tampoco mire rosita mi compadre nació con buena estrella hasta dicen los doctores que se salvó de puro milagro Sí, don Phile, pero qué tal que no despierta. Ay, para mí que todo fue culpa de ustedes, que nomás lo andan sosacando para que ande de borrachote.

Como si mi compadre necesitara vejigas para nadar. ¿O alas para volar? Ay, que ya ni la muera. No vea las cosas.

cosas de esa manera, Rosita. Vea lo del lado positivo. Ya mi compadre es una gran celebridad.

¿Qué no vio lo guapetanchote que salió en la foto del periódico de hoy? Parece artista de cine. Parece niño Dios.

Pensemos en el peor de los escenarios. Hoy mismo... Se muere Pérez. Pues lo primero sería el crack de la bolsa.

Y el de su imagen, doctor. Ya en los mercados los analistas hablan del efecto Pérez-Tlaxcoy. No, hombre, no se preocupen.

Si vamos a pasar a la historia. Pero como nuestros colegas, el error de diciembre. No digas eso, ¿eh? Ni de broma.

Perdón, doctor. Yo no voy a acabar de asesor. Ni de maestrito en una pinche universidad.

¿Qué pasó, Lalo? ¿Ya apareció? Está en terapia intensiva en el Hospital General, pero por desgracia el diagnóstico no es nada favorable.

Adiós a mi sueño del banco mundial. No se preocupe, doctor. Hay que tener fe en Dios. Ay, no me chingues, Lalo, no seas inquieto. Son los pobres que en que Dios se ocupa de esas pendejadas.

Perdón, señor. Por lo pronto hay que sacar a ese cabrón de ese pinjo hospital. Sí, señor. Digo, con el último recorte que dimos al presupuesto, ya no deberá haber ni curitas en ese pincho lugar.

Mire, ya llegó el licenciado que viene a visitarlo. Señores, un momento por acá de su atención. Si me hacen el favor.

Licenciado, buenas. ¿Cómo están ustedes? ¿Cómo están?

Buenas tardes. Llévenselo, muchachos, por favor. ¿Qué?

¿Qué le van a hacer? Pues si todavía está vivo. Señora, no haga escándalos. Traemos una orden judicial para trasladarlo. Sí, pero la seño tiene razón.

Están violando los derechos humanitarios institucionales de mi compadre. Y no se lo pueden llevar así nomás porque así. Entonces, ¿qué? Será así como así. Por favor, acepte esto.

Señores. Señores. Acéptelo, señora.

Piense que es por el bien del señor Pérez. Vamos a llevarlo a un lugar donde esté mejor atendido. No podemos ir nosotros también. Somos su familia, licenciado.

Es... No por el momento. No, no, no por el momento. Llévenselo, muchachos.

Sáquenlo por la parte de atrás y asegúrense de que nadie los vea. Con su permiso, señores. ¡Gracias!

Técnicamente hablando, Pedro, no hay ningún motivo para que este sujeto no reaccione. Aparentemente, el golpe no afectó ninguno de sus órganos vitales. Gracias a Dios. Sin embargo, lo sorprendente es como este hombre pudo sobrevivir antes del accidente.

¿De qué hablas, Isaac? Digo, estuvo conmigo hace un par de días y estaba perfectamente bien. Para no hacerte el cuento largo, tu amigo padece, entre otros muchos males, anemia perniciosa, desnutrición crónica, principio de cirrosis hepática, descalcificación severa, hipertrofia cerebral.

Y hemos encontrado evidencia... De sífilis, gonorrea, degeneración celular, cólera, malaria y un sinfín de padecimientos, obviamente relacionados a su condición social, que creíamos que ya no existían más sobre la faz de la tierra. Pues sí, pero a mí me importa una chingada lo que tenía antes.

Pero como tú comprenderás, pues ese no es mi problema. Quizá tienes que hacer algo. Podemos intentar aplicarlo a una terapia de choque, pero es riesgoso. Francamente, es muy probable que se nos quede en la plancha. Ok, me lo voy a jugar.

Y que sea lo que Dios quiera. La Rosa dice que no está ni en la Cruz Roja ni en la Verde. Igual y si ya palmó. El pinche hocico se le ha hecho charronas, no nos eche la pinche salazón. Pobre compadre, morir y joven con la cara al cielo.

Y justo ahora que su suerte comenzaba a cambiar, si hubieran visto a su vieja, estaba... No, ya pedazos. ¿Sabes que no debimos haber dejado que se lo llevaran, compadre?

Todo por pinches cien pesos. Qué baratos. De veras que somos unos ingratos, compadre. ¿Qué habrán hecho con su cuerpo esos güeyes? ¿Qué habrán hecho?

Pues abrirlo en canal y tirarlo a la fosa común. Ni modo, mi Lucifer. Allá vamos todos. Resignaciones y fe.

A su salud, compadre. Que Dios lo tenga en su santa gloria. ¡Ay!

¿Qué pasó? ¡Ey, bonita! Estoy otra vez en la tele.

Ya le dije que es usted toda una celebridad. Anoche hablaron de usted en todos los noticieros. Pero mire nada más este lugar. Me cae que por más vueltas que le doy, nomás no entiendo cómo vine a dar aquí.

Es que con todo lo que hizo, todo el mundo lo considera un héroe. Oye, abuelita. Él no estaría en los sueños. Me cae que nunca sueño así, ni aunque fume de la vesiquilpa.

Oiga, a lo mejor si ya me morí y usted es un angelito. Si quiere le pongo una inyección para que vea que no. ¿Qué pasó, qué pasó? Vamos ahí.

Oiga, pero ¿quién va a pagar por todo esto, eh? Digo, no vaya a ser que luego le pidan a uno algo que... Tenga paciencia, ya pronto le van a explicar todo.

¿Qué es eso? ¿Cómo si me importara? Con tal de vivir así una semana, soy capaz de venderle mi alma al diablo. Eliro Pérez, ¿cómo estás? ¿Cómo te sientes?

Te amo a toda madre, licenciado, que no me ve. Ah, ya sé que usted... Muchísimas gracias.

¿Cómo está, señorita? Pues, a excepción de que no ha dejado de comer, pues, parece que muy bien. ¿Quiere que lo acaricie al doctor Goldberg?

No, no, no, no hace falta, acabo de hablar con él. Lo que sí le voy a pedir es que, por favor, me consiga una silla de ruedas. Sí, licenciado. No, no, no.

Pero no le va a salir esto en un ojo de la cara, Milik. Ya te dije que por eso tú no te preocupes, Pérez. Ojalá todo se pudiera resolver con dinero. No, pues usted lo dice porque va a tener un chingo.

Se alegua, se ve que es usted un ricotón Tú debes creer que quien tiene dinero no tiene problemas, ¿verdad? Pues sí, ¿no? No te equivocas En eso como en otras muchas cosas Tú y yo somos iguales, Perse Vamos, Lee, vamos Que sea menos Piénsalo así Entre más tienes, más son tus problemas, más son tus responsabilidades.

No sé, yo hay días en que quisiera ser una persona tan libre como tú. Ah, no, pues si quiere le cambio su vida por la mía. No, no, no, tampoco. Siempre va a haber ricos y pobres. Y desgraciadamente, pues esa situación siempre va a continuar así.

De veras, mi Lick. Qué chinga, ¿no? Es que usted ni se imagina lo dura que es la vida de los pobres, Lick.

Claro que me la imagino, Pérez. Perfectamente. Sí, sí, sí. Por eso te quiero ayudar, para que salgas adelante. Y te quiero hacer una propuesta.

Te voy a recomendar para que consigas un buen trabajo. ¿Un trabajo? ¿Qué pasó, Amélie?

¿No queríamos amigos? ¿Y entonces cómo quieres que te ayude? Bueno, pues lo de la chamba se lo voy a tener que aceptar, ni modos.

Pero yo lo que de veras quiero es... Es una... Una casita.

Ajá, una casita. No, no, no vaya usted a creer que quiero algo muy acá, ¿eh? No, no, no, algo sencillo, pero de calidad.

Es que, licenciado, mi sueño ha sido siempre tener una casita donde... Poder tener una familia y... Y pues una oportunidad así solo una vez en la vida, ¿no? Ok, Pérez. Acepto.

¿De veras, Lick? ¿De veras, Lick? No, siéntate, Pérez.

Gracias, Lick. Gracias. Muy débil, siéntate.

Pero a cambio vas a tener que ayudarme, ¿eh, Pérez? Ay, no, Lick. Su boca es la medida, usted dirá.

Mira, si haces todo lo que yo te pida, yo te prometo que ese sueño se va a hacer realidad. Cantando en el baño, me acuerdo mucho de ti Cantando en el baño, me acuerdo mucho de ti No sé por qué ha de ser allí, no sé por qué ha de ser allí, allí, allí, allí, allí ¿Qué tal, güerita? ¿Cómo la ve? ¡Qué bárbaro! Hasta parece gente decente.

¿Y qué tal está? Me recuerda tanto a este actor. Este de las películas en blanco y negro. Sí, sí, sí.

¿Cómo se llamaba tan chistoso? ¿Qué pasó? ¿Un actor chistoso? Sí. Buenas noches, muchas gracias por venir.

Doctor, ¿qué nos puede decir sobre el estado de salud del señor? Antes de contestar a su pregunta, señorita, quisiera compartir algunas reflexiones con todos ustedes. Los medios de comunicación comprometidos con la verdad y con el cambio democrático han sido testigos de los enormes esfuerzos que mi gobierno ha realizado para terminar con la pobreza del país. Lamentablemente, aún existe...

en algunos medios que han hecho de la mentira y la difamación su modus vivendi. Y el lamentable caso del señor Juan Pérez es un ejemplo de lo anterior. Por eso he decidido que hoy, y para aclarar todas sus dudas, sea el mismo señor Juan Pérez quien conteste a todas las preguntas.

Juan, por favor. Sí, sí, bueno, bueno. Buenas.

¿Cómo les explicaré por qué hice lo que hice? Bueno, pues ahí les voy. ¿Alguna vez han pensado ustedes lo cabrona que puede ser una desilusión amorosa? Pues eso fue exactamente lo que me pasó a mí.

Imagínense que después de toda una vida llena de amor con la mujer... de sus sueños lo abandonen a uno por otro cabrón. No, pues a ver, a ver, ustedes díganme, ¿quién no se va a querer matar con una historia así? Porque déjenme que les cuente lo que un hombre...

Me falta tantito. No, es suficiente. ¿Alguna otra pregunta?

¿Cómo podemos estar seguros de que en realidad es el señor Pérez? Ya soy otra persona. Por favor, no empecemos otra vez con esa historia. Señor Pérez, entonces, y ya para que nos quede bien claro, ¿usted en ningún momento dudó o culpó al señor secretario Las Curandes su decisión?

Ay, pero ¿cómo cree, señorita? Si aquí el licenciado y yo somos de buenos amigos, ¿verdad, milik? Señor Pérez, ¿no le preocupa después de lo que nos acaba de confesar que la gente lo considera un fraude? Bueno, todo depende, joven. Digo...

Si usted quiere que diga que sí, pues sí. Ahora, que si usted quiere que diga que no, pues no. Así me entiende, ¿no?

Señor Pérez, no sé si me recuerde. No, la verdad, no. Soy el reportero que lo entrevistó la noche que estuvo a punto de tirarse del World Financial Center. ¿No lo recuerda? No.

Se andaba yo retebiendo atribulado, joven. ¿Cómo anda recordándome de usted? Señor Pérez, solo tengo una pregunta. Pero para mí es un asunto de vida o muerte. Oye, menos atraca a mi hijo.

Bueno, mire, écheme la... ¿Podría decirme con toda honestidad si no ha sido usted víctima de presiones o intentos de soborno por parte del gobierno para cambiar su declaración? Oiga joven, pero solamente León cree que todos son de su condición, ¿no les parece?

Ah, que nuestro amigo Pérez. De verdad es maravilloso comprobar cómo la gente humilde de este país, a pesar de sus problemas, nunca pierde el sentido del humor. Muchas gracias por venir. ¡Extra, extra!

Y ahora, en el nombre de Dios, los declaro marido y mujer. ¿Puedes besar a la novia, Juan? Señoras y señores, querida familia, tengo que decirles que hoy es un día muy especial para mí. Un día muy especial.

Hoy es el día más feliz de toda mi canija vida. Y quiero que sepan que a pesar de lo jodidos que estamos, algún día nuestros sueños pueden hacerse realidad. Porque déjenme que les diga que yo nomás no veía la mía.

De hecho, yo a ustedes acá los veía como de otra clase social. Pero me cae que Dios aprieta, pero no ahorca. Y bueno, para no aburrirlos con tanto guaraguara, nomás quiero decirles que no pierdan la fe, porque estoy seguro que ustedes también podrán hacer sus sueños realidad, porque estamos en el país de las oportunidades.

Y ya nomás para rematar, desearles de todo corazón que de veras puedan ser tan felices como lo seamos nosotros. ¿Verdad, mi amor? Ya ve, comadre, ya le decía yo que los ricos también lloran. Ay, que le cuente la chida. Están guayes de la clase, me diría yo.

¡Só, só, só, só, só, só! Ahí me la cuidas, Pérez. Y más vale que te portes bien, cabrón, porque te llevas a lo que yo más quiero.

No se preocupe, suegrito. Rosita se queda en las mejores manos. Pues ya estás advertido, cabrón.

Ándale, papi, hay unas vidas. Ándale, mija. Ándale, mi sueña.

Pero esto es un palacio, Juanito. No me lo imaginaba así de bonito. Yo pensé que la había por dentro. Ahí sí, a ver si no se me desmayó.

Ven, vamos a hacer como en las películas. ¡Gol! ¿Y qué, Rosita?

¿Cómo ve la casa? ¿A poco no está todo a dar? No, pues la verdad está preciosa. De veras que es como haberse sacado la lotería, ¿no? No, que lotería ni que ocho cuartos, si mi trabajo me costó.

Oiga, y hablando de trabajo, ¿qué hora se tiene que levantar mañana? Yo creo que como a las cuatro. Digo, porque ya vio, la casa está de lujo, pero... está lejos de todo. ¿Y ya sabe que va a querer que le haga pa'l monche?

Pues ya sabe que yo con cualquier cosita me conformo. Pues ya verá qué sorpresa le voy a dar, porque pues... además de todo...

soy rata buena cocinera. Rosita, ¿y qué ha pensado de lo que le dije? Ay, Juan, pues no cree que es muy pronto para andar pensando en chamacos.

Digo, porque a mí lo adhino así. Sí, ¿quién me oyó que tocaron? Ay, díjenos que todavía no sé a quién me tocará a estas horas.

Mejor vaya a abrir, no vaya a hacer algo importante. Perdone usted, caballero, vive aquí el señor Juan Pérez. No, no, no, yo creo que se equivocaron. ¡Ay, pinche compadre! Ver para creer, cabrón.

¡Tenemos que brindar! ¡Tenemos que brindar! ¡Esto es un milagro!

¡Míralo! ¡Si hasta aparece otro! ¡No, pues ahora sí!

me parece algo así como que como que yo ni pedo que sorpresa compadre no ya no vengo nos lo ha invitado a pasar pase compadre pase gracias compadre Rosita, ¿qué hace usted aquí? Pues, ¿cómo que qué hago aquí, don File? Pues, si esta es mi casa. ¡Ah!

¡No! No me diga. Mira nomás. Televisión a color.

Toda la cosa. Toda una mansión. Sí, sí.

Oiga, chiquita, pero acogedora. Sí, ¿verdad, compadre? No sabe el gusto que nos da verlo, compadre. Cuando ya todos nosotros lo dábamos por oxizo, difunto o muerto.

¿Qué pasó, compadre? Que mejor se llame. ya la boca chicharrón. Bueno, es un decir. Pero ya que lo encontramos, preguntamos.

Compadre, ¿de dónde nos acomodamos? Porque supongo que seguimos siendo toda una familia, ¿verdad? Híjole, compadre.

Eso sí va a estar difícil. Digo, no me lo tomen a mal, pero las cosas han cambiado. Por cierto, ¿no quieren un pedacito de pastel?

Oye, compadre, no me diga que ya se nos casó usted. Con su permiso, yo los dejo para que platiquen a gusto. Pues sí, compadre, la mera verdad, sí, ya me casi...

Los anduve buscando para entregarles su invitación, pero... Pues, eh... Todo fue tan rápido que...

Que ya no tengo tiempo de encontrarlos. Bueno, pues, por nosotros no se preocupe. Haga de cuenta que nos dimos por avisados Porque nos va a dar asilo, ¿verdad? Híjole, compadre Aquí no hay ni lugar Pues aquí, ¿no?

¿No? Chango, el mono es híjole ¡Ay, gorilas! A este güey ya se le subió. Eh, da la más un par de tetas y una yunta de güeyes.

Pero como dice el dicho, tu vi o no tu vi. ¡Vámonos! Nosotros sí tenemos dignidad. De mejores casas nos han corrido. ¡Vámonos!

¡Compadres! ¡Compadres! Compadres, de veras lo siento, compadres, pero es una oportunidad en un millón. No se preocupe, compadre. Nosotros entendemos.

La gente tiene que progresar, aunque para ello tenga que clavarle una apuñalada a sus seres más queridos. Miren, para que vean que todavía hay cariño, ¿por qué no se vienen a pasar la Navidad con nosotros? Pinche compadre, estamos en febrero. Ahí vamos a dejar las cosas.

Mejor agarre su pinche casa nueva y su... su navidad y métesele por... Por hasta nunca, compadre. Aquí la cortamos.

Que siga disfrutando su vida de... de pinche nuevo rico cabrón. Gracias.

No se ponga así, Juanito. A usted todo esto le costó mucho trabajo y... pues por suerte ya dejó esa vida atrás.

No sé, Rosita, pero... si le digo la verdad, sí me da mucha tristeza. Digo, pues es... que así como los veo jodidos, esos valedores eran como mi familia. Ya.

Quíteme esa cara y véngase conmigo. Que no habíamos quedado que hoy era un día para celebrar. A huevo, compadres, ese cabrón no es más que un pinche malagradecido.

Si todo lo que tienen nos lo deben nosotros, ¿a poco no? Ya, mi camar, cálmese. Mejor piensa en otra cosa.

¿Quién quita a nuestro compadre? Lo piensa bien y se arrepiente, Tamar. Es cuestión de clase. Ninguno de nosotros hubiera portado así. ¿Por qué?

¿A poco si ustedes sacan la lotería? ¿Se vea portado igual de oquetes? ¿Cómo cree, compadre? Por eso tengo la razón. Ese cabrón es más que un pinche traidor.

Tamal, no sea tan duro con él. Mire, mi Tamal, Tamal que lo diga, pero piense positivo. Piense que a lo mejor un día nos sacamos la lotería y entonces hasta nuestra suerte cambiaría. Y mire...

No, padre Filemón, eso no es cuestión de suerte. A mí que ese cabrón nomás nos usó. Y ahí si ustedes lo quieren perdonar, pues perdónenlo.

Para mí es que me hagan la fecha de burba. Ya se murió. Y ahí nos vive Dios, compadre. Y nos vemos, Azteca. No puede ser esto, nena, ¿no?

¿Te acuerdas de Joe Stiglitz? Sí. El que fue asesor en la Casa Blanca, que después fue presidente del Banco Mundial. Sí, al que luego le dieron el premio Nobel, ¿no?

Bueno, ahora quiero que escuches lo que escribe. En mi carácter de vicepresidente del Banco Mundial, comprobé de primera... primera mano el efecto devastador que la globalización puede tener sobre los países en desarrollo y especialmente sobre los pobres en esos países. ¿No te parece el colmo de la desvergüenza?

No lo sé. A lo mejor tiene algo de razón. Pero, nena, después de haberse hecho multimillonario con los puestos que tuvo, ahora resulta que no le gusta el sistema.

Digo, eso es como mearse dentro del pesebre. Bueno, sí, pásamelo. Ah, ¿qué tal, Lalo? Sí, espérame un segundo, ahorita te lo paso.

Dice que es urgente, contesta. ¿Qué pasó, Lalo? ¿Estás seguro?

Bueno, ¿y ya sabes quién es? No, Lalo, haz lo que sea, no lo que sea. Oye, nada más que no se vaya a enterar la prensa, ¿eh? Lo que sea, Lalo.

¡Escúchenme bien, cabrones! Aunque no parezca, yo también soy pobre y a veces, a veces hasta honrado soy y lo que quiero es que me den lo mismo que le dieron al traidor de mi compadre A ver, contéstale, por favor. Sí. Sí.

¿Y todavía está ahí? A ver, espérame un segundo. Carlos, no me lo vas a creer, pero ya apareció un nuevo paladín de la justicia social e imitando a tal Pérez...

Este se quiere tirar de la Lotería Nacional. ¿Mandamos a alguien? Sí, cómo no. ¿Por qué no lo vas a cubrir tú? No, Beto, olvídalo. A nada.

Sal. Yo no digo que le faltara a este pinche país. Un diluvio de pobreza.

Háganme. me conformo con una cobija nueva y una vieja bueno, aunque ya una vieja es una buena cobija pero, bueno ya, lo que caiga México, creo en ti pero por culpa de este injusto sistema voy a inmolar ...mi vida en apoyo a mis compatriotas en desgracia. ¿Qué pasó? ¿Otro? A ver, ¿ya sabes cuántos son?

No, no, haz lo que quieras, pero por favor, averíguame de qué tamaño es el problema. Y resuélvelo, por favor. Lo que sea, como quieras. Yo te juro abuelo, que un día, cueste lo que me cueste, voy a acabar con esa bola de jodidos.

Y quiero mi casa con dos televisiones a color y dos refrigeradores con unas cuantas cervecitas adentro. Señor Tamal, no se preocupe. señor tamal baje de ahí y yo le prometo que la casa de su amigo va a parecer un cuartucho comparada con la suya Y también quiero un carro como el que le dieron a ese güey, aunque no sepa manejar.

Nosotros le pagamos las clases, pero por favor, baje con cuidado. Ayúdenles. No se les vaya a pasar la mano, lo queremos, hijo. ¿Qué pasó, Lalo? ¿Qué hiciste con ellos?

Están en los separos de la delegación, doctor. ¿Y qué? Seguro todo fue culpa del pendejo de Pérez, ¿no?

Bueno, ya se abrió la caja de Pandora. Pensemos en el peor de los escenarios. No quiero ni imaginarme, doctor.

¿Qué tal que Pérez se convierte en el ejemplo a seguir para todos los pobres de este país? No, no, no, no, no. Digo, nada más haga las cuentas.

Son 60 millones viviendo en extrema pobreza por los 15 mil dólares que nos gastamos en el chistecito de Pérez. Habría que declarar el país en bancarrota, doctor. ¿Alguna vez les hablé del Dr. Friedman? Fue mi maestro en Chicago.

Era un progresista empedernido, pero siempre me recomendó volver a lo básico. Así que en este caso a Pérez le vamos a tener que aplicar la tercera ley de Newton. Ay, Don Juanito, no creo que es mucho seis veces en una noche.

Oh, pues hay que recuperar el tiempo perdido, ¿no crees? Pues sí, pero... pues ya es tardísimo. Y usted mañana se tiene que levantar temprano para ir a trabajar.

Pero si estamos... Vamos a nuestra luna de miel. Digo, ahora que me paguen, pues me la voy a llevar a Acapulco. Pero mientras, déjenme que les llegue el jardincito. Y no me vas a creer, pero pues ya estoy listo otra vez.

Ay, espérense, ¿quién oyó que tocaron? Han sido otra vez los latosos de mis compadres, pero ahorita los corro rapidito. Ay, espérenme.

Nomás no se me vaya a dormir, ¿eh? No. Señor Juan Pérez, está usted detenido. Juan Pérez X.

¿Tiene usted alguna pregunta? Pues la verdad sí, mi MP. ¿De qué chingados se me acusa?

El susodicho trató de engañar a la autoridad con suplantación de personalidad y falso testimonio. Evidentemente el acusado tenía un plan bien orquestado para chantajearnos. ¿De mí? Trato de abusar sexualmente No, pues por culpa de ese güey no pudimos cubrir el 214 de la fábrica de hilos No, si nosotros ya habíamos juntado miles de firmas para la causa Y hasta mandamos a hacer camisetas Ya ve que hasta muerto subo El señor Pérez se fue del hospital sin pagar la cuenta Y permítame mencionarle que...

a más de 250 mil dólares. Pinche Pérez, a mí se me hace que ese cabrón está coludido con el gran capital. Pero si yo soy inocente, para mí que todo esto es un complot.

¡Yo soy inocente! No, no, pues yo no sé bien quién es ese tal Pérez, pero por lo que me han dicho ese cabrón, es bien cabrón, ¿no? No, no, hombre, ese güey siempre ha sido bien transe. Yo lo conozco desde chiquito. Y mire nomás lo que le hizo al licenciado.

Eso como que se merece cadena perpetua. ¿No creen? ¿Eh?

Shh. De veras no se preocupe, Rosita. Ya hablé con el abogado y me dijo que a lo mucho me la dan dos meses.

¿Y cómo no le va a decir eso? Pues yo hasta tuve que vender los muebles de la casa para pagarle. Hijo de su... Son iguales. No me diga que también vendió la tele.

Y no, no pasa eso, Juan. Mi papá está re preocupado porque no tiene para pagar lo de la boda. Y para acabarlo de amolar, los dos de mis hermanos están en el hospital por culpa de los tamales de la fiesta.

No se me achicó mal, Rosita. Cuando salga del bote, me voy a poner a trabajar rete bien durísimo para ayudar a su familia. La verdad que con amor todo va a salir bien.

Pues sí, Juan. porque la verdad, usted me prometió el paraíso, pero pues esto ya se anda volviendo peor que un infierno. No diga eso, Rosita.

Yo le juro que le voy a cumplir todo lo que le prometí. Fíjese que dos meses se pasan volando. Pues de veras, y ojalá no más sean dos meses, Juan. Porque como le den más tiempo, nos va a llevar el diablo.

Ya están aquí, doctor. No me lo van a creer, pero creo que tenemos mucho que agradecerle al patético de Pérez. ¿Y eso por qué, doctor?

Porque gracias a él, ahora sí he encontrado la forma de acabar con la pobreza en este país. ¿Pero cómo, doctor, si desde que llegamos a la secretaría ha sido nuestra principal preocupación? Y la verdad no hemos logrado nada. De hecho, en los últimos tres años casi se duplicaron los índices de marginación.

Calma, calma, calma. Ustedes solos van a encontrar la respuesta. Hoy en día, ¿cuánto nos cuesta cada pobre?

Bueno, si contabilizamos programas de apoyo... y subsidios en alimentación, educación, vivienda y salud, un promedio de dos dólares diarios. Multiplícalo por 63 millones de pobres.

Son 126 millones al día. Por 365 días. 45 mil millones de dólares al año, aproximadamente. ¿Y de qué han servido? La verdad, pues no de mucho.

Dar el dinero a los pobres es como tirar el dinero a la basura. Bueno, ahora piensen. ¿Qué pasaría si en lugar de darles dos dólares diarios, les diéramos solo uno?

Ah, pues, digo, de entrada reduciríamos el déficit fiscal a la mitad. ¿Y si no les diéramos nada? Nada, nada, nada.

Bueno, no, sí, así hasta un super hábito en la cuenta pública alcanzaríamos, pero... Exacto, nuestro sueño ha hecho realidad. El déficit cero. Perdón, doctor. Económicamente hablando, suena muy bien su propuesta, pero ¿qué pasaría con la gente?

Si con los dos dólares diarios apenas les alcanza para sobrevivir. Es que esa es la solución. ¿Cuál, doctor?

Que en lugar de tratar de acabar con la pobreza, hay que acabar con los pobres. En cumplimiento a las obligaciones procesales y con base en la evaluación imparcial de las pruebas y testimonios aportados por las partes, se condena al señor Juan Pérez X a tres años de prisión inconmutables, sin derecho a... Confíancela. Cosa juzgada. Juanito.

Déjalo, déjalo, déjalo. Juanito. Rosita.

Juanito. No se pudra. No, Juanito. Rosita.

Juan. Doctor, no tiene idea cómo se puso esto. Como de nosotros los pobres, se lo juro.

Rosita. Mi Rosita. Juan Pérez, a la reja con todo y chivas.

Música Nombre Eh... Juan Pérez Número ¿Qué chinos quieres aquí, Pérez? ¿Qué pasó, sueñadito?

¿Qué bienvenida es esa? Tú no eres bienvenido, cabrón. Yo nomás quería saber si...

si sabes dónde puedo encontrar a la Rosa. ¿De veras no lo sabes? ¿Saber qué? ¿O nomás te estás haciendo pendejo?

¿Qué le pasó a mi vieja? Te lo voy a decir. Nomás para que no vuelvas a pararte por aquí, cabrón. Después de que te metieron al bote, nos cayeron mil desgracias. Perdimos la casa del paraíso.

Se murió uno de mis chamacos. Y a mí por poco también me entamban. Y la pobre de la Rosita, pues no más, ya no pudo con tanta tragedia. Un día me llamaron y me dijeron que se había tirado de un puente.

Y ahora que ya lo sabes. Ojalá que tu pinche conciencia no te deje en paz, cabrón. Porque si alguien tuvo la culpa de toda esta desgracia, fuiste tú, cabrón. ¿Qué es esto? Prohibido el paso, prohibido La mendicidad y la vagancia.

Buenas noches amigo, espere, buenas noches ¿Se siente usted bien? Pues, la mera verdad, no. ¿Quiere algo de comer? No, gracias.

Se los agradezco, pero... vengo el otro día. ¿De verdad?

Mire, no tenemos mucho que ofrecerle, pero lo hacemos con la mejor voluntad. No, de veras, mil gracias. Tome, tome.

Espero que les sirva de algo. No sabe cómo se los agradezco. De veras que gente como ustedes le vuelven a uno la confianza en la humanidad.

No, no son los hombres. Es Dios nuestro Señor que con su grandeza y su bondad siempre nos ilumina en los momentos de oscuridad. No, pues yo ya estaba. Ya dejado de creer en Él.

Pero ahora sí que estoy que te vi confundido. No dude, amigo. Dios existe y siempre está ahí para ayudarnos. Otra vez mil gracias y voy a pensar en eso que me dicen. No dude amigo, Dios existe.

¡Ay, Dios mío, por qué! ¡Ah! ¡Ah!

¡Ah! ¡Ah! Aquí vio Juan Pérez.

Olvide. El asco. Cabrones.

Hijo mío, no cometas una locura. El suicidio es el peor de los pecados. De veras, padre. Pero creo que es mejor estar muerto que seguir con esta pinche vida.

Recuerda que siempre hay una luz al final del túnel. Ven. Ven, hijo mío, ven. Ven, ven conmigo. Es que, padre, si supiera todas las cosas que me han pasado, ya no vale la pena vivir, padre.

Ven, ven y escucha la palabra del Señor. Oiga padre, ¿no será que se nos pasó la mano? Parece que este güey ya no respira. Lo merecía el hijo de la chingada.

Por gente como él es que cada vez tenemos menos clientela. Compadre, compadre No, no, no, tranquilo Compadre Compadre ¿Compadres? ¿Que ya llegué al infierno?

No, compadre. Nomás bajó de nivel. ¿Y entonces qué, compadres?

Ya me perdonaron. Pero cómo no lo vamos a perdonar, compadre. Si usted es de la familia.

Más bien ya... ¿Ya me perdonaste a mí? ¿Cómo no lo voy a perdonar, mi damal? Si es usted mi carnal.

Venga, venga. y hacen aquí no me lo tomen a mal pero yo hasta pensé que ya habían palmado poquito nos faltó estamos vivos ese purito si viera como ha cambiado el país pues que ha pasado este tinche gobierno que es del cambio que de un día para otro decidió que era delito ser pobres y como nosotros no hemos podido emigrar a los yunais pues estamos viviendo aquí escondidos y luego si uno no trae Un pinche numerote como ese que usted trae ahí pagado. Toma, chango, tu jablota, cañón.

No, pues sí se oye de la rechingada. Peor que eso, compadre. Bueno, ¿y usted qué? ¿Qué le pasó?

No me lo recuerde, compadre. Hoy ha sido el peor día de mi vida. ¿Cómo que el peor día de su vida? ¡Se salió del bote!

Sí, pero apenas supe lo que le pasó a mi Rosita. ¿Pues qué le pasó? Pues que por mi culpa. Se mató la pobre.

¿Pero cómo que se mató, compadre? No, la Rosa está viva. ¿Está viva?

Sí. Está viva. Es que está viva.

¿Por qué no me iría a visitar nunca si yo... Yo no hacía otra cosa que visitar a mi hija? No, compadre. Ella fue a verlo muchas veces, pero siempre le decían que usted estaba en las Islas Marías.

Y si no lo sabe, también a ella la encarcelaron. ¿Y por qué? ¿Cómo por qué? Pues por...

por el licenciado ese, el anzulán, su amigo, que le quería quitar su casita. Pero ella la defendió como león a sus cachorros. Pues nomás por eso va al botellón. Pinche licenciado. Y eso no es todo.

También le querían quitar al chamaco, pero ahí sí no se dejó. Rosa tiene un niño. Coño, tampoco eso sabía, compadre.

Le decimos torito de cariño. Ya sabía que algo así iba a suceder. Todas son iguales. No, si... pendejo, compadre.

El chamaco es igualito a usted. Ay, ¿entonces tengo un hijo? Tengo un hijo, compadre. ¿Qué pasó? Pues, ahora sí, si son buenas o malas noticias, compadre.

Oiga, pues usted siempre soñó con tener una familia, ¿no? No, pero a ver, compadre, dígame, ¿qué punto le puedo ofrecer a Rosita? y a mi heredero, y soy un perdedor, y ahora peor que nunca. No, compadre, usted no es ningún perdedor. Lo que pasa es que es este pinche mundo, o la voluntad de Dios, que no deja que uno salga para adelante.

Aquí el que nace pobre, así lo entierran. Y nosotros creemos que somos de esos. No, compadres.

ni la voluntad de Dios. Es la bola de hijos de la chingada que lo manejan. O el cabrón ese del licenciado Descurain.

Y caiga, es por su culpa que nomás no podemos salir del hoyo. No, tú tienes razón, compadre. Estamos condenados a vivir en la huelga.

por los siglos de los siglos. Méndiga, suerte. No, compadres, las cosas no tienen por qué ser así siempre. Están así, pero no más falta que alguien se anime para que empiecen a cambiar. Se me hace que usted ya se volvió comunista, compadre.

No, qué comunista ni qué la chingada, compadre. Si nomás es cosa de hacernos justicia por propia mano. No, compadre, eso es muy peligroso.

¿Qué otra nos queda, compadre? Miren, si todo sale bien, le vaciamos la casa al ricotones de... Yo así se los digo con conocimiento de causa.

Un día como rico, es mejor que una vida de pobres. Pues para mí que no tiene vuelta de ojo. Usted ya se volvió comunista, compadre.

Pues díganos cuál es el plan. Cuello al cabrón de las curañas. ¡Órale pues!

¡Vamos! ¡Cuidao! ¡Písele bien!

¡Ya! ¡Qué raro! ¡No me jodas!

¡Chist! ¡No! ¡A ver!

¡Sóltate! ¡Sóltate! ¡Sáquenlo!

¡Pues ni voy a su pasar! ¿A poco es en la casa de su amigo, compadre? Nomás una de ellas, compadre. Si creo que el cabrón tiene como ocho regalas por todo el mundo.

Me voy a ver muy pendejo, pero ¿a poco una chamba en el gobierno da para vivir así? Pues nomás imagínese si un gato como ese vive así, ¿cómo vivirá él? ¿Pinche preciso? No, esos son dueños hasta de ranchos. Sí está cabrón.

Y filosóficamente hablando, compadre, nomás llegan al poder y bolas. Igual de tranzas que los otros. Igual de tranzas y todos son iguales.

¡No, no, no! Pinche chisme político de manos a la obra. Compadre, ¿cuál es la estrategia de la araña? Y déjeme pensarle. Ya la tengo.

Vengan para acá, compadres. Y ven, compadres. Ustedes me hacen una pirámide, ¿no?

Y luego, pues, yo salto la reja. Ajá. Y luego les abro la puerta.

Y vuelve la burra al trigo, ¿no? Y que yo puso primero. Y que me llevo toda la gloria. Y que la foto en el... periódico.

A ver, mi tamal, vaya usted primero. Va para arriba. Espérame un momentito, déjeme calentar, no me voy a pegar un calambre.

Dale, compadre. Espérame. Espérame.

Eso, gracias. Espérame. ¡Vamos! ¡Vamos! ¡Aguanta, aguanta!

Mira usted a esos pobres güeyes, pareja. ¿Les bajamos un poco el voltaje? No, deje que se rocicen un rato, a ver si así se les quita un poco lo pendejo.

Central, tenemos aquí un código alfa 2. Tira la tira, vámonos Tenía usted razón compadre, fuimos nacidos para perder. Ya lo dijo su amigo el ministro, siempre ha habido ricos y pobres y pues siempre lo sabrá. O como dice la Biblia, bienaventurados los pobres, porque de nosotros será el reino del cielo. Nomás que vamos a tener que esperar un poco para obligarlo.

Qué Biblia ni qué la chingada, compadre. Hoy sí comprobamos que de veras Dios no existe. No, compadres, Dios existe y yo sé dónde vive.

Yo con el calcetín. Carlos, ¿qué pasa? ¿Por qué estás contento? Es que te traigo dos noticias para la historia.

Una buena y una mala, ¿cuál quieres primero? La buena, por supuesto. Pues que por fin renunció tu amigo Lascurain.

¿No? Sí. ¿Y la mala? Prepárate, porque te va a dar un infarto.

Por tu culpa y la del pendejo de Pérez, ahora sí ya se chingó el mundo. En nombre de Su Majestad la Reina, el Rey Carl Gustav Josef II, es un gran honor anunciar que el Nobel Prize para la Economía va a Mr. Pedro Lascurain Hartman, de México, para su teoría, globalización y mercados libres, herramientas de justicia social para eliminar a los pobres. Mr. Lascurain, por favor.

Así es Arturo, ya solo resta informarle a nuestra audiencia que el Dr. Laskurán Hartman, autor del ya famoso milagro mexicano, asumirá a la brevedad la presidencia del Banco Mundial y desde ahí intentará implementar su revolucionaria teoría económica. a nivel global. Transmitiendo en vivo para ABC Noticias desde Estocolmo, Suecia, Carlos Guadarrama. Gracias a ese señor, al que le acaban de dar un premio de sota en la tele, es que usted va a tener un futuro bien brillante.

Me cae que si un día me lo encuentro, me lo como a besos. ¡Pásele! ¡Compadres! ¿Qué pasó, compadres? ¿Por qué tan tarde?

Tuvimos un pequeño desaguisado ahí con los vecinos de la nueva casa, pero... Hablando se entiende la gente y luego, luego se quedaron quietecitos. ¿Están ustedes en su casa? ¿Quieren algo de tomar? Tengo unos pinches pomos de primera calidad.

¡Pues para luego es tarde, compadre! Venga, venga. Miren nomás, hijo del tigre pintito.

Este muchacho es igualito ¿Por qué no nos sale igual de cabrón? Órale, compadres, ahora sí se volaron la barra Órale, compadres, pásenle a lo barrido que se enfría la cena Ya ven, compadres, se los dije Más vale un día como ricos Tú no una vida de pobres. ¡Salud! Y pienso a mí mismo Adiós I think to myself What a wonderful Música Música Música Cantando en el baño, me acuerdo mucho de ti. Cantando en el baño, me acuerdo mucho de ti.

No sé por qué ha de ser allí, no sé por qué ha de ser allí, allí, allí, allí, allí. Cantando en el baño, me acuerdo mucho de ti. Yo en la calle y sin haber amado, no me muero. Salud. Pérez.

Juan Pérez. Póngale 29. ¿Por qué letra quiere que empiece? El compadre, el tutti frutti, el come cuando hay, pero la gran mayoría me conoce nada más por el pinche Pérez.

¿Pertenece a un partido político? Mejor perro, joven, ¿qué pasó? Te voy a recomendar para que consigas un buen trabajo. ¿Un trabajo?

¿Qué pasó, Amélie? ¿No que ya éramos amigos? ¿Y entonces qué? ¿Cómo quieres que te ayude? Es que, licenciado, mi sueño ha sido siempre tener una casita.

Mira, si haces todo lo que yo te pida, yo te prometo que ese sueño se va a hacer realidad. ¿A cuánto está el salario mínimo? Eh...

Eh... ¿Qué tal que Pérez se convierte en el ejemplo a seguir para todos los pobres de este país? ¡Yo también soy pobre!

¡Y lo requiero! ¡Es lo mismo que le dieron al traidor de mi compadre! ¡Todos somos Pérez! ¡Todos somos Pérez! ¿Qué tal compadre?

Sí, sí, señor presidente, sí, no. En lugar de tratar de acabar con la pobreza, hay que acabar con los pobres. ¡No hay derecho a un abogado a guardar silencio!

¡A visitar a su cargo! Causó daños materiales incalculables. Evidentemente, el acusado tenía un plan bien orquestado para chantajearnos. Ya veo que está muerto, Subo. De mí, trató de abusar sexualmente.

Yo soy inocente, para mí que todo esto es un complot Hoy en día ¿Cuánto nos cuesta cada pobre? Si contabilizamos subsidios y programas de apoyo en alimentación, educación, vivienda y salud, un promedio de dos dólares diarios. Asistente personal del secretario de Economía, ochenta mil pesos, más bono.

Que Dios me perdone, pero todos los pobres son unos hijos de la chingada. Secretario de Economía, ciento sesenta mil pesos, más bono. Sueldo del presidente 200 mil pesos más bono más bono sexenal. Más bono de retiro de por vida.

Que el gobierno quiera acabar con los pobres no tiene madre. Hay cosas que el presupuesto del gobierno no tiene. El perno sí puede comprar, pero con dos dólares diarios, solo se puede soñar.

De los creadores de la ley de Herodes. Un mundo maravilloso. Próximamente. Pensión de un expresidente, 170 mil pesos mensuales.

Tampoco una chamba en el gobierno va para vivir así. Que lleves un año sin trabajo, no tiene mal. De los creadores de la ley de Herodes.

¿Un trabajo? ¿Qué pasó, Amélic? ¿No queríamos amigos? Un mundo maravilloso, solo en cines.

Casa en las lomas de Chapultepec, 26 millones de pesos. Pero esto es un palacio. Casitas de las que presume el gobierno, 120 mil.

Que la casa se te caiga encima, no tiene más. De los creadores de la ley de Herodes. Un mundo maravilloso.

Para mí que todo esto es un complot. Solo en cines.