Música Música Música Música Música Música Música Música Música Música Música Música Música Música Hace unos días, revisando mi canal, comprobé sorprendido que en toda mi carrera como youtuber sólo había hecho un vídeo relacionado con el universo cinematográfico de Marvel. Y además de que debería recibir un premio al mérito por esta razón, pensé en que, aunque no sean la panacea del cine y el parque de atracciones favorito de Martin Scorsese, de 20.000 películas, al menos de alguna entre tanto contenido, merece una aparición en la estelar sección de este canal. escenas legendarias.
El problema es que echándole un vistazo a la parrilla Marvelita sólo encontré una escena que parece propia de otro tipo de cine, que aparta la fórmula que todos conocemos y nos presenta un giro amargo, depresivo y muy elegante. Y a pesar de que tocara la escena un poco por encima hace unos años, me gustaría sacar todo el jugo que tiene como si de una naranja pocha y visiblemente exprimida se tratara. Así que nada, vamos al lío. En el día de hoy analizaremos por qué la victoria de Thanos en Infinity War es la mejor escena de todo el UCM.
Sean todos bienvenidos a... Escenas Legendarias. Muchos pensarían que la gran diferencia entre Infinity War y Endgame es que en una película Thanos mola y en la otra es un poco que lo que. Otros argumentarían que son dos caras de la misma moneda, una con la victoria del villano y otra con la de los héroes. Pero lo cierto es que la película no se reduce a una victoria específica.
En casi todas las historias los villanos se ven motivados por venganza, rabia, fantasías de poder o el mal maniqueo. Básicamente hacer el mal por el mal. Por algo son villanos, ni sus métodos ni sus ambiciones son moralmente correctas.
La movida es que el titán loco tiene un objetivo que supuestamente persigue por el bien común, pero con métodos bastante cuestionables. El objetivo, a pesar de ser por el bien colectivo, es también bastante cuestionable. Aniquilar la mitad del universo por sobrepoblación es bastante extremo y eso no se supone que solucionaría los problemas, simplemente los prorrogaría.
Pero el encanto y el carisma de Tano reside en cómo entiende las emociones humanas y en cómo enfrenta el problema. sumando sus sacrificios. Casi siempre quien tiene que sufrir pérdidas y varapalos que alteren su circuito hacia el triunfo son los héroes arquetípicos. Al final, él es uno de los que más pierden toda la película. Y el foco narrativo es de protagonista total, con lo que aquí es...
donde empiezan las dudas. Nosotros vamos con los Vengadores porque son nuestros protagonistas desde hace varias películas, pero llega este tío con esas buenas palabras y discursos tan convincentes y piensas... joder, por lo menos vale la pena escucharle.
Es por eso que al final de la película sería difícilmente calificable como la victoria del villano porque está lejos de ser una victoria, y si la fuera resultaría tremendamente pírrica. Thanos ve el camino de recoger las gemas y llevar a cabo su plan como un trámite espiritual, en el que su mayor enemigo es su propia conciencia y conflictos internos. Tiene que sacrificar a su propia hija para obtener una de las gemas y le conlleva su pequeño traumita.
Justo después de chasquear el dedo sabemos que todo está perdido, que los héroes han sido derrotados y que se ha dado la catástrofe que pretendían evitar. Ese es el primer valor de la escena, la antonimia de la gloria. En todas las películas de superhéroes nos han acostumbrado siempre a los finales dulces, donde el héroe vence el conflicto interno, que serían sus dudas, miedos y problemas psicológicos que le apartan de su objetivo, y poco después el conflicto externo, que en este caso sería el villano. En todas lo hemos visto, menos en algunas pocas muestras, donde al final acaba ganando la contraparte. El punto es que la película nos engaña conciencia.
La contraparte no es Thanos, porque él es el protagonista, y se nos lleva repitiendo desde el principio de la película. Y el final es una tragedia, tanto para él como para los Vengadores. El giro es inesperado. Revoluciona una fórmula que siempre habíamos visto en el momento más clave e importante.
Y además, tiene estilo. Es una pena que este momento fuera eventual y solo durase una puñetera película. Pero yendo al estilo de la misma, analicemos sus valores visuales. Primero, antes de toda la escena del porche, tenemos el plano en el que los Vengadores asomen sus pérdidas y su derrota. En primer lugar vemos al Capitán América dándole la vuelta al cuerpo sin vida de visión.
Y el plano comienza a abrirse para mostrar a los pocos que han quedado vivos al final de la batalla. El plano se aleja para abrir la perspectiva y describirnos, sin palabras, la derrota de los Vengadores. Y es cuando le aceptamos que la cámara se acerca lentamente sin un foco claro, como si además de las...
miradas perdidas de todos nuestros héroes, la cámara también estuviera perdida. Al final, la cámara finaliza su recorrido en el rostro devastado del Capitán América, que también tiene la mirada perdida, como sus compañeros, pero que pronto se nos revelará, por eje y montaje, qué está observando. Abrimos desde el cielo con una panorámica vertical, mostrándonos que está amaneciendo en un lugar que no conocemos, y la lente, alejada, se acerca muy lentamente a una granja solitaria, en medio del campo, y nos damos cuenta de que...
que este plano de Thanos de espaldas es la respuesta al del Capitán América. Si juntamos ambos planos, los dos siguen la fórmula del plano contra plano en cines, utilizada con mucha asiduidad, como si ambos se observaran o estuvieran manteniendo una conversación. Por un lado tenemos la del Capi, al lado derecho del eje de cámara, y por otro, a Thanos, al lado izquierdo de la misma.
Mientras la cámara de los Vengadores estaba perdida y no parecía tener rumbo, la de Thanos se equilibra y le hace un seguimiento completo al villano, dando un giro de casi 180 grados. grados. En el momento que se sienta, Thanos observa también, con la mirada perdida, el amanecer de este planeta.
Me parece espectacular como, aún con los efectos en la cara de Josh Brolin, su rostro puede transmitir tantas emociones con pequeños gestos. Pero ahora vamos a eso. Porque primero hay que comentar qué movimiento hace la cámara, al contrario que el anterior plano de Los Vengadores.
La cámara pivota alrededor de Thanos y hace un movimiento que no acaba de equilibrar con exactitud el contraplano, con lo que hemos visto anteriormente. porque se centra y acerca aún más a Thanos a la lente y lo engrandece, aún manteniéndolo al lado izquierdo del eje. El plano ha sido el mismo que en la anterior, pero en el eje opuesto, con un tamaño de plano más cercano al sujeto, mucho más centrado, y con un movimiento mucho más claro y decidido. Y fijémonos en los gestos.
Paradójicamente, las miradas de ambos sujetos están perdidas, tanto la del héroe como la del villano. Pero por montaje y retorcidamente, parece que se están observando mutuamente. Me resulta...
Resulta incluso inquietante como en la escena de Thanos mira con hastío y tristeza la escena y luego sonríe, como disfrutando de lo que acaba de hacerles, sobre todo entendiendo que su perspectiva sería esta, pero ya me entendéis. En cuanto a formulación visual, si no fuera por el plano que hay entre medias, nos resultaría aún más evidente esta relación de eje derecho y eje izquierdo, pero en ambos planos, aún a pesar de la victoria de Thanos, hay tragedia. En uno, por la pérdida de los demás héroes y sobre todo por el... el fracaso en el cumplimiento de su objetivo, y en otro por la muerte de su hija y por la muerte que ha provocado de miles de millones de personas.
Quiero decir, estoy seguro de que Thanos no disfruta de lo que ha hecho, no es un sádico. Si no, estaría riéndose de forma maníaca o se habría ido a un universo donde hubiera un Benidorm 2.0 para atajarse e irse de rave, pero no, se ha ido al porche de una granja en el culo del mundo a observar el amanecer y a reflexionar probablemente acerca de nuestra propia existencia y sobre todo, de lo que acaba de hacer. de hacer. Pero la diferencia con el plano de los Vengadores es el final. Y con el final viene el movimiento de cámara.
Vemos la cara de Thanos y es la misma que la del Capitán América, pero entonces la cámara rota y algo cambia ligeramente en la cara de Thanos. Y lo que parecía un rostro a punto de llorar se convierte en una sonrisa amarga, acompañada por una cabeza que asiente, consciente de su hazaña. Al final lo que piensa Thanos es que ha salvado el universo, por mucho que haya tenido que sacrificar.
y por mucho que haya tenido que aniquilar. Porque, repito, él lo que quiere evitar es la aniquilación definitiva. E incluso en su cabeza tiene un sentido racional pensar que lo que ha hecho es un sacrificio mínimo. Pero aún así, sabe que lo que ha hecho es terrible.
Es parte del encanto que tiene este final. Y también lo notamos en la fotografía de ambas escenas. Mientras en la escena de Iron Man tenemos un atardecer infernal que precede un ocaso desgarrador, en la del Capi y los demás Vengadores tenemos un día gris, apesadumbrado, en el que el único color que hay es el de la vegetación, mostrándonos con objetividad que no hay una emoción positiva en todo el plano, ni un solo refuerzo alegre. Es como si el gris ennegrecido del cadáver de visión hubiera contagiado todo el lugar, dándole un aspecto aséptico, tétrico y carente de sentimientos. En cambio, en el porche de Thanos tenemos ese color especial del amanecer, ese azul que deriva a lila, con ascuas doradas, y que choca con el propio color avioletado de Thanos, dándole intensidad al plano y una uva.
aura casi mística, y en su rostro vemos la dualidad de esos colores, del amarillo dorado de su armadura y que ilumina su parte derecha y que según avanza más se come la cara y que al final acaba dominando cromáticamente a la composición. Y por último, los tonos violeta de su piel que se fusionan con la granja iluminada por el crepúsculo. El contraste cromático de ambas composiciones demuestra claramente quién se ha consagrado, pero queda un último detalle, qué es lo que hace que la escena sea tan potente y la lleva al siguiente nivel.
Y es la música. Durante toda la película escuchamos el tema de Thanos varias veces. Una sucesión de notas que suena grandilocuente y desembocan una resolución ominosa que nos aplaca y nos resulta de todo menos amable.
Pero en el final, eso cambia. La potencia orquestal se pierde y vemos una rendición del tema de Thanos dramática. Triste.
Esta composición se llama Porch y es algo que comenté en mi vídeo de Thanos hace ya cuatro años. La canción no suena... triste porque está compuesta en sol menor, que es una tonalidad en música que se asocia no solo al descontento, sino también al desequilibrio.
Algunos musicólogos la definen como la tonalidad mal templada, porque nos produce ese sentimiento de incomodidad, de tensión. de insatisfacción y de disgusto. Si lo asociamos a la imagen nos damos cuenta de lo que pasa.
Es casi un momento de duda de Thanos, en el que le atenaza la culpabilidad tras ver a su hija después de chasquear el dedo, sabiendo que, para sí mismo, lo ha perdido todo, pero de repente entiende que ha realizado un acto para el que ha trabajado toda su vida. Ha cumplido su propósito, su objetivo vital, y en medio de toda esa depresión, de todo ese dolor, surge una sonrisa. amarga y sutil. Y la composición da un giro brutal, porque acaba en un sol mayor. Y ese sol mayor resuelve la película.
Según el sentido habitual que ha analizado la tonalidad del sol mayor, siempre se ha referido a una sensación idílica, calmada y de una restauración del equilibrio. de una resolución que deriva en una pasión satisfecha. Es lo que produce este final, pero a su vez es inquietante y dicotómico.
¿Por qué? Bueno, porque la última nota que ambienta la película antes del corte a negro es feliz y vívida en un contexto absolutamente trágico. Porque nosotros vemos a quienes hemos perdido, a las personas que conocemos dentro de la ficción, a personajes que nos han acompañado en incontables historias. pero no escuchamos los gritos ahogados y desesperados de miles de millones de familias que se han perdido, de amigos que se han separado y de romances que se han destruido.
No podemos escuchar los llantos desesperanzados de un universo sordo y profundo en el que se ha perdido todo. Solo vemos el sutil triunfo del verdugo, sonriendo ante ese destino tan incierto y malévolo. Y esa nota, entonces, torna incruel y engreída, porque la muerte ha vencido a la vida. Y el vacío al anhelo. Hasta aquí la escena legendaria de hoy.
Una escena que dura no más de dos minutos y que ilustra a través de poquísimos planos que Marvel sabe ser sutil y sabe hacer escenas dramáticamente superiores. Para aquellos que clamaban orgullosos que no hacen cine. Y sí, es una pena no ver escenas tan trabajadas y bellas en la filmografía de esta saga de películas, pero quizá es por eso que cuando se nos presentan estas ante nuestros ojos, las valoramos aún mucho más. Si queréis más de esta sección, reventad el botón de like, compartidlo con vuestros amigos y familiares, y por supuesto, suscribíos y activad la campanita, que luego no os enteráis de nada, ¿eh? Espero que os haya gustado y sin mucho más, me despido.
Un saludo e id en paz.