¿Qué pasa? ¿Tienes examen de Historia del Arte y no has empezado a estudiar, eh? Pues no te preocupes, porque ha llegado el historiador para ayudarte. En el vídeo de hoy continuaremos con la segunda de las etapas de Intro del Arte Medieval.
Hoy veremos el Arte Bizantino. Nos situamos en el siglo V de nuestra era. Como vimos en el anterior vídeo de Historia del Arte, Roma acaba por dividirse. En la parte occidental, el imperio es invadido por los germánicos provenientes del norte de Europa.
Este hecho... provocará que se unan en un mismo estilo del arte paleocristiano, el romano y el germánico, dándose el que conoceríamos como arte prerrománico. Pero eso lo explicaremos en el próximo vídeo de Historia del Arte.
Hoy nos centraremos en el otro lado del imperio, la parte oriental. Y es que esta zona evolucionó muy diferente en cuanto a arte se refiere. Y es que esta parte del imperio romano sobrevivió otros mil años más. Y es lo que nosotros conocemos hoy día como Imperio Bizantino. A diferencia que el arte que veremos en el pre-románico, el bizantino era un estilo muy rico y lujoso, y en él unió varias vertientes como el grecorromano, estilos orientales y, claro está, el propio paleocristiano.
Al ser Constantinopla, actualmente Estambul, la capital del imperio, sería allí donde se produciría el mayor esplendor de este estilo y se desarrollaría principalmente entre los siglos V y XV. Si nos centramos en la arquitectura, la Basílica Bizantina cuenta con un atrio con nártex, que incluye el fial, un recipiente con agua bendita. Como ya sabéis, al final de nuestros vídeos os dejaremos una lista con vocabularios para haceros más fácil el aprendizaje. Ya al interior, veremos cómo la Basílica se divide en dos.
La naos, que era la zona destinada a los fieles, y el presbiterio, que era el lugar donde se situaba el clero. Y estas partes estaban separadas por el conocido como iconostasio. Este iconostasio era algo parecido a una pared decorada con imágenes de santos, la virgen o el propio Jesús de Nazaret, que no dejaba ver partes de la eucaristía que se realizaba en el otro lado. Aun con esta derivación de las basílicas paleocristianas, van a destacar también las basílicas con planta de cruz griega, un tipo de iglesia que vista desde arriba tiene forma de cruz, pero con todos sus brazos del mismo tamaño. y que estaba rematada en el centro por una enorme cúpula.
El interior de esta cúpula se decoraba con frisos lisos y corridos, ornamentados con mosaicos y pinturas, aunque el exterior era mucho menos decorativo, normalmente sin color ni decoración alguna. Da comienzo el predominio del ladrillo sobre la piedra, ya que este era más manejable y menos pesado. Sabiendo esta base de la arquitectura, podemos adentrarnos en las diversas etapas que tuvo el arte bizantino, y es que, Este se divide en tres etapas.
La primera de las etapas comprende entre los años 500 y 600, destacando la figura de Justiniano. Sería este emperador quien mandaría construir la famosísima Basílica de Santa Sofía, situada en la capital, Constantinopla. La gran cúpula que recubre la basílica mide 32 metros y se asienta sobre pechinas, que son una especie de triángulos esféricos diseñados para soportar y distribuir el peso. El empuje hacia estas pechinas era soportado por otras dos cúpulas laterales que evitaban que las pechinas se derrumbaran. Y estas dos cúpulas laterales eran soportadas por otras cuatro de menor tamaño a su vez.
Dos bodas de cañón situadas en los laterales con contrafuerte soportaban el resto del peso. Como podemos ver, a la vez que se incrementa la altura y la majestuosidad de la basílica, se tiene que inventar diversos métodos para soportar el peso. La basílica fue diseñada por Isidoro de Mileto y Antemonio de Trales y en el año 1453 con la conquista musulmana del territorio bizantino estos la convirtieron en mezquita.
Otro buen ejemplo es la iglesia de San Sergio y San Baco, situada en la misma ciudad y que por sus características similares con Santa Sofía se le conoce como Pequeña Santa Sofía. No se esforzaron mucho en ponerle nombre, la verdad. Esta tiene planta central con una cúpula gallonada, que como veis en la imagen tiene forma como de naranja sin la cáscara. En este periodo también podemos destacar la iglesia de San Vital de Rávena, la cual tiene una planta central octogonal y una cúpula elevada en tambor, que significa que no recae sobre las propias paredes del templo, sino que un trocito de más pared, para que lo entendáis, se eleva para darle más altura. Es en este templo donde encontramos un famosísimo mosaico.
¿Sabes cuál es? Venga. Te dejamos 5 segunditos para que nos lo pongas en los comentarios.
¡Exacto! Es el de Justiniano con su séquito, del año 547. Este mosaico y otros muchos, como por ejemplo el de la emperatriz Teodora, estaban compuestos por teselas de mármol alternadas con otras de barro cocido vidriado. En Rávena podemos ver otras magníficas obras arquitectónicas, como la iglesia de San Apolinar el Nuevo o la de San Apolinar en clase. Centrándonos ahora en la escultura, cabe destacar que esta se dejó muy de lado. ya que fueron sustituidas en su mayoría por los mosaicos, pero destacan relieves de marfil como los conocidos dípticos consulares.
Esta etapa de esplendor artístico tocó a su fin con la llegada al poder del emperador León III en el año 717, ya que este emperador pertenecía a la dinastía isáurica, dinastía que no aceptaba la adoración de ídolos, por lo que se dedicaron a destruir todas las imágenes religiosas que se encontraban. Ya con Teófilo de la dinastía Frigia, se hicieron reformas para recuperar estos iconos sagrados a los lugares que le correspondía. Sería en el 840 y con estos sucesos cuando daría comienzo la segunda de las etapas del arte bizantino y que se extendería hasta el 1100 más o menos. En este periodo la cruz griega fue adoptada como la planta más utilizada a la que se le añadieron otros elementos como pórticos y fachadas con muchísimas cúpulas.
En la cúpula principal se utiliza el tambor. que ya explicamos anteriormente, para darles más altura y añadir aquí ventanas. También destaca un cambio en el exterior de los templos, ya que se dejaron de ser tan austeros utilizando piedras de colores, meandros y puntas de sierra. Con estas características podemos destacar el monasterio de Osios Loukas. Siguiendo esta moda, se construyó en Venecia la Basílica de San Marcos en 1063, de la que destacamos el interior dorado por los mosaicos, y también...
El increíble retablo Paladó, realizado con esmaltes sobre metales preciosos, siguiendo la técnica del Cloisonné. Tras la Econoclasia, que fue la época en la que se destruían todas las imágenes, se empezó a potenciar las pinturas narrativas. Un buen ejemplo es el monasterio de Simonos Petra o la iglesia de Santa Sofía de Salónica. Tras varias crisis y con la división temporal del Imperio Bizantino, llega la tercera de las etapas en el siglo XII, que se extendería... hasta el 1453. Da comienzo esta etapa con la llegada de los paleólogos al poder, en 1261. En esta última etapa el imperio ya era una sombra de lo que llegó a ser, ya que se redujo considerablemente su tamaño y los turcos acabarían conquistando el poco imperio que quedaba.
En esta etapa destacan los paisajes y escenas pastorales, en su mayoría a través de mosaicos. que como vemos gustó muchísimo en este estilo del arte. Destacan los de la iglesia de Corar en Constantinopla. Por su parte, los frescos pasaron a ser más narrativos y los iconos empezaron a tener multitud de detalles, abandonando el simplismo y la austeridad.
También destacamos de esta última etapa la utilización de cúpulas bulbosas, que si os suenan es porque fue una característica que triunfaría posteriormente en Rusia y el resto de los países eslavos. Todo esto sucedía en la zona oriental del Imperio Romano, mientras que en la occidental se desarrollaba otro estilo muy diferente que veremos en el próximo vídeo. Dale like y suscríbete si te ha gustado el vídeo y compártelo para que tus amigos no suspendan el próximo examen. Nos vemos en el próximo vídeo. ¡Adiós!