Y ahora las noticias de WTOP. No afirmamos ni descartamos nada, estamos esperando el resultado de los análisis. Vamos directamente al centro de Washington a la escena de los sucesos. Una nota dijo que el paquete anónimo contenía antrax, una bacteria mortal. Fueron convocados los equipos especializados en tóxicos.
Las personas que habían tocado el paquete fueron descontaminadas e internadas en hospitales. Las autoridades no dejaron nada al azar. Un kilo de ántrax puede matar hasta 3 millones de personas. Pero ahora, en este día, se trató de una falsa alarma. El temor se basaba en que Saddam Hussein había gastado 100 millones de dólares para desarrollar el armamento biológico de Irak.
Cuando Irak invadió Kuwait, Hussein disponía de cultivos de ántrax y de suficientes toxinas de las bacterias que producen botulismo para matar a todos los habitantes del planeta. Durante la guerra del Golfo, una parte del material fue colocado en los misiles y los comandantes iraquíes habían autorizado su lanzamiento. La guerra terminó y las Naciones Unidas destruyeron las instalaciones donde era producido el veneno.
Aunque no haya guerra, existe el riesgo de las enfermedades producidas por bacterias que circulan todos los días entre nosotros como la pulmonía, Salmonellosis o meningitis. Las enfermedades infecciosas han sido la mayor causa de mortandad en la historia de la humanidad. En los Estados Unidos, constituyen actualmente la tercer mayor causa de mortandad. Las bacterias pueden enfermarnos seriamente y muchas veces hasta matarnos. Y cuando se desarrollan medicamentos para combatir los gérmenes, estos mutan para poder resistirlos.
Estamos destinados a convivir con los microorganismos. Es un error pensar en la posibilidad de erradicarlos. Uno podrá lavarse todo lo que quiera, pero no podrá quitar los microorganismos de su piel.
Podrá restregarse todo lo que quiera, pero no logrará quitarlos. las bacterias de su boca. Sabemos además que las bacterias están constantemente presentes en otras partes.
Nuestro intestino es un gran tubo de fermentación que burbujea, tritura y transforma cosas permanentemente. Dependemos de la forma en que se hace la fermentación. Hacemos totalmente de estas cosas y es imposible deshacernos de ellas. En realidad, menos del 1% de todas las bacterias producen enfermedades. Las demás cumplen un sinnúmero de funciones útiles para la vida cotidiana.
Las bacterias están en nuestras comidas favoritas. Y cuando derramamos algo, las enzimas bacteriales nos ayudan a quitar las manchas. Hasta la nieve artificial depende de bacterias.
Las proteínas de bacterias congeladas ayudan a formar copos con niebla húmeda. Las bacterias constituyen la forma de vida más antigua de la Tierra. Ellas sobreviven y hasta prosperan en los ambientes más rigurosos.
En los cálidos manantiales de Yellowstone, en pozos de ácido, en grietas en la Tierra sin luz ni aire, y cerca de pasos oceánicos, donde la temperatura del agua alcanza los 250 grados. Esto es una bacteria, un organismo unicelular que tiene su propia rama en el árbol de la vida. De este lado están las margaritas, ardillas y personas, porque sus cuerpos están formados por muchas células.
Es el más pequeño de los organismos independientes vivos. Un millón de ellos caben en la cabeza de un alfiler. Los virus son 100 veces más pequeños, pero deben alojarse en una célula para sobrevivir.
Las bacterias se presentan en varias formas y tamaños, y para reproducirse simplemente se dividen. En varias especies, la célula se divide cada 20 minutos. Las bacterias nos han estudiado con más detención y cariño que cualquier otra criatura. Ni su perro, podría ofrecerle tanta devoción. Ellas han explorado, comprendido y aprovechado cada rincón y cada grieta para poder entrar al cuerpo.
Nacemos libres de bacterias, pero en pocas horas somos colonizados por unas 400 especies de microbios en nuestra piel, intestinos, boca, narices y garganta. Hay más bacterias en nuestras bocas que habitantes en el planeta. y más bacterias que células vivas en nuestros cuerpos. Miles de millones nos ayudan a digerir nuestra comida.
Esas bacterias, Escherichia coli, convierten nuestro alimento en azúcares y vitaminas procesadas. También nos mantienen sanos ocupando espacios que de otro modo podrían ser ocupados por bacterias causantes de enfermedades. Pero aún las bacterias benignas como las Escherichia coli pueden producir daños mortales. ¿Las bacterias son malas o buenas? Y a veces son ambas cosas.
Recuerden el arsenal biológico de Saddam Hussein. Él cultivó bacterias con el nombre atractivo de Clostridia botulina, que producen botulismo, un envenenamiento de alimentos que conocíamos muy bien antes de que se perfeccionaran los métodos de procesamiento. Al ingerirla, nos enfermamos y morimos. Es uno de los venenos más potentes conocidos.
En la misma proporción, causa más muerte que cualquier otro tóxico. 6 millones de veces más letal que el veneno de la serpiente cascabel, es la sustancia más tóxica de la tierra. La toxina botulinum es un arma tan poderosa que ha sido utilizada para la guerra desde los años 40. ¿Por qué no quema eso aquí? Los científicos sospechaban que la toxina podría tener alguna utilidad.
Ed Shantz Comenzó a estudiarla mientras trabajaba para el servicio de inteligencia del ejército durante la Segunda Guerra Mundial. Hasta su retiro, él suministró toda la toxina botulínum utilizada en las investigaciones médicas y científicas del país. Eric Johnson trabajó con él durante los últimos 13 años. La purificamos en varias etapas, y yo diría que en esta ampolla hay 50 miligramos de toxina, que tal vez signifiquen un millón de dosis letales.
Obviamente, Debemos manejarla cuidadosamente. ¿Quiere una muestra? Después de todos sus años de investigación, el Dr. Shantz imaginó una aplicación distinta para la toxina.
Al principio comenzó con un pequeño dolor en la base de la nuca. Luego, mientras conducía un automóvil, de pronto mi cabeza se inclinó hacia la izquierda. Y la única manera de enderezarla fue empujándola con la mano.
Howard Hill sufre de tortícolis espasmódica, una afección dolorosa causada por músculos hiperactivos que doblan el cuello y pueden tirar la cabeza de una persona hacia adelante, atrás o a un costado. Cerca de 150.000 norteamericanos sufren esta enfermedad. ¿Usted quiere romper la máquina?
¿Dónde está el tubo? El Dr. Shantz pensó que si la toxina paralizaba los músculos, tal vez una ínfima cantidad de la misma podría relajar los músculos hiperactivos. Ahora vamos.
Oh, Dios. Me encanta oír eso. Respire hondo. En una dosis mil veces más pequeña que la dosis mortal, la toxina letal cura. Muy bien.
Falta una. Desde el momento en que recibí mi primera inyección, el dolor desapareció. Fue una sensación realmente increíble, como volver a vivir. Es una ironía tomar un veneno capaz de matar y que de pronto salve tu vida.
Es una paradoja, pero es muy bueno. Las clostridia botulina son organismos extraños. En condiciones adecuadas se multiplican rápidamente en grandes cantidades. Luego las células se destruyen a sí mismas y las bacterias mueren, liberando la toxina mortal. Empezar y completar un cultivo de toxinas para uso médico lleva alrededor de tres semanas.
En ese lapso podemos preparar suficientes toxinas para abastecer a la profesión médica durante muchos años. Y todo está en este pequeño tubo que puede ver aquí. Hay investigaciones promisorias que indican que la toxina del botulinium podría ayudar a millones de personas que sufren de afecciones asociadas a una hiperactividad de los músculos como el mal de Parkinson, parálisis cerebral, esclerosis múltiple y el tartamudeo.