Producir alimentos saludables y orgánicos en huertas familiares se ha convertido en tendencia mundial. En algo más allá que una simple moda, pues constituye un compromiso con el bienestar nutricional, ambiental y un gran desafío para crear un futuro más equitativo. Existen diferentes formas de hacerlas, según el tipo de espacio que se tenga y lo que se pueda o quiera sembrar. Entre sus grandes beneficios podemos encontrar disponibilidad de alimentos que contribuyen a la seguridad alimentaria, hábitos nutricionales y estilos de vida saludables, producción de alimentos sanos e inocuos, amigables con el medio ambiente, posibilidad de mejorar los ingresos, fortalecimiento de la integración familiar, intercambio de conocimientos de los antepasados con las nuevas generaciones.
aprovechamiento de los espacios del hogar y adecuado uso del material reciclable. Crear una huerta casera no es una labor difícil. Las herramientas principales son mucha disciplina, esfuerzo y dedicación, hacer las cosas con amor y pensando siempre en el propósito que se tiene ¿Y a dónde se quiere llegar?
Esta mujer se ha convertido en toda una emprendedora, en un gran ejemplo para los habitantes de la isla de San Andrés, ubicada en el mar Caribe colombiano, pues mediante la unión y el trabajo en familia, les ha demostrado cómo, a pesar de algunas dificultades, querer es poder. Así, ha logrado sacar adelante con éxito lo que no solo es una huerta, sino también su proyecto de vida. Después de estar tanto tiempo enseñando, cuando llegaba del trabajo me sentía como cansada.
Decía que tenía que buscar otras cosas para hacer, o sea, hacer algún deporte. trotar, caminar, pero después dicen, no, pero si sembrar es un deporte, es como hacer deporte también apenas que yo subo la escalera le digo, buenos días, ¿cómo están? les canto, yo les canto cuando estoy acá, yo sola a veces pasa el tiempo y ni siquiera tengo que bajar porque ya es hora de hacer el almuerzo, el desayuno yo estoy acá, feliz de la vida Yo recojo los coquitos y ahí siembro lechuga, apio, cilantro, entonces para que no haya excusa de que no hay donde sembrar. Ante todo siento mucho cariño cuando subo y los veo tan verdes y tan bonitos que de repente yo los dejé y en dos días ya están grandes, me siento bien orgullosa, me siento feliz.
Carlina es la última movicana de un grupo de mujeres formado por la FAO hace unos 3 o 4 años. Ponganle que formaron 30 o 40 mujeres, es la única que quedó. y continuó ella.
Además de su persistencia, ella es educadora, ella también tiene unas convicciones religiosas que la unen y la hacen muy... estrecho en su relación con la naturaleza ya que ellos tienen una dieta muy especial el jefe de cabeza de hogar es bastante recursiva porque su huerto está en un segundo piso es una persona de mente abierta y yo creo que es un ejemplo a seguir para las mujeres isleñas porque yo antes hacía esto con mi bisabuelo con mis abuelos él siempre siempre sembraba, entonces él nos llevaba al monte a recoger todo lo que se sembraba, la yuca, batata, plátano, banano, todo lo que se sembraba, inclusive el picante, y él era pescador también. Entonces cuando él iba a pescar y regresaba con los peces, entonces nosotros íbamos a recibirlo y ayudarlo a limpiarlos, y los traíamos a la casa y mi mamá nos los fritaba y comíamos. En ese entonces teníamos de todo.
No comprábamos el pollo en hielo ni nada, sino que siempre teníamos en el patio que la gallina, que el cerdo, que la vaca, que el chivo. Entonces siempre la carne era fresca. Entonces nada, no teníamos que estar comprando esas cosas.
Y ayudábamos con la parte de la agricultura, que traíamos la yuca, la batata, el plátano, el banano, el cuatro filo, todo eso. La uyama, siempre se había sembrado uyama y con eso comíamos comidas orgánicas y a la vez frescas. Yo llevo eso como que en la sangre de mis abuelos.
Entonces un día yo dije, bueno, voy a volver a empezar a sembrar, porque yo sé cómo es esto. Y empecé con unas semillas de habichuela. lo más bonito abajo y llegó una vaca y comió todas las habichuelas. Entonces me dio como rabia y dije no, ya no me desanime, ya no voy a seguir con esto que es perder tiempo, porque los vecinos son los que tienen los animales y no los encierran.
entonces vienen acá y... Pero un día yo subí a ver, subí acá, no tenía nada de esto, estaba así, todo limpio, y yo dije, pero es que acá arriba no sube la vaca ni la gallina, aquí es donde voy a sembrar. Y en una de esas canastas puse bastantes semillas de cilantro y conseguí 12 maticas de pimentón, y con eso fue que empecé. Y ahí fue donde me di cuenta que sí se podía, entonces empecé a buscar semillas por todas partes y empecé con más.
Ahora mismo tengo como 14 variedades de hortalizas. Ahora está un poquito bajito porque apenas están tan... pequeños están los tengo germinando para volver a empezar otra vez la pero si te da cuenta aquí está la lechuga el apio cosas que se consiguen el centro y lo conseguimos pero no tan fresquito como yo los consigo todos los días La profe Carlina ha recibido por parte de algunas entidades capacitaciones, ayuda económica, insumos orgánicos y herramientas para trabajar en su huerta. Gracias a esto, a su creatividad y perseverancia, poco a poco se va transformando en lo que ella sueña se realice pronto. Queremos hacerlo como más bonito, la entrada, quitar ese tanque, organizarlo para que sea como una vitrina escolar, donde todos los niños de la isla...
los diferentes colegios pueden venir y leer, ahí dice Apio en inglés, Basley, ya en inglés, español, como se dice. Pues estoy luchando porque con estos 10 deditos es que estoy manteniendo esto sola. A ver si la gente se enamora un poquito de lo que era antes la agricultura. Pero aún así llegan, les regalan las plántulas, se van. Y cuando uno los visita, no tienen nada.
Entonces es como algo... Yo les decía a unos señores que llegaron de Bogotá que vamos a tener que cambiarle el chip mental a los de la isla porque no han querido meterle a la agricultura. Las vecinas, yo voy y precisamente es a lo que hago de maldad, voy y empaco una bolsita y se los regalo.
Le digo, mira, esto es de mi huerta, me gustaría que... No, es que yo no tengo tiempo, llego cansada del trabajo. Yo también trabajo, yo soy profesora y voy desde las 8 de la mañana y regreso a las 2. ¿Cómo hago esto? Y después tengo que hacer mi salsa picante, tengo que hacer salsa de ajo, tengo que pacar las albacas para llevarlas, pero yo tengo luz acá.
A las 9 de la noche yo estoy acá moviendo, haciendo, los hijos tengo que lavar, y eso no es nada, yo hago 25 limonadas. Para los niños de mi colegio, ¿por qué razón? Porque estoy muy triste en parte que los niños toman mucha gaseosa. Aún toman los jugos que vienen en caja, pero eso es puro químico. A razón de eso, empecé y dije, también voy a tratar de ayudarlos en ese aspecto.
Y todas las tardes yo hago un balde de limonada, lo congelo en el congelador, mi hijo mayor lo empaca en la mañana y lo llevamos al colegio. Si ustedes se dan cuenta, esta parte de acá es plástico y ponemos plástico porque cuando el agua cae en el plástico, baja, baja y llega hasta este huequito y este huequito cae aquí en el tanque. Entonces siempre...
En el tanque hay agua dulce. En otras palabras, lo que llamamos captación de agua. Es una manera de captar el agua de lluvia para poder regar las plantas.
Porque el agua aquí en la isla es escasa, escasa, escasa, escasa. Entonces cuando llueve tratamos de recoger. Yo tengo, en mi caso, tengo cinco tanques, en cada huerta tengo un tanque donde hago captación de agua. Y siempre tengo agua para regar las plantas.
Y así mantengo mi huerta. Vamos a recoger alguno de este ají picante que es original de la isla de San Andrés. Estos ají siempre han estado aquí porque los abuelos, mi bisabuelo, los sembró. Ahora que yo tengo la oportunidad de hacerlo, entonces lo estoy aplicando acá en la isla porque se ha estado perdiendo bastante.
Esto se ha ido perdiendo en la isla. Antes todos los patios de la isla. tenían estos ají picante pero ya que le dicen basket pepa, basket pepa en inglés y en Creole le dicen pepa, que son tres maneras de decirlo, ají de canasta, basket pepa y pepa.
Para sembrar esto simplemente se abre uno de estos grandes, se abre uno y se saca la semilla y se pone a secar por unos seis días, que esté bien sequito. Entonces yo personalmente... Personalmente los siembro de una manera, no como los sembraban los bisabuelos, porque ellos cogían un balde y le echaban tierra en el balde y ahí echaba todas las semillas. Pero ya yo manejo la parte... Técnica de la agricultura donde se pone cada semilla, hay una bandeja con 110 huequitos, a cada huequito le ponemos una semilla.
Donde nacen casi 105 o 102 las plantas del basquipepa, cuando ya tienen las plantas tienen como unos 6 hojas. es que se pasa acá a la tierra. Se hace un encurtido o una vinagreta.
Una vinagreta, sí, una vinagreta que se usa en los platos típicos de la isla, como el rondón, el cangrejo. También le echan el basqui pepa para que le dé un sabor bien elegante. Últimamente ya se está usando en diferentes platos. pues hacen arroz, un arroz de frijol bien elegante con estos basqui pepa.
Más que todo los verdes como este chiquitico acá, se usa para el arroz de lenteja, el arroz de coco o el arroz de frijol rojo, más que todo es de ese aspecto. La gente lo quiere mucho, lo compran por 40 docenas y lo llevan al interior, a Bogotá, a Cali, a Medellín, a Cartagena, han mandado a buscar, mucha gente ha mandado a buscar, entonces ya la gente se ha ido. dado cuenta que es un negocio y empezaron a sembrar.
Pues yo personalmente lo empecé a hacer porque yo empecé a hacer los encurtidos, la vinagreta y me tocaba comprar todas las veces. Y dije, no, yo no voy a comprar, yo voy a sembrar mi propio basqui pepa. Entonces conseguí uno así de estos grandes, saqué las semillas y empecé a sembrar.
Y ahora tengo mis propios basqui pepa, de los cuales hago los encurtidos. Normalmente los ajíes salen de este tamaño, son estos o estos, pero si ustedes se dan cuenta que estos son súper grandes, por dos razones muy importantes. están sembrados con hidro-retenedores.
Hidro-retenedores son como una gelatina que retiene el agua. Cuando uno le echa el agua, se mantiene el agua en la raíz. por dos días, se puede durar dos días sin regar las plantas y están bien verdes, se mantienen fresquitos porque yo los sembré con hidroretenedores y también uso mucho estiércol.
El caballo para el abono. El abono no es de que he hecho ningún químico ni nada por el estilo. Todo es orgánico.
Para armar un encurtido, entonces vamos a proceder a cortar la cebolla blanca. Cebolla roja. Este de pimentón rojo, lo cortamos.
El pimentón verde. El ajo. Cortamos.
lo principal que es el basquipepa muy picante y aquí tenemos todos los ingredientes para armar el basquipepa entonces empezamos con las botellas con vinagre este es el vinagre de manzana persona le gusta más me piden de manzana entonces sal y el vinagre blanco que es normal entonces empecemos a a llenar las botellitas de todo lo que está picado Pero hay que ir mezclando para que queden los colores ahí entre todos metidos. Por ejemplo, el ajo se abre para que suelte la agüita. Se le echan cuatro dientecitos de ajo. nada más porque...
Bueno, así lo dejamos a medias para que se fermente por unos 15 días. Y luego, después de 15 días, ya aquí está listo. ¿Qué es la salud?
Uno de los puntos clave, clave, lo que me hace seguir aquí es la parte de la salud. Porque qué más salud, mira, mi lechuga, yo puedo venir y recoger, sé que no tiene pesticida, está regada con agua de lluvia, sabemos lo que estamos comiendo, no es que nos lo están mandando de allá. Y por otro lado, cuando lo mandan es tan costoso, vuelvo y repito, que uno compra una lechuga y le quita hoja a hoja hasta que encuentra lo mejor.
Y aparte de eso yo hago una salsa de ajo y se hace con la albahaca. de acá, el cilantro de acá. Si yo le echo cilantro del centro se pone negrita la leche.
Tiene que ser la que yo produzco. Y el otro ingrediente que le he hecho para que... y una de esas salsas lo vendo en 20 mil pesos.
5 salsas son 100 mil pesos, más 150, 250. Y si vendo 2 picantes son 25 cada uno y si vendo 2 son 50 mil. ¿Cuánta plata tengo ahí? Casi 300 mil pesos. Entonces, otra razón por la cual me aferro a esto. Y hago los sándwiches a los chicos del colegio, todos los días les hago 10 sándwiches con la lechuga y la salsa mía.
Estos chicos los pelean. Y mira algo muy importante, también me aferro por ese lado porque los niños, muchos de ellos no comen hortaliza. y comen un sándwich, el ajo, el cilantro, la albahaca, la lechuga, el tomate, la cebolla y lo comen, profe, y qué rico es el sándwich, pelean por esos 10 sándwiches. Y yo recibo aparte mi recompensa económica.
Carlina se ha convertido en una embajadora de la agricultura saludable y autosuficiente en la isla de San Andrés, dejando huella en cada persona. que conoce y visita su huerta, enseñándoles que todo es cuestión de actitud, disciplina, entrega y que aún estamos a tiempo de retomar y enseñar a las nuevas generaciones esas prácticas ancestrales que tanto bien le hacen a la tierra y al ser humano.