Miguel de Cervantes y el Quijote, por profedel.es. Podemos decir que Miguel de Cervantes es el escritor de habla hispana más conocido y el más importante para la literatura universal. Por algo se conoce a la lengua española como la lengua de Cervantes, ¿no?
Aquí va un dato alucinante, su libro más famoso. El ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha, popularmente conocido como el Quijote, es la segunda obra más editada, traducida y comentada de la historia de la humanidad, solo por detrás de la Biblia. Miguel de Cervantes Saavedra nació en Alcalá de Henares, España, en el siglo XVI.
Concretamente, Nació el 29 de septiembre de 1547, día del santo Miguel Arcángel, y de él recibió su nombre. Su padre era un humilde cirujano sordo que tuvo algunos problemas económicos y con la justicia durante su vida. De su madre no se sabe mucho, aunque se dice que era de familia noble, pero sin grandes riquezas.
Tuvo en total seis hermanos, tres mujeres, y tres hombres. La vida de Miguel de Cervantes parece una más de sus historias. Ya de joven, se aficionó al teatro gracias a las obras de Lope de Rueda y se formó en letras en la Escuela de Madrid.
Hasta aquí, todo normal. Su aventura empezó con 22 años, cuando Miguel hirió a un hombre durante un duelo. Los duelos estaban prohibidos en la época. Así que Cervantes huyó a Italia para evitar el castigo.
Le habrían cortado la mano derecha. Allí trabajó para el futuro cardenal y viajó con él por toda Italia. Pronto descubrió que la vida religiosa no era para él y decidió hacerse soldado. Así fue como acabó en la batalla naval más grande de los últimos...
2000 años en Europa, la Batalla de Lepanto, en el año 1571. Durante esa batalla, Miguel de Cervantes estaba enfermo, pero a pesar de eso, luchó en primera línea. Fue herido por arma de fuego en el pecho y en la mano izquierda. Sus compañeros de batalla le pusieron el apodo de El Manco de Lepanto. Quizás por eso mucha gente piensa que perdió la mano, pero la verdad es que solo se le quedó inutilizada, inmóvil para el resto de su vida. Por su gran actuación en la batalla consiguió una carta de recomendación de su comandante.
Decidió volver a España con su hermano Rodrigo, que también luchó en Lepanto, y la carta para buscar un futuro mejor. No obstante, cuando estaban a punto de llegar... Una nave de corsarios musulmanes capturó su barco y lo llevaron a Argel.
Cuando vieron la carta, los corsarios pensaron que Miguel era una persona muy importante y pidieron 500 ducados por su rescate, una cantidad muy alta que la familia de Cervantes no podía pagar. Durante su cautiverio en Argel, Miguel de Cervantes consiguió su famoso apellido Saavedra, y es que él... en realidad se llamaba Miguel de Cervantes y Cortinas, pero en argel lo conocían como el manco o el del brazo envejecido, que en árabe se dice algo así como Shah Batra.
A Cervantes le gustaba porque le sonaba a Saavedra, un apellido gallego de grandes guerreros marinos. Es por eso que adoptó el apodo como si fuera su apellido y pasó a ser Miguel de Cervantes Saavedra. Cinco años después, por fin liberado, Miguel volvió a España y tras trabajar como espía y no conseguir un puesto para viajar a las Indias, acabó en Sevilla como recaudador de impuestos.
Este trabajo le trajo muchos problemas y disputas. En una ocasión se le acusó de quedarse con dinero público y acabó en la cárcel de la capital andaluza. Para entonces, Cervantes ya cumplía con el ideal del siglo de oro, las armas y las letras.
Y es que ya había escrito novelas como La Galatea, obras de teatro como El Cerco de Numancia y varios poemas. Cervantes siempre persiguió el éxito en el teatro, que era el género literario que más dinero generaba. Pero coincidió con el gran Lope de Vega, y con Lope...
No se podía competir. Cervantes lo envidiaba y admiraba a partes iguales, y por eso lo llamó el monstruo de la naturaleza. Tampoco tuvo mucha confianza en su poesía. En el primer capítulo, de Viaje del Parnaso, dice de sí mismo. Yo que siempre trabajo y me desvelo, por parecer que tengo de poeta la gracia que no quiso darme el cielo.
Se cree que fue en esta cárcel de Sevilla donde, cansado de tantos fracasos y penurias, Cervantes pensó en escribir una obra de crítica a la sociedad de su tiempo, con un enfoque satírico, y de un personaje de nobleza baja, como él. con sentimiento de justicia y deber, como él, pero incomprendido y burlado por la sociedad, como él. Y así nació el ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, en 1605. Considerada la primera novela moderna de la historia, El Quijote cuenta la historia de Alonso Quijano, un hidalgo noble que pierde la cabeza y de tanto leer novelas de caballería y sale a explorar el mundo creyéndose un caballero, con un nuevo nombre, Don Quijote de la Mancha, su escudero, Sancho Panza, que en realidad era un simple campesino, y un objetivo, enamorar a la doncella Dulcinea del Toboso, que era en realidad la campesina Aldonza Lorenzo, vecina de Alonso Quijano.
La historia comienza con la famosísima frase En un lugar de la mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de Lanza en Astillero, Adarga Antigua, Rocín Flaco y Galgo Corredor. Cervantes escribió esta divertidísima historia como una parodia de los libros de caballerías, que años atrás... causaban auténtico furor. Este era un género literario muy cerrado, que seguía siempre la misma estructura.
Un caballero con un gran sentido del deber vive aventuras y supera duras pruebas, para conseguir honor o para merecer el amor de su enamorada. En este sentido, podemos decir que la historia del Quijote es más libre y novedosa. En ella no sólo ocurren cosas. Sino que al contrario que en las novelas de caballerías, los personajes influyen sobre los hechos.
Se adaptan, evolucionan, discuten, cambian de opinión. Se narran historias que transcurren a la vez, antes, después o incluso fuera de la trama principal. Por eso tuvo tantísimo éxito.
El Quijote se convirtió rápidamente en un éxito de ventas. Y se leía en toda Europa Occidental y en las Indias. La gente esperaba la segunda parte con muchísimas ganas, pero pasaba el tiempo y no llegaba. Nueve años después, en 1614, apareció una segunda parte, pero no estaba firmada por Cervantes.
El autor era un tal Alonso Fernández de Avellaneda. Quizás por esto... Cervantes se apresuró a terminar la verdadera segunda parte, que publicó un año después, en 1615. En esta segunda obra se coló un poquito de realidad. Don Quijote y Sancho Panza, los protagonistas, sabían que un tal Cervantes había contado sus hazañas en un libro, y que un tal Avellaneda se había inventado la segunda parte de sus aventuras.
El hidalgo y su escudero tenían buenas palabras para Cervantes, pero fueron muy crueles con Avellaneda. La historia termina con la muerte de Don Quijote, quien finalmente recupera la cordura. Así se completó la obra más importante jamás escrita en español.
Una obra que muchos consideran la mejor novela jamás escrita. y que marcó un estilo para las narraciones de ficción de los siguientes siglos. Sin embargo, Cervantes no llegó a ser consciente de la importancia de su obra, pues murió al año siguiente, en 1616, en su casa de Madrid.
Dejó sin publicar varias obras, entre ellas los trabajos de Persiles y Sigismunda, que vieron la luz al año siguiente y que era, según él, su mejor trabajo. Murió el 22 o 23 de abril, casi al mismo tiempo que William Shakespeare. Por eso, el 23 de abril se celebra el Día del Libro, en honor a estos dos grandes escritores.
¿A que ahora tienes ganas de abrir un libro y sumergirte en su historia? Desde Profe de L, te deseamos... una feliz lectura.
Como dijo Cervantes, el que lee mucho y anda mucho...