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Impacto y legado de la Revolución Francesa

La revolución francesa 1794 prisión de Francis Conciergerie una fortaleza impenetrable a orillas del río Sena en París Un lugar frío, húmedo e infestado de ratas, conocido como la antecámara de la muerte. En su interior, la voz de una joven nación está a punto de ser acallada. Con el pelo rapado y el cuello desnudo, Maximilien Robespierre está preparado para la cuchilla de la guillotina.

Para pagar el precio del desastre que dejó a su paso. La explosión de acontecimientos que constituyeron la revolución francesa. La revolución francesa es un momento extraordinario en el que la gente empieza a creer que puede rehacer casi toda la sociedad. No solo pueden cambiar la política, las instituciones, sino que a través de la acción política pueden cambiar también la propia naturaleza humana. La revolución francesa es un momento extraordinario en el que la gente empieza a creer que puede rehacer casi toda la sociedad.

realmente constituye una encrucijada para el mundo moderno, porque todo empieza a tomar una dirección diferente. Nacida en plena era de la Ilustración, la revolución fue testigo de cómo la tierra feudal le daba la espalda a la tradición aristócrata y trazaba un nuevo camino para el futuro. hará temblar los cimientos de Europa y su impacto afectará al mundo entero.

La revolución francesa es el acontecimiento más importante de la historia occidental. Hay avances como la revolución industrial, el capitalismo, pero en lo que se refiere a acontecimientos no se me ocurre ninguno más importante. Fue la revolución que más alteró las cosas, si consideramos que se deshizo de la iglesia católica, de la cristiandad, de la nobleza, del rey, de todo aquello que es tan fundamental antes del nacimiento del mundo moderno.

La revolución francesa dará de comer a los pobres, traerá la democracia a Francia y establecerá un nuevo orden en la sociedad. Pero el progreso tendrá un precio. Fue un momento de una extraordinaria esperanza y ambición y de repente se convirtió en la tragedia más espantosa.

Ahora Robespierre está destrozado y derrotado. Pero hace sólo dos días se alzaba como el triunfador de la revolución más grande y sangrienta de toda Europa. Era tan fiel a sus ideales que le llamaban el incorruptible. Era tan poderoso que con la más mínima palabra podía sembrar el miedo en toda la ciudad.

Robespierre era un excelente orador, las palabras eran sus armas. Ahora, silenciadas por un disparo en la mandíbula, espera a que le llegue la misma muerte, rápida y brutal, que él impuso a muchos otros. La revolución francesa está a punto de probar su propia medicina.

En la primavera de 1770, nadie hubiese podido prever los turbulentos acontecimientos que estaban a punto de suceder. El palacio de Versalles se llena de distinguidos miembros de la corte real. Acabado en 1682, Versalles fue la obra maestra del rey Luis XIV. Para poner cierta distancia entre él y sus súbditos, Luis XIV se trasladó fuera de la capital de Francia, a un pequeño pueblo a 19 kilómetros al este de París, donde ordenó la construcción del palacio más grandioso de toda Europa. Durante casi 100 años, ha sido la residencia de la hasta ahora inquebrantable monarquía de la nación.

Y hoy es testigo de una boda muy importante. El nieto del rey Luis XIV, el príncipe Luis Capet, el siguiente en la línea sucesoria al trono, está a punto de casarse. En su noche de bodas, con tan solo 15 años, Luis Capet es un chico tímido e indeciso, y posee pocas de las características propias de un futuro rey, y mucho menos de un marido. Luis era regordete, tímido, un poco de la vida de un hombre, Un quinceañero totalmente incompetente, con ningún tipo de distinción.

La amante de Luis XVI, Madame Duvalier, le describía como un chico gordo y maleducado. Básicamente, era poca cosa. A Luis XVI le resultaba muy difícil tomar decisiones. Siempre la última persona con la que hablase podía hacerle cambiar de opinión. Estas no son las cualidades que tendría que tener un líder.

El matrimonio de Luis es una unión política entre la familia real austríaca, los Habsburgos y su propia familia. Los Borbones. La boda simboliza el fin de una antigua rivalidad y el principio del establecimiento de nuevos lazos regionales. La futura esposa llega a Francia, una inocente y guapa chiquilla de 14 años, María Antonieta.

María Antonieta es archiduquesa de Austria. Es la hija pequeña de la emperatriz María Teresa. Llega a Francia como parte de un acuerdo matrimonial con el que se produce una alteración de las alianzas debido a que por primera vez en la historia Francia y Austria se convierten en aliados más que en enemigos. María Antonieta llega a Francia como un símbolo político, pero como a toda adolescente no le interesan los asuntos políticos. María Antonieta llega a Versalles siendo muy joven, no sabía mucho del país en el que estaba, no conocía sus costumbres y a la corte.

Era una niña fuerte, muy vivaz, pero seguía siendo una niña. Cuando María Antonieta... llega a Versalles es solo un adolescente de 14 años, rubia con los ojos azules.

Es guapa. Le gusta que la gente la considere atractiva y llega con la intención de conquistar a su marido y a su nueva familia. En la noche de bodas cae una tormenta que no hace presagiar nada bueno. Pero en el interior, el esplendor de la ceremonia ilumina el palacio, mientras los recién casados se dirigen a su habitación real.

En una ceremonia que simbólicamente asegura la concepción de un heredero, los cortesanos del rey presencian el momento en que la joven pareja se mete en la cama de matrimonio por primera vez. La gente está encantada y se crean grandes expectativas. Pero una vez cerradas las cortinas, se ve claramente que no será tan fácil engendrar un heredero. Luis no sólo no estaba interesado en gobernar, Luis tampoco lo estaba en amar.

Y las primeras noches no le hizo mucho caso a su mujer, ni por extensión a su matrimonio. Pasarán años antes de que se produzca la consumación del matrimonio. La ausencia de un heredero pronto hará que surjan rumores en todo el país que continuarán persiguiendo a la pareja en los años venideros.

La gran fiesta de la boda continúa durante varios días en Versalles, pero más allá de las puertas de palacio no hay casi ningún motivo de celebración. Años de mala administración por parte de la monarquía han llevado a los franceses a pasar penurias y hambre. Casi una década antes, el rey Luis XV había perdido una guerra de siete años, luchando contra Inglaterra por América del Norte.

El desafortunado conflicto casi arruina a Francia, dejándola sin dinero y sin prestigio. Las arcas del estado estaban casi vacías, sin embargo su población aumentaba día tras día. Con enfermedades como la peste totalmente erradicadas, pocos morían, pero muchos pasaban hambre. En el siglo XVIII la población de Francia aumentó de 20 a 26 millones tras haber crecido solo un millón en los dos siglos anteriores. Esto causó una gran tensión generalizada y un nerviosismo en la gente.

Cuatro años después de la boda real, el abuelo del príncipe Luis pierde su última batalla, contra la viruela. Muere Luis XV, un rey derrotado e impopular, dejando atrás a un país al borde del caos. En una espléndida ceremonia, el joven príncipe Luis hereda el trono y es coronado como Luis XVI.

A pesar de la grandeza de su coronación, Luis XVI es totalmente consciente de que no está en absoluto preparado para ejercer de rey. Cuando muere el abuelo de Luis XVI y queda claro quién heredará el trono, él les dice que no sabe qué tiene que hacer, que se siente como si el mundo se le hubiese caído encima. A pesar de haber tenido una educación enfocada a su futuro reinado, no se siente preparado.

Con un reino en crisis, Luis XVI es el peor hombre para estar al mando. El rey de 20 años reza. Protege, señor, a aquellos que reinan demasiado jóvenes.

Instalados en los aposentos reales de Versalles, Luis XVI y María Antonieta empiezan su nueva vida como jóvenes monarcas. Aunque sólo a 19 kilómetros, en París, está surgiendo una nueva era. Una era que entra en colisión directa con la monarquía en sí.

Es la peligrosa nueva era de las ideas. La era de la ilustración. Mientras el carruaje real se va acercando al prestigioso colegio Louis Le Grand en París, la gente se aglomera para echar un vistazo a la realeza. Es el momento de darle la bienvenida a París al nuevo rey, Louis XVI, y a su joven esposa. Y a la cabeza del comité de bienvenida está un prometedor estudiante de derecho el joven Maximilian Robespierre Cuando Robespierre era niño el rey visitó su colegio y Robespierre le leyó un discurso en latín así que en realidad habló con Luis XVI cuando él era sólo un adolescente Cuando Robespierre recita su monólogo en latín el rey casi ni se fija en el niño Pero años después, sus destinos les unirán otra vez en circunstancias muy diferentes, mucho más dramáticas.

Fue uno de estos rituales habituales en los colegios, y por supuesto es totalmente irónico porque allí estaba el joven Robespierre, leyendo este discurso en honor al hombre que más tarde matará. Por ahora, su acogida es cariñosa y sus halagos sinceros. La visita de los monarcas puede que ganase los corazones de la gente, pero sus mentes se están inclinando cada vez más hacia una dirección totalmente diferente. Desde la Edad Media, la sociedad europea se había dividido en tres clases distintas, establecidas en el nacimiento. Había una gran división entre la riqueza de la nobleza y el clero y la pobreza de los campesinos.

Entonces, en pleno siglo XVIII, la razón y la ciencia empiezan a cuestionar esta tradición. Envuelto por una corriente de innovación y nueva literatura, París es ahora el centro filosófico del mundo. La ciudad es invadida por nuevas corrientes de conocimiento, se abren nuevas posibilidades.

Es la era de la ilustración. La ilustración es un movimiento que lo que dice es que desconfíes de la autoridad, que desconfíes de todo lo que te hayan contado antes y que pienses por ti mismo, que lo compruebes tú mismo. En la Europa del antiguo régimen te decían lo que tenías que pensar.

El clero y los gobernantes te daban la información. La idea de que una persona con algo de dinero pudiese acceder a través de la alfabetización al conocimiento humano de manera libre era revolucionaria. Surge una nueva élite por todo París.

Los aristócratas se reúnen para hablar sobre los escritores de la Ilustración y la floreciente edad de la razón. Voltaire, Rousseau... Nuevas voces se alzan a favor de la libertad, del control del propio destino y sobre todo, de la igualdad.

La pasión por esta nueva literatura se desata sobre todo en las clases altas. Pero mientras las ideas de la ilustración van adentrándose en otros estratos de la sociedad, la lucha por la igualdad empezará a amenazar el estilo de vida aristocrático. Es una amenaza porque acabarán cuestionándose por qué los aristócratas son los que tienen privilegios.

Se preguntan por qué el mundo está dividido de esta manera. ¿No podemos cambiarlo para que sea un mundo mejor? ¿El progreso no es posible? Esto hará que vaya perdiendo fuerza la idea de que la humanidad es un mundo mejor. la monarquía, la aristocracia y la jerarquía son algo natural.

Para ver aplicadas las ideas de la Ilustración, sólo había que echar un vistazo al otro lado del Atlántico, donde los americanos luchaban por independizarse del antiguo enemigo de Francia, Inglaterra. El joven rey Luis quiere vengarse de las derrotas de su abuelo en la guerra y ve su oportunidad en la guerra de la independencia americana. Luis confía a la causa un total de 2.000 millones de libras, lo suficiente para alimentar y dar con lo que tiene. cobijo a 7 millones de ciudadanos franceses durante un año. La inversión marcará el inicio de un colapso económico en Francia.

América lleva a Francia la bancarrota porque para luchar en esta guerra los franceses tienen que recaudar una enorme cantidad de dinero. Esto lleva a la monarquía francesa a endeudarse para poder luchar en la guerra de la independencia americana y es un elemento crucial en la situación financiera de la monarquía francesa. Mientras Luis XVI manda dinero y tropas al otro lado del Atlántico, María Antonieta se ocupa de generar sus propias deudas.

La vida en Versalles es una interminable rutina de rituales arcaicos y formalismos. Hay ceremonias para cuando el rey y la reina se levantan, para cuando se visten, para cuando comen, para cuando se van a la cama. Para entretenerse en medio de la monotonía de estos rituales, María Antonieta preside extravagantes desfiles de moda. María estaba obsesionada con una moda ridícula, sobre todo con esos recogidos tipo torre de varios centímetros de altura y que llevaban horas y horas de elaboración y en los que metían todo tipo de ornamentos y frutas. A muchos les parecía una obscenidad.

Acabaron representando todo lo que era la vida. los problemas de ella, de Versalles y a esa cultura. Aparte de esta moda extravagante, María Antonieta se entretiene con los cotilleos de la corte, haciendo apuestas y representando obras de teatro.

Cuando empieza a acumular deudas, le ponen el nombre de Madame Déficit. A María le ponen el nombre de Madame Déficit ya que el país está sumido en un caos económico y ella sigue gastando en vestidos, joyas y zapatos como si nada. Ella era la Imelda Marcos de su época.

De todas las deudas que tiene la reina, la más grande es la que tiene con su país. Un heredero a la corona. En los siete años que llevan casados, Luis XVI y María Antonieta aún no han concebido un hijo. Ella se encuentra en una situación cada vez más humillante.

El trabajo de la reina es darle un heredero varón al trono francés y en esa época la gente la criticaba y estaba desilusionada decían que el rey nunca se debería haber casado con esa archiduquesa austriaca porque ahora ni siquiera podía darle un heredero varón heredero al trono. María Antonieta se encuentra en una situación desesperada. El apetito de Luis por la comida es incuestionable, pero el sexual está claro que no entra dentro del menú.

María Teresa, la madre de María, Antonieta se cuestionaba, si una mujer tan guapa como mi hija no puede hacerle funcionar, ¿qué es lo que pasa? Luis XVI y su joven esposa María Antonieta no fueron capaces de concebir un hijo durante siete años y esto deslucirá el principio de su reinado. De sobra era conocida su afición de cerrajero. Había un montón de canciones sobre Luis el Cerrajero, al que le costaba encontrar el agujero de su casa. El desinterés de Luis XVI por el sexo es visto como una falta de hombría.

Después de años de frustración y depresión por parte de la corte, al rey se le diagnostica una enfermedad curable llamada fimosis. Luis tenía una deformidad que hacía que la excitación sexual fuese extremadamente dolorosa y por tanto no hubo consumación del matrimonio hasta que una operación quirúrgica lo corrigió pero le aterraba operarse y le llevó años decidirse a hacerlo y cuando al final se operó, voilà Después de una simple operación, la pareja pudo tener su primer bebé, María Teresa. Pero no es fácil reparar el daño que se le ha hecho a la imagen de María Antonieta durante años. Desde principios de 1780, las calumnias habían circulado por todo el país.

Sátiras pornográficas del rey y de la reina, folletos obscenos que se reían de la impotencia de Luis XVI y retrataban a la reina como una ramera promiscua en una corte pervertida y decadente. Cuando la situación en el campo empeora, la opinión de la gente sobre la monarquía empieza a cambiar. Se producen muchas malas cosechas y la inflación aumenta el precio de la harina, llevando a la escasez de la parte esencial de la dieta francesa, el pan.

Pero naturalmente estas privaciones acaban a las puertas de Versalles. Mientras los monarcas continúan viviendo en la extravagancia, las quejas se traspasan al papel. A la corte real se le acusa directamente.

¿Sabe por qué hay tanta gente necesitada? ¿Es acaso que su lujoso estilo de vida devora en un día lo que un millar de hombres necesitaría para subsistir? ¿Quién es el hombre que está detrás de estas acusaciones? El mismo joven que sólo unos años antes felicitó al rey y a la reina por su coronación. Maximilien Robespierre.

La gente pronto tendrá un portavoz que pedirá la libertad y la igualdad por la revolución. A finales del 1700, Versalles es un oasis de extravagancia, rodeado de una tierra desesperada. Y con un rey inseguro al mando, Francia está trazándose su camino al desastre. Después de 19 años de matrimonio, Luis tenía cuatro hijos.

Aún así, como rey sigue siendo impotente. En un intento por demostrar su liderazgo, Luis se mete a hacer reformas financieras. Pero su equivocada manera de manejar las finanzas carga a los pobres con muchos impuestos, mientras la nobleza no paga casi nada.

Con la economía por los suelos y la gente cada vez más inquieta, parece que incluso Dios está enfadado, golpeando a Francia con el invierno más frío de los últimos 90 años. Si alguna vez hubo intervención divina para empeorar la situación, seguro que fue en el verano de 1788 y la primavera de 1789. En el verano de 1788 había una creciente crisis política desarrollándose en un momento de seria escasez de comida. En 1788, para los franceses, la harina era la esencia de la vida. El pan, su medida de subsistencia.

La mayoría de la gente en Francia comía casi un kilo de pan al día. El pan era esencial y su subida de precio la notó todo el mundo. Si el precio se doblaba, tenías problemas.

Bajo la mala financiación de Luis XVI, el precio de la harina se disparó. Las escasas provisiones se estaban agotando y el precio de una rebanada de pan pronto igualó al sueldo de un mes. El hambre se convirtió en rabia. Surgen disturbios por toda Francia.

Se atacan casas. Se roban panaderías. Y los panaderos, acusados de guardar pan, son linchados allí mismo.

Con la economía destrozada, los bancos fuerzan a Luis XVI a contratar a un ministro de economía, Jacques Necker. Necker, un pensador progresista, es popular entre la gente de una manera que Luis XVI sólo puede envidiar. Jack Necker, durante la primavera del 89, Jack Necker fue sin lugar a dudas el ministro más popular porque saltó a la luz pública por sus escritos sobre el deber del gobierno de asegurarse de que haya pan y grano suficiente para todos.

Con la nación en crisis fiscal, Necker insta a Luis XVI a convocar una reunión con el tradicional cuerpo representativo del reino, los estados generales. Es la primera vez en 175 años que se reúne a estos representantes. Políticamente Francia estaba organizada en los llamados tres estados.

El primero era el del clero, el segundo el de la nobleza y el tercero el de todos los demás. Y según los cálculos contemporáneos, los primeros dos estados los formaban el 3% de la población. y el tercer estado el 97%. Mucha gente pensaba que era muy injusto que este tercer estado, que era la mayoría de la población, tuviese solo un tercio de los diputados. Consideraban injusto que el parlamento tuviese tres cámaras y que las dos cámaras, la de la nobleza y la del clero, pudieran siempre anular la votación de la plebe.

4 de mayo de 1789. Un destacado joven abogado y político llega a Versalles. Maximilien Robespierre viene a presentarse ante los estados generales como diputado para ser la voz que pida justicia para la gente que él representa, el tercer estado. Robespierre era un huérfano provinciano que había destacado académicamente con la obtención de una prestigiosa beca, convirtiéndose en un orador elocuente. Un mojigato en apariencia, pero con las ideas muy claras.

Cuando volvió a su casa al pequeño pueblo de Arras, las ideas de la ilustración que había absorbido en los salones de París tuvieron a un poderoso defensor porque se convirtió en el abogado de los oprimidos de su pueblo natal. Cuando volvió a Arras y empezó a ejercer de abogado leyó mucho sobre la ilustración y cuando Robespierre ejerció de abogado en Arras intentó utilizar esas ideas en los casos que él estaba defendiendo. Robespierre y sus compañeros pedían que la nobleza y el clero pagaran. Pero Luis XVI se siente cada vez más amenazado por el creciente radicalismo del tercer estado.

Entonces, el 20 de junio, después de seis semanas de estancamiento, los diputados se dan cuenta de que están siendo silenciados. El 20 de junio, cuando los diputados llegan a la reunión y encuentran las puertas cerradas, sospechan de un complot. Van a la sala, que era lo que nosotros llamamos la sala de juego de pelota, pero que en realidad era un frontón. Se reúnen y juran que no dejarán de reunirse hasta que tengan una nueva constitución. Los diputados deciden constituirse en una nueva Asamblea Nacional y ser los verdaderos representantes del pueblo de Francia.

El juramento del juego de pelota es uno de estos grandes y simbólicos momentos de la historia de la revolución francesa. Tienes a todas estas personas reunidas en este gran espacio abierto que es la sala de juego, levantando sus brazos en una especie de saludo casi romano, y para esta asamblea nacional fue el momento en el que se dan cuenta de su poder y dignidad, y realmente vieron que podían derrocar al rey de Francia. La asamblea nacional nace de un revolucionario estado de rebeldía.

Será una comunión de voces procedentes de todo el país, un cuerpo parlamentario representando la voluntad de la gente. Pero arrebatarle el poder al rey no será tan fácil como firmar una simple proclamación. Todas estas victorias iniciales que tuvieron lugar en Versalles son la mayoría victoria sobre el papel y ninguna se había llevado a cabo. Cuanto más nos vamos acercando a julio de 1789, más miedo tienen los diputados de Versalles de que el rey esté reuniendo al ejército para derrocarles. A principios de julio, 30.000 soldados toman posiciones en los alrededores de París.

Para defenderse, la gente forma una nueva Guardia Nacional. Los revolucionarios asaltan las armerías de París y se van con más de 28.000 mosquetes. Lo único que les falta es la pólvora. Y la gente sabe dónde encontrarla.

En el centro de París se alza un enorme castillo de piedra, conocido como el símbolo del dominio feudal. La Bastilla. La prisión acoge los almacenes de pólvora de la ciudad y se conoce como la prisión de las torturas y las muertes inexplicables.

La Bastilla había sido el gran símbolo del despotismo monárquico, el gran símbolo de los reyes de Francia yendo más allá de los límites de su propio poder. Para los franceses simboliza el horror. En medio de las revueltas se produce un sorprendente escándalo. Luis XVI despide a su ministro de Economía, el apreciado Jacques Necker, por portarse demasiado bien con el pueblo. Horas después de despedir a Necker, llega a París la noticia de que han despedido a su hombre preferido de la corte.

No queda más opción que la sublevación. El 14 de julio, multitud de gente se reúne identificándose entre sí con un pequeño emblema. Rojo y azul son los colores de París, separados por el blanco, el color de la casa de los Borbones. El tricolor ha nacido.

De entre la multitud exaltada una voz grita. A la Bastilla. Con el ataque a la Bastilla, la gente de París está diciendo no te podrás librar de una nueva Asamblea Nacional.

La gente está tomando cartas en el asunto, está cogiendo las armas y diciendo estamos del lado de la revolución. Cuando el director de la Bastilla, Bernard Deluny, se entera de que una gran multitud se está aproximando a la prisión, intenta cerrarla. Monta una defensa desesperada, pero los revolucionarios asaltan la fortaleza y arremeten contra los guardas con cuchillos y lanzas.

Finalmente, el director de L'Unis se rinde, pero la multitud enfurecida le agarra arrastrándole por las calles, le aguchean, le dan patadas y le golpean hasta que grita, dejadme morir. La multitud entusiasmada accede con mucho gusto a su petición. Le apuñalan, le disparan y nace una revolucionaria tradición. Su cabeza decapitada desfila por las calles clavada en una lanza. Los diputados de la Asamblea Nacional no condenan inmediatamente este acto de violencia.

De hecho, lo aceptan. Y fue esta aceptación de la violencia política lo que, bajo el punto de vista de algunas personas, creó una forma de conducta que tendrá consecuencias catastróficas para el desarrollo de la revolución. Con el humo aún levantándose de la bastilla, Luis XVI vuelve de su viaje de caza. Debajo de la fecha del 14 de julio de 1879, escribe, nada, refiriéndose a su desafortunada caza.

Un asesor le interrumpe con las noticias de los disturbios y la caída de la bastilla. Luis XVI le pregunta, ¿es una revuelta? No señor, responde, es una revolución.

La victoria en la Bastilla desata el irrefrenable torrente de la revolución. La gente ha desafiado a su rey y ha ganado. No hay vuelta atrás. Como símbolo de la derrota del feudalismo, la gente, hombres, mujeres y niños, atacan y destruyen la Bastilla con sus propias manos, ladrillo feudal a ladrillo feudal.

Están empezando a desmantelar el pasado. Los franceses querían destrozar la Bastilla lo más rápido posible, pero no tenían la posibilidad de usar explosivos poderosos. Así que esto se hizo muy despacio, pero con un ímpetu tremendo.

se repartieron los ladrillos y se vendieron como símbolos de la demolición del despotismo. La energía en las calles da un nuevo ímpetu a la Asamblea Nacional. En pocos días se escribe una nueva...

constitución llamada la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano. En este atrevido documento, las arcaicas distinciones de clases son abolidas y todos los hombres son considerados totalmente iguales. La Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano era una declaración promulgada por la Asamblea Nacional en la que se decía que la soberanía pertenecía al pueblo, a la nación.

No se hace mención alguna al rey en todo este documento. Por tanto, con la presentación del mismo, la propia Asamblea estaba haciéndose con el poder. Con la nueva Asamblea Nacional como portavoz, los ciudadanos de Francia se dispusieron a cambiar toda la estructura de su sociedad.

Exigían una monarquía constitucional, unos derechos iguales para todos los hombres y unas leyes razonables en las que basar la justicia. Para que se oyeran más las voces de la revolución, Robespierre exigió la libertad de prensa, que había sido censurada en el antiguo régimen. Como resultado, la prensa libre la encabeza la Mide du Peuple, el amigo de la gente.

Un periódico radical lleno de sermones sarcásticos y provocadores. Es la creación de un ex médico, Jean-Paul Marat. Después de un periodo de fracasos profesionales, Marat acabó viviendo en la pobreza y durante un tiempo encontró refugio en las alcantarillas de París.

Allí fue donde contrajo una dolorosa enfermedad de la piel que le obliga a pasar largo tiempo dándose baños medicinales. Un Marat amargado y fracasado encuentra en la revolución la válvula de escape perfecta para su desgracia. Jean-Paul Marat era simplemente uno de esos profesionales insatisfechos y desgraciadamente la revolución da una oportunidad a los profesionales. insatisfechos.

Marat canalizó toda su rabia, todo su resentimiento a través de un periódico que tuvo un éxito increíble, La Mie du Peuple. Marat era un hombre con una rabia fuera de lo normal. Solo hay que leerlo.

las páginas de su periódico La Mie du Pople para darse cuenta. En cada publicación se puede ver la paranoia que tiene. Ve conspiraciones en todas partes contra la revolución y para él la respuesta es muy simple.

La sangre, las cabezas. Marat aborrece la extravagancia de la monarquía en medio de la pobreza que domina Francia. Y sólo necesita el rumor más insignificante para arremeter contra el rey y la reina en su periódico. El 2 de octubre de 1789 explota de rabia. A París llega la noticia de que el rey ha celebrado una fiesta en Versalles.

Y que en ella los decadentes monarcas habían tirado al suelo la bandera tricolor, el símbolo de la revolución, y la habían pisoteado. Marat está furioso. Escribe sobre esta difamación en su periódico, justo cuando surge una nueva amenaza.

El rey ha ordenado otra vez a las tropas que tomen sus posiciones en los alrededores de París. Con el golpe maestro de la Bastilla aún reciente en las mentes de las personas, Marat insta desesperadamente a entrar en acción. Gente de París, es el momento de que abráis los ojos, salid de vuestro letargo, despertad. Una vez más, despertad.

5 de octubre, París se despierta con un ensordecedor ruido de campanas. Las mujeres se reúnen cerca del ayuntamiento para protestar por la escasez de pan. Y, según la gente se va enterando de la ofensiva fiesta del rey, el miedo al acercamiento de las tropas reales se mezcla con la rabia. Pronto, miles de mujeres se dirigirán a Versalles, con lanzas y pistolas en sus manos.

Las mujeres van a exponer sus quejas al rey. El núcleo de esta multitud estaba compuesto por las famosas poissards, las temidas pescaderas de los negros. mercados centrales, famosas por su complexión fuerte y su valentía.

Iban equipadas con cuchillos enormes de escamar pescado y estaban muy fuertes para transportar cajas. Yo no me atrevería a meterme con ellas. Son mujeres de los barrios pobres que se ven afectadas por el aumento del precio del pan y la escasez de productos. De repente se dan cuenta de que tienen que hacer algo. Es bastante increíble que estas mujeres de a pie, que seguramente la mayoría no supieran ni escribir, su nombre, de repente se convirtiesen en las protagonistas de un proceso histórico.

En Palacio, la noticia de que había un grupo de mujeres acercándose llegó a oídos de la reina. Cuenta la leyenda que fue en este momento cuando María Antonieta dijo la famosa frase que en realidad nunca dijo. María Antonieta no dijo, dejadles comer tarta.

Eso es un mito. María Antonieta probablemente no dijo eso. Probablemente ni siquiera le importaron los pobres de su país el tiempo suficiente como para decir eso. Mientras las mujeres se reúnen fuera de las puertas, Luis XVI se da cuenta de que la revolución ya no puede ser ignorada.

La tiene en la puerta de su casa. Acepta firmar la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, pero la multitud continúa aumentando durante la noche. Cuando llega la mañana, hay 20.000 personas acampadas fuera de Palacio Real. Para acabar con los signos de distancia entre el rey y sus súbditos, la multitud enfurecida pide que el rey y la reina se trasladen a París.

Más indeciso que nunca, Luis XVI es demasiado débil para responder. Su indecisión desatará la furia entre la multitud y pondrá las vidas de la familia real en grave peligro. Al no conseguir conformidad inmediata con lo que ellas quieren, realmente parece que van a matar a la reina.

Un grupo de mujeres entran en el palacio pidiendo a gritos la sangre de la reina. Matan a los guardas, los decapitan y clavan sus cabezas en lanzas. Estaban como locas gritando por todo el palacio dadme sus entrañas, dadme su cabeza, yo quiero una pierna, yo quiero un brazo creo que estaban tan frenéticas que si la hubiesen encontrado probablemente la habrían descuartizado Temiendo por su vida, María escapa a los aposentos de Luis XVI solo unos minutos antes de que las mujeres entren en la habitación y hagan trizas su cama El rey y la reina están ahora a la merced de la multitud y lo que la multitud quiere es un poco de atención por parte del rey La única forma de que las mujeres se calmen es que la familia real acepte ir a París porque creen que una vez que estén allí entonces pueden obligarles a hacer lo que la gente de París quiera 60.000 personas inician la marcha llevándose de Versalles carros y carretas de harina de la despensa real El carruaje real es escoltado todo el camino hasta París.

El rey y la reina son obligados a ir a París con las cabezas de los guardas que habían sido masacrados en el castillo. Les habían cortado las cabezas. Es realmente un acto de violencia extrema.

Las cabezas se reconstruyen con maquillaje y desfilan delante del carruaje del rey y la reina. El rey y la reina hacen del palacio de la astullería su nuevo hogar. Nunca volverán a ver Versalles.

Una vez que la familia real se traslada a París, se convierten en prisioneros de París. Ellos lo saben y todos lo saben. Tienen grandes limitaciones de lo que pueden hacer. Son los prisioneros de la capital, de eso no hay duda.

Abandonan Versalles y la asamblea se traslada a París. El poder está ahora en manos de la gente. Francia tendrá una nueva democracia, unas nuevas leyes y una nueva e inolvidable forma de justicia hará su debut en el estado revolucionario. La guillotina. mayo de 1791 han pasado ya casi dos años desde que la familia real y la asamblea nacional se trasladaron a parís robespierre habla a menudo en la asamblea y en el club jacobino una sociedad que lleva el nombre de su sitio de reunión un viejo monasterio jacobino ahora las palabras son el núcleo de la revolución y robespierre sigue con su moral inquebrantable Su verdadero norte es siempre la gente.

Pronto le apodarán el incorruptible. Francia es ahora una monarquía constitucional. El rey está obligado a compartir su poder con los revolucionarios en la asamblea.

Pero parece que su ración de poder se va haciendo cada vez más pequeña. Y es obligado a firmar ley tras ley, disminuyendo su propio poder y el del otro régimen feudal, la iglesia católica. Luis decide que ha llegado el momento de escaparse de los confines de la nueva república y montar una campaña para reclamar su reinado. En 1791, Luis XVI decide que necesita volver a obtener el control de su país. Y sabe que solo puede hacer eso con la ayuda de un ejército extranjero.

Así que su idea es dejar el palacio de las tuyerías y avanzar hacia la frontera más cercana. 21 de junio de 1791. El rey y la reina se disfrazan de criados y, protegidos por la oscuridad, se escapan de París. Inician una carrera hacia la libertad.

Pasada la medianoche llegan al pequeño pueblo de Barents 160 kilómetros al este de París Están cerca de la frontera con Austria La salvación sólo a unos pocos kilómetros de distancia pero su intento de fuga no irá más allá Los rumores del viaje de los monarcas les habían precedido Un oficial del pueblo para el carruaje y les pide los pasaportes. Las sospechas del oficial se confirman. Es la firma del rey.

El hombre está impresionado, pero los guardias revolucionarios de cerca de allí no se sienten nada intimidados por esto. Él espera todo el tiempo que la gente le reconozca y que se produzca una rebelión a su favor. Y para su horror y sorpresa, no se alegran de verle. Ven que está intentando escapar y lo que pasa es que le arrestan.

y se lo llevan de vuelta. La idea de que el monarca había intentado abandonar a su pueblo era psicológicamente catastrófica. El acontecimiento realmente rompió el lazo que unía a Luis XVI con su suegra.

súbditos. Ahora no sólo tenían un rey superficial, sino que tenían un rey que obviamente también era un traidor. Con los enemigos oficiales de la familia real en el poder, este pasa de Luis XVI, ahora un rey prisionero, a los revolucionarios de la asamblea. Al mando del gobierno revolucionario está Robespierre.

Él brilla en lo alto del podio, dictando órdenes de todo tipo. Exige el sufragio universal y el fin de la esclavitud en las antillas francesas. Pide incluso con más pasión la erradicación de la pena de muerte. En la nueva era de la Ilustración, Robespierre quiere deshacerse de todos los restos del pasado medieval.

Europa ha heredado un macabro repertorio de métodos de ejecución de la alta edad media. Muertes crueles y tortuosas a base de arrastrar, descuartizar, colgar, ahorcar y quemar en la hoguera. Bajo el antiguo régimen había toda una colección de truculentos castigos. La decapitación estaba reservada para la nobleza y algo que la revolución quería desde el principio era que todo el mundo tuviese una muerte igual. Querían simbólicamente que todos pudiesen tener el mismo castigo.

A pesar de la oposición de Robespierre, una nueva máquina de matar toma protagonismo en París. El inventor y físico Joseph Ignace Guillotin diseña una nueva máquina de decapitación convirtiendo la antigua decapitación en una experiencia humanitaria. El doctor Guillotin describe su nuevo aparato a la asamblea. El mecanismo cae como un rayo.

La cabeza sale volando. La sangre se desparrama. El hombre está muerto. El mayor defensor del derramamiento de sangre, el periodista Marat, publica un artículo entusiasta en su periódico anunciando el nuevo nombre del aparato.

Guillotina. Pronto se conocerá con otro nombre La Cuchilla Nacional Los revolucionarios franceses creían en los valores humanos Creían que no se debía causar un sufrimiento innecesario y lo que les gusta de la guillotina es que es rápida y eficiente y parece ser que a pesar de que nadie haya regresado para contarlo es indolora La guillotina silenciará a los enemigos internos de la revolución, a cualquiera que sea sospechoso de planear el regreso del rey al trono. Pero son los enemigos de alrededor de Francia los que más preocupan a la asamblea.

Hay un miedo creciente de que los miembros de la familia real que huyeron a Austria inicien una contrarrevolución armada. La asamblea exige un ataque preventivo. Una declaración de guerra a Austria.

Robespierre está en contra. Robespierre es una de las pocas personas que se opone a la guerra, porque piensa que los enemigos ganarán. Robespierre teme que el país no esté preparado, porque no tiene un ejército capaz de derrotar al enemigo, y por tanto el enemigo llegará y destruirá la revolución.

Robespierre no consigue convencerlos. En abril de 1792 la asamblea declara la guerra a Austria, el país gobernado por la propia familia de María Antonieta. Surge un sentimiento nacionalista.

Si Austria derrota al ejército revolucionario, Luis XVI sin duda reclamará su trono. Y se sospecha que María Antonieta está ayudando al enemigo mediante el envío de cartas a sus familiares en Austria en las que se les pasa los movimientos de las tropas francesas para que obtengan ventaja. Todo esto mientras el rey y la reina simulan su apoyo a la revolución.

Luis XVI y María Antonieta están jugando a dos bandos. Muchas veces simulan estar a favor de la revolución, pero a la vez conspiran contra ella. Están intentando sobrevivir.

Se podría entender como que son supervivientes, pero bajo el punto de vista revolucionario, son unos mentirosos. Con el ejército francés sufriendo grandes pérdidas en la frontera, llega la noticia de que en París, el aliado de Austria, Prusia, se ha unido a la invasión. Las tropas están bajo el mando del duque de Brunswick, un general prusiano. La tensión invade las calles de París. Y entonces los periódicos publican una carta del duque de Brunswick, un manifiesto en el que se amenaza con destruir París si se le hace daño a sus majestades el rey y la reina.

Una amenaza equivocada que fracasa totalmente. 10 de agosto de 1792 27.000 ciudadanos armados empujados por la rabia y la indignación se dirigen al palacio de las Tullerías e inician un ataque salvaje contra los guardias reales al final mueren más de 800 hombres de ambos bancos El rey huye y busca protección en la asamblea, pero ya no existe la monarquía. A Luis le han quitado oficialmente su título.

Ha nacido la República Francesa. La cuchilla de la guillotina es bautizada con la sangre de los restantes guardias de Luis XVI. Y Robespierre, en su día un incondicional opositor de la pena de muerte, ha cambiado de opinión. El nacimiento de una nueva república sólo puede iniciarse con la muerte de un rey. El nuevo y espeluznante aparato del Dr. Guillotin se cierne sobre París como una advertencia.

El castigo por desobedecer la ley y el orden. Recientemente bautizado con la sangre de los guardias del rey, pronto terminará también con la vida del rey. En agosto de 1792, con el rey destronado y la familia real metida en prisión, Robespierre y sus jacobinos están sumidos en una lucha por el control del gobierno nacional contra los girondinos, los moderados de la asamblea.

Pero en las calles de París hay un nuevo movimiento político. Como símbolo de su rechazo a la tradición aristocrática, los ciudadanos de a pie se niegan a llevar los calzones o culot de los aristócratas. se hacen llamar los sans-culottes los sin calzones los sans-culottes se consideran los verdaderos representantes del pueblo francés no eran de los más pobres solían ser artistas y tenderos bastante bien avenidos gente de ese estilo pero al mismo tiempo menos trabajaban con sus propias manos. No ponerse los calzones, los culot, para ellos simbolizaba sencillamente que no eran aristócratas, que eran gente normal. Los sans-culottes toman el control del gobierno de la ciudad de París, mientras que los jacobinos y los girondinos incitan al país a no apoyar a la Asamblea Nacional, ahora llamada la Convención.

La Convención está luchando por el control del ejército francés, que está rápidamente perdiendo territorios contra Austria y Prusia. Mientras en la frontera se sigue luchando contra los enemigos, el gobierno revolucionario toma medidas enérgicas contra los enemigos de la ciudad, los traidores monárquicos que podrían poner a París en manos de los invasores. Más de 100 personas son arrestadas y metidas en prisión, curas, periodistas y hombres y mujeres de a pie.

Robespierre se centra en la crisis interna. Pero su amigo, el ministro de justicia, George Danton, incita a todos los hombres, jóvenes y adultos, a que se unan al campo de batalla. Es sociable y llamativo, todo lo que Robespierre no es.

Pronto el nombre de Danton se empieza a oír por todo París Danton es un personaje lleno de vida, grandilocuente Un bebedor empedernido, libertino Que a pesar de pertenecer a la clase alta Al contrario que Robespierre Es capaz de identificarse totalmente con los trabajadores De una manera que Robespierre simplemente no puede Danton Según se va acercando el enemigo, la convincente retórica de Danton moviliza a la gente, haciendo que muchos se decidan a acudir al frente. Hay un momento muy famoso en el que los ejércitos austríaco y prusiano les están invadiendo y él se pone delante de la gente. gente y grita eso de, para vencer nos hace falta audacia, más audacia y siempre audacia.

Realmente es una persona capaz de dirigir a un país en la lucha contra el invasor. Es un momento extraordinario. Al irse tantos hombres al frente a luchar, París se queda indefenso, con las cárceles llenas de prisioneros políticos.

Un miedo inquietante inunda la ciudad. La creciente multitud de prisioneros quizás sea difícil de contener. Marat lanza a los ciudadanos revolucionarios una propuesta sangrienta.

Bajar a las prisiones y matar a todos los que estén dentro. Los ejércitos extranjeros estaban acercándose a París. Si llegan a entrar en contacto en París con los enemigos de la revolución en las prisiones, entonces esto hubiera dado lugar a algo terrible desde el punto de vista de la gente. En la primera semana de septiembre llegan malas noticias del frente.

Brusia ha tomado Verdun, una ciudad en el camino de París. Ahora el enemigo está solo a unos kilómetros de distancia. El miedo que asolaba París explota. Los sans-culottes entran en las prisiones e inician un violento ataque contra los presos de la ciudad.

No dejarán vivo a ningún traidor. Los sans-culottes entraron en las prisiones, sobre todo aquellas donde estaban encerrados los curas refractarios, donde estaban los nobles y donde estaban los presos políticos, y empezaron a llevar a cabo sus propios juicios improvisados, que eran muy cortos, y la mayoría de las veces acababan en muerte. Las mujeres son violadas o mutiladas, los curas son destripados, los aristócratas descuartizados.

En la primera masacre, más de 1.600 personas son asesinadas en sólo unos días. Cuando la noticia de las masacres de septiembre se extiende por Europa, los enemigos de la ...de la revolución sienten repulsión. Al otro lado del canal de la mancha, el London Times publica su repugna.

¿Son estos los derechos de los hombres? ¿Es esta la libertad de la naturaleza humana? ¿Los tiranos más salvajes que vagan a cuatro patas por los territorios inexplorados de África son incluso superiores a estos animales paresinos de dos patas?

La revolución ha tomado un rumbo intolerable. Incluso Robespierre se da cuenta de que las cosas han ido demasiado lejos, que la gente no puede dirigir sola a la revolución. Necesitan a alguien que les guíe.

Una mano de hierro. Gracias al poder de sus palabras, el incorruptible salta a la palestra como el hombre que puede guiar a la revolución. Robespierre, que anteriormente había apoyado la monarquía constitucional, ahora cree que ya no hay sitio para un rey.

Se toma una decisión trascendental. Francia llevará a juicio a su propio monarca. Con el veredicto reducido a una mera conclusión, el único debate sobre la mesa es la condena.

Los moderados, los girondinos, piden que no se acabe con su vida. Y esto les deja a un lado de la convención. A los girondinos se les planteaba una cuestión importante en lo que se refiere al rey, porque aunque ellos estaban convencidos de querer una república, no estaban tan seguros de que fuera necesario matar al rey. Los jacobinos que querían la sangre del rey superaban en número a los girondinos.

¿Por qué los jacobinos querían matar al rey? Yo creo que porque, como muy bien dijo Robespierre, para que la revolución pueda vivir hay que matar al rey. Si está bien que haya un rey... Entonces, algo va mal en la revolución. En todos los sistemas que existen, solo hay un castigo para la traición, y ese es la muerte.

Por tanto, en ese sentido, si el rey es culpable de traicionar a su país en tiempos de guerra, entonces la conclusión es que debe sufrir la muerte de un traidor. El 20 de enero de 1793, Luis XVI es declarado culpable. Se dicta sentencia. El rey debe morir.

Esa noche se reúne durante un rato con su familia. Él está calmado y entre los llantos de sus familiares les promete que volverá a la mañana siguiente para despedirse definitivamente. Pero no lo hace. No puede soportar la angustia de su familia y debe guardar fuerzas para afrontar la guillotina.

A la mañana siguiente un carruaje lleva a Luis XVI al patín. Estoicamente camina hacia la guillotina. Intenta dar un discurso.

Confío en que mi muerte sirva para hacer feliz a mi pueblo, pero siento pena por Francia y temo que pueda sufrir la ira del señor. Pero los guardias silencian sus palabras con el ruido de los tambores. A las 10 y 22 de la mañana se acaba con la vida del hombre que fue rey de Francia.

Desde la prisión del templo María Antonieta oye los disparos de los cañones anunciando la muerte de su marido. Se desploma del disgusto. La sangre del rey es derramada. La revolución victoriosa.

Pero los enemigos de la revolución pronto reclamarán su propia victoria. Su objetivo, el hombre que está pidiendo que rueden tantas cabezas. Jean Paul Marat.

La ejecución del rey Luis XVI marca la victoria definitiva para los revolucionarios. Un momento cumbre en el que la joven nación, la República Francesa, nace literalmente de la sangre. A finales de 1792, los radicales jacobinos, por miedo a que la nueva revolución corra peligro de ser saboteada por los traidores, deciden utilizar medios cada vez más violentos.

Pero los girondinos, que representan a los campesinos franceses, quieren frenar la creciente violencia por miedo a que desencadene una guerra civil. Su mayor oponente, Jean-Paul Marat, responde a los girondinos con furiosas palabras en su periódico, publicando los nombres de aquellos que él cree que están conspirando contra la revolución. Marat, que anteriormente había exigido la ejecución de 200 personas, ahora pide la de más de 200.000. Cuando observas el periodismo de Marat, te das cuenta de que tiene un principio básico que es el de ser más radical que nadie y exigir que se mate a la gente.

Si observas el periodismo de Marat, todo el rato dice, con solo cortar unas cuantas... Si cortas unas cuantas cabezas, todo irá bien. Y cuando las cosas no van bien, si cortas unas cuantas cabezas más, todo irá bien.

De repente, los parisinos empiezan a matar a gente, y Marat es el primero que quiere llevarse el mérito por eso. Pero el movimiento radical no ha llegado a todas partes. La gente de las afueras de París está furiosa con la creciente brutalidad de los jacobinos, y piden que pare el derramamiento de sangre. Este mensaje llega a oídos de la encantadora Charlotte Corday, una chica provinciana sencilla pero a la vez segura de sí misma. Charlotte Corday es una mujer corriente de la ciudad de Caen que está horrorizada por las muertes que están sucediendo y quizás con razón considera que Marat es el principal responsable de todo esto.

Él ha jugado un papel decisivo en el radicalismo de la revolución. La gente seguía pidiendo que rodasen cabezas. 13 de julio de 1793. Charlotte Corday llega a París.

Sabe que el amigo del pueblo tiene una política de puertas abiertas y que a Marat se le puede encontrar en su casa a cualquier hora dándose baños medicinales. Corday le visita con la excusa de que tiene una lista de traidores, de aquellos que están colaborando con los enemigos extranjeros para acabar con la revolución. Marat le pide la lista, prometiendo a Corday que los traidores serán guillotinados al día siguiente.

Y cuando se la da, coge una daga, un pequeño puñal, y se lo clava en el pecho. El llamado amigo del pueblo muere en el acto. La furiosa voz de su periódico es silenciada.

Cuando la revolución se convierte en un baño de sangre, es muy fácil echarle la culpa a él, y por supuesto eso fue lo que hicieron los que le odiaban o le temían. Y esa es una de las razones por las que Charlotte Corday lo asesina en 1793, porque cree que él es el responsable de muchas de las sangrientas atrocidades que han ocurrido. Corday no intenta escapar.

En el juicio declara que no está arrepentida. ¿Qué esperaba conseguir asesinando a Marat? La paz.

Ahora que está muerto, volverá la paz a mi país. Charlotte Corday es rápidamente ejecutada y su sueño de paz muere con ella. Ha matado a Marat el hombre, pero ha creado a Marat la leyenda y su famosa muerte es retratada por un pintor revolucionario Jacques-Louis David Se convirtió en un mártir se convirtió en algo casi como una figura religiosa había gente que incluso le rezaba, decían corazón de Jesús, corazón de Marat en su funeral llegaron a hacer cosas como coger el baño donde le habían matado y ponerlo en el altar casi como un maldito que fuera una especie de crucifijo.

Si te fijas en el cuadro de David de la muerte de Marat, el cuerpo de Marat está colocado exactamente igual que el cuerpo de Jesús en las representaciones clásicas de la piedad, el descenso de la cruz. Así que claramente se está asociando a Marat con Cristo y Marat representa una nueva especie de Dios en la República Radical. Robespierre está celoso de la adoración por Marat, pero él, siempre tan pragmático, dirige su atención a los asuntos más urgentes. Porque aunque Marat haya muerto, sigue habiendo otros que quieren que se derrame sangre. Sangre real.

La Conciergerie, la oscura antecámara de la muerte. Ocho meses después de la ejecución de su marido y apenas unos días después de la ejecución de Charlotte Corday, encierran aquí a María Antonieta, en una horrible celda, totalmente sola. Una de las cosas más terribles que le suceden a María Antonieta es que después de la ejecución de Luis XVI, le quitan a sus hijos. Sus hijos eran lo más importante para ella y sabía que los revolucionarios someterían a su hijo a terribles torturas para que se olvidase de sus orígenes reales. Y parece que ella estaba en lo cierto.

En tan solo un par de años, su hijo murió por causa del terrible abandono y las torturas a las que era sometido. María Antonieta, la que fuera una joven presumida, tiene ahora sólo 38 años, pero la revolución la ha envejecido mucho más. María Antonieta era una mujer muy guapa, elegante, hasta que llegó la revolución.

revolución. A partir de 1788 empezó a adelgazar. El pelo se le llenó de canas, dejó de ser coqueta y de ponerse guapa. Adelgazó muchísimo. El día del juicio estaba irreconocible.

El 15 de octubre se celebra el juicio de María Antonieta y es acusada de traición y de dilapidar los fondos nacionales. Las pocas pruebas que se presentan son basadas en espantosos y vengativos rumores. Una acusación se añade a la lista.

Es acusada de incesto con su hijo. Ante esta acusación María Antonieta se alza para defenderse. Apelo a la conciencia y a los sentimientos de todas las madres presentes para saber si hay alguna de vosotras que no se estremezca ante la idea de semejante horror.

Y en ese momento hubo un cambio de tercio porque todas las mujeres se sintieron culpables y se dieron cuenta de que habían llegado demasiado lejos con esas acusaciones. María Antonieta tiene esperanzas de que en un momento de compasión pública la deporten a Austria, pero sus esperanzas se echan por tierra cuando se entrega la sentencia. Correrá el mismo destino que su marido.

María Antonieta estaba en cierto sentido condenada desde el principio. Era el símbolo de la alianza austríaca que había demostrado ser desastrosa para Francia. Ella era, junto con su marido, el hazmerreír de la gente debido al aparente fracaso sexual de su matrimonio. Y ella era un símbolo de la cultura monárquica en una época en la que la propia cultura monárquica era vista como algo totalmente corrupto y perjudicial para el país.

Así que por todas estas razones, era odiada como ninguna otra reina había sido odiada jamás. Era vilbandiada e injuriada. Desde su celda, María Antonieta escribe una última carta despidiéndose de sus hijos y de su familia, prometiendo ser valiente.

Le cortan su pelo blanco y largo para prepararle para la guillotina. Le atan las manos con firmeza. Mientras es escoltada para salir de la prisión, tiene la esperanza de que llegue un carruaje.

En vez de eso, es una carreta. La carreta donde van los criminales comunes. Ella esperaba que cuando la llevasen al patíbulo, recibiría el mismo tratamiento que recibió el rey. Lo que suponía subir en un carruaje cerrado para que la multitud no pudiese llegar hasta ella. Pero la pusieron en una carreta abierta y la gente le gritaba todo tipo de cosas.

Cosas horribles, terribles amenazas. Apenas la sombra de la soberana que fue, María Antonieta mantiene su dignidad de reina mientras desfila por las calles de París. Su nombre y las acusaciones contra ella se leen en voz alta. La última reina de Francia ha muerto. Varios días después, tras incontables ejecuciones, un miembro de la Convención Nacional comenta lo absurdas que son estas masacres y sus aliados, uno detrás de otro, son guillotinados.

Él dijo, la revolución es como Saturno devora a sus propios hijos. Danton le contesta, las revoluciones amigo mío no son un camino de rosas. El derramamiento de sangre sólo acaba de empezar.

En septiembre de 1793, cuatro años de revolución y Francia está siendo totalmente destrozada. En las provincias se producen violentas insurrecciones. Y en la guerra contra Europa están perdiendo a muchos hombres. Tras sufrir una terrible derrota, los británicos toman la ciudad costera de Toulon.

Europa está minando cada vez más las fronteras francesas. Francia es el país más grande y más poblado de Europa Occidental y tiene un gran poder militar. Y claro, cuando empezó la revolución, un montón de sus tradicionales enemigos y también un montón de sus tradicionales aliados pensaron, sí, esta es nuestra oportunidad, no para hacerse con algún territorio de Francia, sino para enriquecerse a su costa y debilitarla, para siempre.

Francia está aislada de toda Europa. Gran Bretaña está en peligro. España la está bloqueando y Austria y Prusia están atacándola e invadiéndola.

La gente de París tiene miedo de que la victoria de la contrarrevolución dé lugar a un baño de sangre. Danton y Robespierre, los mejores oradores de la convención, se dan cuenta de que para poder salvar la revolución tienen que atacar. Convencen a sus compañeros para establecer una nueva y amenazadora ley marcial. Es hora de que todos los franceses disfruten de una igualdad sagrada.

Es el momento de imponer esta igualdad mediante leyes que hagan justicia contra los traidores y conspiradores. Haced que el terror esté a la orden del día. Esto inicia un nuevo capítulo en la revolución. Un periodo de represión violenta llamado el terror. En un increíble cambio de tercio, los revolucionarios suspenden la nueva constitución y todos los derechos que garantizaba.

Se colocan policías de paisano por todo el país. Cualquier persona sospechosa de realizar actividades contrarrevolucionarias es perseguida, sometida a un juicio rápido y mandada a la guillotina. El reino del terror fue concebido como un gobierno de emergencia.

Lo que ellos entendían como terror se basaba en sembrar el terror en los corazones de los enemigos de la república. Por lo tanto, digamos que o estaban muertos de miedo o eran arrestados y liquidados. La más mínima sospecha podía mandar a cualquiera al patiblo. Políticos que hablasen bien de la difunta monarquía, cualquiera que utilizase el antiguo messie o madame, en vez del nuevo vocablo, ciudadanos. El miedo llena el aire.

Los vecinos denuncian a sus vecinos. El incesante movimiento de las carretas de la muerte resuena en todas las calles de París. La gente está totalmente pendiente de las ejecuciones.

Saben que en París hay policías de paisano, bastantes policías de paisano por todas partes, de pie en la cola del pan, escuchando lo que las mujeres dicen y arrestando a las mujeres. comentándolas si no les gusta lo que oyen. Podían arrestarte por quejarte por lo caro que estaba el pan.

Podían arrestarte incluso por no estar demasiado contenta con el curso que tomaban las cosas y con el éxito de la revolución. Así que, en realidad, casi todo lo que comentaras podía traerte problemas. La asamblea constituye un tribunal revolucionario, acelerando los juicios y las ejecuciones con una eficacia implacable.

Para consolidar el poder, forman un consejo de 12 hombres y lo denominan el Comité de Seguridad Pública. A la larga, el poder tuvo que ser delegado en un grupo más pequeño, que se convirtió en el Comité de la Seguridad Pública. Al final eran 12 personas que gobernaban Francia como una dictadura colectiva.

Por sus discursos magistrales y su visión revolucionaria, Robespierre enseguida se convierte en el portavoz del comité. Y su voz está pidiendo que se derrame más sangre. Una de las ironías de la vida política de Robespierre es que desde el principio él estaba totalmente en contra de la pena de muerte.

Y por supuesto se tendrá que comer sus propias palabras cuando más tarde se convierta en un defensor acérrimo del terror y la guillotina. Nunca llegó a responder a eso directamente excepto cuando dijo, bueno los tiempos han cambiado. La revolución había vuelto implacable a Robespierre.

El que fuera un apasionado defensor de la libertad de prensa, ahora restituye la censura, vestigio del antiguo régimen. La iglesia ya está siendo atacada y él se... Queda de brazos cruzados mientras uno de los revolucionarios más radicales, Jacques-René Ebert, hace una nueva propuesta.

La descristianización. En plena crisis de la guerra y en plena rebelión interna, la gente empieza a decir que la culpa de todo la tienen los curas, la religión. Y que lo que tenemos que hacer, si queremos salvarnos de los enemigos de la revolución, es destrozar el poder de la Iglesia Católica. La superstición, el fanatismo, eso es de lo que trata la religión y por tanto lo que tenemos que hacer es erradicar todo eso.

Las calles que llevaban la palabra San son cambiadas de manera totalmente. de nombre. Los iconos religiosos son destrozados y reemplazados por tributos al nuevo santo, Marat.

La iglesia parecía simplemente ser el enemigo de los revolucionarios radicales. A las iglesias y las catedrales les arrancan los altares, rompen las vidrieras, rompen las estatuas, simplemente destrozaron toda la riqueza de la iglesia. Por supuesto a los europeos esto les chocó.

incluso más que la muerte del rey. Ni siquiera salvaron el calendario cristiano. Los años ya no son numerados a partir del nacimiento de Cristo, sino a partir de septiembre de 1792, el año del derrocamiento de la monarquía. Ahora es el año 1. A los meses se les da un nuevo nombre según las estaciones. Julio se convierte en Termidor.

Abril en Floreal. Los meses duran tres semanas, cada una de diez días de duración. El calendario revolucionario seguramente fue diseñado como una especie de arma contra el cristianismo, contra la creencia cristiana.

Por supuesto, al tener una semana de 10 días, la gente ya no sabría cuándo era domingo. Eso era lo que esperaban. El terror se extiende por toda Francia. Se condenan las insurrecciones con una sanguinaria e implacable crueldad.

En la ciudad de Lyon, donde los contrarrevolucionarios están ganando terreno, el Comité de Seguridad Pública sienta un ejemplo brutal. Cientos de rebeldes son atados, llevados a campos y acribillados en masa. Una región llamada la Vendée, al oeste de Francia, también se ha convertido en bastión de la contrarrevolución. Barcas llenas de rebeldes y curas atados entre sí son hundidas sin piedad. Más de 100.000 personas son asesinadas sólo en la zona de la Vendée.

En París, la hoja de la cuchilla cae a un ritmo aún más frenético. Pero los ejércitos franceses están finalmente obteniendo victorias en la frontera. Bajo el mando de un magnífico joven comandante llamado Napoleón Bonaparte, el ejército francés obliga a la Marina Británica a realizar una humillante retirada en Toulon.

La revolución está en su punto álgido. Robespierre está en su momento de más poder. Ha acabado con los enemigos de la revolución y ha asegurado su éxito sembrando el terror.

Durante un tiempo el terror fue un mecanismo muy efectivo para conseguir la unión del país, la unión del gobierno y para luchar en lo que fue después de todo una guerra en varios frentes, en el frente este, en el frente norte, contra enemigos externos, una guerra civil en la zona de la vendetta. que fue la más sangrienta de todas y también una guerra civil contra los girondinos y otros revolucionarios en contra del gobierno el terror había alcanzado sus objetivos pero no se para ahí y no parará hasta que destruya al hombre que lo sembró Maximilien Robespierre Con la sangre del terror, Maximilien Robespierre ha rescatado a la revolución. Un enérgico ejército está defendiéndose contra los ataques en la frontera, pero las dificultades internas aún no se han sofocado. En la cima del éxito, Robespierre sueña con un reto aún más grande.

Sembrar más terror para crear un nuevo tipo de sociedad. La República de la Virtud. Con virtud se refiere a la virtud cívica. Es un principio fundamental para Robespierre. Por ejemplo, no puedes ser un ciudadano virtuoso con simplemente obedecer la ley.

Debes de estar activamente involucrado en el trabajo del Estado y eso incluye acabar con los enemigos del Estado. El 5 de febrero de 1794, Robespierre da un discurso destacando su filosofía. El terror sin la virtud es desastroso, pero la virtud sin el terror no vale para nada.

Asocia la virtud con el terror. El terror en ese momento se convierte, a su manera de ver, en un instrumento con el que crear virtud. Pero otros no están de acuerdo. Para Danton, la revolución está yendo por el camino equivocado. Él y sus seguidores, los dantonistas, creen que es el momento de acabar con el terror, porque éste ya ha hecho su función.

En la primavera de 1794 las cosas empiezan a mejorar. Ya no hay tantos problemas con la comida, la campaña de guerra está yendo mejor y Danton está diciendo básicamente que necesitan establecer una nueva base de gobierno. se hace a la normalización. Robespierre piensa que es demasiado pronto. Danton empieza organizando un grupo para debatir cómo acabar con el terror.

Robespierre lo interpreta como una amenaza directa al gobierno. No lo ve como una simple diferencia de opinión sobre la Sobre la dirección que debe tomar la política, lo ve como una traición. Y en la República de la Virtud de Robespierre, solo hay una respuesta a la traición.

Los dantonistas son perseguidos y enseguida sentenciados a muerte. Robespierre ha mandado a cientos al patíbulo. Pero estas ejecuciones le ponen nervioso.

No acudirá a la decapitación de sus antiguos amigos y aliados. Mientras sube las escaleras de la guillotina, Danton grita De lo único que me arrepiento es de irme antes que esa rata de Robespierre Con los dantonistas fuera de su camino, Robespierre inicia en Francia un periodo aún más sangriento y terrorífico El Gran Terror El Gran Terror es el nombre de la última fase del terror que duró desde la primavera hasta el verano de 1794. En este periodo el ritmo de las ejecuciones empieza a aumentar de verdad, con lo que se desata el miedo, principalmente en París, aunque en todo el país empieza a aumentar de manera exponencial. Se calcula que al mes en París se realizaban 800 ejecuciones, y al final del periodo incluso más. El verdugo de París está más ocupado que nunca. Pero el 6 de junio de 1794, las carretas de la muerte dejan de sonar.

La guillotina permanece silenciosa. Robespierre ha declarado un nuevo día de fiesta religiosa. El Festival del Ser Supremo.

Quiere reemplazar al viejo dios católico por uno nuevo, la diosa de la razón. Dicen que Robespierre nunca apoyó las políticas ateas. Él pensaba que la gente necesitaba creer en una divinidad y ayudó a introducir este culto que se llamaba el culto al ser supremo. Y creo que fue en junio de 1794 cuando se colocó este increíble escenario con coros de... gente vestida de blanco cantando y se construyó esta especie de montaña de papel maché en el centro de París.

Y en el momento más importante de la ceremonia, el propio Robespierre salió de la cima de esta montaña vestido con una toga y caminando montaña abajo. Y creo que en ese momento un montón de gente pensó, vale, ¿quién se cree que es? ¿Acaso se cree que es Dios? ¿Acaso se cree que es el rey?

Mientras el gran terror se descontrola, los aliados de Robespierre se dan cuenta de que ha perdido totalmente el contacto con la realidad. Hay algunos que piensan que Robespierre realmente había llegado a un punto tan extremo e irracional que ya no había vuelta atrás. Unos creen que su fanatismo le ha superado y otros que simplemente se ha vuelto loco. Una vez más, Robespierre centra sus sospechas en aquellos que están cerca de él.

El 27 de junio, ahora en el centro de la ciudad de Madrid, Ahora el 9 de Termidor aparece en la convención y da un discurso lleno de amenazas. Será el último discurso que dará. Robespierre comete un error. Anuncia que tiene una nueva lista de enemigos de la república, pero no quiere darla. Todo el mundo teme estar en ella.

Y cuando el día siguiente decide hacerla pública, le arrestan antes de hablar. Un improvisado coro de voces grita a Robespierre. Él les mira en silencio. Los diputados le acusan de rebeldía e inmediatamente le retiran de la convención.

Robespierre y varios de sus aliados son llevados al ayuntamiento, donde permanecen vigilados durante la noche. Por la mañana temprano se oyen disparos y los guardias corren al segundo piso. Abren las puertas y se encuentran con una escena espeluznante.

Uno de los aliados de Robespierre se ha tirado por una ventana. Otro se ha pegado un tiro en la cabeza. Y a Robespierre lo encuentran semi inconsciente, con una herida de bala en la cara y la mandíbula destrozada por un supuesto intento de suicidio.

Robespierre pasa sus últimas horas de vida en la mesa del Comité de Seguridad Pública. En la misma sala, desde donde había conducido el terror hasta su espantoso y sangriento final. Mientras es ridiculizado e insultado por sus antiguos aliados, Robespierre es incapaz de responder. El gran maestro de la oratoria ha sido acallado. En la Conciergerie, donde la última reina de Francia le había precedido, Robespierre se prepara para la hoja de la cuchilla nacional.

Su compañero de celda, el revolucionario Saint-Just, le señala un dibujo de los derechos de los hombres y el ciudadano, y declara, por lo menos hicimos eso. Robespierre encabezó la revolución y cambió la estructura de Francia. Estableció un nuevo orden de sociedad e instauró un sistema sangriento y tiránico para asegurarse el éxito. Pero estaba destinado a ser una de las últimas víctimas de este sistema.

Resulta que la gente quiere realmente acabar con el terror, pero nadie sabe cómo hacerlo. Lo único que puede acabar con el terror, y parece que en eso todos están de acuerdo, es la caída de Robespierre. El 27 de julio de 1794 la guillotina acaba con el incorruptible y la última sangre del terror es derramada. El terror muere con Robespierre pero la revolución no.

Los derechos del hombre, la democracia, la nueva república, los logros de la revolución sobrevivirán más que cualquiera de los propios revolucionarios. Francia entrará en un periodo de incertidumbre, paralizada por el miedo a otro terror, o incluso algo peor. La vuelta a la pasada monarquía opresiva.

Pasarán cinco años de estancamiento, hasta que, una vez más, el poder se consolide en manos de un único hombre. Napoleón Bonaparte. Los historiadores no se ponen de acuerdo sobre cuándo terminó la revolución.

Algunos creen que terminó con la subida al poder de Napoleón. Otros mantienen que la revolución continuó hasta el siglo XIX e incluso más allá. francesa es un momento en el que la gente toma por primera vez las riendas de su propio destino.

La idea de que los súbditos de la monarquía más antigua, más prestigiosa y más poderosa de Europa pudiesen reescribir su historia fue algo que tuvo una resonancia increíble. La revolución destruyó la antigua Europa feudal y cambió para siempre el curso de la civilización occidental. Con la revolución francesa surgen muchas preguntas. ¿Cuánta violencia está justificada para conseguir una sociedad mejor?

¿Tiene la gente derecho a acabar con lo que consideran un sistema injusto para reemplazarlo, por lo que están convencidos en sus corazones de que es un sistema más justo? ¿Cuánta violencia está justificada para poder llevarlo a cabo? Aún hoy en día nos preguntamos todo esto. Cuando Robespierre y sus aliados estaban ocupados conduciendo a su país hacia el futuro, muchos de ellos se debieron haber preguntado cuál sería el resultado final. Más de 200 años después del nacimiento de la República Francesa, el fantasma de Robespierre está aún presente en las revoluciones.

Desde Rusia hasta Vietnam, desde China a América Latina. Los experimentos franceses con la democracia han inspirado los modelos de todo el mundo. Sea donde sea que haya una tiranía, el grito pidiendo justicia perturbará para siempre. Libertad, igualdad, fraternidad.

Por la reina.