Esta película está basada en hechos reales, en actas no publicadas hasta nuestros días y en entrevistas con testigos. Tengo que irme. ¿Tienes planes? Gisela, vale. Venga, vámonos.
Mañana a las 12 en el Jardín Inglés. ¿Junto al lago? ¿Hans podría llamar? Se lo diré.
¿Está más tranquilo? No deberías haberle gritado así. Pero ya lo ha olvidado.
¡Hola! Por fin, ya era hora. Ven conmigo.
¿Es todo? Es lo que me queda. Nuestro pueblo mira conmovido la muerte de nuestros hombres en Stalingrado. Merced a la genial estrategia de nuestro libertador han sido conducidos a una muerte sin sentido 330.000 hombres alemanes. Eh, Sofía.
A Billy le encantaría que le ayudaras. Toma, los sellos. Y la lista. Gracias, Vivi.
¿Qué hacemos con el resto? La repartiré en la universidad. Pero estás loco.
La última rebelión estudiantil en el Museo Alemán fue muy importante. Sí, y por ese motivo la Gestapo está allí acechando. Hans. Nuestros lemas ya se leen por todas partes.
Las esconderemos bajo las paredes hasta que tengamos sobres nuevos. Imposible, hay escasez de papel, no hay sobres. Escribir por la noche en las paredes ya es una locura. Pero repartir estas octavillas en la universidad... Piénsalo.
Ahora hay que actuar. Ahora. Movilicemos a toda la ciudad.
La universidad está infestada de espías desde lo de Stalingrado. Mejor. Si vienen los bolches, los pillarán a todos de una sola vez. Yo no me... ¿Qué alegraría si los rusos se adelantaran a los americanos?
Además, tú odias a los bolches como el que más. Hans, es una locura. No lo hagas. Entraré durante las clases, así no encontraré a nadie.
Y saldré deprisa, dejaré las octavillas y me iré. Muy arriesgado. Billy, yo asumo la responsabilidad.
Yo solo. ¿Vas a ir por todos Babin con la maleta llena? Yo la llevaré. Hans, a mí no me parece bien que Sofía tenga que... Una mujer lo tiene más fácil si hay un control.
Tiene razón. Bueno, vamos allá. Mañana a las 12 en mi casa. ¿Entonces mañana?
Los nazis tampoco esperan. Gracias. Acuéstate pronto. Descansa.
¿Y tú? Querida Lisa, ahora mismo estoy escuchando el quinteto de las truchas. En esta pieza uno puede percibir la brisa y los aromas del estilo de Schubert. Se siente el júbilo de los pájaros y de todas las criaturas. La repetición del tema al piano transporta a las sensaciones que produce el agua fría e inmaculada.
Hazme saber pronto de ti. Afectuosamente, tu Sofía. ¿Mamá tendrá mermelada?
Con el racionamiento solo dan sirope. Voy discreta. Hoy arderá la universidad.
Sí. Música Buenos días. Hola. Hola. Vamos al departamento de neurología, ¿venís?
Sofía se va a Ulm, yo iré luego. Vamos. ¡Aquí está! ¡Vámonos!
¡Vamos! ¿Aquí van en la maleta? ¿Eh? Arriba no hemos dejado. Voy contigo.
Música ¡Saltos! ¡Deténganse inmediatamente! ¡Ustedes dos, paren! ¡Maldita sea, deténganse de una vez! ¿Qué pasa?
¡Están detenidos! ¡Esto es ridículo, suélteme! ¡No puede detenernos! ¡Arriba estaban solo ustedes!
Estábamos en neurología. Ustedes han lanzado octavillas desde arriba. ¡Qué tontería!
Oiga, déjelo ir. Esas octavillas las he lanzado yo. Ya, hay que denunciar esto. ¡Acompáñenme los dos, acompáñenme! Esto trae consecuencias.
También aquí en la universidad, créame. Nuestro pueblo mira conmovido a la muerte de... ¡Adelante! Sí, señor.
Esto es inaceptable. ¿Son todas? Gracias. Smith, escriba un informe.
Acabaremos con este clan de rojos. Ahí, ahí. Ese joven tiene algo ahí.
Venga, démelo. Es una octavilla. Entréguela, o quiere que lo haga por la fuerza. ¿Qué es eso? Venga, esto forma parte de ese papel.
Amor, policía secreta. Heil Hitler. Ahí, aquí están los detenidos, dos de momento, y aquí las octavillas. Los vi a ambos.
¿Pueden identificarse? ¿Señorita Sofía Magdalena Scholl? Sí. ¿Y el señor Hans Fritz Soll?
Sí. ¿Son hermanos? Sí. Usted tiene 21 años. Vaya con el sexo débil.
¿Es esta la resistencia contra el imperio alemán que tiene controlada a toda Europa? Mire, este joven ha intentado romper este papel en mi presencia. Me lo ha pasado un compañero al que no conozco. Y quería destruirlo para que no me perjudicara. ¿Es suya esa maleta?
Es mía. Llévenselos. He dado la orden de que la universidad permanezca acordonada hasta nuevo aviso.
Ningún miembro del profesorado o de la administración abandonará el lugar. Sí, señor. Yo me quedaré también.
Ve a casa y dile a Alex que no me espere. A esos dos se les ha acabado el pueblecito, por favor. El señor Mahler le interrogará ahí. Siga, señorita. No pare.
Fuera esposas. Gracias. Acompáñame.
Siéntese, señorita. Sol Sofía Magdalena. Viene de Ulm.
Nacida el 9 de mayo de 1921 en Forstenberg, protestante. ¿Padre? Robert Scholl, mi padre fue alcalde de Forstenberg.
¿Acabó su formación como enfermera infantil? Sí. ¿La casa de la familia Smith en Munich, distrito 23, calle Franz Josef 13, es su domicilio actual?
Sí. ¿Antecedentes? No. Usted ha reconocido ante el conserje de la universidad haber sido la persona que lanzó estos panfletos desde arriba. Estaban encima de la barandilla.
Y al pasar justo al lado los tiré. ¿Por? Soy muy bromista, siempre lo he sido.
Pero he de reconocer que... el haber empujado los papeles desde allí ha sido una tontería por mi parte. Me arrepiento, pero ya no tiene arreglo.
Señorita Shaw, su lanzamiento de Octavillas en la universidad se recoge en el decreto extraordinario de derecho penal en tiempo de guerra. ¿Quiere ver lo que dictamina por alta traición y apoyo al enemigo? Yo no he hecho nada de eso. Presidio, confinamiento o pena de muerte.
Se lo repito, no he hecho nada de eso. ¿Un cigarrillo? No, gracias.
Usted fuma, ¿no? En ocasiones. ¿Caben dentro? ¿Casualidad?
¿Por qué lleva usted una maleta vacía a la universidad? Quiero ir a casa, a Ulm, y recoger la colada que la semana pasada le dejé a mi madre. ¿A Ulm? ¿Tan lejos quiere ir? ¿A mitad de semana?
Sí. ¿Por una colada? No, también quiero visitar a una amiga que acaba de ser madre.
Y mi madre está mala. Pero ¿por qué razón a mitad de semana todavía tiene clases? Un poco precipitado, ¿no? Mi amiga quería salir a Cianburgo antes de lo que había planeado, por eso yo adelanté el viaje. Iba a coger el tren rápido, de las 12 y 48. Puede preguntarle al novio de mi hermana, habíamos quedado en la estación de Holkirchen.
¿Nombre? Otto Eicher. Ha llegado a Múnich a las once y media.
En el tren procedente de Sol. ¿Eicher con I? Con A-I.
¿Y no tiene ninguna prenda sucia que llevar aún? No, las cosas pequeñas las lavo yo. Y grandes aún no he acumulado muchas.
Así que ahora mismo parece ser que usted no necesita ropa limpia. Y a la vez quiere que crea que lleva con usted una maleta vacía destinada a recoger ropa limpia. Mi propósito era ir a Ulm, solo quería estar prevenida. ¿Y qué hacía en la universidad si como dice hoy iba a viajar a Ulm?
Había quedado allí con una amiga. Se llama Gisela Sherling. Queríamos comer hoy a las 12 en la casa del lago de Hardin Inglés. Pero usted no pretendía viajar hoy. Anoche cambié de opinión y quería decirse la guisela, por eso he ido a la universidad.
¿Por qué estaba su hermano con usted en la universidad... ...si sólo quería anular la cita con su amiga? Muchas veces vamos juntos.
Y él quería ir a neurología. El conserje dice que estaban a la son... En el segundo piso, en la galería.
¿Qué estaban haciendo allí? Íbamos a buscar a Gisela, a la clase del profesor Hoover. Se llama Iniciación a la filosofía.
Sí, está en el primer piso. Ya. Como llegamos pronto, fui a enseñarle a mi hermano el departamento de psicología. Yo tengo clase allí casi siempre. En el segundo piso.
¿Y dónde estaban las octavillas? Vi muchos papeles por el suelo, si es a lo que se refiere. ¿Y no los leyó?
Sí, pero por encima. Mi hermano bromeó sobre el tema. ¿Bromas políticas? No, sobre el derroche de papel. Es tan apolítico como yo.
¿Participó usted en el motín que provocaron los estudiantes en el Museo Alemán por el discurso del jefe regional... del partido? No.
La asistencia era obligatoria. Me mantengo al margen de la política. ¿Qué opinas sobre lo dicho allí por el jefe regional respecto a que las estudiantes deberían hacer hijos para el Führer en lugar de merodear cada día por la universidad? Y que prometía hasta a las más feas asignarles a cada uno de sus hombres.
Un tema de gustos. Las circunstancias en las que estaba en la universidad la hacen sospechosa, de modo que le aconsejo que diga ya toda la verdad, sin medias tintas y sin tener en cuenta posibles implicaciones secundarias. Mire, niego tener que ver ni lo más mínimo con esas octavillas.
Salvo esa broma. Y entiendo que todas las sospechas recaigan sobre nosotros si no se encuentra el verdadero autor, pero mi hermano y yo no tenemos nada que ver con eso. Entiendo que van a ocultarnos su verdadera opinión durante la investigación. Estoy siendo sincera. Gracias.
Señorita Shaw, mis colegas no han encontrado rastros de las Octavillas en su maleta y su hermano ha confirmado su versión de los hechos en el interrogatorio. Aliviada. ¿Por qué? No estaba preocupada. Venga a redactar el acta.
Ahora dictaré un acta. Usted deberá escuchar atentamente e interrumpirme en caso de que algo no coincida con su declaración. ¿Me ha entendido, señorita Shaw?
Sí. Luego tendrá que ir al ala de detención donde quedará registrada, aunque... depende.
Tal vez ir hoy a Ulm sea más sencillo de lo que cree. ¿Lista? Señor, certificado de descartelación. Higinia. ¿Higinia?
¿Surmer? Sí, vamos. Los estudiantes creéis que podéis tenernos a todos en pilo con vuestras locuras, ¿eh?
La cadena... con el colgante. Aquí se quedan todas las calles. Venga conmigo, por favor.
Desvistas e iréme toda su ropa. Si tienes algo que te comprometa, dámelo, lo tiraré al retrete. También soy reclusa. No tengo nada. Bueno, aquí es.
¡Estre, señora! ¡Venga, que quiero oír el discurso! ¿Y mi hermano sabe algo de él? A tu hermano ya la han llevado arriba con los hombres.
Pero tú eres la principal sospechosa porque llevabas la maleta. Y además empujaste las octavillas. No confieses nada sobre ellas.
No hay nada que confesar. ¿Cuánto hace que está aquí? Hace un año y cinco días.
Me descubrieron una carta con citas de Ludwig Thoma contra Hitler. ¿Pero usted trabaja para esta gente? Yo solo cumplo una orden.
Estoy aquí para que no te suicides. ¿Por qué está contra los nazis? Mi hermano y yo somos comunistas, aunque él es un jefazo en una empresa. Los comunistas están unidos y eso es importante.
Además, algo hay que hacer. Sol, Sofía, acompáñenme. Espero no volver a verte aquí.
Buena suerte. Gracias. Igualmente.
Espera. Aquí está su certificado de escarcelación. Ha tenido suerte, joven. ¿Sí? Registro.
Bien. Sígame. ¡Sígame! Quítese el abrigo, señorita.
Sientese. Su padre estuvo seis semanas encerrado hace un año por referirse al Führer como un azote de Dios contra la humanidad. Fue detenido con falsas acusaciones. Y le fue retirado el permiso para trabajar. Me pregunto qué le parecía a su padre que usted perteneciera a la...
agrupación de chicas germanas. Él nunca ha influido en nosotros políticamente. Típico demócrata. ¿Por qué pertenecía usted a ella? Porque he oído que Hitler trabaja para darle grandeza, suerte y bienestar a nuestra patria.
Y para que todos los alemanes tengan un trabajo y sean ciudadanos dichosos y libres. ¿Está soltera? Estoy prometida.
Con Fritz Garnagel. Está en el frente, este es capitán. ¿En Stalingrado?
Sí. ¿Y cuánto hace que no vea su prometido? Más o menos medio año.
¿Le suena? Mi hermano tiene un así. Del ejército, es sargento primero.
¿Y qué pasa con los 200 cartuchos de su escritorio? Calibre 9 milímetros. También son de mi hermano. ¿En las últimas fechas ha comprado usted sellos? Hace unas dos semanas.
¿Dónde? ¿Cuántos? En la oficina de correos de Leopold Strassé. Diez de doce, tal vez cinco de seis, no lo sé, con seguridad.
¿Nada más? No. ¿Reconoces dos sellos? No. ¿De verdad que no?
No. En el cuarto de su hermano los hemos encontrado. ¿Por qué nos está ocultando que tenían en su poder semejante cantidad de sellos?
Explíquemelo. Usted ha preguntado dónde y cuándo he comprado yo por última vez. ¡140 unidades!
¿Quién de ustedes quería utilizar estos sellos? ¿Qué es lo que tenía que ser entregado por envío colectivo? Nosotros escribimos mucho a la familia.
¡Así que admite conocerlos! No lo supongo. Aún así estaba en el cuarto de mi hermano, no en el mío.
¿Tiene usted máquina de escribir? Nuestra casera nos dejó una, la tiene mi hermano. Nos la dejó para que él pudiera pasar algo.
¿El qué? Un ensayo sobre cuestiones teológicas y filosóficas. ¿No estas octavillas? No.
Tal vez cuestiones teológicas y filosóficas como... Hitler no puede ganar la guerra, solo alargarla. O esta, un acto criminal no puede llevar a una victoria alemana.
O... La futura Alemania solamente puede ser federal. Libertad de palabra, de palabra y de confesión. Eso no lo escribió Hans. ¿Y usted?
No. Pero a usted le gustaría un orden similar. Se equivoca, yo soy apolítica. Se ha analizado el tipo de letra y estos ominosos panfletos se han realizado con esa máquina de escribir. Y fueron enviados a principios de mes a muchos destinatarios de Habsburgo y de Múnich, entre otros.
No sé nada de eso. Siga sentada. Vigílela. Bien.
Usted estaba en el momento en el que a su hermano se le encontró esta octavilla que intentaba destruir. ¿Reconoce ese documento? No.
No se arriesgue a mentir, léalo antes. 200.000 hermanos han sido sacrificados por el prestigio de un militar embustero y estafador. ¿No le recuerda a algo?
Concretamente a la melodía que se toca en las otras seis octavillas. ¿Y la caligrafía? No la conozco.
¡No me tome el pelo! El autor de este lamentable panfleto es un tal Christoph Proust, un amigo suyo de Innsbruck. Hemos encontrado cartas de él en su casa.
¡La caligrafía es exacta! ¡Prost! También estudiante de medicina, gracias al Führer.
Hombre muy familiar, con un gran corazón. Amante de la vida. las montañas de su patria.
Pero él vive en una situación privilegiada mientras otros revientan en el frente. ¿Quién además de su hermano y del señor O'Prowe está colaborado en esos panfletos? No tiene constancia de eso. Ha ocultado a propósito la existencia de estas pruebas en su domicilio.
Aunque está obligada a hacer declaraciones íntegras y verdaderas. No sé de qué está hablando. ¿Quiere oír lo que su hermano ha dicho sobre esto después de haber intentado esquivar el tema como hace usted? Tras haber comprobado que la situación de nuestro ejército, después de la caída del frente este y el enorme crecimiento del poder militar de Inglaterra y América, harían absoluta y totalmente inviable el triunfo de nuestras tropas, llegué a la conclusión, no sin muchas y dolorosas reflexiones, de que sólo habría un medio para evitar el derramamiento de más sangre inocente y para conseguir el anhelado objetivo europeo, es decir, el fin de la guerra.
Debo añadir que nuestro comportamiento con los pueblos de los territorios ocupados me provoca horror. Es una opinión política, sólo eso. No una postura ante las acusaciones.
¡Esto! ¡Es desmoralización y alta traición! No creo que mi hermano haya dicho eso, además. Ah, insinúa que aquí se le exponen falsas declaraciones, ¿verdad?
No puedo creer que haya declarado eso, excepto que él me lo diga personalmente. ¿Le suena de algo el estudio de pintura de Eikemeyer? Sí. Hay que Mayre está trabajando en Cracovia, es arquitecto. Quería que enseñáramos sus cuadros, por eso nos dejó las llaves de su estudio.
Las huellas dactilares que hemos encontrado en la linotipia pertenecen a su hermano. Él ya ha confesado. Señorita Shaw, su hermano dice ser el único responsable.
Consta en acta que él es autor de la redacción de las Octavillas, su reproducción y su difusión. Dice haber empapelado Múnich con 5.000 de ellas en una sola noche. Usted vive con su hermano.
Hoy a mediodía estaban los dos juntos en la universidad. ¿Y quiere hacernos creer que no sabía nada de este tema? ¿Que había tomado los panfletos por hojas inofensivas? Oiga, reconozca ya de una vez que junto a su hermano creó y repartió esas octavillas. Sí.
Y me siento orgullosa. ¿Qué nos pasará ahora a mi hermano y a mí? Eso tendría que haberlo meditado antes, señorita Scholl. ¿Irá mi familia a prisión también?
Lo decidirán otros. Permítame ir al aseo. Ahora no. ¿Quién redactaba las octavillas? Yo.
Miente usted otra vez, señorita Shore. Hace semanas hicimos un informe científico según el cual el autor, con una probabilidad prácticamente absoluta, sería un hombre. Un intelectual, como su hermano.
¿Quién envió estos escritos ominosos? Mi hermano y yo. Oiga, necesito ir al aseo con urgencia.
Lóger, aseo. Vamos. ¡Aquí está! ¡Dese prisa!
¿Los conoces, señorita Scholl? Ahora todo irá rodado. Bueno, a la izquierda. Ya deberías saberlo.
¿Qué me cuentas sobre las estupideces... ...abajo con Hitler? libertad y sobre las cruces gamadas que tacharon en la universidad en Ludwigstrasse en Marienplas, en Koffingstrasse y en Suabing mi hermano y yo lo hicimos veamos, cuando su hermano fue detenido en la universidad dijo ve a casa y dile a Alex que no me espere La señorita Serling estaba al lado.
¿Era ese el aviso para que el señor Esmorell se diera a la fuga? Hans había quedado con Esmorell y no quería que lo esperara en vano. ¿Había hablado con Esmorell sobre sus planes?
No. ¿Con Graf tampoco? No, señor. ¿Por qué se empeña en mentir, señorita Shaw?
No miento. Tenga, ahí tiene su confesión de hoy, fírmela. Lojera.
A la celda. Le ha dicho hoy por la noche a Lohgann que Alemania necesita a gente como vosotros, pero que habría que reeducaros por completo. A lo mejor intentan una educación ideológica. Pero se van a llevar una sorpresa, estoy segura.
¿Por? Mira, tienen miedo hasta los peces gordos. Muchos hablan de que la invasión empezará en ocho o diez semanas y poco después Alemania será liberada. Cuando mi madre se entere de que estamos aquí, no podrá resistirlo.
Ella es mayor y no está bien de salud. Y cuando la Gestapo nos lleve a mi hermano y a mí a la cárcel, no sé qué va a ser de mi pobre madre. Y tu padre es diez años más joven.
Y siempre lo ha dado todo por nosotros. Entonces ella no está sola. Gracias. No nos callamos.
Somos vuestra mala conciencia. La rosa blanca nos dejará en paz. ¿De quién es esto?
Lo escribió mi hermano. Veamos, en esta octavilla puede leerse al final, por favor, copiar y reenviar. En esta habla del movimiento de liberación.
Esto no suena a un único autor. No hay ningún grupo. ¿Qué sabe usted sobre Graf? Es sargento Estudia medicina, como mi hermano Cuando puede, viene a vernos Podemos demostrar que él ayudó a hacer las octavillas en el estudio del pintor Habrán encontrado sus huellas dactilares Pero él estuvo allí en un momento distinto ¿Cuándo?
A mediados de enero vinieron algunos amigos a ver los cuadros Es lógico que haya más huellas de otras personas ¿Qué otras personas? ¿Es Morel? Quizá No sé, yo estuve allí un rato y luego me fui a un concierto ¿Fue Perobst quien surtió de Octavilla, Salzburgo y Linz? No, Hans no lo quiso involucrar.
Porque bueno, él tiene mujer y tres hijos. ¡Quiero que me diga la verdad una vez, maldita sea! ¡Que mencione aquí a Rossi Reiter! ¡Es lo único que espero de usted!
Graf, Anneliese. Habré estado unas ocho o diez veces como mucho con ellos. Dígame sobre qué hablaron. Pues sobre literatura y ciencia.
A Graff lo considero un apolítico. ¿Apolítico pero involucrado? Oiga, insisto en que Graff no tuvo ninguna relación con lo de las Octavillas. ¿Y Sherlyn?
A Gisela la he visto mucho más que a los otros. Nos conocimos haciendo servicio social en Graubis, es una gran nacionalsocialista. Según su opinión, señorita, el imperio rebosa de apolíticos y partidarios del movimiento.
Tendría que ser un motivo de alegría para usted. Según nuestras averiguaciones, la organización denominada La Rosa Blanca, solamente en enero, adquirió en total 10.000 hojas para las Octavillas y 2.000 sobres. ¿Quién las hizo?
Nosotros, día y noche. Sí, eso podría ser. Porque de las cuatro primeras hojas, Las primeras octavillas solo hicieron 100 copias.
Pero no puedo creérmelo porque en los casos de los números 5 y 6, usted y su hermano difundieron, sin ayuda alguna, varios miles de copias. Se lo he dicho, trabajamos sin parar. Sorprendente. Y han podido hacer eso sin faltar a ninguna clase.
Sí. Nuestra intención era darle a la organización una imagen poderosa. Verá, nos consta que su hermano, Graff y Smorrell, así como... ...Furwangler y Wittestein, lucharon juntos en el Frente Este. Todos estudian aquí, en Múnich.
¿He de creer que no han intercambiado ideas políticas? Mi hermano jamás me habló de sus compañeros, solamente del horror de la muerte en masa. No me lo creo, señorita Scholl. Hoy hay que ser muy cuidadoso en lo que a opiniones políticas se refiere. Como puede verse en su reparto de octavillas.
quien suministró Las direcciones están copiadas de guías telefónicas del museo alemán. Veamos, Stuttgart. Durante el 27 de enero y la mañana del 28 de enero, Correos distribuyó aproximadamente 700 octavillas.
A la vez, ese mismo día, llegaron a Múnich y fueron repartidos por toda la ciudad alrededor de 2.000 de esos panfletos. Es imposible que su hermano hiciera todo esto, solo dos. dos mil unidades.
El 27 de enero por la tarde yo viajé en el tren rápido a Stuttgart. Llevaba todas las octavillas en mi maleta. Cuando llegué repartí aproximadamente la mitad por los alrededores y embuzones. Distribuí el resto al día siguiente. No hay quien se crea que el día 28 de enero su hermano dejó en Múnich y sin ayuda de nadie dos mil luminosas octavillas en las guías telefónicas de las cabinas y en otros lugares de esta ciudad.
¿Quién le ayudó? Ese día no estuve en Múnich. Señorita Scholl, ¿quién ha financiado esta acción? Mi padre me da mensualmente 150 marcos. Y a mi hermano le paga el ejército.
¿Y con eso han logrado vivir ambos? Además de pagar las octavillas y su franqueo. Cada desplazamiento a Ulm, y los realiza con frecuencia, le cuesta ya 15 marcos.
Pedimos dinero a los amigos. Dígame a qué amigos. Aquí, en la parte izquierda, arriba... Está escrita la letra I, que seguramente significa ingresos. Los nombres junto a las cantidades son de quienes les han dado el dinero.
Sí. Entre ellos está su prometido. Él también lo sabe. No. Cuando pedíamos prestado usábamos una excusa falsa.
Pueden ir preguntando uno a uno. Mi hermano y yo somos los únicos culpables. ¿Ha meditado cuáles serán las consecuencias si usted y su hermano asumen toda la culpa? Tengo los nombres.
Si aceptara trabajar para nosotros, se tendría muy en cuenta su condena. Además, acuérdese de sus pobres padres. ¿Qué quiere?
¿Destruirles la vida? Con la deshonra y la vergüenza. Perdone, nos está acusando de alta traición.
¿Y pretende que delate a los posibles cooperadores para beneficiarme yo misma? Señorita, si al esclarecer un delito no es ninguna traición. Los compañeros de mi hermano no han colaborado en esto. Loher.
A la celda. Estoy preocupada por Fritz. ¿Por qué escribiría yo su nombre en la agenda?
Estaba involucrado. En absoluto. ¿Y no notó lo que pasaba? No. Es un soldado leal a Hitler y mantiene su juramento.
Discutíamos mucho sobre eso. Le decía que apoyar al frente alargaría sin sentido la guerra. Y eso no le gustaba.
Está en Stalingrado. Estuvo. Ha sido uno de los últimos en llegar a Lemberg.
Está ingresado en un hospital de campaña. Tiene dos dedos amputados. Él y el resto de la compañía estuvieron durante semanas, día y noche, al aire libre, atrincada a goteros, ¿sabes?
Deseo tanto que la guerra no le absorba, convirtiéndole en una de sus criaturas. Si se entera de que estás aquí, ¿qué pasará? ¿Me comprenderá? Eso espero.
Oye, ¿y cómo es? Es alto, pelo negro, siempre me hace reír. Es un espíritu libre.
El amor es un sentimiento que se nos regala. Y es algo tan maravilloso. ¿Y cuándo lo viste por última vez?
El pasado verano. Fuimos al mar del norte, a Karolinsiel. Todos los días salíamos al alba a navegar. Al caer la tarde, paseábamos en una carreta. Por las noches cantábamos y hablábamos de la paz.
Y nunca había soldados, ni aviones, ni bombas. Solo el cielo, el mar. Nuestros sueños y el viento.
Mi Dios, ante ti no me surgen las palabras. Lo único que quiero hacer es tenderte el corazón. Nos creaste para dirigirnos a ti, y nuestro corazón seguirá inquieto hasta que encuentre en ti la concordia. Tenga, tómeselo.
¿Esto es café de verdad? ¿A usted también le importa el bienestar del pueblo alemán, señorita Scholl? Sí.
Ustedes no pusieron ninguna bomba, como hizo ese tal Elser en el 39 aquí en Múnich. Ustedes han usado ideas equivocadas, pero sin embargo medios pacíficos. Entonces, ¿por qué piensa castigarnos? Porque la ley así lo dictamina. Sin ley no hay orden.
Esa ley de la que está hablando defendía la libertad de opinión antes de llegar al poder Hitler. Y ahora mismo él castiga esa libertad con el presidio o con la muerte. ¿Qué tiene eso que ver con el orden? Pues a qué debe atenerse uno entonces si no es a la ley, al margen de quien la dicte.
A su conciencia. Vopadas. Aquí está la ley y aquí las personas. Y yo tengo el deber, como criminalista, de comprobar si ambos son congruentes y si no... ...de encontrar lo que falla.
La ley cambia, la conciencia no. ¿A dónde llegaríamos si cada persona decidiera según su conciencia lo que es bueno o malo? Sobre todo si la decisión tiene que ver con derrocar al Führer. ¿Qué ocurriría?
¿Sería el paraíso del delito, el caos? El llamado pensamiento libre, el federalismo, la democracia. Eso ya lo conocemos.
Y sabemos a dónde nos lleva. Sin Hitler y su partido habría por fin derechos para todos y orden. Y los ciudadanos estarían protegidos contra su arbitrariedad. ¿Cómo? ¿Cómo?
¿Arbitrariedad? No consiento que sea tan despectiva. Usted es el despectivo cuando nos califica de criminales por unas octavillas, aunque no hayamos hecho más que tratar de convencer con palabras. Acomodada y con privilegios, de los cuales se han aprovechado ustedes a gentuza.
Ustedes han podido estudiar en medio de una guerra. Durante la maldita democracia yo solo pude ser sastre. Y no se imagina quién me hizo policía, ¿verdad? Los franceses en el palatinado, no los alemanes, demócratas. Y si no hubiera existido el movimiento, yo aún sería gendarme en firma.
firmasens. El vergonzoso tratado de Versalles, la inflación, el paro, el desastre económico, con todo eso ha acabado el Führer. Adolf Hitler, señorita. Y nos ha llevado a una sangrienta guerra en la que cada víctima es innecesaria.
A una heroica batalla. Ustedes tienen las mismas cartillas de racionamiento que nosotros, sus enemigos. Pero les va mejor, no necesitan nada. No como nosotros. Entonces, ¿por qué razón protestan?
¡Les protege el Führer y el pueblo alemán! Por ese motivo estamos aquí. ¿Por qué nos están protegiendo? Nuestros soldados están liberando a Europa de la plutocracia y del bolchevismo y luchan por una Alemania grande y libre. Nunca habrá más ocupación de nuestra tierra, eso se lo digo yo.
Nunca más hasta que acabe esta guerra y vengan las tropas extranjeras y todo... Todos los pueblos nos digan que hemos soportado a Hitler sin resistencia. ¿Y qué dice sobre que se llegue a la victoria?
Y tras la sangre y el dolor se imponga el bienestar y la libertad con la que usted misma soñaba cuando pertenecía a la agrupación. Los que piensen así pueden darlo todo por perdido. ¿Y si al final ocurre como yo digo?
¿Aún es usted protestante? Sí. La iglesia también exige que sus fieles la sigan, aun cuando tengan dudas. En la iglesia todo el mundo es libre. Pero Hitler y los nacionalsocialistas niegan la libertad.
Con lo joven que es usted, ¿cómo es que corre tanto riesgo por esas erróneas ideas? Por mi conciencia. Con el talento que usted tiene, no puedo creer que no siente el ideario nacional socialista. Libertad, bienestar, honor. Responsabilidad y moral, esa es nuestra ideología.
Es que no ha despertado todavía tras la sangría en la que Hitler ha metido a todo el continente en nombre de la libertad y del honor. Nuestro país quedará deshonrado si la juventud no derroca Hitler y ayuda a que se alcance una gran Europa intelectual. La nueva Europa sólo puede ser nacionalsocialista.
¿Y si el Führer fuera un loco? ¿Cree usted en el odio de raza? Yo tuve un profesor judío cuando estudiaba en Ulm, al que detuvo un grupo de los SA. Todos cumpliendo órdenes pasaron ante él y le escupieron. Esa noche desapareció.
Como ha ocurrido con miles de ellos, de los que no se ha vuelto a saber nada en absoluto. ¿Cree usted esas tonterías? Los judíos emigran. ¿Por qué quieren?
Los soldados que vienen del este hablan de campos de concentración. Hitler quiere exterminar a los judíos de toda Europa. Él ya predicaba esa locura hace 20 años. ¿Qué les hace pensar que los judíos son distintos a nosotros? Esa gente solo ha traído el mal.
Pero usted pertenece a una generación que no entiende nada. Los han enseñado mal. Y creo que es culpa nuestra.
Yo habría educado a los judíos. ¿Por qué no le han educado a alguien como usted de un modo muy distinto? No se imagina el horror que me causó enterarme de que los nacionalsocialistas asesinaron gaseándolos a miles de niños con deficiencias.
Amigas de mi madre me contaron que los nazis aparecían por los centros de acogida en camionetas y se llevaban a los niños. Los que quedaban preguntaban que a dónde llevaban a los otros. Al cielo los llevan, decían las cuidadoras. Así más tarde estos niños subían a las camionetas cantando. ¿Me han educado mal por compartir los sentimientos de esa gente?
Son vidas que no tienen valor. Usted ha estudiado enfermería infantil. Seguro que se ha encontrado con deficientes.
Sí, y por eso sé que ningún hombre, no importa bajo qué circunstancias, tiene derecho a dictar un juicio para el que sólo está capacitado Dios. Nadie puede saber lo que sucede en el alma de un deficiente. Nadie sabe dónde empieza la madurez que te hace consciente del dolor.
Todas las vidas son valiosas. Tiene que hacerse a la idea de que se ha iniciado una nueva etapa, señorita. Lo que dice no tiene ninguna relación con la realidad.
Claro que la tiene. Tiene mucho que ver con la realidad. Además de...
con la moral y con Dios. ¡Dios! ¡Dios no existe! Lo que ha ocurrido aquí no ha sido que ha confiado en su hermano creyendo que lo que hacía era lo correcto y que usted simplemente ha colaborado. ¿No deberíamos escribir eso en el acta?
No, señor Moore, esa no es la verdad. Sabe, yo también tengo un hijo, que es un año más joven que usted y que... también tuvo pájaros en la cabeza. Pero ahora está en el frente este porque ha visto que tenía que cumplir con su deber. ¿Cree usted en la victoria final, señor Moore?
Señorita, si lo hubiera pensado todo antes, no se habría dejado llevar nunca por ese comportamiento. Se trata de su vida. Bien, le voy a proponer que acepte firmar esta declaración.
Tras nuestra última conversación, ha llegado finalmente al convencimiento de que su manera de actuar junto a su hermano, precisamente en estos momentos tan delicados de la guerra, es un grave delito contra nuestra comunidad, sobre todo contra nuestras valientes tropas desplazadas al este. Y por ello debe aplicársele la pena más severa. Desde mi punto de vista no es así. Que acepte un error no significa que esté traicionando a su gente.
No voy a aceptar nada. Lo haría todo de nuevo porque no soy yo sino usted quien tiene una visión errónea. Yo soy más bien de la opinión de que he hecho lo mejor para mi pueblo.
Asumo lo ocurrido. No tengo nada de qué arrepentirme. Venga al despacho a redactar el acta.
Sí. Dígale al jefe que ya estamos listos. Mor me ha tendido un puente de oros y reniego de nuestras ideas.
¿Y? No he querido cruzarlo. ¿Por qué no? Sofía, eres muy joven. Debes salir por ti y por tus ideas.
Y por tu familia. Acepta su oferta, por Dios. No hay vuelta atrás. Bombarderos.
¡Y estarás más protegida! ¡Seremos libres! No han detenido a Smorrell, sino a Christoph Probst, también por alta traición. Perdona, yo creía que... Tiene tres hijos.
El más pequeño ha nacido hace muy poco. Y su mujer está en cama enferma. Señorita Sol tiene que ir a ver al fiscal.
¡Vamos, vamos! Aquí tiene mi acusación. El juicio será mañana por la mañana ante el juez del Tribunal del Pueblo. He adjuntado la citación escrita. ¿Mañana?
El tema no admite ninguna demora. Alta traición, desmoralización de las fuerzas militares y apoyo al enemigo. Y ya mañana es el proceso. Hoy es un precioso día soleado.
Quiero dirigirme a ti desde mi corazón. Te estoy gritando. Te grito para que escuches mis súplicas.
Porque solo en ti está mi salvación. No me dejes. No me des la espalda en este momento. Padre, ven.
Soy el abogado Klein, su abogado defensor. ¿Ha leído la acusación? Sí. ¿Alguna pregunta? ¿Qué es lo que va a pasar con mis padres y hermanos?
Por favor. Eso se decidirá en otro lugar. Quiero saber qué les va a ocurrir.
Usted es mi abogado. Lo dice usted con un tono, como si yo fuera responsable de su situación. Quiero saber lo que pasará con mi familia. Tengo ese derecho. ¿Cree usted que puede venir con exigencias?
Desconozco la acusación de mi hermano. Pero no quiero una condena más suave. Soy tan culpable como él, si así nos consideran.
Ya, ¿no tiene nada más que decir? No. Usted y su hermano dicen que no quieren adaptarse a nuestro sistema. Pero se están equivocando. Mañana vendrá el juez presidente del tribunal del pueblo desde Berlín.
Él les quitará los pájaros de la cabeza y les hará sentir a usted y a su hermano lo poco que valen. ¡Ábran! ¿Pasa algo? No, no.
Nos veremos en el juicio. Cobarde, miserable. Fresler los declarará mañana infames traidores.
Antes él era comisario soviético, ahora debe probar su adhesión a la patria. Mi padre nos decía, id con la cabeza alta y procurad ser libres. Aunque os repriman.
¿Permitirán que entre público? Seguramente. Querrán que sea un proceso ejemplarizante.
Entonces Freisler tendrá que hablar sobre las octavillas y todos oirán nuestro mensaje. Seguramente habrá una revuelta estudiantil cuando se enteren de lo que ha pasado por unas pocas hojas. Cuando acabe el proceso, te trasladarán.
Y en caso extremo, a todos les corresponden 99 días antes de la ejecución. Corazón blando, espíritu fuerte. Dice mi hermano.
He estado soñando. Llevaba a un niño con un largo faldón blanco en mis brazos. Sentía su calor.
De pronto la tierra empezó a moverse y se abrió una grieta justo debajo de mí. Empecé a escurrirme. Observé al niño y tuve el tiempo justo para dejarlo suavemente a un lado.
Comencé a caer, pero sin embargo me sentía salvada y aliviada. El niño del pantón blanco era nuestra idea. Y sobrevivía. ...efectuar su traslado.
Primero se vestirá correctamente. Gracias. Ve con Dios, Sofía. Ve con Dios, Else. Gracias.
Libertad. ¿Dónde estás? ¿Y tú? Silencio.
Hablará cuando se le pregunte. Lucha solo por ti. Silencio ya. ¡Heil Hitler!
¡Heil Hitler! En este momento se abre la primera sesión del Tribunal del Pueblo contra Fritz Scholl y Sofía Magdalena Scholl de Múnich, así como contra Christoph Hermann Prost de Aldrans, por alta traición, desmoralización de las fuerzas militares y apoyo al enemigo. Prost, Christoph.
¿Está usted actualmente casado y tiene tres hijos? Sí, de dos años y medio, quince meses y uno de cuatro semanas. ¿Y cómo quiere usted, a todas luces un fracasado, educar a tres niños como buenos alemanes?
Yo soy un buen padre y... ¿Y qué? Continúe.
Y me considero apolítico. ¿Apolítico se considera usted? ¡Qué risa!
¿Esta de aquí es su letra? Sí. Ni la asistencia social del Imperio Nacional Socialista para su formación profesional, ni el hecho de que sólo la política popular nacional socialista le haya posibilitado tener una familia... ...haciendo estudiante, le impidieron elaborar, por requerimiento de los Sol, este manuscrito que se aporta como prueba, en el que aprovecha la lucha heroica en Stalingrado, para insultar al Führer, definiéndolo como un estafador militar, y en el que exige la capitulación...
¿La titulación reconoce que es suyo? Sí, señor, pero eso solo era un borrador. No hay solo que valga en la guerra por la supervivencia del pueblo alemán. Pero debo decir que sufría de...
depresión psicótica cuando lo arrepentí. ¡Ey, si no va! ¡Que la culpable es una depresión psicótica! ...y que usted no ha tenido nada que ver. Sufría de depresión psicótica cuando redacté El Borrador...
...y además la guerra y las fiebres de mi mujer que todavía... ¡Ah, déjelo ya! ¡Esa no es ninguna excusa que explique tan miserable traición!
Ayer me distancé por escrito del asunto. Además, debo insistir en que yo, ni mediante apoyo económico... ...ni proporcionando material, ni mediante la redacción o divulgación de escritos...
...he apoyado tal causa. Mi estado psíquico no era... ¡Sí!
Todos hemos oído que se reconoce... conoce como un idiota psicótico para salir mejor de esta. Señor presidente, mis hijos necesitan un padre.
Los pequeños alemanes no creo que necesiten un ejemplo tan miserable. Usted es indigno, Probst. ¿Defensa alguna pregunta? No, señor presidente.
Llévenselo. ¡Shor! ¡Hans! ¿Usted estudia medicina desde la primavera de 1939? Sí.
Y más concretamente, y gracias al apoyo del régimen nacionalsocialista, está en el cuarto año, ¿verdad? Efectivamente, estudio cuarto. ¡A cuenta del régimen!
Aquí podemos ver a otro gorrón. ¿Estuvo en una expedición en un hospital de campaña en Francia y de julio a noviembre del 42 estuvo en el servicio sanitario del Frente Este? También eso es correcto, pero quería decir... Usted no dice nada antes de que se le pregunte. Lo que digo es que jamás he sido un gozón.
¡Cierre la boca o a... hago que se lo lleven de aquí. El estudio era obligatorio como soldado de la compañía. Ah, ahora vamos a hablar sobre el deber.
Como estudiante tiene usted el noble deber de ser un ejemplo de trabajo colectivo. Esto y la asistencia. que el imperio le ha proporcionado en su educación, no le impidieron distribuir a principios del verano de 1942 cuatro octavillas de la rosa blanca que anunciaban la inminente e irreversible caída de los ejércitos nacionales, que pedían todo tipo de oposición pasiva y el sabotaje de la industria de armamento y, sobre todo, que intentaban convencer de la necesidad de arrebatarle al pueblo alemán a la más mínima oportunidad su modo de vida nacional socialista.
Es una vergüenza. ¿Lo reconoce? Sí. Y ha implicado en este delito y del modo más ruin a su hermana.
Fue mi decisión. ¿Le he preguntado, acusada? Tenía que aclararlo. ¡Ahorrenos a todos los presentes sus comentarios!
¿Escribió estas octavillas porque quizá pensaba que el pueblo alemán únicamente podría sobrevivir a la guerra a través de la traición a Hitler? La guerra... ¡Sí o no! ¡Es bastante sencillo!
Contra América, Inglaterra y Rusia no tenemos nada que hacer. Ojen un mapa y se darán cuenta. Hitler conduce al pueblo alemán al abismo con una precisión matemática.
Él no ganará la guerra, únicamente podrá alargarla. La idea que tiene sobre la voluntad de lucha y la capacidad de resistencia del pueblo alemán es totalmente errónea. Por culpa de su posición de apoyo al enemigo, van a morir muchos más soldados de los que deberían.
Solo quien logre que esta cruenta guerra... Acabar con la guerra. ¿Sí, cómo? ¿Qué usted puede decidir por el pueblo sobre la paz y la guerra? El glorioso pueblo alemán quiere la guerra total.
El pueblo alemán quiere la paz y se está desangrando. Hitler y sus colaboradores son los culpables de una increíble matanza en Europa que sobrepasa cualquier lógica humana. Es una aberración histórica. Ya está bien, ¿qué se ha creído?
Perro sinvergüenza. Tiene la despachatez de insultar al fin. ¿Qué quieren en este juzgado? Estuve en el frente este, como muchos de los presentes.
...descentes. Usted no. He tenido que ver tormentas de sangre en Polonia y en Rusia.
He tenido que ver a mujeres y a niños siendo... Ejecutados por soldados alemanes. ¿Acaso es usted tan estúpido que cree sin más que alguien que algún ciudadano va a creer sus insensatas palabras? Si a ustedes les diera igual nuestra opinión, no estaríamos aquí ahora.
¡Acállese de una vez, canalla miserable! ¡Ya hemos oído bastantes tonterías! ¡Usted no es más que un despreciable y ruin traidor! Fin de la declaración. ¿Algo que decir?
No. Ninguna pregunta, señor presidente. Sol, Hans, vuelva al banquillo. ¡Sofía Sol! ¿No se avergüenza de haber distribuido octavillas en la universidad cuyo contenido supone alta traición?
No, no me avergüenzo. ¿Lanzadas por la galería, así de simple? Claro que no. También quería que las últimas... Hable más alto, no se le entiende apenas.
Quería que las ideas que reflejan esas octavillas llegaran a tanta gente como fuera posible. ¿Llama ideas a este desecho? Esto parece de completos idiotas, no de estudiantes alemanes.
Luchamos con la palabra. Sí, aquí queda del todo claro. Tenéis que dejar a un lado la idea nacional socialista en relación a la subraza.
Mírese usted misma si quiere certificar un ejemplo de subraza. ¿De dónde han sacado el papel para estos panfletos, señorita? Lo conseguimos en la universidad. Así que en la universidad. Un desleal robo de bienes del pueblo.
Papel nada menos, un bien tan escaso. Eso es muy parecido a la alta traición. Mi hermano y yo hemos intentado abrirle los ojos a la gente con las octavillas.
y acabar con el baño de sangre que se le está infligiendo a los judíos y a otros pueblos antes de que los aliados acaben con nosotros. ¿Quiere que la historia nos tache de pueblo más odiado de toda la humanidad? A un pueblo superior eso no le interesa.
¡Su pueblo superior! Lo único que quiere es la paz. Y que vuelva a tenerse en cuenta la dignidad.
Quiere un Dios con ciencia. ¡Compasión! ¿Pero qué se ha creído usted?
La garra total le dará al pueblo alemán la victoria y saldrá íntegro y triunfador de esta necesaria tormenta de acero. Lo que hemos dicho y escrito lo piensan muchos otros. Solo que no se atreven a manifestarlo. ¡Ah, cállese ya! ¿Preguntas?
No. Fin de la declaración. Vuelva al banquillo.
Vamos a dar un turno a los acusados para unas últimas palabras Brous Soy el padre de... ¡Llévense a ese hombre de la sala inmediatamente! ¡Soy Robinson, el padre de los dos acusados!
¡Quiero decir algo en defensa! ¡No lo permito! ¡Llévenselo!
¡Fuera de aquí! ¡Llévenselo fuera! ¡Existe otro tipo de justicia! ¡Silencio!
Ahora las últimas palabras. Que se levanten los acusados. ¡Promps! Le pido clemencia por mis tres hijos.
Yo he confesado todo lo que sé. ¿Y usted, Scholl? Le ruego que dejen tranquilo a este hombre.
Y me castiguen a mí. Si no tiene absolutamente nada que aportar en su beneficio, haga el favor de callarse. Sofía Scholl.
Pronto estarán donde ahora estamos nosotros. Lo que acaba de decir indigna a las personas decentes de esta sala. En nombre del digno pueblo alemán.
En esta causa penal contra Hans Frisch, Sol de Múnich, y Sofía Magdalena, Sol de Múnich, así como contra Christoph Hermann Prost de Aldrans, el alto tribunal del pueblo que yo presido, con motivo del juicio de 22 de febrero de 1922, febrero de 1943 declara por ley que en periodo de guerra los acusados han incitado con octavillas al sabotaje de nuestra defensa y al derrocamiento del modo de vida nacional socialista de nuestro fuerte y milenario pueblo. Han difundido ideas derrotistas. y han insultado al Führer del modo más ominoso y con ello han apoyado a los enemigos de nuestra patria y han minado nuestro poder militar. Por ello los tres serán condenados a muerte. Han perdido para siempre su honra como miembros del pueblo y asumirán las consecuencias de su traición.
El terror acabará pronto. Donde hoy estamos, estaréis vosotros mañana. ¡Llévenselos! ¡Hay que irnos! Adentro, entra en el coche No pares, adentro Si quiere aproveche ahora y escribo unas palabras de despedida.
¿Hoy ya? Pensé que todos tenían 99 días. Escríbalas. ¡Ahhh! ¡Cof, cof!
Querido Fritz... Sígame, tiene una visita. ¿Visita? Por favor, estad tranquilos. Volveré a hacerlo todo como lo hice.
Habéis hecho lo correcto. Estoy muy orgulloso. Mi pequeña.
Mamá. Gracias por estar conmigo, sé valiente. Ya...
Ya no volverás jamás a llamar a nuestra puerta. ¿Volveremos a vernos en la eternidad? Reza, Sofía.
Hazlo. Sí, mamá. Tú también. Señorita Scholl, por favor.
Gracias Acabo de despedirme de mis padres. Seguro que lo entienden. Venga conmigo. Señorita Sol, mi nombre es Alt y soy el capellán de la cárcel. Dios mío, Padre Todopoderoso, convierte este nuestro suelo en una buena tierra para que tu semilla no caiga en vano.
Deja que crezca en ella la añoranza de ti, Creador y Padre, al que con frecuencia olvidamos. Amén. Amén. Le pido la bendición de Dios. Yo te bendigo en el nombre del Padre, que te ha hecho a su imagen y semejanza.
Te bendigo en el nombre del Hijo, que te ha redimido a través de su sufrimiento. Y en el nombre del Espíritu Santo. que a su divino templo te ha preparado y consagrado.
Que la Trinidad sea clemente contigo en el juicio final y te proteja en la vida eterna. Amén. Nadie profesa mayor amor que el que da su vida por los suyos.
Dios está contigo. Va en contra del reglamento, pero... No tarden demasiado. Gracias. Ha sido en vano.
Señorita Sol... Aún brilla el sol. Sofía Magdalena Sol el ministro de justicia del imperio ha resuelto con su decreto del 22 de febrero del 43 no hacer uso alguno de su capacidad de indulto y dejar que la justicia siga su curso son las 5 en punto la ejecución puede comenzar ¡Viva la libertad!
Miembros de la Rosa Blanca condenados a muerte por el Tribunal del Pueblo. A la cárcel fueron condenados. Otros tribunales adoptaron medidas drásticas contra miembros de la Rosa Blanca.
Gracias a Helmut von Molke, la sexta Octavilla viajó desde Escandinavia hasta Inglaterra. Cientos de miles de ellas fueron lanzadas sobre Alemania por los aviones aliados a finales de 1943. La llamaron así, una Octavilla alemana. ...semana, manifiesto de los estudiantes de Múnich.
Más que creer, estoy hablando con ti. Desearía que pudieras oír lo que digo. Y aquí en el azul de mi habitación solita, estamos bailando como solíamos.
Turn out the light and kiss my pillow Making believe in you Música ¡Gracias por ver el video! Gracias.