La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días Este año se cumplen 120 años del nacimiento de uno de los peruanos más importantes del siglo XX. Él murió súper joven, no llegó ni siquiera a tener 36 años, pero su obra y su trascendencia perduran en el tiempo. tiempo. Me refiero a la mauta, a José Carlos Mariategui.
Mariategui fue un autodidacta, un hombre de una inteligencia extraordinaria, de un pensamiento y una sabiduría verdaderamente diversa. brillantes. A pesar de su temprana muerte nos dejó una gran obra, me imagino que todos recuerdan los siete ensayos de interpretación de la realidad peruana.
Además, él fundó la revista Amauta, la mejor revista peruana de todos los tiempos, no solamente por su contenido, sino también por su propuesta estética. José Carlos María Tegui fue maestro de generaciones de intelectuales y de obreros. En este momento estoy en lo que fue su casa, hoy casa de los obreros. Casa Museo Mariategui y realmente me siento honrada de hacer este programa sobre su vida.
Soy Norma Martínez y esto sucedió en el Perú. ¡SUSCRIBETE! Con él se abre un horizonte que incluye un conjunto de pensadores y de propuestas que va a ser el que domina el panorama político y cultural peruano hasta buena parte del siglo XX. Llega con la decisión de realizar, levantar un diagnóstico integral y creo que ese es también su mérito de la sociedad peruana para llevar adelante un proyecto transformador.
Con su época tuvo un hito en las ideas en el Perú, el pensamiento de izquierda, el tronco de pensamiento de izquierda peruano y latinoamericano nace de las raíces de Mariategui. José Carlos Mariategui supo combinar el pensar y el hacer, en otras palabras, acoplar la reflexión teórica y la acción práctica. Su obra es de una trascendencia extraordinaria, tanto en el plano político como en el artístico y cultural. Fue, sin duda, un hombre excepcional.
José Carlos Mariátegui nació en Moquegua el 14 de junio de 1894. Su padre fue Francisco Javier Mariátegui, empleado menor del Tribunal Mayor de Cuentas. Su madre fue María Amalia Lachira, mestiza de la campiña cercana a Huacho. Mariaty provenía de una familia provinciana cuyos orígenes se remontaban al departamento de Piura, pero que se había asentado aquí en el norte chico de Lima, entre Huacho y Sayán, de donde provenía sobre todo su familia. familia materna.
Su padre más bien era limeño, aunque cuando conoció a la madre de María Tí, él se encontraba en provincias. La infancia de José Carlos y sus hermanos, Guillermina y Julio César, transcurrió en la pobreza. Su padre abandonó el hogar y su madre tuvo que trabajar de costurera para mantener a sus hijos.
Él nace en Moquegua, una especie de accidente, debido a que la madre viaja por motivos de trabajo con la familia Chocano, que la lleva justamente a este departamento, para ayudarla en su situación económica. En 1899, Mariategui viajó a Huacho, donde residía su familia materna. Allí ingresó a la escuela y allí también, en 1902, sufrió un accidente en la pierna izquierda.
Ante esta situación, su madre decide trasladarse a Lima con sus hijos, internando al pequeño José Carlos en la clínica Mesón de Santé. Tuvo una infancia difícil, era un niño que de pequeño tuvo un accidente, al parecer en el colegio, y esto hizo que él estuviese postrado por muchos años en... Y eso hizo de su forma particular de aprender, digamos, se dedicara a autoenseñarse.
Por eso se le llama o se dice que Maretti fue una autodidacta. No completó el colegio y se autoenseñó. En 1902, José Carlos Mariatti, luego de un accidente en su escuela de Guacho, fue trasladado por su madre hasta la clínica Mesón de Santé de Lima. Tenía entonces solamente ocho años y fue traído hasta aquí, porque aquí podían atenderlo de la mejor manera. mejor manera posible y por eso no pudo terminar sus estudios escolares.
Sin embargo, él, brillante como era, aprovechó ese tiempo. En esta clínica tuvo su primer contacto con el idioma francés, idioma que él aprendió, porque el francés era la lengua natal de muchos médicos y enfermeras que trabajaban aquí. Él aprende a leer y escribir justamente por intermedio de su hermana mayor, Guillermina, y luego su experiencia de varios meses internado en la clínica Maison de Santé, que pertenecía a la beneficencia francesa, le permitió justamente entrar en contacto con esta lengua y esta cultura.
Él estuvo ahí viviendo con enfermos que eran franceses, ahí hablaban todos francés, hablaban con él en francés, tenía revistas y periódicos y libros en francés. María Tegui fue una autodidacta, no necesitó de una educación tradicional para sobresalir con excelencia. Es uno de los mejores ejemplos de lo que se ha denominado el hombre que se hace a sí mismo.
Es decir, que debido a su propio esfuerzo personal, a sus motivaciones intelectuales, logra de otra manera resaltar frente a otros que han hecho carrera universitaria. A los 14 años ingresó a trabajar al importante diario La Prensa, pero claro, primero en los talleres y más tarde en la redacción. En 1909, cuando tenía 14 años, José Carlos Mariategui entró a trabajar en La Prensa. La Prensa en ese entonces quedaba en lo que hoy es la cuadra 7 del Girón de la Unión.
Él se tuvo que poner a trabajar porque tenía que ayudar a su mamá. con los gastos de la casa. Ingresó al diario como alcanzarrejón, es una especie de portapliegos, pero luego ascendió al inotipista y corrector de pruebas.
Por ese entonces publicaban en la prensa escritores como Abraham Valdelumar, Leonidas Hierobi y Manuel González Prada, entre otros. Sería en la prensa donde María Tegui desarrollaría su destreza como escritor. Fue en 1911 cuando José Carlos María Tegui publicó su primer artículo en el diario La Prensa.
Se llamaba Crónicas Madrileñas y lo hizo bajo el seudónimo de Juan Croniquer. Dicen que publicó este artículo sin permiso, que lo filtró. Evidentemente, cuando los editores de la prensa se enteraron de esto, lo reprendieron, pero no pudieron dejar de reconocer su talento. Dos años más tarde, José Carlos Mariategui se incorporó a la redacción de la prensa. El diario La Prensa es uno de los más importantes de la época, ya que en ese entonces trabajaban allí jóvenes escritores que se dedicaban al periodismo para poder obtener ingresos y poder publicar.
Estoy hablando, por ejemplo, del más importante de ellos. Ellos de esa época es Abraham Al-Lomar, Ernesto More y otros muchos que formaron la llamada Generación Colonia. En 1914, Mariategui ya pertenecía a la plana mayor de la prensa. En sus años de juventud, María Tegui hizo crónicas sobre distintos temas, muchos de ellos frívolos sobre la vida urbana de Lima. Entre 1915 y 1917 fue codirector de la revista El Turf.
El Turf era una revista sobre caballos, caballos y era la preferida de las clases acomodadas de Lima. Por esos años, el hipódromo no quedaba en Monterrico, donde estoy yo en este momento, sino en Santa Beatriz. Según Jorge Basadre, María Tegui en el Turf intentó crear un nuevo hipódromo. tipo de literatura a través de poemas y relatos sobre caballos. También por esa época colaboró con una revista llamada Lulú, orientada a las señoritas de sociedad y a los jóvenes intelectuales.
María Tigui llamó este periodo de su actividad periodística su edad de piedra. Si bien Mariatek no tenía muy buena consideración acerca de esta etapa de su vida, esta ha sido tremendamente importante, porque es justamente la etapa en la cual tiene su formación literaria, por un lado, y su formación periodística. Cuando María Tegui dejó la prensa, pasó al diario El Tiempo, opositor al gobierno de José Pardo.
Eran años de predominio del Partido Civilista, periodo conocido como la República Aristocrática. En el diario El Tiempo, María Tegui escribió notas sobre el Parlamento, algunas de ellas en clave de humor. Tenía solamente 22 años. Si uno lee con detenimiento sus escritos juveniles, él tenía la pretensión de convertirse en un cronista urbano de la ciudad donde narraba a sus personajes, sus espacios públicos, incluido el Turf o el Parque Neptuno, y poco a poco va evolucionando, como decía, a un interés por la política, en todo caso en búsqueda de una renovación frente a una Lima conservadora y cucufata. Música La madrugada del 5 de noviembre de 1917, la habitual tranquilidad del cementerio general de Lima, hoy presbítero maestro donde estoy en este momento, se vio seriamente afectada por un evento inusual.
Norca Ruskaya, una bailarina rusa o suiza, porque en realidad no se tiene clara su nacionalidad, y un grupo de jóvenes del grupo Colónida, entre los que se encontraba José Carlos Mariategui, protagonizaron un evento muy particular que escandalizó a la sociedad, a las autoridades civiles y a las religiosas. Norca Rose Kaya organizó una danza en pleno cementerio a ritmo de la marcha fúnebre de Chopin. El comercio anunció en sus páginas que la bailarina, horror, pensaba desnudarse.
Las fuerzas del orden intervinieron e interrumpieron el espectáculo. Varios jóvenes fueron detenidos, entre ellos, por supuesto, José Carlos Mariátegui. Rouskaya argumentó en su defensa que se trataba de un evento artístico, similar al que había hecho la famosísima bailarina Isadora Duncan en el cementerio Perlachès de París. Es joven, es hermosa y sobre todo está muy motivada por los temas estéticos que conmueven Europa. Es así como nace la idea, en un círculo de periodistas, que generalmente eran visitantes asiduos de su hotel, la idea de ir al cementerio a la medianoche para que ella bailara, bajo la música de la marcha fúnebre de Chopin, como una manera justamente de que ella pudiera inspirarse en su danza, en la danza moderna que estaban haciendo.
Para Mariategui y sus amigos, los cargos imputados eran producto de la estrechez mental de acusadores de falsa moral En este cambio, en este tránsito de su énfasis literario a uno político, un elemento central aparece, la crítica a la política criolla, es decir, a los partidos políticos tradicionales, la forma en que se gobierna el país, pero sobre todo es un fuerte cuestionamiento moral a un sistema político excluyente y discriminador que comúnmente hemos denominado la república aristocrática. En 1918, junto a otros jóvenes como César Falcón, María Tigui fundó la revista Nuestra Época. Cuando él era director de la revista Nuestra Época, había publicado un artículo sobre el servicio militar, donde hacía una crítica, digamos, al militarismo, y como consecuencia de eso hubo un militar de la época.
que fue a atacarlo, agredir físicamente a Mariate, a pesar de que Mariate era ya en ese entonces virtualmente un inválido. Tras ese escándalo, la revista cerró. Solo existieron dos números.
Poco después, Mariategui y su amigo César Falcón formaron un comité de propaganda socialista. Desde 1918, él mismo lo dice, nauseado de la política criolla, me orienté resueltamente hacia el socialismo. Efectivamente, la Revolución Rusa tuvo un papel decisivo en la formación de Mariate y en la asunción de una posición política.
En 1919, Mariátegui y Falcón deciden fundar el periódico La Razón, considerado el primer diario de izquierda del Perú. La Razón estuvo de lado de los estudiantes en el movimiento de reforma universitaria, y de los obreros en la huelga general por el abaratamiento de las subsistencias. Una de las primeras cosas que hizo Mariátegui fue ligarse al movimiento obrero. en realidad de alguna manera ya no es así.
ya lo estaba por su propio origen, era un muchacho pobre, había trabajado como obrero en el diario La Prensa, tenía vínculos con los obreros gráficos y con los trabajadores de la pluma y entonces se vinculó al movimiento sindical de la época. La Razón apoyó la huelga por el abaratamiento de las subsistencias de mayo de 1919. Cuando los dirigentes del movimiento fueron liberados, los obreros fueron al local de La Razón. para agradecer a Mariátegui su respaldo.
En julio de ese mismo año, Leguía asumió la presidencia y desde La Razón, Mariátegui se convirtió en un firme opositor al nuevo régimen. El diario La Razón sería uno de los pocos periódicos que criticaría abiertamente al nuevo gobierno y que motivaría de otra manera que el gobierno interviniera para que el diario sea cerrado y José Carlos Mariategui y César Falcón no encontraran empleo. Ante esta circunstancia se le dio la opción de trabajar en las delegaciones peruanas en Madrid y en Roma como una forma de encubrir... esta deportación.
En octubre de 1919, Mariategui y Falcón fueron enviados a Europa como agentes de propaganda para el Perú, lo que constituía una deportación encubierta. Era una manera de deshacerse de la situación. de estos personajes incómodos al régimen.
Aunque sufrieron críticas, ellos nunca elogiaron o apoyaron al gobierno. El Amauta tomaría este viaje como una experiencia de aprendizaje. Cuando Mariátegui está en tránsito hacia Europa, recibe la noticia del nacimiento de su hija Gloria María, a la cual recién conocería en 1923 cuando él retorna al Perú.
Gloria María Mariategui Ferré fue la primogénita de la Mauta, fruto de su relación con Victoria Ferré. Mariategui nunca descuidó la manutención y el afecto para su primera hija. En Europa, el intelectual peruano definió claramente sus creencias y aprendió varios idiomas. En 1920 se casó con la joven italiana Anna Chiappe, con la que formaría una sólida pareja.
Mariatti conoce en el norte de Italia a Anna Chiappe, una jovencita que vivía con sus tíos y que regentaba junto con ellos un pequeño restaurante donde Mariatti recayó con un grupo de amigos durante un viaje de conocimiento del norte de Italia. Fruto de ese matrimonio nacerían cuatro hijos, Sandro, Sigfrido, José Carlos y Javier. Eran tiempos agitados en Europa, estaban frescas las heridas de la Primera Guerra Mundial. De igual modo, los gobernantes de los países occidentales temían la propagación de la Revolución Rusa.
Desde un inicio, María Tegui tuvo admiración por la revolución liderada por Lenin. Años después escribiría, «Mi mujer y mi hijo me impidieron llegar a Rusia». En realidad, era riesgoso ir con un niño pequeño a un país convulsionado por la revolución.
María Tegui se refería a su hijo mayor, Sandro, que había nacido en Roma en 1921. Luego de su larga estadía en Italia, decía, en que se forma en una aproximación al marxismo influida por Benedetto Croce, por Gramsci, como método de conocimiento. Él dice, el materialismo histórico es una forma potente de conocer la realidad y es tomar en cuenta las bases económicas de una sociedad. Mariátegui ingresó a círculos de estudios vinculados al Partido Socialista Italiano.
Junto a sus amigos peruanos, César Falcón y Carlos Roe, entre otros, fundó la primera célula comunista peruana. Él queda muy impactado por la cercanía que tiene con el movimiento obrero europeo, en particular el movimiento europeo italiano, presencia, las tomas de fábrica, las huelgas en Turquía. Turín, donde estaba todo el sector industrial, huelgas insurreccionales, comunas, ve un movimiento de masas en la posguerra, en que los partidos socialistas se van fortaleciendo y es de allí que él piensa en la importancia de generar un proyecto político con una nueva aproximación al diagnóstico de la sociedad peruana.
Como dijo Alberto Flores Galindo, para Mariategui el marxismo fue sinónimo de bolchevismo, es decir, de revolución. Comenzando el año 1923, María Tegui regresó al Perú junto a su todavía pequeña familia. Ya en Lima, en una entrevista, declaró ser admirador de Albert Einstein, Lenin y el empresario alemán.
alemán Hugo Stimes. Dijo además ser seguidor de la música de Beethoven y la pintura de Da Vinci y Botticelli. La experiencia europea sin duda lo marcó.
La influencia alemana es muy importante porque él era un admirador de Goethe. En general, los autores de la época, las personalidades del mundo de la cultura de la época, como Romain Roland, como Henry Barbius, influyen. de manera directa en el pensamiento de María Tigui y además en su actitud frente a la vida.
Por individualista y escéptica, María Tigui expresó su repudio a su etapa juvenil, su edad de piedra, como él la llamaba. Ahora, su propósito era organizar al naciente socialismo peruano. Mariategui mismo recusó lo que él denominó su edad de piedra, tanto así que cuando él retornó de Europa, su madre le quiso regalar un álbum donde estaban todos los recortes de sus artículos, y él le pidió que lo quemara.
Por suerte para nosotros esto no ocurrió. Ya en el Perú, María Tegui retomó el contacto con el movimiento obrero. En julio de 1923 dictó un ciclo de conferencias en las universidades.
populares González Prada, dirigidas por el líder estudiantil Víctor Raúl Haya de la Torre. Mariachi dicta un importante ciclo de conferencias llamada Historia de la Crisis Mundial, justamente a instancias de Haya de la Torre, que estaba muy interesado en las experiencias, en la experiencia europea de Mariachi. En 1924, Haya de la Torre fue deportado por el gobierno de Leguida. Mariategui lo reemplazó como rector de las universidades populares y en la dirección de la revista Claridad.
En 1924 asume la dirección de la revista Claridad, que entonces era órgano de la Federación de Estudiantes, un periódico de los estudiantes, y María Téi pide que sea órgano de la Federación Obrera Local, y dirige a partir de ahí el número 5 de la revista Claridad. cosa transitoria. En ese mismo año, 1924, María Tegui sufrió una grave crisis de salud.
Le amputaron la pierna derecha. Esta desgracia no amilanó su espíritu combativo y poco después empezó a escribir en la revista mundial. Allí publicó una serie de artículos bajo el título Peruanicemos al Perú.
En 1925, José Carlos Mariategui fundó junto a su hermano Julio César la legendaria editorial e imprenta Minerva. Ese día, que debió ser de celebración para los hermanos, se enturbió con una tristísima... Buenísima noticia. Un amigo personal de José Carlos Mariatti, el escritor Edwin Elmore, había sido víctima de un ataque. El poeta José Santos Chocano le había metido un balazo.
¿Se acuerdan que en el programa de Chocano les conté este episodio? Bueno, a eso me refiero. En Minerva, María Tegui publicó su primer libro, La escena contemporánea. Por ese entonces, la imprenta quedaba en la calle Sagastegui 669, actual cuadra 6 de la avenida Abancay.
Allí también, en Minerva, se imprimía la revista Amauta. José Carlos María Tegui plasmaba sus ideas que luego... eran llevadas a la imprenta en esta máquina Remington, que pueden ver en la Casa Museo Mariategui.
En 1926 apareció la legendaria revista Mauta, que José Carlos Mariategui dirigiría hasta su muerte. La revista Mauta era de clara tendencia indigenista, muestra de ello son su nombre y la ilusión de que la revista Mauta era de clara tendencia indigenista. de su carátula que estuvo a cargo del extraordinario artista plástico peruano José Sabogal.
La revaloración del arte popular fue una de las fortalezas de la revista Mauta, que también se ocupaba de temas internacionales. nacionales. Asimismo, José Carlos Mariatti dejaba claro en sus artículos su orientación hacia el socialismo.
Hubo colaboradores de todo tipo en la revista Mauta, todos ellos brillantes, por ejemplo, figuras jovencísimas como Jorge Basadre o Martín Adán, al lado de otras descoyantes como José María Eguren y Enrique López Albujar. Estudiaremos todos los grandes movimientos de renovación políticos, filosóficos, artísticos, literarios, científicos. Todo lo humano es nuestro. Nada más agregaré.
Habrá que ser muy poco perspicaz para no darse cuenta de que al Perú le nace en este momento una revista histórica. Presentación de Amauta, septiembre de 1926. La revista MOTO es una revista muy amplia, básicamente es una revista de cultura, de pensamiento y de ideología, pero era una revista muy amplia, tocaba temas de historia, temas de literatura, asuntos de poesía. que abordaba aspectos de la pintura, de la realidad nacional, de la economía, de la vida social, de los trabajadores, de los problemas de la población campesina, la raza indígena, en fin, era una revista ecuménica.
Referencias a toda la literatura de vanguardia contemporánea, al arte expresionista y también reflexión política y cultural más histórico-social, digamos, ¿no? Nuestros indigenistas, los primeros estudiosos de la realidad social peruana y latinoamericana. En fin, era una mirada sobre el panorama latinoamericano y mundial de una calidad y profundidad que no ha tenido Parangón en nuestra historia hasta el presente. María Tegui vivió los últimos años de su vida en una casa de la avenida.
Avenida Washington, en Lima. La Casa de María Tegui, donde me encuentro en este momento, fue centro de reunión de amigos, de intelectuales, de artistas, incluso de obreros. Aquí se debatían temas de actualidad, de música, de literatura, de poesía. Sin embargo, estas reuniones, según recuerdan Jorge Basadri y José María Eguren, nunca tuvieron un carácter proselitista. ¡Suscríbete al canal!
Aquí en la sala contigua del Rincón Rojo, María Téllez se reunía en las tardes y en las noches con trabajadores, intelectuales, líderes políticos, personalidades del mundo agrario, personas en general que venían a escucharlo, a transmitirle informaciones, opiniones e ideas, él les daba sus puntos de vista. En 1927 el gobierno de Augusto Vélez Guía denunció un supuesto complot comunista e inició una fuerte represión contra grupos de obreros intelectuales. José Carlos Mariategui fue apresado y recluido durante seis días.
en el Hospital San Bartolomé, que funcionaba en este local ubicado en la cuadra 9 del Girón Miro Quesada, en los Barrios Alvos. La revista Mauta y la editorial Minerva también se cerraron y reabrieron después de algunos meses. Este hospital, José Carlos Mariátegui, escribió una carta a los medios donde asumía completa responsabilidad por sus escritos en la prensa, donde atacaba el gobierno, pero a la vez negaba tajantemente su vinculación con algún grupo subversivo.
María Teo fue perseguido, fue acusado de organizar un complot comunista, una acción subversiva. Un complot con los judíos contra el gobierno de Leguía, porque él estaba enfrentado al gobierno de la época. En abril de 1928, María Tegui trabó un debate epistolar con Víctor Raúl Haya de la Torre.
Desde su exilio en México, Haya de la Torre había convertido la Alianza Popular Revolucionaria en el Partido Nacionalista Liberador. El APRA dejaba su carácter de frente antiimperialista de alcance continental. A principios de 1928, el carácter de este frente antiimperialista va a cambiar radicalmente cuando Ayala Torre quiera convertirlo en un partido político que de una otra manera, levantando banderas revolucionarias, lanzara la candidatura a la presidencia del Perú de Víctor Regula Ayala Torre, en el contexto de las elecciones del año 29. A pesar de este distanciamiento, resulta innegable la trascendencia de ambos personajes, Mariátegui y Haya de la Torre, en la formación de un bloque antioligárquico y en la creación de partidos de masas.
Yo creo que José Carlos Mariatti, junto a Aya de la Torre, sin duda, es la figura intelectual más descoyante de una reflexión renovada, a partir ciertamente de la trocha abierta por González Prada, sobre la estabilidad de las instituciones, sobre la construcción de una verdadera nación republicana que nace con la independencia. Música En 1928 José Carlos Mariatti publicó los siete ensayos de interpretación de la realidad peruana. Libro que reunía artículos escritos por él para la revista mundial desde 1925 bajo el título de Peruanicemos al Perú. También se incluían algunos artículos publicados en Amauta.
En este libro, José Carlos Mariatti aborda la problemática del Perú desde un punto de vista crítico, con un lenguaje directo, ausente de toda retórica. Los siete ensayos de interpretación de la realidad peruana fueron traducidos a varios idiomas y si bien sus conclusiones no reflejan nuestros tiempos, fue escrito hace más de 80 años, fue un libro iniciador de los estudios sociales en el Perú. Les cuento que en este momento estoy en el rincón rojo de la Casa Museo Mariategui.
Este es el espacio más emblemático, más simbólico de este lugar, porque aquí se reunía José Carlos Mariategui con intelectuales, sociales, políticos y artistas para debatir la situación de nuestro país. Los siete ensayos no es meramente una obra intelectual, es un programa político, en el sentido que no solamente interpreta cuál es la situación del Perú en base a siete problemas fundamentales que todavía hoy tienen vigencia, sino que además es posible encontrar en sus páginas cuáles eran las alternativas que él planteaba para el Perú de entonces. Para su autor, siete ensayos era un libro provisional, ensayos incompletos que irían moldeándose con el tiempo.
Él centra básicamente, su tesis central, vale la redundancia, es que habiendo sido los incas comunitaristas, que había pues una especie de comunitarismo, de ayuda comunal entre los incas, no había esto de la propiedad. ...privada, etcétera, él pensaba que eso era un germen de socialismo. Entonces, que el problema del Perú era básicamente el problema del indio, y que el problema del indio se centraba en el problema de la tierra. El eje del pensamiento de María Teguera es indudablemente el marxismo. Es la idea de que vivimos en una sociedad capitalista que está atravesada por profundas contradicciones, que en esta sociedad se desarrolla una intensa, creciente polarización.
social y política, la lucha de clases y que se abre la posibilidad de dar un salto hacia adelante en términos de una sociedad más igualitaria, más justa, el socialismo. Sin embargo, María Tegui no se confina a ser un repetidor del marxismo o simplemente a recibirlo y tratar de aplicarlo a la realidad peruana, sino que produce profundas innovaciones al interior del marxismo. Lo que era el marxismo, que para él no eran recetas como se aplicó en muchos países del mundo, con fracasos, sino crear un proyecto político socialista, cuyo eje eran las comunidades campesinas y la liberación del indio de la sujeción del hacendado.
No queremos ciertamente que el socialismo sea en América calco y copia. Debe ser creación heroica. Tenemos que dar vida con nuestra propia realidad, en nuestro propio lenguaje, al socialismo indoamericano. He aquí una misión digna de una generación nueva. José Carlos Mariátegui.
Amauta. Septiembre de 1928. En septiembre de 1928, María Tigui y un grupo selecto de sus amigos establecieron la primera célula del Partido Socialista del Perú. El Amauta escribió el programa del nuevo partido y envió representantes de la comunidad.
al Congreso Constituyente de la Conferencia Sindical Latinoamericana de Montevideo y a la primera Conferencia de Partidos Comunistas Latinoamericanos, que se reunió en Buenos Aires. De esta forma, como dice Ricardo Portocarrero, el Partido Socialista de Mariátegui estrecha relaciones con la Cominter o Internacional Comunista. El 8 de octubre de 1928 se constituye formalmente el Partido Socialista y Mariátegui es elegido secretario general. Se organizaron células en Lima y provincias. Él decía primero hay que crear sociedad civil más o menos porque si no corremos el riesgo de caer en movimientos autoritarios tiene que haber una sociedad civil intensa para que haya movimientos de masas Entonces, él busca aproximarse al internacional socialista, que nucleaba a todos los partidos socialistas europeos, que se habían convertido en estas maquinarias gigantes, básicamente de población obrera, que no podía ser equivalente por la débil industrialización.
En noviembre de 1928, María Tegui editó el quincenario obrero Labor. En mayo de 1929, a instancias de la Mauta, surgió el Comité Organizador Pro-Central General de Trabajadores del Perú, primera central unificada de trabajadores a nivel nacional. En septiembre de ese mismo año, el gobierno de Leguía clausuró la abor y la policía allanó la casa de Mariátegui, esta vez debido a un supuesto complot judío.
Con su salud muy quebrantada, Mariátegui nombró a Eudosio Rabines secretario general del Partido Socialista en 1930. Sin Mariátegui en la escena política, Rabines convertiría al Partido Socialista en Partido Comunista Peruano, afiliado a la Tercera Internacional. Él tenía unos problemas muy fuertes con Rabines. La ruptura con la izquierda es cuando los peruanos viajan, los dos delegados peruanos viajan a la primera conferencia comunista en Montevideo. Entonces ahí chocan completamente con Vittorio Codovilla, que era el que manejaba, un argentino italiano que manejaba el comunismo latinoamericano. El rechaza las tesis de Mariategui porque Codovilla era el leninista, Codovilla decía que todos estos países latinoamericanos eran indefensiados, Mariategui decía que no.
Mariategui proyectaba un viaje a Buenos Aires y a Santiago, donde esperaba seguir publicando a Mauta y tratar su enfermedad. Ese viaje no pudo realizarlo nunca. Internado de emergencia en la clínica Villarán, murió el 16 de abril de 1930. Sólo tenía 35 años.
Dejó listos para su publicación los libros Defensa del marxismo y El alma matinal. Pero ciertamente la muerte temprana impidió que la originalidad del pensamiento de María Tegui continuase desarrollándose y teniendo el papel que tenía, no sólo en el Perú, sino en América Latina. Ante la muerte de su fundador, la revista Amauta imprimió un boletín extraordinario que decía lo siguiente. Ha muerto José Carlos Mariátegui.
El más grande cerebro de América Latina ha dejado para siempre de pensar. Ha cesado de concebir las ideas que tan valiente y enérgicamente propugnara. El proletariado acaba de perder uno de sus mejores guías, uno de sus más calificados portavoces. Cientos de personas acompañaron el féretro de Mariategui, en especial, obreros de la Confederación General de Trabajadores del Perú, portando banderas rojas y entonando cánticos revolucionarios. El cuerpo de Mariategui fue trasladado desde su casa al Cementerio General de Lima.
Años después, se le ubicó en su actual mausoleo, donde descansa al lado de Ana Chiappe, su esposa. Para el historiador Nelson Manrique, las ideas de Mariategui fueron combatidas y luego olvidadas durante décadas por el propio Partido Comunista, que paradójicamente lo reclamaba como su fundador. Se inicia al interior del partido todo un combate a las ideas de Mariate. Que Mariate era un revisionista, que para el lenguaje del Partido Comunista ser revisionista era peor que ser un delincuente, porque había revisado las ideas fundamentales, ¿no? Que Mariate era...
que no era Mariate. Las obras de María Tegui se difundieron en la década de 1950 gracias a la labor de su viuda, Ana Chiappe, y de sus hijos, que reflotaron la editorial Amauta y la dedicaron a la difusión de su pensamiento, publicando sus obras completas. Para una viuda joven, con cuatro hijos, italiana, en un país que no es el suyo, es una situación compleja.
Una de las cosas que Ana Chiappe, la viuda de Mariategui, tenía como... como una línea clara que debía hacer, era difundir la obra de su esposo fallecido. Y esa mística también se la transfirió a sus hijos.
Tuvo una labor muy intensa del lado de sus hijos, ahí participó mi padre, en la edición de los libros y la revista, las obras de Mariate y los facsimiles. Y bueno, también tienes que tomar en cuenta que a partir de los 60's y los 70's el mundo se fue. fue muy para la izquierda, ¿no? Las ideas de izquierda en esa época primaron. Entonces Mariategui como que se puso de moda nuevamente y empieza a ver que era un marxismo bastante original, se empieza a traducir una serie de idiomas, ¿no?
Como dice Jorge Basadre, nadie puede dejar de admirar en José Carlos Mariátegui su devoción por la cultura y por la justicia social en un ambiente hostil y envenenado. Mariátegui representa lo que se dice, lo que crea el hombre nuevo, es decir... Un hombre que era capaz, a pesar de encontrarse en una silla de ruedas, de tener una producción intelectual muy importante y a la vez dedicarse a una actividad política donde pensamiento y acción era un único proceso.
Bueno, yo creo que una de las cosas más importantes a rescatar hoy de María Ategui, para el Perú de hoy... Es que más allá de si tal o cual tesis de Mariatti mantiene su vigencia o no, creo que lo que hay que reivindicar de Mariatti es su manera de ver el país y su manera de entender la política. Una política que se hace a partir de visiones de conjunto del país, de doctrinas claras, de posiciones definidas.
Como hemos visto a lo largo del programa, José Carlos Mariategui fue un hombre de un talento brillante, un luchador por la cultura y por la justicia social en un medio tan complicado como el Perú a comienzos del siglo XX. Lamentablemente murió jovencísimo. ¿Quién sabe cuánta sabiduría hubiéramos recibido si nos hubiera acompañado algunos años más? Esta es su tumba en el cementerio Presbítero Maestro. Y desde aquí nos despedimos.
Nos vemos en la próxima.