¿Cómo puede ser que todos tengamos 24 horas, pero que nuestras vidas sean tan distintas en términos de resultados, éxitos, bienestar y progreso? Siempre me ha molestado muchísimo de que me impongan una forma determinada de hacer las cosas, o incluso que me impongan todo tipo de creencias limitantes sobre lo que puedo o no puedo hacer. Así que desde una edad muy temprana me convencí a mí mismo de que todo era posible. ¿Aprender un idioma extranjero? Sí se puede.
¿Empezar un proyecto de emprendimiento exitoso? Sí se puede. ¿Asistir a estudios exigentes y prestigiosos?
Sí se puede. ¿Poder brindar a tu familia una vida rica de oportunidades y bonitas experiencias? Sí se puede.
¿Disfrutar los maravillosos frutos de tu trabajo? Sí se puede. ¿Será fácil?
No. ¿Será llevadero? No. ¿Requerirá de constancia? Por supuesto.
¿Y de muchísimo esfuerzo? También. Pero ojo, todos tenemos tiempo para todo, pero no podremos dedicar la misma cantidad de tiempo a todo. Y un elemento crucial de sacar todo el zumo, todo el jugo de nuestro tiempo, es saber planificar nuestro día de forma productiva.
El problema, el problema es que nadie nos ha enseñado a planificar nuestro día. a hacerlo de forma efectiva, correcta. Y esto es exactamente lo que veremos en el día de hoy.
Veremos una metodología precisa para organizar tu día de altísima productividad que podrás exprimir al máximo para obtener increíbles resultados, disfrutar y avanzar en tus proyectos. Vamos con el primer paso, que será hábitos no negociables. Tus días, sin excusa alguna, deben tener cuatro hábitos no negociables que se encarguen de cultivar.
Los cuatro pilares principales de tu vida. Un hábito para cultivar tu mente, un hábito para cultivar tu cuerpo, un hábito para cultivar tu espíritu o alma, y un hábito para cultivar el valor que tienes como persona. ¿A qué me refiero con esto? Pues que tu día debería tener cuatro hábitos que consisten en desarrollar estas cuatro partes, cuatro pilares fundamentales de tu persona y de tu vida.
Por ejemplo, ir al gimnasio, practicar un arte marcial o una actividad física para cultivar tu cuerpo, leer un libro, escuchar un audiolibro, un podcast cada día para cultivar la parte mental, tu mente. Empezar a desarrollar una habilidad una hora cada día, por ejemplo, que va a subir el valor que tienes como persona en la sociedad. Y rezar o meditar o practicar algún tipo de ejercicio de agradecimiento como escribir en un diario para cultivar esa parte espiritual.
Y para los que creáis que no tenéis tiempo de hacer todo esto, que repito, debe ser un requisito. para mantenerte en buen estado de bienestar y progreso y éxito en tu vida, para los que creáis que no tenéis tiempo para esto, repito, vamos al siguiente punto que os parecerá muy sorprendente, que es constancia y foco. En 1983, Lorne Whitehead descubrió y publicó en el American Journal of Physics que el efecto dominó, es decir, empezar tumbando una pieza de dominó, no solo afectaba a otras piezas de dominó más pequeñas, también afectaba a objetos o piezas de dominó más grandes. ¿Y por qué nos interesa esto?
Bien, porque él descubrió con una pequeña ficha de dominó de... La medida de un pequeño nacasito podía llegar a tumbar progresivamente una ficha que tenía la longitud, el tamaño de la montaña de Léveres. Imaginad, ¿por qué es importante?
Bien, porque lo podemos trasladar al mundo de la productividad y del desarrollo personal y el éxito en el emprendimiento o en los negocios. Jesse Hilsler es un billonario con una filosofía muy particular. Cada año se dedica a dominar ciertas habilidades o a confrontar desafíos distintos.
Es un billonario que... me alineo mucho con su filosofía y me cae bastante bien, la verdad. Y siempre lo recuerdo en sus entrevistas, la regla de los 20. Una persona que dedica solamente, exclusivamente, 20 minutos al control de una habilidad o a confrontar un reto cada día, 20 minutos cada día a hacer una pequeña acción, será mucho mejor, mucho mejor que el 99% de personas que se dediquen de forma esporádica, más o menos intensa, pero de forma esporádica, al control de esa habilidad, a superar ese desafío.
¿Y qué nos quiere decir Jesse Hitzler? Bien, que las pequeñas acciones, pequeñas acciones, cotidianas y constantes, lo que nos permiten es construir una especie de efecto compuesto que se multiplica de forma exponencial a lo largo del tiempo. Como una pieza de dominó, pequeñita, un lacasitos, que empieza a tirar otras pequeñas piezas de dominó. cada vez más grandes, hasta tumbar una pieza del tamaño de la Torre Eiffel o de la montaña del Everest.
Con una pequeña acción diaria podemos hacer grandes cosas. Pasamos al siguiente punto, que será rutinas. Si os fijáis, después de un verano de lujuria, de fiesta y de comida copiosa, las últimas semanas de agosto nos sentimos que queremos volver a la rutina, que ya estamos cansados, ¿verdad?
Eso es porque somos seres rutinarios, igualmente que no queramos aceptarlos. Somos seres rutinarios, estamos codificados biológicamente así, porque las rutinas son una especie de mecanismo de nuestro cerebro para ahorrar energía y gestionarla de una forma eficaz. De cara a, por ejemplo... Todo tipo de amenazas, de todo tipo de peligros que nos podamos encontrar.
Por ejemplo, antes, cuando venía un león o un tigre a atacarnos, necesitábamos cierta energía para combatir ese peligro. Pues, hemos heredado ese mecanismo. Por ende, somos animales rutinarios, somos seres rutinarios.
Necesitamos de rutinas. ¿Qué pasa? ¿Por qué son tan importantes las rutinas en la sociedad moderna?
Bien, porque con cada decisión que tomas, tu fuerza de voluntad disminuye. Desde primera hora de la mañana no tienes ningún tipo de orden ni estructura. y vas tomando decisiones aleatorias, tu fuerza de voluntad va bajando y tendrás menos capacidad de ser disciplinado en los proyectos o decisiones que verdaderamente importan. Yo, por ejemplo, estructuro mi día con una rutina de activación y de desactivación.
Rutina de activación son una serie de hábitos que lo que te permiten es transicionar del mundo del sueño, relajado y tranquilo, a un mundo más de la productividad, activación, de trabajo. Es una serie de hábitos que te permiten activar tu cuerpo. De la misma forma, la rutina de desactivación lo que te permite es desactivarte de ese modo ajetreo y productivo del día y hacer una transición efectiva hacia el mundo del sueño y del descanso.
Y os preguntaréis, ¿de qué están hechas estas rutinas? Bien, de los hábitos no negociables que hemos mencionado en el anterior punto. Por la mañana, por ejemplo, yo lo que hago es hacer deporte para activar mi cuerpo. Al mismo tiempo que escucho un podcast... y ya estoy cultivando mi mente, mi lado intelectual.
Al mismo tiempo, me gusta muchísimo leer, media hora, una vez me he despertado y activado, por placer mío, y también me gusta rezar, es decir, hacer un ejercicio de agradecimiento ya desde primera hora de la mañana. Por la noche, lo que me gusta hacer y priorizo es salir con los amigos, es decir, cultivar esa parte más espiritual de relaciones, relacional, a que me siento muy satisfecho, salir con los amigos, y cuando llego a casa, Me gusta hacer todo tipo de ejercicios, como la meditación, para relajarme y hacer una mejor transición al sueño, incluso también escritura, escribir lo que he hecho durante el día. Pero esto puede variar, repito.
Son hábitos que sí o sí haré durante el día, pero según me sienta, pues los haré por la mañana o por la tarde. También me gusta dedicar cada día una hora al cultivo de una habilidad precisa, que quiero dominar durante ese mes, por ejemplo. Me intento siempre dominar una habilidad al mes, algo así, probar...
Ese tipo de cosas hay habilidades que requieren más tiempo, ¿no? Por supuesto. Y también lo que podéis hacer durante estas rutinas es añadir todo tipo de hábitos, no tan negociables, pero que sí que es cierto que aportan un gran bienestar y claridad mental, como sería la organización, la planificación, preparar lo que serían las comidas del día de mañana o de la semana, meal prep, preparación de comidas, e incluso también plantearte los objetivos del día de mañana.
Otros hábitos que también son de gran utilidad. Incluso llamar a vuestra familia. que siempre se tienen que hacer. Pasamos al siguiente punto, que será las leyes de la productividad.
Me gustaría presentaros las tres leyes que necesitáis saber para dominar el 90% del juego de la productividad. Estas tres leyes son la ley de Pareto o principio de Pareto, ley de Laboret y ley de Parkinson. Primero me gustaría presentaros la definición, luego veremos cómo aplicarlas.
La ley de Laboret lo que nos indica es que tenemos que priorizar a primera hora de la mañana la realización de esas tareas más difíciles. ¿Por qué? Porque tenemos tendencia a empezar por las más fáciles y eso nos hace segregar dopamina, nos produce una satisfacción ilusoria, un avance progreso ilusorio. La ley de Pareto lo que nos indica, o principio de Pareto, es que un 80% de nuestros resultados provienen de un 20% de unas acciones cruciales que nos hacen avanzar muchísimo. Por eso debemos priorizar ese 20% de acciones.
Y luego tenemos la ley de Parkinson, que lo que nos indica es que una tarea... se expande tanto como tiempo le destinemos. Básicamente eso. Si nosotros nos proponemos un tipo de deadline, lo vamos a cumplir.
Pero si es dentro de seis meses, siete meses, pues evidentemente esa tarea se alargará tanto como tiempo tengamos. ¿Y por qué nos importa saber este tipo de reglas? Por tres cosas, y ahora veremos cómo aplicarlas.
Si nosotros respetamos la ley de Parkinson, lo que haremos es marcarnos deadlines, marcarnos fechas de entrega ficticias, no necesariamente obligadas por una institución, sino pueden ser personales. Terminar tal tarea en este primer bloque de tiempo de estudio de dos horas. O terminar tal tarea en estos 25 minutos de sesión de técnica Pomodoro. Marcarte. deadlines temporales, para crear esa urgencia.
Si nosotros respetamos la ley de Laboret, los dejaremos del multitasking, nos dejaremos de empezar con esas pequeñas tareas como contestar emails a primera hora de la mañana, que simplemente nos dan esa sensación de que terminamos cosas pero no avanzamos. Lo que haremos es empezar por las tareas más difíciles. Las tareas más difíciles.
¿Y cómo identificamos esas tareas tan difíciles? Bien, a partir del principio de Pareto, identificamos cuáles son las... acciones, ese 20% de acciones más importante, más crucial para nuestro negocio o proyecto, estudios, lo que sea, y dedicamos todo nuestro tiempo a eso.
Así hacemos a primera hora de la mañana y marcándonos tiempos de urgencia. Y ya veréis cómo progresáis a un nivel espectacular. Pasamos al siguiente punto.
¿Qué será? Conviértete en una estratega del tiempo muerto. El momento en el que programas ciertas actividades extraescolares, lo que va a hacer es hacerte ganar más o menos tiempo.
Eso supone... Un punto crucial en la estructura de tu día. Por ejemplo, yo me di cuenta de que si me levantaba a las 7 e iba al gimnasio de 7 a 10, que empezaban las clases, había mucho tiempo muerto.
Podía ir al gimnasio, pero igualmente entre transportes y tal, no me daba tiempo de enfocarme de forma productiva. Además, que llegaba por la noche a casa y estaba muy cansado. Y veía que esas dos últimas horas de la noche no las podía aprovechar para estudiar o trabajar.
Lo mismo me pasaba... Cuando quedaba con mis amigos, por ejemplo, después de las clases a las 5 de la tarde. Lo que sucedía es que de 5 a 7 íbamos a tomar un café y de 7 a 10, pues como ya había llegado cansado, había acabado de quedar con mis amigos, ya no me apetecía tanto trabajar.
Entonces yo estaba perdiendo horas cruciales. ¿Qué es lo que hice entonces? Bien, en mi caso cambié cuando y cómo yo iba al gimnasio o quedaba con mis amigos. Por ejemplo, yo empecé a levantarme a las 5. Porque sabía que de 5 a 7 y media, 8, tenía un espacio de dos horas y media, tres, para trabajar de forma enfocada.
Luego ir al gimnasio y luego poder ir a la universidad sobre las 10. Estaba todo muy bien aprovechado. Esas tres horas son tres horas de trabajo adicional que no desperdiciaba a última hora del día cuando ya estaba cansado. Directamente, al terminar, pues, de quedar con mis amigos o las clases y demás, estaba tan destrozado que ya quería ir a dormir sobre las 9. Lo mismo hice con mis amigos.
Por ejemplo, dejé de verlos a las 5 de la tarde y lo que hacíamos era salir a comer juntos a mediodía, haciendo el break, pausas, entre clase y clase. Y allí aprovechábamos para estudiar juntos o para comer juntos o para discutir de las clases lo que habíamos aprendido. Pero luego, evidentemente cuando terminaba las clases, tenía aún de 5 a 9 un bloque muy productivo de trabajo con el que podía hacer todo tipo de cosas.
En mi caso era trabajar, sostenerme. y pagarme mis estudios, sea de babysitting, o ya sea con estos proyectos de emprendimiento, o ya sea enseñando lenguas extranjeras, o todo tipo de cosas que hice. Con una buena organización es posible tener tiempo para todo.
Por ejemplo, en los trayectos de transporte público, yo siempre, siempre, siempre he aprovechado para leer un libro ahí en medio de transporte público. Llevaba dos, tres libros en mi cartera, por según el mood que tenía poder leer uno o el otro. O incluso siempre de trayecto a la universidad. caminando del transporte público o recogiendo a las niñas del colegio para después cuidarlas, pues por qué no cuando iba al colegio a buscarlas un podcast, un audiolibro. Siempre estaba constantemente aprovechando esos tiempos muertos, de hecho incluso para escribir vídeos, porque sentía que estaba perdiendo el tiempo y que esas pequeñas acciones a largo plazo supondrían un gran impacto.
Y hasta aquí el vídeo de hoy, espero que os haya gustado y que a partir de este vídeo tengáis ya una plantilla para organizar vuestro día de alta productividad. Me gustaría agradeceros sobre todo vuestra atención, me gustaría también agradeceros por dejarme un like, un comentario, suscribiros y compartir este canal a otras personas a las que queréis ver ser más productivas, hacerlo mejor con su vida, obtener más resultados. Me gustaría agradeceros, repito, por estar aquí, os mando un beso, cálido abrazo y nos vemos en el próximo vídeo.