Transición energética, solución. o nueva cara de la explotación de la naturaleza? Mientras el mundo habla de un futuro verde impulsado por energías renovables, una realidad se esconde tras esta promesa supuestamente sostenible. Detrás del desarrollo de baterías de autos eléctricos, paneles solares y turbinas eólicas, así como cohetes espaciales, armas de guerra y dispositivos tecnológicos controlados por inteligencia artificial, Se encuentra una voraz carrera por expandir la explotación de los minerales críticos para la transición energética, como el cobre, las tierras raras y el litio. Recientemente viajamos con nuestro equipo a lo profundo del desierto más árido del planeta, a la cordillera del norte de Chile.
Subiendo por los Andes, a miles de metros de altura, brotan oasis que albergan ecosistemas únicos y culturas ancestrales. Salares, humedales y lagunas son parte de enormes cuencas de agua y un complejo ecosistema hidrogeológico. A unas horas de la ciudad, cordillera arriba, se encuentra una reserva de agua y biodiversidad que podría ser destruida por la minería de litio.
Subiendo por la cordillera encontramos un enorme salar llamado Maricunga, que se ubica en un parque nacional conocido como Nevado Tres Cruces. El territorio del pueblo originario Coya. Este pueblo ha habitado históricamente la cordillera de Copiapó, practicando la transhumancia, la agricultura y la ganadería desde hace siglos.
En armonía con el territorio, sus comunidades se asientan en valles cordilleranos en donde producen alimentos y practican su cultura ancestral. Las comunidades indígenas Koya se encuentran alertas ante una actividad minera que podría acabar con el agua y por ende con toda su cultura. Entonces, si se empieza a secar el salar de Maricunga, la laguna Santa Rosa y por ende nuestras aguas, nosotros dejaríamos de existir porque no habrían hierbas, no estarían los animales y de pasadita el daño que nos llega a nosotros y después pensamos que los daños colaterales podrían llegar hasta la ciudad. Se ha acrecentado el miedo que hemos tenido para que las empresas subsistan en estos sectores.
Porque la Estrategia Nacional del Litio no nos viene a cuidar a nosotros, es un modelo económico hecho para un desarrollo de las empresas, mas no del área local y ni mucho menos pensado en las comunidades indígenas que vivimos cerca del sector y que hemos subsistido durante décadas y cientos de años en este territorio. Maricunga es el próximo ecosistema condenado a muerte por la extracción de litio en Chile. Eduardo Gudinas Gracias.
Parte de nuestro equipo lo explica así. Aquí detrás mío está el salar de Maricunga, a más de 3.700 metros de altura en el extremo sur. Uno de los grandes yacimientos de litio que quiere ser explotado en Chile.
Una situación que se repite en Argentina y en Bolivia. Pero esos salares que ustedes ven detrás están llenos de vida. A mis espaldas están los flamencos. Hay mamíferos, insectos, otras aves, plantas y demás. Es una nueva forma de extractivismo del siglo XXI para alimentar la transición energética de la electromovilidad.
¿Dónde? ¿Para qué patrón de consumo? El de los países industrializados o el de las clases acomodadas con su automóvil privado. ¿Quién lo va a manufacturar?
China. El estado de Chile ya permitió, más al norte, la destrucción de gran parte del salar de Atacama, en donde ecosistemas y comunidades están quedando sin agua. Ahora pretenden expandir la frontera de explotación de litio e impulsar nuevos proyectos que podrían destruir Maricunga. La ampliación de la extracción de litio a partir de la Estrategia Nacional del Litio afecta de manera más importante a la región de Atacama, esta región donde estamos hoy día, porque abre a la posible explotación varios territorios, varios ecosistemas que algunos están protegidos, otros debieran estar protegidos y acelera una serie de decisiones corporativas. tanto del Estado como de las empresas privadas, que abren la posibilidad de explotación, no solamente en el Salar de Maricunga, sino que también en otros salares que están un poco más al norte del Salar de Maricunga y en lagunas salinas que tienen un alto valor del punto de vista ecosistémico, pero también del punto de vista del patrimonio paisajístico, turístico de esta región, que permitiría soñar en otras perspectivas de vida.
para los habitantes y los pueblos de esta región, pero sin embargo hoy día se están colocando como prioridad para la explotación en la Estrategia Nacional del Litio. Este ecosistema único en el mundo podría ser destruido por el aumento de la demanda de minerales críticos para la transición energética. Pero para entender la magnitud de esta amenaza tenemos que mirar desde otra perspectiva. Estas imágenes satelitales muestran la aparición de enormes faenas mineras en solo unas décadas. El litio, considerado la piedra angular de la transición energética, ha desencadenado una fiebre extractiva en el cono sur de América Latina.
Esta zona, ubicada entre Chile, Argentina y Bolivia, concentra la mayor reserva del mundo, cerca del 60%, en un área que empresas y estados han denominado el Triángulo del Litio. ¿Pero qué costo tiene esta carrera por el oro blanco del siglo XXI? Chile, Argentina y Bolivia ya han tenido enormes catástrofes ambientales derivadas de la mega minería. Chile es el primer productor mundial de cobre y es la actividad exportadora más relevante del país. Se dice que el cobre es el sueldo de Chile, sin embargo, en el año 2023, el ingreso de la minería estatal y privada del cobre fueron 4.230 millones de dólares.
que representa solo el 5,5% de los ingresos del Estado por tributación, es decir, la mayoría de las ganancias se las llevan las empresas privadas. Chile históricamente ha apostado todo a la minería. En cierto sentido, el país es prisionero de esta actividad, lo cual impide el desarrollo de otros aspectos de la economía y la sociedad.
Lucio Cuenca, director del Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales, nos explica los impactos negativos de la extracción de litio. Entonces, una zona que está en el desierto más seco del mundo, una zona que depende la existencia de sus territorios y de las poblaciones, los pueblos que lo habitan, del sistema hídrico, poner en riesgo a partir de expandir lo que nosotros denominamos la minería de agua, Afecta y puede tener consecuencias muy graves para esta región en particular, que ya en las últimas décadas acumula una crisis hídrica que, en el caso de la provincia de Copiapó, ha estado a punto de quedarse sin agua para el abastecimiento humano. Por medio de imágenes satelitales, se sabe que el salar de Atacama, ecosistema de donde se extrae el litio producido en Chile, se hunde de 1 a 2 centímetros por año.
Las imágenes además muestran cada vez mayor temperatura, menos agua y menos vegetación en la zona. El aumento de demanda mundial indica que este proceso se profundizará. Hay que tener en cuenta que un auto eléctrico necesita una cantidad de litio equivalente a aproximadamente 17.000 baterías de teléfono.
Las comunidades indígenas del Salar de Atacama viven en una situación crítica por la contaminación minera y la explotación del agua por la minería de cobre y el litio. Las empresas proyectan expandir este modelo extractivista a otras ciudades de Chile como Copiapó. Para mostrarles los nuevos proyectos del litio en Chile, viajamos a Copiapó, una comuna minera al norte del país. En Copiapó la población vive literalmente bajo desechos tóxicos. A las autoridades no les gusta que nosotros la llamemos zona de sacrificio, pero eso es lo que somos y ahí es donde vivimos.
Somos una zona sacrificada, donde cada ciudadano tiene que exponer, respirar, comer, alimentarse y vivir y convivir. Con estos relaves mineros, que finalmente deterioran la salud de las personas, siendo que ya el extractivismo que viene de hace muchos años en esta región y se sabe las consecuencias de tener a muchas personas con silicosis, a muchas personas con tipos de cáncer y que no se ha hecho nada hasta el momento de hoy. Entonces, claramente tenemos y somos una zona de sacrificio, lo quieran saber o no. Empresas privadas y estatales han cometido innumerables crímenes ambientales.
Un buen ejemplo de la región es Chile, primer productor de cobre y segundo de litio a nivel mundial. Pero Chile ha pagado un alto precio por esta explotación. El aumento de la electromovilidad Está profundizando esta herida. Se estima que un auto eléctrico necesita cuatro veces más cobre que una combustión. Además, está aumentando la demanda de litio y su extracción necesita mayor uso de energías y agua que el cobre.
Chile tiene una gran cantidad de ecosistemas, incluyendo el desierto de Atacama. El más árido del mundo. Ahí se extrae litio bombeando grandes reservas de agua depositada bajo los salares.
El agua extraída se deposita en enormes piscinas en donde se evaporan dejando el litio disponible. Se estima que se evaporan 2 millones de litros de agua para generar una sola tonelada de litio. Este proceso ha sido denominado como minería del agua. consumiendo enormes cantidades de agua en la zona más seca del planeta tierra En base a las historias que contaban nuestros abuelos, nuestros antepasados, siempre nos dijeron que las aguas del Salar de Maricunga y la Laguna Santa Rosa estaban conectadas con las aguas que nosotros usamos diariamente para nuestro vivir ahí en la cordillera y para desenvolverlos en ella. Que nuestros antepasados no estaban tan errados, porque sí, las aguas están interconectadas y que el Salar de Maricunga está conectado en sí con la Laguna Santa Rosa y las aguas que están dentro de la Laguna Santa Rosa están conectadas con nuestras aguas.
El salar de maricunga ya ha sido impactado por actividades extractivas. La empresa minera Kinross ha sido multada por secar humedales en la zona. La minería del litio profundizará estos impactos en un ecosistema que alberga las principales fuentes de agua en una zona extremadamente seca y desértica.
Además, alberga seres vivos únicos en el planeta. Bacterias llamadas arqueas. que son las habitantes más antiguas del planeta.
Tienen características extremófilas, es decir, que pueden proliferar en condiciones extremas de temperatura, salinidad y radiación. El negocio del litio en Chile está creciendo. Su precio ha tenido altos y bajos marcados por la especulación constante y las falsas expectativas de la transición energética y la electromovilidad. Hasta el día de hoy, Chile se rige por una constitución política, un código minero y un código de aguas promulgado durante la sanguinaria dictadura militar de Pinochet. SQM es la segunda empresa de litio en el mundo.
Es propiedad del empresario chileno Julio Ponce Lerú, yerno del dictador Pinochet. Su dueño ha estado envuelto en enormes casos de corrupción y financiamiento ilegal de la política, con partidos progresistas y de derecha en Chile. En este contexto, es la familia Pinochet quien se quedará con una de las mayores riquezas del país a costa de los ecosistemas y las comunidades. Tras la llegada de la democracia, Los distintos gobiernos mantuvieron la constitución y las leyes mineras aprobadas en dictadura. En el 2019 hubo una gran revuelta social que buscaba acabar con las injusticias y traer dignidad al país.
Esto derivó en un proceso constitucional. Sin embargo, los poderes empresariales presionaron para mantener la constitución de Pinochet, la cual sigue vigente hasta hoy con la familia del dictador. como principal dueña del litio.
Además de la familia Pinochet, empresas norteamericanas como Alvemarle y chinas como B&D están invirtiendo en Chile y América Latina para quedarse con el litio y otras materias primas. El control de estos minerales se han transformado en un asunto geopolítico para las potencias mundiales. La jefa militar del Comando Sur de Estados Unidos ha sido muy clara.
La crisis climática se ha convertido en una oportunidad de negocios para muchas empresas, que están invirtiendo en energías renovables para diversificar sus carteras y mantener su influencia. Parte de esta transición está siendo impulsada por las mismas fuerzas económicas que han causado la crisis climática, sin un cuestionamiento real a las causas profundas de la crisis civilizatoria en la que nos encontramos. Las grandes empresas, en alianza con los gobiernos, están utilizando el discurso de la sostenibilidad para perpetuar un modelo de explotación, producción y consumo insostenible, además de suministrar de materias críticas para industrias de guerra y control social. Nuevamente, las poblaciones de países del sur, comunidades rurales, pueblos originarios, ecosistemas, son las víctimas. El salar de Maricunga y otros ecosistemas en Bolivia y Argentina pueden ser los próximos.
Para construir un futuro verdaderamente sostenible, necesitamos transformar radicalmente nuestro modelo económico y productivo. Priorizando la justicia social y ambiental sobre las ganancias de grandes empresas. Disminuir la desigualdad social, poner límites al consumo, la riqueza y el despilfarro de energía, todo esto resulta primordial. La transición energética es sin duda algo necesario, pero necesitamos una transición energética transparente, que no sacrifique nuevamente a comunidades y ecosistemas para el beneficio de grandes corporaciones.