Me llamo Serafín, para los amigos era, tengo 44 añitos, originario de Donosti, de San Sebastián, una provincia que está aquí cerquita, y me vine aquí a estudiar periodismo con mis tiernos 18 años. Estuve trabajando cinco años en una asociación y a raíz de eso conocí un poco más de cerca la política y los políticos. Y bueno, pues una cosa me llevó a la otra, al final me propusieron...
Bueno, pues ir en un grupo de trabajo político y dejar la asociación. Y bueno, pues opté por ese camino. Y bueno, pues estuve creo que casi 15 años muy metido y muy en primera fila.
Disfrutando de muchas cosas, no tanto de otras. Pero bueno, hice creo que mucho. O por lo menos lo intenté. Lo que hizo cambiar mi vida fue el cansancio. Un día me miré en el espejo, me vi las arrugas, me vi el pelo blanco, la barba blanca.
Y dije, bueno, yo creo que ya hasta aquí hemos llegado. me decidí a ir por algo que me gustaba mucho, que es la decoración, que me gustaba y que me gusta, que es la decoración, y dije, bueno, pues algo relacionado con la decoración. Bilbao, una ciudad metropolitana que está creciendo cada vez más, cada vez más turismo, Lugueheim, y dije, ah, pues voy a unir los dos conceptos y voy a hacer algo diferente a los hoteles típicos, a hacer unos apartamentos turísticos, pero bueno, muy minimalistas, muy modernos, muy dirigidos, yo diría que a las familias del siglo XXI, pues que son pareja de gente joven, con un niño, con dos como mucho, y que no quieren el hotel típico. Entonces por ahí me fui guiando y llegué hasta aquí.
Mi día a día es muy diferente. Antes me despertaba con el móvil y ahora me despierto más o menos relajado. Miro un poco lo que hay en internet, si han entrado reservas nuevas, si hay que contestar mensajes o emails.
Y luego a partir de ella empiezan las limpiezas, si es que hay, los check-ins, si es que hay también. Y te puedes encontrar con que un día no tienes nada, o... otro día tienes que trabajar tres horas, otro día descansas, bueno, está bien, es un nivel de vida yo creo que aceptable. He recuperado algo buenísimo que perdí, que tenía en el pasado, es que todas las semanas iba al cine, bueno, eso lo perdí, ahora lo he vuelto a recuperar, estoy yendo incluso hasta dos a veces, hasta dos, entonces bueno, estoy contento, la verdad es que, bueno, he retomado el teatro también, que le había dejado el ir al teatro, el hacer teatro, he vuelto, bueno, a disfrutar de los años. amigos, de tomar unos vinos por Bilbao, bueno, de cosas tan simples como eso, como unos vinos que antes ya lo había olvidado, ¿no?
Entonces estoy contento. Yo soy más feliz, la verdad es que sí. Y además creo que se lo tengo que decir a mucha gente, que cuando vives estresado no te das cuenta de todas las cosas que te pierdes, hasta que sales de ese círculo loco de estrés que te lleva corriendo de un sitio a otro, y entonces, claro, lo bueno lo disfrutas y lo malo lo vives como lo peor, y la vida no tiene que ser al revés.
hay que disfrutar todo lo bueno e intentar que lo peor sea lo mínimo y eso desde luego ha cambiado totalmente