Llegamos a la vigésimo segunda clase del curso de griego antiguo desde cero y vamos a estudiar el auristo sigmático, conocido algunas veces como auristo primero, tradicionalmente, ¿no? Pero, auristo sigmático, que es claro, es evidente de qué estamos hablando, ¿no? El auristo sigmático, también conocido como auristo primero, es el tipo de auristo más frecuente en griego antiguo y tiene algunas diferencias sustanciales respecto al auristo radical, que es el que...
ya conocemos, concretamente radical temático. Entonces vemos lo que vamos a estudiar. Primero la morfología del oristo sigmático de indicativo.
Insisto, todavía estamos en el indicativo. Muy pronto vamos a ver los participios de oristo, muy pronto vamos a ver los infinitivos de oristo, muy pronto, o quizá no tan pronto, ¿no? Pero también tenemos que estudiar el subjuntivo, el optativo, la pasiva, ¿no?
Pues bueno, vemos que se juntan muchas cosas. lo que hace que la conjugación verbal griega sea muy compleja. Y luego, tras haber visto la morfología del auristo sigmático de indicativo, vamos a ver los, por así decirlo, los distintos temas de auristo sigmático, que vemos aquí cuatro grupos, que realmente podemos decir que son cinco. El primero de ellos es el que no tiene, por así decirlo, nada en especial, por ejemplo, el verbo lío, que es... tal cual, no tiene mayor dificultad, y luego tenemos los auristos sigmáticos en oclusiva, los auristos sigmáticos de presentes contractos, los auristos sigmáticos en sonante, y luego los auristos sigmáticos irregulares, muy frecuentes, ¿no?
Entonces, el problema, vamos a decir, de los auristos sigmáticos es precisamente esta sigma, y como hemos visto, sobre todo en la tercera declinación, ¡Gracias! Hemos visto que cuando hay una sigma, pues muchas veces va a haber problemas. Pues eso es precisamente lo que ocurre en todos estos tipos, ¿no?
Los tipos como lío, pues ahí no hay problema, simplemente pues hay una sigma y ya está. Pero luego en todos estos tipos vamos a ver que la sigma causa irregularidades, vamos a decir, o causa dificultades. No, causa cosas que no esperamos según el tipo general. Entonces vamos A ir viéndolo poquito a poco, empezamos por la morfología del auristo sigmático de indicativo.
Tiene bastantes cosas en común con el radical temático que ya conocemos. Al fin y al cabo, estamos hablando de auristo, ¿no? Como ya sabemos, los tiempos de narración, pues los que ya conocemos, el imperfecto, que recordemos, solo estaba en el indicativo, por tanto bastante fácil, y luego el auristo.
que también es un tiempo de narración, se caracterizan exclusivamente en el modo indicativo, y si habéis visto las otras clases, que por supuesto deberíais haberlas visto, veis que siempre hago mucho énfasis en esto de exclusivamente en el modo indicativo tienen aumento. Muy pronto vamos a ver, por ejemplo, los participios de Auristo, y vamos a ver que el participio de Auristo, aun siendo de Auristo, no tiene aumento. ¿Por qué?
Porque el participio no es indicativo. El participio simplemente es... participio, pero no es de indicativo, no es de subjuntivo, simplemente es participio, por tanto, no es de indicativo, por tanto, no tendrá aumento.
Pero bueno, eso es muy pronto. Ahora continuamos con el auristo de indicativo, que sí tiene aumento. De igual modo, el auristo sigmático emplea también las desinencias secundarias.
Es un tiempo secundario, es un tiempo de narración, es un tiempo de pasado, simplemente, por tanto, desinencias secundarias nada nuevo. Y dentro de las de silencias secundarias habíamos dicho que tenemos las activas para la voz activa y luego las medio pasivas para la voz media. Y bueno, aquí tenemos un pequeño apunte que hacer. Ya lo haremos cuando nos llegue el momento un poquito más abajo. Por tanto vemos que aquí en principio nada nuevo tampoco, aumento nada nuevo, de silencias secundarias nada nuevo.
Hablamos de auristo sigmático y no mencionamos que sea temático, porque efectivamente no tiene vocal temática, es decir, el auristo sigmático es atemático. De hecho, el nombre completo es auristo atemático sigmático, o sigmático atemático, da igual, ¿no? Lo que pasa es que, como todos los sigmáticos son atemáticos, pues entonces, como que es un poco redundante, y por eso simplemente hablamos de auristo sigmático. y se entiende que si es sigmático es antemático, ¿no? Por tanto, a la raíz se añade directamente el sufijo sigmático y la de silencias secundarias, ¿no?
Como acabamos de decir aquí. Siendo un auristo, el auristo asigmático también hace uso del tema de auristo. Bastante lógico. Aunque por cuestiones fonéticas y morfológicas, y aquí es todo esto que decíamos de los cuatro tipos de auristos asigmáticos, a menudo se parece mucho o incluso es igual al tema de presente. Pero vamos a ver, por ejemplo, en el verbo lío, pues es básicamente igual que el tema de presente, pero otras veces no.
Sobre los verbos que tienen un auristo sigmático y los tratamientos que sufren, hablaremos un poquito más tarde. Todo eso de los cuatro tipos irregulares, o sin comillas, del auristo sigmático. Entonces, tenemos aquí en resumen y por orden, el auristo sigmático de indicativo se forma de la siguiente manera.
Primero, aumento, ya lo sabemos. Luego, tema de auristo. Luego, sufijo sigmático.
En principio, una sigma. Y ahora vamos a ver que muchas veces se dice que el sufijo sigmático es SA. Pero vamos a ver que realmente es mejor aprenderlo como nosotros vamos a ver aquí, ¿no?
Porque si no lo aprendemos como lo voy a explicar yo, pues hay algunas cosas que no se explican bien, ¿no? Y luego de silencias secundarias, activas o medio pasivas. Por tanto, vemos que todo es igual. que el aoristo radical temático que ya conocemos, excepto que no tiene vocal temática, sino que tiene un sufijo sigmático.
¿Vale? Veamos, por ejemplo, la conjugación del aoristo indicativo del verbo lío, cuyo tema de aoristo es idéntico al del presente, es decir, lí. Eso, tema de aoristo, se entiende sin tener el aumento, ¿no? Antes de ponerle el aumento. Entonces, empecemos por la voz activa.
Y tenemos aquí... Elisa, Elisas, Elise, Elisamen, Elisate, Elisan. Entonces, vamos a ver, y bueno, vemos, siempre tenemos aquí este sufijo sigmático, ¿no?
Tenemos el aumento, por supuesto, bueno, lo vamos a ver aquí, no mejor, que está separadito. Entonces, tenemos siempre el aumento, por supuesto, nada raro. Luego tenemos la raíz o el tema de auristo que vemos que es exactamente igual que el tema de presente en este verbo. Entonces, li, li, li, li, li, vale. Bien, y luego tenemos el sufijo sigmático y aquí vemos que, por ejemplo, aquí el sufijo sigmático es una sigma, pero luego aquí el sufijo sigmático es sa, luego sigma, sa, sa, sa.
Entonces vemos que no es siempre exactamente igual este sufijo sigmático. Entonces vamos a intentar, bueno, vamos a subir un poquito más, vamos a intentar entender por qué. Tenemos, por supuesto, las desinencias secundarias, ¿no?
Las tenemos aquí. Y ahora, aquí, tenemos la ni de la desinencia secundaria. Y si nos acordamos de la tercera declinación, habíamos dicho que en el acusativo singular normalmente tenemos una a que realmente procede de la vocalización de una ni que no...
era fácil de pronunciar, ¿no? Entonces la ni se convertía en una a, en una alfa, ¿no? La n se convertía en una a, porque era difícil de pronunciar. Y realmente vemos que lo que pasa aquí es exactamente lo mismo. Tenemos aquí algo que sería algo así como elis, ¿no?
Entonces, difícil de pronunciar. Por tanto, que pasaba que esta ni se convertía en a, y por eso tenemos elisa. pero vemos que es tal cual, ¿no? aumento Raíz, sufijo sigmático de silencia secundaria. Elisn, difícil de pronunciar, por tanto, elisa.
Ahora, una vez que tenemos esta forma, por tanto, esto más la sigma, lo que tenemos es sa. Entonces, por una especie de analogía o de falso corte morfológico, eso no nos vamos a meter ahí, pero por una especie de falso corte, se empezó a entender, los griegos empezaron a entender que sa, todo esto, era el sufijo sigmático. Entonces, pues dijeron, por ejemplo, no elis, que también es muy difícil de entender, de pronunciar. Por tanto, vamos siempre a usar sa. Entonces, elis sa, y luego ya la de silencio, elisas, que ahora ya fácil.
Luego, elisamen, esto en principio debería haber sido... Esto debería haber sido eliste y esto debería haber sido, pues otra vez, debería haber sido elisa, ¿no? Pero a partir de aquí, de esta forma que surgió S-A, por tanto SA, pues este SA se extendió a casi todas las otras formas del oristo sigmático. Y una vez que se entiende que el sufijo sigmático no es sólo la sigma, sino SA entero, pues ahora siempre usamos eso, y entonces es siempre mucho más fácil de pronunciar, excepto en la tercera persona. Y vemos en la tercera persona, la tercera persona del singular, que es curioso porque habíamos dicho que el auristo sigmático es atemático.
Pero precisamente lo que tenemos aquí es que la tercera persona del singular en la voz activa es temática. Es decir, se coge el sufijo sigmático originario y se le añade la vocal temática y luego de silencio cero. como esperamos aquí, ¿no?
Y por eso tenemos el se, ¿vale? Y ya luego lo demás es lo que esperamos. En fin, esta es la explicación que, bueno, yo he intentado explicarla bien para que se entienda.
Si la habéis entendido, pues mucho mejor. Si no la habéis entendido y esto no os importa súper muchísimo, pues bueno, aquí tenéis las desinencias, os las aprendéis de memoria y ya está, ¿no? Yo, como siempre digo, yo lo explico todo mmm dentro de que sea fácil, pero que también entendamos realmente lo que hay detrás. ¿Que no te interesa? Pues bueno, aquí tienes los cuadros, te los aprendes de memoria como un loro y ya está.
Entonces, como digo aquí, vemos que no se explican de forma directa, es decir, de forma... sin toda esta explicación, no se explican de forma directa ni la primera ni la tercera persona del singular. Entonces, para explicar la primera y la tercera persona del singular, hace falta... Básicamente todo este rollo que he pegado, ¿no? Luego, en la voz media se conjuga así.
Y la voz media vemos que ya siempre el sufijo sigmático es sa. Pues sa, sa, sa, sa, sa, sa, sa. Y ya pues no tiene mayor dificultad.
Simplemente tenemos lo mismo. El aumento, la raíz, el sufijo sa. Y luego las desinencias secundarias medias que...
Lo único difícil, es decir, todas las personas son lo esperado, pues básicamente juntamos estas cuatro cosas y tal cual nos da la forma, excepto otra vez en la segunda persona que tenemos el ISO. Por tanto, vemos que no es fácil de reconocer así a simple vista el ISO. Y eso, como siempre, procede de el ISASO. Entonces tenemos aquí esta sigma intervocálica que desaparece.
Y la contracción de A con O da la omega. Y por eso tenemos el ISO. Porque esto procede de el ISASO, caída de la sigma intervocálica, contracción de A o nos da omega.
Pero las demás personas son lo esperable. Entonces hemos visto la conjugación general del auristo sigmático. Por ejemplo, con el verbo lío no hay nada especial, es la conjugación regular, sin nada especial.
Vamos ahora con los temas de auristo sigmático, con estos cuatro tipos, vamos a decir, ¿no? El auristo del verbo lío que acabamos de ver es regular en cuanto que no hay que tener en cuenta mayores consideraciones. Como cabe esperar, el auristo sigmático también presenta varias cuestiones que hay que tener en consideración con diversos tipos de verbo. Ya hemos dicho, las sigmas muy a menudo causan problemas de diversos tipos, entonces eso es lo que tenemos que tener en cuenta.
Entonces, auristos sigmáticos en oclusiva. El contacto de la consonante oclusiva final de la raíz con la sigma del sufijo sigmático lleva a cambios gráficos labiales y velares y a caída de la oclusiva final en las dentales. Recordemos las oclusivas, las labiales.
las dentales y las velares, a veces llamadas o mal llamadas o no tan bien llamadas guturales. Todo esto ya lo conocemos de los temas en oclusiva de la tercera declinación, por tanto no me voy a detener en explicar todo eso porque ya se explicó aquí. Si no te acuerdas, pues clic aquí y te ves esa teoría. Entonces, insisto, tenemos labiales, velares, dentales.
Así de un verbo acabado en oclusiva labial, recordemos... la P, la B y la F, o la P, que se supone que es P, la B, la B y la P, tendremos un resultado P. Entonces vemos que la si, por supuesto, al fin y al cabo es una sola letra, pero que representa dos fonemas, dos sonidos, la p y la s.
Entonces tenemos, por ejemplo, en pempo, este es el presente, este es el aurítono. Entonces de pempo, lógicamente, le quitamos la desinencia y nos queda pem, terminado en p. Entonces p es una oclusiva labial.
entonces entra en este grupo Por tanto, epempsa, pues p más s es psi. Pero vemos que esto es solo un cambio gráfico, ¿vale? Los sonidos son tal cual, ¿vale? Hemos de tener presente que el grupo pitau se considera labial, ¿vale?
Entonces, cuidado con esto, porque claro, en principio un verbo que termina en pitau, si sabemos que la tau es una dental, pues deberemos decir, bueno, pues el verbo acaba en dental. Entonces debería entrar en el grupo de las dentales que está aquí y que actúa de forma diferente a este. Pero no. Entonces, ¿por qué?
Porque procede de una raíz terminada en labial más sufijo yo en el tema de presente. De esto ya hablamos en los auristos radicales temáticos. Así un poquillo de puntillas, no quería meterme yo todavía mucho en eso, pero ya empezamos a comentar todo eso, ¿no? Por ejemplo, creo que vimos...
El verbo, no, balo, creo que era el verbo balo, ¿no? Bueno, angelo sería lo mismo, ¿no? Pero el verbo balo habíamos dicho balo y habíamos dicho evalón.
Y tenemos aquí el tema de auristo que es bal con una sola lambda, mientras que el tema de presente es bal con dos lambdas. Ya habíamos dicho que esta doble lambda realmente procedía de lambda más yod. Bueno, vamos a poner más yod.
Entonces, la yod, ya estamos viendo que si hay yod, hay problemas. Igual que cuando hay sigma hay problemas, si hay yod hay problemas, pasan cosas. Entonces, lambda más yod se duplica la lambda. La raíz original es con una sola lambda, la raíz de lambda.
más yod es doble lambda, ¿no? Entonces, en este caso, otra vez, si hay labial más sufijo yod en el tema de presente, entonces esto evoluciona, por ejemplo, tenemos una P más yod, igual que lambda más yod da doble lambda, P más yod da pitar, ¿vale? Simplemente es así. Pues ya está, ¿no? Entonces, por ejemplo, tenemos blacto, ¿no?
Que es golpear. Pues lo que tenemos aquí es que esto realmente procede... Bueno, y aquí cuando digo una pi puede ser cualquier labial, ¿vale?
Simplemente pongo pi porque es lo más claro, lo más directo, pero puede ser cualquier labial, ¿no? Entonces vemos aquí que blacto, que procede realmente de esto, ¿no? De blab. más yod en el tema de presente y ya, por supuesto, la descendencia. Entonces, de pitao, es decir, de este grupo, beta yod, nos da pitao.
¿Y por qué sabemos que la raíz originaria es esta? Pues porque hay sustantivos que usan esta raíz, por ejemplo, una especie de golpe, de un golpe, un ataque, que es con esta raíz, ¿vale? Creo que es la b, ¿no?
Ahora no estoy muy seguro, pero creo que sí, ¿no? Que es blabé, ¿no? Entonces vemos que en el sustantivo aparece la raíz originaria, y es en el tema de presente donde hay una transformación por culpa de esta yod en el tema de presente. Pero luego, en el tema de auristo, que no hay esa yod, es lo que esperábamos.
Es decir, blab más sigma del sufijo sigmático, por tanto, es blapsa, ¿vale? Entonces por eso... Los grupos pitau actúan como labiales, porque la tau no es originaria.
La tau se crea, vamos a decir, por culpa de esta yod en el tema de presente. Pero luego en el tema de oristo no está esa yod, por tanto termina en labial, y por tanto contacto de labial con sigma es psi. Otra vez, yo sé que esto quizá no es súper claro, no es súper fácil de entender así de primeras.
si no te lo quieres aprender pues simplemente pitao se considera labial fin Pero yo creo que esto es bastante interesante y sobre todo va a ser muy interesante si pensáis, o muy importante, si pensáis estudiar filología clásica y también si vais a estudiar filología hispánica, porque al fin y al cabo todo esto que estamos haciendo aquí es gramática histórica, es fonética y fonología históricas, y muchas de las cosas que estamos explicando aquí en griego, luego vamos a decir, curiosamente, pero... Realmente es bastante esperable, pero curiosamente también se repiten en la evolución del latín al español. Entonces, si ya más o menos os suena de aquí, cuando estudiéis gramática histórica, que es la asignatura que suspende todo el mundo al principio, porque es bastante difícil, pues si ya os medio suenan todas estas cosas de aquí, pues ya cuando lleguéis a gramática histórica, pues ya tenéis eso ganado. En fin, voy a borrar y continuamos.
Acabamos de ver los verbos que terminan en labial, ahora vamos con los verbos acabados en oclusiva velar. Por tanto, la K, la G y la J, la J, tienen el esperado resultado XI. Por ejemplo, corax, coracos, los sustantivos de la tercera, insisto, todo esto actúa igual que los sustantivos de la tercera terminados de los temas en oclusiva.
entonces realmente Muchas de estas cosas ya las sabemos de hace bastante tiempo. Entonces, también los verbos acabados en oclusiva velar tienen el esperado resultado que al fin y al cabo es KS, es decir, la velar y la sigma del sufijo sigmático, como por ejemplo en estergo, esterxa. Entonces tenemos la gamma en contacto con la sigma, pues en lugar de escribirlo así, pues no se escribe así.
simplemente se escribe así, pero insisto, esto es un cambio ortográfico, pero los sonidos siguen estando ahí, tal cual, ¿vale? Y ahora, aquí, otra vez. De hecho, la velar de la mayoría de los verbos con estas raíces no es fácilmente reconocible, aquí hay, por ejemplo, sin, pero normalmente no es fácilmente reconocible, pues suele estar escondida tras el efecto de una yod, otra vez, la famosa y dichosa yod, en el tema de presente.
Entonces vemos que este sufijo yod, aparece muchas veces en el tema de presente, pero no en la raíz original, que es la raíz que usa el auristo, por así decirlo. Dando el resultado doble sigma o doble tau. Muchas veces cuando encontremos doble sigma o doble tau va a depender de los dialectos, de los dialectos del griego. Entonces, por lo general, vamos a tener en la misma palabra doble sigma, pero en ático...
que es muy frecuentemente el dialecto que nosotros traducimos, vamos a tener doble tal. Pero entonces, por ejemplo, tenemos melissa, que es la abeja, ¿no? Y si nos fijamos, meli, miel, ¿no?
Al fin y al cabo, la abeja es el animalito que hace miel, ¿no? Entonces, meli, miel, melissa en griego, vamos a decir, griego general, y melita en ático, ¿vale? pero Realmente es lo mismo, simplemente que evoluciona a doble sigma o a doble tau, dependiendo del dialecto, ¿no? Entonces, por ejemplo, filaso, y sí que conocemos el sustantivo filax, que es el guardián, ¿no?
Habíamos dicho profilástico, es el que te guarda, es el que te protege, ¿no? De cosas, ¿no? De cuestiones de salud, ¿no?
Entonces, tenemos aquí filaso o filato, podría parecer en ático, ¿no? Y aquí, claro, la sigma no es una velar, por supuesto. Entonces, ¿qué ha pasado ahí?
Pues que realmente detrás de esta doble sigma, o doble tau en ático, lo que se esconde es esto, la capa filac, y podemos reconocer la raíz original que aparece en el sustantivo filax, filacos. Y luego, capa en contacto con yo, se convierte en doble sigma o doble tau. Entonces, por eso tenemos en el auristo...
E-FI-LA-XA, tal y como esperamos. FILAC, E-FI-LA-XA, E-FI-LA-XA. Luego, PRACTO, ¿no?
Por ponerlo con doble tal, que es lo mismo que doble sigma, como ya he dicho mil veces. Pues esto es de PRAC. ¿Por qué sabemos que esto es de PRAC? Por ejemplo, de la PRAXIS, ¿no?
El sustantivo PRAXIS. Pues ahí podemos reconstruir desde el sustantivo que la raíz sí que termina en una vela. y luego en contacto con el sufijo yo el tema de presente pues esto evoluciona a doble tau o doble Pero, como en la orístolo que usamos es la raíz original, sin la yod y sin la evolución que causa esto, entonces, epraxa. ¿Vale?
Y luego, por último, el cambio de los verbos acabados en oclusiva dental, recordemos la tau, la delta y la zeta, no es meramente gráfico. Habíamos dicho que los labiales y los velares son meramente gráficos, meramente ortográficos. fotográficos es decir una labial más una sigma En vez de escribir dos letras, escribimos una letra, pero que representa dos sonidos. Aquí igual.
Pero aquí, como habíamos visto, los sustantivos de la tercera, de tema en oclusiva, no es meramente gráfico, sino de hecho fonético. Pues en contacto con la sigma del sufijo de oristo, desaparece la consonante dental, como en, por ejemplo, espeudo. Y aquí, en principio, deberíamos tener espeuza.
¿No? Deberíamos tener espeuza. Espeuza. No es fácil de decirlo, ¿eh?
Espeuza. Pero no, simplemente desaparece la delta y nos queda espeuza. Igual que teníamos, insisto, en la tercera declinación, tipo el pis, el pido. No tenemos el pids, sino el pis.
También aquí tenemos oclusivas dentales que se esconden tras otras consonantes afectadas por yod, principalmente tras la z. Entonces, por ejemplo, de Paizo. que es bromear, puede ser jugar también, en griego moderno es principalmente jugar, ¿no? Es decir, lo prototípicamente que hace un niño es jugar, pues eso, ¿no?
Entonces tenemos aquí paizo, y aquí lo que se esconde es la raíz de pais, paidos, ¿no? De donde viene pedagogía, pedofilia, todas esas cosas, ¿no? efe país marla yo todo esto en contacto la venta con la yo nos da que ésta se trata y entonces como lo que tenemos originalmente es un tema terminado en dental desaparece la dental y nos quedamos sólo con la sí cuánto por eso tenemos el paisa e incluso algún caso aparente símita aparentemente similar a los velares como aquí en doble sigma o doble tau y que solo puede saberse por la etimología.
Esto lo que quiere decir es que normalmente cuando encontramos en el tema de presente doble sigma o doble tau, realmente lo que se esconde detrás es esto. Pero en alguna ocasión, no muy frecuente, pero existe una doble sigma o doble tau, realmente lo que tenemos detrás es esto. ¿Vale? Entonces, pues bueno, tampoco vamos a darle más vueltas que nos estamos enredando mucho aquí. Entonces vamos a...
Los siguientes son los auristos sigmáticos de presentes contractos. Y vemos aquí cómo digo las palabras, ¿no? Auristos sigmáticos de presentes contractos. Hasta ahora siempre estábamos diciendo verbos contractos. Entonces parecía que un verbo, contracto, por ejemplo, timao, pues que timao en todos sus tiempos va a ser contracto.
Pero no, realmente no. Lo que es contracto... es el presente o el tema de presente, pero otros, por ejemplo, su auristo no es contracto. Entonces, por eso no decimos auristos sigmáticos contractos, no.
Decimos auristos sigmáticos correspondientes a verbos que en presente son contractos. Entonces, otra vez, quizás no es fácil de entender al principio, pero bueno, yo digo lo que hay y luego tú te puedes quedar con lo que te parece. Los verbos con presente temático o contracto no son propiamente contractos en el oristo, y de hecho tampoco son temáticos, ¿no? Los presentes contractos son temáticos. Y ya hemos dicho que los oristos sigmáticos no son temáticos, ¿no?
Entonces vemos que nunca podemos decir este verbo es temático, este verbo es contracto. No, este verbo es temático, por ejemplo, en presente. Este verbo es, por ejemplo, contracto en presente. Pero no todo el verbo es temático, no todo el verbo es contracto, etc. Sino que en cada tiempo, en cada tema, pues va siendo totalmente a su rollo.
Entonces vemos que la morfología verbal griega no es fácil. En fin, no me lío, pero sí que actúan de forma similar entre sí. Es decir, todos estos verbos, al fin y al cabo, actúan igual.
Pues todos ellos alargan la vocal anterior al sufijo sigmático. Entonces tenemos, por ejemplo, timao, polleo, telou. que son los verbos que hemos estado usando siempre cuando explicábamos los presentes contractos.
Entonces tenemos aquí tima. Pues simplemente añadimos aumento, aumento, aumento y luego esta A, ya sabemos que la alfa cuando alarga, por ejemplo, para el aumento, la alfa alarga en eta. Pues eso es lo que tenemos aquí. Luego la épsilon también alarga en eta.
Entonces tenemos poiesa y luego sabemos que la omicron alarga en omega. Entonces tenemos edelosa con omega. Entonces vemos que es bastante fácil, ¿no?
No tiene mayor dificultad. Y luego también tenemos que tener en cuenta, y esto es casi todos los verbos que en presente son contractos, pues actúan así, simplemente alargan la vocal anterior a la sigma. Es decir, esto en principio habría sido etimasa, sin alargar, pero alarga.
La a alarga en eta. Pero luego hay algunas excepciones, entre ellas lo más importante es Gracias. Es decir, que no alargan la vocal. Como por ejemplo, caleo.
Vemos que caleo realmente es igual que polleo, ¿no? Porque es eo, eo. Y en cambio es ecalesa con épsilon.
No es con eta, sino con épsilon. ¿Vale? Pues simplemente nos lo aprendemos y ya está.
A este respecto, majomai actúa de forma similar, pues sauristo es majésamen. Entonces vemos aquí que no alarga. la eta. Y aquí además tiene esta, vamos a decir, irregularidad porque no esperamos esta épsilon, ¿no? Porque aquí, por ejemplo, tenemos majomae.
En cambio, aquí tenemos una épsilon. En principio, no nos lo esperamos. Bueno, pues es así.
Habríamos esperado quizá emajosamen, pero no, es emajesamen, ¿no? Con el acento en la A. Luego tenemos los auristos sigmáticos en sonante. Y no sé si alguna vez hemos mencionado esta palabra, creo que sí, ¿no? Entonces, las sonantes.
¿Qué son las sonantes? Pues las sonantes, las consonantes sonantes, son la lambda, la mi, la ni y la ro. Es decir, las consonantes que hay en la palabra española limonero.
Entonces, así nos lo aprendemos todos, y así te invito a que te lo aprendas tú. Limonero, esas son las sonantes. Es decir, líquida, L, R, lambda, ro, o en nasal, mi, ni. ¿Vale? Pero más fácil simplemente limonero, ¿vale?
Más que líquida nasal, no, limonero. Por cuestiones fonéticas, en estos verbos desaparece la sigma del sufijo sigmático, por tanto vemos que tenemos un sufijo sigmático pero sin sigma. Por tanto, la dificultad aquí es que no es directamente reconocible, ¿no? y además Alargan compensatoriamente la vocal anterior, pero no como esperábamos aquí, por ejemplo, que alfa alarga en eta, épsilon alarga en eta o micrón alarga en omega, sino que el alargamiento es diferente, ¿no? Entonces, tenemos, por ejemplo, de anguelo y vemos otra vez, ¿no?
Todo esto del sufijo yo en este verbo concreto, ¿vale? tenemos angel, luego el sufijo yod por eso en el tema de presente tenemos doble lambda pero la raíz original es con una sola lambda igual que estábamos explicando en balo, balón entonces tenemos engeila por supuesto el aumento el aumento pues como siempre y luego esto procede de engelsa entonces tenemos aquí el contacto de la lambda, limonero con la sigma del sufijo entonces esto no puede ser en griego por tanto desaparece la lambda y para compensar se habla de alargamiento compensatorio. Un alargamiento compensatorio es cuando se pierde un sonido y por tanto otro sonido que permanece se alarga, como para compensar. Entonces, alargamiento compensatorio de esta E, que no alarga en ETA, sino que alarga en E. Entonces, de Engelsa, que es lo que habríamos esperado, tenemos Engela, sin la sigma.
Luego de nemo, aquí no tenemos sufijo yo ni nada de eso, tenemos, en principio, lo que esperamos es enemsa. Pero otra vez, la m con la s no puede ser, por tanto, desaparece la s y alarga compensatoriamente la e. Entonces, por eso tenemos enema.
Luego de meno, tenemos, pues básicamente, vemos que la raíz es casi igual, ¿no? Lo que tenemos, en principio, lo que esperamos es... en esa eso no puede ser por tanto se pierde la sigma y nos queda en ella y luego También con la RO. Y aquí vemos que es curioso porque en la tercera declinación habíamos dicho que este grupo sí se permite en griego.
Y creo que habíamos usado el sustantivo rector. Y habíamos dicho rector sí. Y habíamos dicho eso vale, eso funciona. En cambio en los auristos sigmáticos no funciona.
Entonces, pues también, al fin y al cabo tenemos limonero. Pues siempre, limonero. Se pierde la sigma y alarga compensatoriamente la vocal anterior, que como es una épsilon, pues alarga en e. Y por eso tenemos espeida.
¿Vale? Como vemos, algunos verbos tienen un presente sufijado en yo, que causa en el tema de presente tratamientos fonéticos respecto a la raíz original. De esto ya hemos hablado mucho un poquito más arriba, pero otra vez, ¿no? Por ejemplo, de espe-dio, es decir, esto sería en principio spe-dio. lo que tenemos es aquí, ¿no?
Spergio, pues eso lo que nos da es speiro. Y ahora, ¿por qué sabemos que esto es realmente así? Pues porque la raíz original aparece, por ejemplo, en sperma.
Sperma literalmente es la semilla. Esto es sembrar, es decir, tirar semillas, y esto, sperma, es semillas, ¿no? Ahí viene, pues, lógicamente, el esperma en español es la semilla del hombre, ¿no?
Pues eso. Y ya para terminar... La clase, como siempre, se ha hecho más larga de lo que yo esperaba.
Tenemos los auristos sigmáticos irregulares muy frecuentes. Y aquí no sé si sobra incluso la cursiva. Yo creo que, de hecho, sí que sobra la cursiva, ¿no?
Pero no importa. También entre los auristos sigmáticos hay irregularidades en algunos verbos que parecen... Entonces, la irregularidad es esta, ¿no? Que algunos verbos parecen pertenecer a un grupo de los que hemos visto, pero actúan como en otro grupo, ¿vale?
Entonces... Merece la pena poder al menos reconocer los siguientes por su frecuencia de aparición. Y como siempre, pues doy la primera persona del singular del presente aquí, y luego la del oristo, y luego... Entonces, tenemos aquí, por ejemplo, airo, que es era.
Entonces, esto, en principio, no esperamos este tipo de alargamiento. No esperamos ese tipo de alargamiento. Luego de... doqueo, tenemos edoxa. Pues aquí habríamos esperado, esto es como polleo.
Entonces, habríamos esperado, por ejemplo, el alargamiento de la vocal anterior, pero no. Luego de ecelo, tenemos ecelesa. Aquí, otra vez, tenemos un verbo en limonero, concretamente en lambda.
Por tanto, lo que habríamos esperado es algo así como Ezeila, es difícil pensarlo así sobre la marcha. Habríamos esperado algo así como Ezeila, pero no, simplemente es Ezeilesa. Es así y ya está.
Luego, de Elauno, otra vez, habríamos esperado algo así como, pues no sé, Elausa, no sé. Algo, o Eleusa, habríamos esperado, no Eleusa, porque el diptongo au alarga en eu, en principio, alarga en eu. Entonces, habríamos esperado Eleusa, pero no, Elausa.
Luego de cayo tenemos un poco, por así decirlo, lo contrario, porque aquí en el tema de presente no tenemos esta y, pero luego en el oristo sí que tenemos esta y que aparece un poco como de la nada, ¿no? Aunque realmente esto tiene otra explicación, ¿no? Y es que realmente es que esa y estaba en la raíz original y desaparece en el presente, ¿no? Y luego de pleo, navegar... lo que tenemos es bastante parecido a Caio, que es Epleusa, esta Y que en principio ha aparecido de la nada.
Entonces, con esto tenemos dominada la mayor parte del auristo de indicativo, activo y medio. Por supuesto, tenemos que seguir todavía, nos queda la voz pasiva, y luego, por supuesto, nos quedan los participios infinitivos, subjuntivos, imperativos, un montón de cosas que todavía Tenemos que explicar sobre el abristo, pero de momento vamos bastante bien servidos, así que nos vemos en la siguiente clase con la aposición. Muchas gracias por ver este vídeo, por ver esta clase, por ver esta lección.
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