El sonido de ruido que acabas de oír es una lengua que tiene miles de años. Es nativa solo a una pequeña isla del sur de África, llamada La Gomera, en las Islas Canarias Españolas Canarias. Francisco Correa es un profesor de silbo y gestiona la educación de la lengua en esta pequeña, remota y cénica isla.
Cuando fue la primera vez que oí silbar, yo no lo recuerdo, porque tampoco recuerdo cuando oí la primera vez hablar. Porque el silbo se enseña, a los pequeños se enseñaba en casa, a la vez que se enseñaba a hablar. Igual que tú llamas al niño por su nombre para que venga a comer o hacer cualquier cosa, pues igual te llaman silbando, porque era una forma de comunicación habitual y normal. La topografía cavernosa de la isla permite a los usuarios comunicarse a 7 kilómetros de distancia.
El gobierno español está manteniendo a Silbo vivo a través de programas como Coreas. Silbo es una lengua que imita los sonidos fonéticos de español. Los estudiantes lo practican todo el camino a la escuela de alta, y después de 10 años, proveen un firme respeto de la lengua.
La Gomera también se le llama la isla mágica porque tiene un encanto especial. La Gomera es una isla donde hay muchas historias, muchas leyendas y el silbo podría parecer algo como parte de esas leyendas pero hay quien puede verlo así. Sí, pero también hay que verlo como una herramienta que se utilizó en su momento y que ahora se utiliza también.
No con la asiduidad que se utilizó en su momento, pero sí hay determinados nichos y lugares donde se sigue utilizando como una herramienta de comunicación. La lengua es rara en todo el barrio, pero Pancho, un heredero, todavía usa silbo para cubrir sus gatos en la gomera. A pesar de no poder comunicarse con sus vecinos por la lengua, él preserva esta tradición. Este teléfono, el teléfono sale muy caro.
Sí, es más linda también. Uy, sí, sí. Y mucha gente se silba y si no entiende el silbo, no sabe.