Un día de diciembre del año 1955, Rosa Parks se subió a bordo de un autobús de la ciudad. En aquel entonces, las primeras cuatro filas de todos los autobuses en Montgomery estaban reservados para las personas blancas. Los afroamericanos, como Rosa, tenían que sentarse en la sección de color que por lo general estaba en la parte trasera del autobús. Rosa generalmente seguía estas reglas, como lo hacían todos los demás.
Pero en ese día, Rosa estaba cansada del trato injusto. Rosa comentó lo siguiente. El conductor dijo que si me negaba a dejar el asiento, él tendría que llamar a la policía, y le contesté, llama a la policía, lo cual hizo. Y cuando llegaron, los policías me pusieron bajo arresto. Yo había decidido que esta vez sabría de una vez por todas los derechos que tenía como ser humano y como ciudadana.
El acto de valentía de Rosa Parks hizo que otras personas se enteraran del trato injusto hacia los afroamericanos, y esto ayudó a que las leyes injustas comenzaran a cambiar. Años más tarde, Rosa Parks fue galardonada con la Medalla de la Libertad. Cuando ella murió en octubre del 2005, su ataúd se colocó en el Capitolio de los Estados Unidos por dos días para que las personas pudieran rendirle honor. Rosa se convirtió en la primera mujer en recibir este honor. Gracias a Rosa Parks y a quienes siguieron sus pasos, los afroamericanos tienen más libertades y oportunidades en la actualidad que en cualquier otro momento en la historia del país.