El fenómeno de la escasez. Durante nuestra vida, deseamos un sinfín de cosas. Sin embargo, nuestros recursos para cubrirlas son limitados.
A esto se le conoce como escasez. En general, los recursos no son suficientes para cubrir las necesidades y deseos de todos. Por ejemplo, el tiempo es un recurso limitado.
Todas y todos tenemos solamente 24 horas en un día. Y no podemos alargar nuestras horas aunque tengamos muchas cosas que hacer. Esto es la escasez.
Constantemente tenemos que decidir cuánto tiempo estamos dispuestos a dedicar a cada una de nuestras actividades. Ante la escasez, tenemos que decidir cuáles deseos satisfacer y cuáles no. Tú, yo.
Las familias, las empresas y los países nos enfrentamos al fenómeno de la escasez y por ende a la toma de decisiones. No hay escapatoria. De hecho, desde que despiertas hasta que te duermes, estás decidiendo entre al menos dos opciones. Levantarte temprano para ir a la escuela o al trabajo a tiempo, o dormir 15 minutos más y llegar tarde. ¿Te das cuenta cómo todavía ni abres los ojos y ya estás tomando una decisión para administrar uno de tus recursos limitados, el tiempo?
Al escoger una opción sobre otra, evidentemente estás renunciando a la otra alternativa. Esto se conoce como costo de oportunidad. Antes de tomar una decisión, analiza las ventajas y desventajas de todas tus opciones.
Evalúa lo que prefieres y lo que no vas a escoger. Así, podrás tomar decisiones más informadas y con mayor seguridad. Cuando te enfrentas a situaciones de escasez, busca tomar decisiones sobre el mejor uso de tus recursos.
Valora todas tus opciones antes de elegir. En la medida que tomes decisiones informadas y conscientes, tendrás mayor claridad sobre el impacto que éstas tendrán en tu vida. Haz memoria. ¿Cuántas decisiones has tomado desde que te levantaste hoy?