Transcript for:
La historia y cultura de La Laguna

Música Música Música Música Buenas tardes a todos y todas, bienvenidos nuevamente a esta segunda parte, continuación de la jornada que empezamos en el día de ayer, de estas quintas jornadas del Foro Económico y Social. En esta ocasión estamos en la casa del Instituto de Estudios Canarios, que nos ha recibido con los brazos abiertos como siempre. El título de estas jornadas, organizadas por el Foro Económico, como les digo, es La Laguna a través de su historia familiar, calles, caminos y personas. Siguiendo un poco la idea de lo que teníamos en el día de ayer con respecto a las jornadas, pues van a ser tres ponentes en el día de hoy. Intentaremos también que sea bastante dinámico por cuestiones de grabación y de edición en los canales.

Y también recordarles que pueden seguir y volver a visualizar estas grabaciones en el canal de YouTube del Foro Económico y Social. Vamos a comenzar con las tres ponencias del día de hoy. La primera de ellas...

es a cargo de don Carlos Rodríguez Morales, el título es Antropónimos viejos en el callejero de la Laguna, don Carlos es doctor en Historia del Arte por la Universidad de la Laguna, licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad de la Laguna y especialista universitario, archivista por la UNED, miembro número del Instituto de Estudios Canarios y miembro del RAPE desde 2009. Bienvenido y muchas gracias. Les agradezco su asistencia, decía, y a los organizadores de esta jornada su invitación. He escogido un tema con la voluntad de que se ajuste al de este encuentro. Como se ha dicho, La Laguna, a través de su historia familiar, calles, caminos... y personas, y también a su espíritu en la línea de los objetivos del Foro Económico y Social.

Espero que lo que aquí se exponga pueda ser útil y práctico. Les voy a hablar sobre antropónimos viejos en el callejero de La Laguna, es decir, sobre nombres de personas que todavía identifican o que han servido para identificar en el pasado, de ahí lo de viejos, calles, callejones, callejuelas, plazas, plazuelas o caminos de la ciudad. Mi interés, mi curiosidad por este asunto, me ha llevado a ir recogiendo referencias documentales sobre los nombres, no sólo de personas, sus nombres de pila, apellidos, apodos, sino también todo aquello que sirvió para identificar las vías, los barrios y el paisaje natural y urbano de la laguna. Como todos sabemos, algunos han pervivido en la memoria en el repertorio oficial de nombres e incluso, aún no formando parte ya de él, lo seguimos usando. Otros, olvidados, han sido registrados por autores que se han ocupado de esto antes que yo, pero les puedo decir que la lista es muy superior a la divulgada y que leer viejos documentos permite aumentarla a poco que se ponga interés, excavando como en un yacimiento arqueológico.

Como muestra, varios botones, parte de los ejemplos. a los que me voy a referir hoy son novedosos y aclaran algunas dudas hasta ahora no resueltas, pero bueno, son cosas menores. Leyendo esto parece que fuera yo aquí a desvelar algo importantísimo.

Son pequeñas historias como vamos a ver. Lo he querido plantear como un tema a medio camino entre la investigación y la participación ciudadana o al menos la participación de un ciudadano que soy yo. Confío en que lo que podamos compartir sirva para aumentar nuestro conocimiento sobre la laguna y también para replantearnos, corregir y decidir mejor, a partir de ahora, algunas cosas.

Una primera cuestión que hay que precisar es el ámbito al que voy a referirme, lo que entiendo aquí por la laguna, o en el título por la laguna, que no es todo el municipio que lleva este nombre, pero tampoco solo el área declarada Patrimonio Mundial por la UNESCO. Los viejos planos y las antiguas fotografías Como esta panorámica, permiten que nos hagamos una idea de lo que hasta hace no tanto se identificaba con la ciudad y con su entorno inmediato. Una ciudad que reconocía claramente sus límites, sus entradas, sus salidas, sus afueras.

Los documentos hablan incluso de lugares que estaban extramuros, es decir, más allá de las murallas, de unas murallas que nunca existieron. O quizás sí, abriendo los ojos y un poco la mente también. Vemos aquí, señalado en rojo, el nítido perfil de las traseras de las casas de la calle del agua, hacia el barranco. Y al otro lado, podemos apreciar también cómo la laguna que dio nombre a la población condicionó también su crecimiento.

Me gusta pensar que esta cerca que todavía existe en la avenida de Silverio Alonso es lo que nos queda de esas murallas que tuvo y no tuvo la ciudad. Unos humildes muros y un hermoso paisaje. Para mi gusto, una reliquia que lamentablemente, en mi opinión, parece que pronto podemos perder.

Pero eso es otro tema y tal vez otra batalla. Una primera circunstancia que debemos tener en cuenta es que antes, y con esto me refiero aproximadamente a con anterioridad a mediados del siglo XIX, el origen de los nombres de las calles no se debía a decisiones institucionales, sino que tenía un sentido práctico. Eran puestos y transmitidos de forma espontánea por la gente, no impuestos, por decirlo así, por el poder.

Eso explica en parte la variedad y la convivencia de denominaciones y también que en no pocos casos se alteraran, se abandonaran o se sustituyeran con facilidad. Por eso es frecuente que al referirse a ellos encontremos escritos, veamos expresiones como que llaman de o que dicen de. Los motivos que llevaban a escogerlos pues fueron muy variados y en muchos casos los desconocemos. Algunos nos han llegado como la forma abreviada de una explicación orientativa que de nuevo el sentido práctico llevó a simplificar.

Por citar un par de ejemplos, todavía recordamos que la calle Tavares de Cala se conoció como la de Los Álamos. El motivo era este, escrito en un documento, la calle que sale a los álamos de la laguna, luego queda ya en los álamos, o por ejemplo, el barranco de las carnicerías era, según este documento, el barranco que va a las carnicerías. Podemos encontrar otras fórmulas, pero la idea es que nos quedemos que no son denominaciones, digamos, oficiales, sino formas de identificar una calle, una plaza, un barranco, lo que sea.

Esto me da pie. Para llamar la atención sobre otro aspecto, los nombres no se aplicaban como homenaje o en honor a alguien o a algo. Por este motivo, el callejero histórico debería quedar al margen de debate sobre si un reconocimiento es merecido o no, si debe ser mantenido o retirado, simplemente porque no se trata de honores, sino de vestigios históricos y así debemos valorarlos y protegerlos.

De hecho, una ojeada al callejero histórico de nuestra ciudad, me refiero a esos nombres antiguos, a los puestos, no a los impuestos, demuestra la presencia de nombres de personas que pertenecieron a la élite junto a los de personas humildes o al menos no pertenecientes a los grupos de poder. Si lo pensamos bien, son denominaciones funcionales, espontáneas y también colectivamente aceptadas. Antes de que existiera un callejero oficial, su propia pervivencia fue posible porque los habitantes de la ciudad Los asumieron, los mantuvieron y los revalidaron en una especie de referéndum cotidiano.

Y esto vale también para denominaciones que remiten a la oligarquía y de la misma forma para nombres de personas que habrían pasado al olvido en otras circunstancias. Veamos dos ejemplos. La Plaza del Adelantado no se llama así como homenaje a Alonso Fernández de Luco, conquistador de Tenerife, fundador de la Laguna y primer adelantado de Canarias, sino porque allí estuvieron sus casas.

En la manzana que hoy ocupa el monasterio de Santa Catalina. Era la plaza donde vivía el adelantado. Y de hecho la encontramos también nombrada como la plaza de San Miguel, de San Miguel de los Ángeles, de Santa Catalina, y todavía muchas personas la conocen como la plaza de abajo directamente.

En una hipotética ley de memoria histórica retroactiva que llegara hasta la conquista, el nombre de la plaza del adelantado podría correr peligro, pero no tendría sentido. No fue puesto en su honor. Sin embargo, en ese supuesto, sería posible que el nombre de la calle adelantado, que es la que parte del lomo de la Concepción, de la Cruz Roja, hacia San Benito, sí en ese supuesto podría correr ese peligro porque hasta donde sé no es una denominación histórica popular, sino que seguramente fue escogida, puesta ya en el siglo XIX.

Como contrapunto... Al personaje, digamos, principal o de referencia de la historia de La Laguna, en términos de élite o de prestigio, como contrapunto digo a la Plaza del Adelantado, que mantiene la memoria de este personaje central, puede traerse el nombre de una mujer olvidada, Juana Blanca, que sirve ahora para denominar una calle de la ciudad. Una primera precisión es que se llamaba Juana Blanca, no Juana la Blanca, como escuchamos y decimos a veces, y como también figura escrito en algunos planos de la ciudad. Soy un poco quisquilloso, ya verán otros ejemplos con las formas de escribir las cosas, y hace unos años, es una anécdota nada más, el periódico El Día se hizo eco de algo que compartí al respecto en una cuenta en Twitter. La identidad de Juana Blanca ha logrado mantenerse en el callejero durante más de cuatro siglos.

Además de para dar nombre a esa calle que ahora lo lleva, se conocieron así la calle de las Candilas y la calle de la Higuera también. Y el barranco... El barranco que antes nombramos, bueno, no el que antes nombrábamos, el otro que viene a contestar con él, el de...

El que se llamaba Decha Marta también se llamó o fue conocido, porque quizás es más correcto decir en términos actuales fue conocido como, más que decir se llamó como si hubiera sido un nombre aplicado, se llamaba así, entre otras posibilidades, pero figura con bastante frecuencia en la documentación como Barranco de Juana Blanca. El motivo, pienso, de esta variedad de lugares a los que dio nombre Juana Blanca históricamente es que sus casas estaban en ese entorno. De hecho, algún documento se refiere a la calle de las Candilas como, y estoy leyendo textualmente, la calle que va para la casa de Juana Blanca. Es decir, esas casas estuvieron más o menos por aquí, en el entorno del Cine Coliseum, y sería como una especie de encrucijada.

Además, a cierta altura, respecto al cauce del barranco y también a la pendiente de la calle de la Higuera, lo que seguramente favoreció que el nombre de su propietaria sirviera para identificarlo y que quedara fijado y haya sobrevivido durante cientos de años. Es posible que Juana Blanca fuera bien conocida en su tiempo, desde luego ha sido recordada, dejó huella entre sus vecinos. Hasta ahora prácticamente no hemos sabido nada sobre ella. Quienes han escrito sobre los nombres de las calles de la laguna recogen la posibilidad de que hubiera vivido en esta zona sin precisar cuándo ni dónde.

E incluso recientemente leí, se ha publicado que era una mujer pobre dedicada a lavar ropa ajena. Una fabulación quizá animada por el color blanco que se ha asociado a su nombre, lo que tiene más sentido si además la nombramos, como ya he dicho incorrectamente, como Juana la Blanca. No es mucho lo que de momento he averiguado, pero sí la puedo situar en el tiempo.

Debió vivir a finales del siglo XVI y en los primeros años del siglo XVII. Así que es una de las laguneras que, por así decirlo, vivió en el plano de Torriani. Se dedicaba a hacer negocios.

En este documento, por ejemplo, la vemos identificada como tratante, es decir, comerciante, o como recoge el diccionario de autoridades. Un tratante es quien comercia con géneros y mercaderías comprando, vendiendo y trocando. En una escritura figura también vendiendo cochinos, marranas a un vecino de Tacoronte. Es decir, era una mujer, digamos, de negocio.

Me he querido detener un poco en este caso porque demuestra que el callejero histórico esconde, porque realmente muchas veces las esconde, microhistorias, biografías, realidades y acontecimientos pequeños, incluso irrelevantes, si queremos. Pero la paradoja es que ahí siguen, sin que sepamos muy bien cuál ha sido su fortaleza, cómo han podido resistir durante tanto tiempo. Aunque a Juana Blanca no le pusieron la calle en su honor, me parece que ahora nadie la merece más que ella. Fue, como digo, una mujer trabajadora, quizás emprendedora, y esto da pie para recordar que conocer, documentar y valorar el callejero histórico nos puede llevar a lecturas en sintonía con ciertas reivindicaciones contemporáneas sobre este repertorio de nombres. Al politizarse en un sentido amplio, se demanda, por ejemplo, o se está demandando que se corrija la descompensación de nombres masculinos frente a los femeninos y se reclama que tenga también presencia, que tengan presencia, personas que no han formado parte de la élite.

Esto viene a cumplirse en el caso de La Laguna, en la calle de Juana Blanca, sin que nadie haya tenido que llevarlo a pleno. Que una mujer como ella tenga tanta relevancia sobre el mapa de la ciudad, con todo lo que ello implica, nos sitúa también ante otro de los valores del callejero histórico, que es su conexión con la historia local, con la historia real. No digo que Santiago Ramón y Cajal o Miguel de Cervantes, que tienen un montón de calles por España, no las merezcan, pero pienso que tienen mucho valor si pensamos que en todo el país solo hay un municipio con una calle llamada Juana Blanca y es San Cristóbal de la Laguna.

El callejero... Ha sido y puede seguir siendo una expresión de la identidad local, pero puede dejar de serlo si continuamos alterándolo y reemplazándolo por nombres nuevos. Sobre esto quiero recordar que la vigente ley de patrimonio cultural de Canarias contempla entre los elementos que ostentan valores etnográficos la toponimia, el callejero tradicional y las marcas. Esta consideración coincide con la que otorga a la toponimia la Organización de las Naciones Unidas, que estima que los topónimos forman parte del patrimonio cultural inmaterial.

Este concepto, este aprecio por las denominaciones tradicionales no existía Cuando a partir de mediados del siglo XIX, las instituciones locales procedieron a trasladar su ideario al nomenclator urbano. Yo lo comprendo, lo debemos comprender al situar cada operación en su contexto histórico, pero también lo lamento y considero pequeñas victorias que a pesar de la fuerza que tiene el oficial y las repercusiones que tiene en muchos órdenes, sigamos refiriéndonos, por ejemplo, a las calles de la Carrera, del Agua o de los Álamos. Casi en vías de definitiva extinción está hablar, pero todavía se escucha.

escucha alguien de la villa de arriba, la villa de abajo o del barrio del tanque. Me parece bonito y tiene hasta su punto subversivo mantener en nuestra vida cotidiana estas viejas denominaciones casi como un código secreto. Los rótulos que a finales de los años 90 del siglo XX incluyeron uno, porque es solo uno naturalmente, el oficial y en todo caso uno de los nombres tradicionales bajo el que ha pasado al nomenclatura oficial.

En el caso de las calles rebautizadas fue una buena decisión que ha servido para mantener esta memoria. En este punto quiero retomar algo sobre lo que publiqué un artículo en el año 2018, un artículo de opinión, mi opinión, coincidiendo con que el Ayuntamiento había anunciado la modificación de los nombres de algunas calles del casco en cumplimiento de la conocida como Ley de Memoria Democrática, creo que. Concretamente calles que en julio de 1937, apenas un año después del golpe de estado, fueron rotuladas como Capitán Brotons y Santiago Cuadrado. Pienso que si valoramos las modificaciones del callejero realizadas durante la guerra civil y durante la dictadura franquista en términos éticos, lo apropiado sería restituir a las calles y a las plazas los nombres que hasta entonces tenían. Había ya precedentes.

La calle del General Franco recuperó... con toda naturalidad su viejo nombre de los herradores, que nunca había dejado de usarse, y la plaza de Fray Albino ha vuelto a nombrarse Plaza de los Remedios. Sin embargo, en los dos casos que he citado, se despreciaron los nombres de las piteras, que es como se llamaba la calle Capitán Brotón, y de Briones, como fue conocida durante siglos la de Santiago Cuadrado. Creo que ya no queda ninguna vía en la laguna por renombrar con motivo de esta ley, pero hubo un caso más.

La calle donde se sitúa, bueno, hubo algún caso más también, pero un caso más al que me quiero referir. La calle donde se sitúa la iglesia del monasterio de Santa Clara fue rotulada, había sido rotulada también en 1937 con el nombre de un fallecido del bando nacional, Ernesto Ascanio León Huerta. Durante siglos había tenido otro...

Otro nombre breve, precioso y justificado, la calle de La Palma, no por la isla, sino porque allí había una palmera en torno a la cual daban la vuelta algunas procesiones conventuales. Al decidir el que sustituiría al que se le puso en 1937, se descartó o quizá ni siquiera se planteó recuperar el centenario nombre de la calle de La Palma, que pienso que habría sido la opción más acertada, por los motivos que he ido exponiendo. Se ha llamado, además, Calle Real Sociedad Económica de Amigos del País de Tenerife.

Un nombre larguísimo. Me parece, además, muy poco práctico y lo supongo una lata para los vecinos cuando tienen que rellenar impresos. Y, además, favorece equívocos porque está muy cerca de donde está realmente la sede de la económica. La económica, un nombre breve, práctico, no este nombre.

En la ciudad hay al menos dos calles más fuera de su centro histórico, cuyas denominaciones me parece resultan farragosas, confusas e inoportunas. No me estoy refiriendo, por supuesto, a las personas a las que sirven de homenaje, sino a la forma de plantearlos. Perpendicular a la Avenida de la Trinidad, una calle abierta, creo que nuevamente, se rotuló, y voy a leer lo que pone, fotógrafo J. Norberto Erguez. punto, día, comillas, senón, comillas.

Parece un telegrama, supongo que no es exactamente la denominación que se le dio, pero es la forma en la que está escrito. Pienso que, por ejemplo, se podría haber optado por fotógrafo Zenón, hubiera quedado estupendamente. Otra calle nueva, en este caso perpendicular a la carretera de Tejina, al comienzo de la carretera de Tejina, se llama calle Padre Adán Canónico de la Iglesia Catedral. Eso es lo que pone en uno de los carteles, en el otro, en una de las placas, en la otra pone, bueno, pues esto es otro, calle Padre Adán Canónico de la Catedral, ni siquiera coincide una con la otra.

Quizá habría sido mejor opción calle Padre Adán a secas, como conocíamos a este sacerdote, o calle Canónigo Padre Adán, si se quería destacar esa condición. Pero bueno, en los dos casos parece que se hubiera querido hacer como un resumen biográfico ahí condensado, que no era el lugar. Bueno, estas son mis cosas quisquillosas mías.

Regreso al callejero histórico y a los documentos. Para advertir otra cosa que podría mejorarse, incluir al menos en los rótulos que se refieren a calles y placas con nombres tradicionales, las preposiciones y los artículos que correspondan. Me refiero a que a pesar de lo que ponen y no ponen muchas placas, lo correcto y lo que tenía y tiene sentido es por ejemplo referirse a la calle de las Candilas, no a la calle Candilas.

Supongo que por economía del lenguaje y quizá por efecto de la normalización impuesta Por el lenguaje administrativo, las fórmulas para referirse al callejero se fueron abreviando y han perdido naturalidad y fluidez. En algunos casos se han mantenido. Estoy pensando, por ejemplo, en las plazas del Adelantado y de la Concepción, que las seguimos nombrando correctamente con todas sus palabras. Pero es raro, la verdad, escuchar a alguien decir que dio un paseo por la calle de los erradores si nos referimos al lugar en el que estamos o que la sede del Instituto de Estudios Canarios está en la calle, de Juan de Vera. Eso es raro.

Pero era la fórmula que se usó durante siglos para nombrarlas. La preposición daba sentido y quizá deberíamos recuperarla en los rótulos y en las menciones formales a estas vías. Además, en estos casos, lo correcto es escribir la inicial del artículo en minúscula.

La incorporación a los rótulos de la preposición de haría más comprensible este criterio en algunos casos. Aquí tenemos, pues, correcto es, no es calle de los cerradores, calle de la carrera, plaza de la concesión, por lo menos cuando se escriban o formalmente deberían mantenerse estas palabras. Y de la misma manera, si le aplicamos el del, comprendemos mejor que no es calle el agua, por ejemplo, sino es la calle del agua. Hay como una falta de sintonía entre lo que... entre lo que escribimos y lo que incluso muchas veces decimos.

Y si aquí hay un juego de diseñador gráfico muy amateur, esto sería, nos extrañaría decir, plaza del adelantado. Nos quedamos aquí, en la calle de Juan de Vera, así justificamos un poco mejor el título de la charla, prestando atención a uno de esos antropónimos viejos. Un antropónimo, además, que reúne dos cualidades.

Ha sobrevivido en el callejero oficial. Y se ha perdido también, como en el caso de Juana Blanca, la memoria sobre la identidad del personaje. En un momento les diré quién fue este Juan de Vera, pero antes podemos recordar otros antropónimos viejos, supervivientes. Son nombres de personas, en algún caso ya simplemente el apellido, o incluso una especie de apodo, como el caso de la Sota, que siguen siendo los nombres oficiales de estas calles y en algunos casos se remontan al siglo XVI. No es el caso de...

de Juan de Vera, que se llamó así a partir de las primeras décadas del siglo XVIII. A lo largo de la historia, además, esta calle ha recibido o ha sido nombrada de otras maneras. Aquí les he traído algunas para que vean la variedad.

Y esto es lo que ya conocemos, lo que nos vamos tropezando, lo que otros autores han registrado. Y he marcado en rojo aquellas que se refieren a personas, porque no sé si técnicamente es un antropónimo decir la marsellesa, pero se refería a una señora que era. de Marsella, con lo cual son nombres que remiten a personas. Es un buen ejemplo de la diversidad, el solapamiento, la convivencia y la fluidez que antes citaba como cualidades de la toponimia urbana tradicional.

Finalmente, ha prevalecido el nombre de Juan de Vera, de nuevo, no como un reconocimiento oficial, sino por una cuestión práctica. Y lo podemos comprender con claridad en este documento, que se refiere a la calle, Como una indicación, no es tanto un nombre sino una indicación, la calle del torno del hospital, que es el torno del que habló Fernando ayer, de la Casa Cuna, que va a la cruz de Juan de Vera. Así que la calle que va todavía a la capilla de la cruz que fabricaron Juan de Vera y su mujer, Francisca Enrique, acabó siendo, ha llegado hasta hoy, como la calle de Juan de Vera.

Aquí tenemos su firma. Se llamaba en realidad Juan Martínez de Vera. Había nacido en Soria y se estableció en Tenerife desde finales del siglo XVII y aquí ejerció su oficio, su profesión como cirujano. Por esta cuestión, esta calle central de la ciudad se llama Juan de Vera.

Bueno, diapositiva. Volvemos a comprobar que fijarnos en el callejero de la ciudad, en los nombres que tienen ahora las calles, las plazas y los caminos, pero también y sobre todo las denominaciones que tuvieron a lo largo de los siglos, supone una fuente continua de información histórica, de vocaciones, de vida cotidiana, de microhistorias conectadas con nuestro entorno y en esa medida, pues, únicas, porque son pequeñas historias solo de aquí. El tema da para muchísimo más, pero el tiempo es limitado. Para concluir, quiero dejar sobre la mesa la propuesta de considerar un posible cambio de nombre.

Pensaba que era como un poco contradictorio respecto a lo que he venido diciendo, pero creo que se puede justificar. Y sería el caso de la calle Obispo Ruiz Cabal, que en dos tramos, la que hoy se llama calle Obispo Ruiz Cabal, en dos tramos parte de... frente a la iglesia de Santo Domingo, cruza...

La calle del consistorio y llega a la calle de los herradores. En realidad, cada tramo tiene su biografía, por así decirlo, y es una calle, o ha sido históricamente una calle, distinta a la otra. Para comprenderlo, nos podemos fijar en el insustituible y maravilloso plano de Torriani de hacia 1588. El tramo que va desde Herradores a Consistorio no está definido, si nos fijamos ahí.

porque faltaba entonces por edificar el extremo de la manzana, como el vértice. Y vemos también que el siguiente tramo, si se fijan, si lo voy a poder señalar, si se fijan dónde está el convento de Santo Domingo, a la parte de arriba, bueno, pues ahí donde hoy hay calle, ahí todavía había casa. No existe ese segundo tramo.

Esa calle fue abierta más tarde. En torno a 1740, por iniciativa de Amaro Rodríguez Felipe, el famoso Amaro Pargo. Supongo que, al menos en parte, con el fin de proporcionar cierta perspectiva hacia el convento de San Dominico y también para que tuviera, como todavía tiene hoy, una función procesional. Digamos, las procesiones que salen del convento o que regresan al convento lo hacen de una manera directa hacia su plaza. Por este motivo, la calle, esa calle que fue abierta, como les digo, en torno a 1740, esto no es un descubrimiento mío, ya se sabía, fue pronto nombrada como calle nueva, pero solo ese tramo.

La otra calle ya existía, no era una calle nueva. De ese otro tramo, no he encontrado más que indicaciones descriptivas, no un topónimo. El callejón que va, pero no un nombre o asociadas a un nombre de una persona, de una planta o de lo que sea, como en otros muchos casos.

O sea, no he encontrado ese nombre de calle. Tan pequeño que igual tampoco, de alguna manera se tenían que referir eso con seguridad. Desde mi punto de vista estaría justificado distinguirlas para empezar, porque son dos calles distintas, y darles unidad no deja de ser un falso histórico, bueno aquí había señalado, usted se me había escapado, como los dos tramos, ven como esa calle que luego al construirse ya quedó encajada, digamos, y la calle nueva que desemboca en la pequeña plaza del convento dominico.

Como digo, pues tienen dos historias y aplicarles un solo nombre, pues no deja de ser un falso histórico. Esa calle, ahora, lleva el nombre de un obispo cuya vinculación con la laguna o con Tenerife se ignora. Yo no lo sé y por lo que he investigado, otras personas que se han preocupado por este asunto, pues tampoco han averiguado por qué se le puso en algún momento a esta, vamos a llamar calle o a estas calles, el nombre de obispo Ruiz Cabal. No fue un obispo de aquí, fue un obispo de fuera. Habría que investigar mejor, pero desde luego no es un nombre tradicional y podría valorarse su sustitución.

Sobre todo si entendemos que los nombres escogidos para reemplazarlo podrían tener, esto sí, vinculación real con la ciudad y con los propios espacios renombrados. Hace algunos años... Planteé en un artículo que giraba en torno a la religiosidad de Amaro Pargo, pues mi propuesta de que esa parte del callejón, la que discurre, la que fue realmente la calle nueva, la que parte de Santo Domingo, se le podría dar el nombre de Amaro Pargo, porque a él se debió su apertura. Y entre sus méritos, aparte de ser un personaje conocido, pues fue un gran benefactor del convento dominico.

No me voy a poner aquí a enumerar todo lo que él patrocinó o hizo. Y fue también un personaje que más allá de fantasías y de fabulaciones se distinguió por su labor caritativa y asistencial. Ayer, Fernando, insisto, habló de la cuna y fíjense cuando en 1747 él estaba agonizando a Maropargo, José Antonio de Ancheta, que era un regidor que escribió, anotaba su diario, anotó esto. Dios le dé lo que le conviene, porque es hombre que gasta mucho con los pobres y niños del torno, que cría más que en el torno. Una manifestación de toda o de parte de su labor asistencial.

Incluso una posibilidad es que se podría acoplar su nombre al que llevó la calle, porque resulta una construcción que se entiende, es la calle nueva de Amaropargo. Podría ser, si no queremos renunciar a ese apelativo nuevo que ya también lleva siglos asociado a esta pequeña calle. En cuanto al otro tramo, que no era parte, como digo, de la calle nueva, a pesar que... La firma Amaro, siempre me gusta poner las firmas de las personas porque es como la manera de invocarlas, de hacerlas presentes.

Pues el otro tramo, como digo, no era la calle nueva, a pesar de que en su rótulo ponga antigua calle nueva, pues no puede ser. Y también se podría buscar otro nombre y una posibilidad o una propuesta es darle el honor, porque ahora sí lo haríamos con esa intención, con rendir un honor al pintor Cristóbal Hernández de Quintana, que vivió y tuvo su taller muy cerca. Desde los últimos años del siglo XVII hasta 1725, cuando falleció probablemente allí mismo en su casa. Aunque se ha repetido que su casa era esta grande del comienzo de la calle de los Herradores, la que está pegada a la capilla de la Cruz Verde, que no era la capilla de la casa, que esta es otra cuestión, pero también tiene sus repercusiones.

Bueno, esta no era su casa, como se ha dicho, su casa estaba un poquito más arriba. era solo conseguido, y esto fue del otro día, pero es que a veces una foto mala de hace 30 años es un documento histórico ya. Bueno, pues esta foto que casi milagrosamente conseguí, igual alguien tiene por ahí alguna mejor, ven esa casa de tres pisos que está, esa era por reconstruyendo con las escrituras los linderos y tal, tiene que ser esa la casa de Quintana donde vivió Cristóbal Hernández, donde vivió y pintó Cristóbal Hernández de Quintana. De nuevo Anchieta.

El regidor Anchieta en su diario anotó cuando murió uno de sus hijos, ya con posterioridad al fallecimiento de Quintana, dice del hijo que vivía en la misma casa, vivía en la calle de la Cruz Verde, en una casa alta, en frente de la boca del callejón. Y si nos damos cuenta, efectivamente cuando uno ya en el tramo final de ese callejón ya sale, lo que encuentra, como está medio inclinado el callejón, es el lugar donde estaba esa casa de Cristóbal Hernández de Quintana. El Callejón, por lo tanto, podría recuperar y mantener para la ciudad la memoria de un artífice con una historia personal muy interesante que se estableció en la laguna, aunque no era natural de aquí, y que ha sido o fue el autor de algunas de las obras más representativas del barroco canario y además fue vecino de la ciudad durante más de tres décadas, precisamente el año que viene en mil...

En 2025 se cumplen 300 años de su fallecimiento. Y bueno, ya para cerrar, aunque, última reflexión, aunque los veamos escritos en documentos y en placas adosadas a las paredes, algunas antiguas y dignas también de ser inventariadas, esta era otra cosa que quería decir, pero hay que abreviar, pero creo que no está hecho un registro, un inventario de todas estas placas, algunas históricas, que existen todavía y que no lo sé, pero que me planteó hasta... Entiendo que son de titularidad municipal, pero están muchas veces sobre las paredes de casa y no sé hasta qué punto esto está controlado.

Igual se hace una obra y desaparecen, como han desaparecido ya muchas. Bueno, pues, estas placas, algunas dignas de ser protegidas y otras, y también hay que decirlo, dignas de ser cambiadas, que están pidiendo a gritos que las cambien, de alguna forma los nombres de las calles están en el aire. Los ha traído el tiempo hasta nosotros, aunque en ocasiones no se les haya dado el valor.

que tienen lo que ha propiciado sustituciones y alteraciones. Nuestro sentido actual... de lo que es el patrimonio, es decir, aquello que tenemos la obligación de custodiar y delegar, también debe incluir estos vestigios que, como las migas de pan de Pulgarcito, han sembrado las calles, las plazas y los caminos, en este caso de la laguna, de señales que conducen a nuestra propia historia.

Muchas gracias. Gracias. ¿Cuál es el tuyo, Miguel? Bueno, muchísimas gracias a nuestro ponente, Carlos Rodríguez. Y ahora damos la bienvenida a don Miguel Pérez Carballo.

Él es presidente de la Asociación de Amigos de la Cañada desde el año 2014. Está dedicado al rescate de la toponimia de la isla de Tenerife. Y ha publicado guías y ha intervenido en charlas, escritos, rutas guiadas en defensa de los caminos de Tenerife. Bienvenido.

Gracias. Sí, buenas tardes. Gracias por venir y si hay alguien online, pues también gracias.

Después de esta... Perfecta charla de Carlos Morales. Ahora entramos en un momento de locura. Esto, tengo aquí 43 diapositivas, aproximadamente daría hora y media y tengo que meterlo en media hora. Entonces, me van a perdonar porque no quise tampoco castrar o cortar ninguna porque tendré que pasar por alguna de ellas dando una pincelada sabiendo que eso está ahí.

Empezamos, los caminos de la laguna eran los caminos, hace 500 años, en el 1500, los caminos de Tenerife, porque la laguna era todo. Es lógico que los caminos tengan una relación con las calles en todas las ciudades del mundo, pero los caminos ya estaban antes de que se hiciese la ciudad. Posiblemente los caminos de la isla conducían a ese punto. A ese punto que era el más cercano al lago y más alto en Cota.

Ese punto del lomo de la Concepción, donde estaría entre el lomo de la Concepción y la villa de arriba o la villa vieja. Ese punto debería haber sido sagrado para los guanches y aunque no vivieran ahí, posiblemente sería un sitio a donde tendrían que ir al menos en verano. Los caminos normalmente salen de un punto radial y... Yo me he puesto abajo el que camina los nombres por tener algún título, un nombre, un apodo, ¿no? Pero es que es verdad, yo llevo los últimos 40 años, me he dedicado a caminar por la isla para conocerla por los nombres, por la toponimia.

La isla que ven ahí está perfectamente derecha, no está boca abajo. Pero la he puesto, si ven a la izquierda, hay otras tres islas. Lo normal es la primera, la vemos siempre orientada al norte. cuando vino la brújula y demás, y luego también han estado orientadas al este y al sur, pero nunca al oeste.

El oeste, hasta el descubrimiento de América, era el final del mundo, era el infierno, pero yo le he puesto al oeste. No sé por qué le he puesto así. El otro día me ocurrió lo siguiente. Di un paseo hace unos días y vi, esta es una de las mayores actuaciones que se han hecho en la laguna en temas de movilidad a pie.

Desde el camino largo se van, este es el camino de Pozo Cabildo, ese camino de Pozo Cabildo conduce hacia Naga y también hacia Mesamota. La laguna ha roto sus salidas a pie de la ciudad y este puede ser el inicio, salvo que sea para ampliar la carretera, el inicio del camino. hacia Las Mercedes, para coger el sendero homologado de Anaga, que es el único que está homologado en Las Mercedes, a través del camino del Pino y el camino de Las Mercedes. Y Mesa Mota, esa carretera hacia Mesa Mota, debería ser peatonal, sobre todo.

Bueno, les voy a hablar, son seis partes de la orografía, los caminos guanches, caminos herraduras, las calles camino, una locura de agua, sol, vientos y vigías, y un epílogo. La geografía está clara que la laguna está al lado de un sitio tortuoso como es Anaga y en donde empieza la dorsal, que llaman de Pedro Gil los geólogos, en una especie de collada, una especie de degollada entre el puerto de la laguna, que era Santa Cruz, y el rico norte de la Caña de Azúcar. Cuando se viene en barco, que era la única manera que en esa época se podía llegar a la isla, porque nadando no llegaba nadie, se fijaban por esa mancha que hay ahí, que está puesta, no es así, que es la mancha del Sabinar de Anaga, que está entre los arrancos de Anosme y Juana.

Vean, al fondo sería la palma y los roques de Anaga, y el Teide. El Teide era el punto más alto del mundo, porque así, a pesar de que en el Mont Blanc fuera más grande, no lo habían medido. Y en esa época todavía, aparte que sigue siendo la sombra más alta del mundo sobre el mar, porque en Hawái está más lejos del mar, ¿no?

Y ahí vemos a la laguna ese puntito escondida de los piratas y demás que viniesen. Este es un mapa de pendientes en el cual vemos las tremendas pendientes de Anaga y de la dorsal y las más suaves que están en medio donde estaba la laguna. Un mapa geológico, los colores lógicamente son convencionales, he pintado en naranja la parte que son tierras lacustres, eso significa que desde la laguna, desde prácticamente la calle Herradores hacia el norte, hacia las Mercedes, todas son tierras que se han ido formando en el fondo de un lago.

O sea que el lago ese pequeñito de Torriani, posiblemente era mucho mayor, porque claro, también esa fue una contención de cuando eran dos islas, Anaga y el resto de la isla, y ahí la contención de ese barranco que tenía salida libre, se fue formando, los limos de las tierras fueron rellenándolo. En las otras tierras que están hacia Tacoronte, no son tierras lacustres, pero sí son tierras de sedimentos, y la mancha negra que ven ahí... Es muy apropiada porque es el piche del aeropuerto, es curioso.

El hecho de que la villa se situara ahí también podría haber tenido que ver porque ya los huanches habían sufrido erupciones volcánicas y prácticamente, sobre todo en el Valle de la Rotava y hacia el oeste, hacia Ateno. Y este era el sitio más alejado donde... Podrían, o sea, el más seguro, sobre todo a Naga, el más seguro en cuanto a daños por erupciones volcánicas.

Si hacemos, hay dos alturas que son la Atalaya de San Lázaro y la Atalaya de San Roque, que si las unimos va hacia Santa Cruz y ha hecho aquí un corte apoyándose en las herramientas de Graf Kahn y vean cómo los picos... El relieve es realmente cortante, salvo en la laguna que hay como un pequeño valle. Lo mismo si hacemos de este a oeste, desde Anaga hasta Teno, pasando por el Teide, pues también hay un pequeño valle, una suavidad, un terreno llano donde asentarse a la ciudad. Bueno, pues ahora pasamos a los caminos guanches con este... Este ingenuo dibujo de una cuevita, que iban al corral, me refiero a los desplazamientos de un guanche, pero no los podemos imaginar, ¿no?

A los pastos, a la fuente, lógicamente, a los cultivos, que también tenían cultivos, el barro para la cerámica, a la mar, al monte, o gira. Yo he dicho gira porque era el nombre nuestro antes cuando se salía del pueblo. y se iba de gira al charco sagrado, el charco que tendría que tener alguna relación.

Imagínense en una isla como esta, digamos que con el único charco, lleno de aves que taponaban el cielo, ya lo cuentan hasta incluso en tiempos de Torriani, y unos pastos que son tierras que, edafológicamente, son las mejores de la isla. Los asentamientos huanche, en este mapa de Cuscoi, los puntitos son las cuevas, habitación. He marcado las de Santa Cruz y las de Tequeste y en medio justo está el lago y se asentó la laguna.

También los desplazamientos a las zonas pastoriles, también según Cuscoi, en Anaga era una zona de aislamiento, no tenían necesidad de salir de ahí a lo largo del año, verano e invierno, porque tenían pastos todo el año. La zona sur de Santa Cruz hacia abajo era una zona de transhumancia permanente. La zona norte, desde la laguna hacia el Valle de la Grotava, era de transhumancia estacional en función de las estaciones. El verde era por donde se desplazaba en una zona intermedia.

Y el color castaño eran los campos de pastoreo de alta montaña, desde la laguna hasta las cañadas, desde la cañada de la laguna que llevamos vendiendo desde hace años. y no logramos venderla, hasta las cañadas en plural. Si Cusco ya habla de cuatro tipos de movimientos de los huanches con el ganado y los cuatro están cerca de la laguna y tienen que ver con la cañada.

Desde el rojo, que es el camino que unía los mensellatos, en verde las rutas de transhumancias locales, que normalmente suelen verticales, de mar. a cumbre. Ahí no se ve bien uno estrechito, un fino, que es el camino que bordea la zona alta montaña, que es la que bordea el monte, y en grueso el que une la cañada de la laguna con las cañadas. Pero llega a 1500 y vienen ya animales mayores, vienen animales de herradura, vienen animales que necesitan caminos. Entonces de la calle Herradores, de un establo, pues tendría que salir hacia el llano.

Y los caminos tenían que tener un ancho determinado y un firme en algunos sitios. Tendrían que rodear un lago, rodear un lomo y se empiezan a hacer vueltas, las que se siguen llamando vueltas porque había que disminuir la pendiente, buscando siempre una agollada, un collado, como se dice en la península. Pasamos ahora a las calles camino, en el mapa de Torriani, ahí está orientado al este, vean arriba, pero él... Él tiene abajo, no se ve bien, pero donde he puesto la N, él tiene ahí el norte marcándolo ya, porque ya había brújula.

Pero posiblemente a él, vamos a ver, un mapa de la laguna mirando al este, parece que es un mapa más fácil de ver, porque lo estás viendo, es como si lo estuvieras viendo desde los inicios de los caminos, lo estás viendo desde el lomo de la concepción. Entonces posiblemente porque... Él, por ejemplo, luego el mapa de la isla no lo pone orientado al este, lo pone orientado al norte, como era lo normal en esa época.

Actualmente no tenemos problema en cuanto a orientaciones, porque el norte es uno mismo. Cuando coges el móvil no tenías necesidad, pero antes sí, porque la brusla te obligaba. Vamos a seguir. Aquí he marcado cinco calles reales. Se parte de la base que todos conocen la laguna, porque si no tendríamos que dedicar otras media hora a explicar la laguna, pero bueno.

Arriba está la calle del agua, como bien dice Carlos, la calle de Herradores es la roja, la calle de la Carrera es la naranja y la calle verde es la calle de San Agustín. He marcado o he remarcado las plazas más que las iglesias. Al fin y al cabo es casi lo mismo, pero bueno.

Pero llama la atención donde está el tanque de abajo, el humilladero, la Plaza de la Milagrosa, lo enorme que era esa plaza. Y, bueno, ahí está muy bien estudiado por María Isabel Navarro con el tema de esa calle, que es la calle que llama de las iglesias o la calle de la carrera. Bueno, es la calle de alguna forma espiritual, ¿no? Pues yo, los grandes topónimos han desaparecido. Actualmente nadie de forma oral...

Sabe lo que es la dehesa. Sí hay otras dehesas en la isla, en Wimar, en Buenavista, pero la dehesa de la laguna que fue el mayor espacio territorial que en 1505 se delimita, se ha perdido. El ejido también se ha perdido.

El ejido posiblemente, yo lo he marcado ahí, desde la plaza de San Francisco al lago, posiblemente no era tan grande, pero el ejido era una cosa fantástica porque era el lugar de recreo, era el lugar en el que no se podía arar. Era de pasto, aunque se podía plantar y se podían hacer eras estacionales, pero también era un colchón de cuando habían inundaciones, de tal manera que el lago ocupaba el ejido, por eso ahí no se construía en principio. Pues la dehesa, el ejido, han desaparecido oralmente y la cañada se ha mantenido por tramos, que es lo que nosotros hemos intentado o estamos intentando.

de alguna forma visibilizar. ¿Qué ha pasado aquí? ¿Se ha parado?

¿Se ha quedado sin pila? ¿A dónde? ¿Aquí?

Ah, vale. Bueno, la villa vieja, que es la villa de arriba, ahí empezarían más o menos... Los primeros caminos antes de que en 1500 ya se hace el trazado relacentista. ¿Por qué la laguna ahí? Está claro, son cosas de lógica, ¿no?

Alejada del mar, de la vista de los piratas, con lo cual no necesitaba una defensa inmediata. Rodeada de unas tierras magníficas para pastos y para cereales, es decir, la subsistencia estaba garantizada. Un arroyo que movía molinos de agua.

Con viento, pamolinos de viento, y sobre todo cuando empieza con la economía de exportación, que es la caña de azúcar, que es el norte, el norte con los problemas de los puertos del norte, el puerto de la laguna, el puerto de Santa Cruz, es el que servía. Luego la laguna quedaba en medio de esos, cuando no se podía embarcar, pues podía llevarse del norte, que era lo fácil, el puerto de la Rotava, que es el puerto de la Cruz, y era chico. Entonces se podía llevar a...

yo no he hecho nada. Ha empezado. A ver, socorro.

Ya bien, ¿no? Ahora bien, ahí. ¿Qué pasó?

¿Lo moviste y ya está? Sí. Ah, quizás mejor, ¿no?

Vale, vale, mejor que esto. Sí, vale, pues venga. Venga, déjalo aquí o antes. No, ya no sé lo que era antes.

No, esto... Ah, no, es ahí. Vale. Bueno, está, digamos que ya lo habíamos dicho, que es una zona para pasar del sur al norte, es el sitio más fácil de pasar, donde está la laguna.

Y el lago, por supuesto, era fundamental. Aquí, en ese círculo rojo... Y en las rayas naranjas es donde se marca lo único que valía la isla, o sea, la parte norte y algo hasta el Valle de Guimar. El sur no existía como hasta hace poco. Yo nací en Adeje cuando Adeje no existía.

Es lo viejo que soy. Bueno, pues este es el mapa de Torriani, y en el mapa de Torriani, precisamente, yo no sé si inconscientemente, porque él era muy meticuloso, la distancia este-oeste es más grande de lo... de lo que ahora sabemos de forma ya hecha con satélite y posiblemente por eso, porque de alguna forma inconscientemente está viendo que la parte norte era la interesante.

Y pasamos a la milla cero, un invento que hemos hecho. Tendría que haber sido la legua cero, pero suena mal, legua cero. Entonces la milla, la milla también se empleaba en la navegación en esa época, y la milla cero... y en el lomo la concepción.

Antes la teníamos un poquito más abajo, pero hablando con Juan Tous, bueno, llegamos a un acuerdo que ahí estaba como mejor. Al fin y al cabo, no es un punto exacto. Digamos que entre esta zona y la villa de arriba, ahí arrancaban todos los caminos de la isla, de una forma radial, y no nos da tiempo de pararnos, no, no nos da tiempo de pararnos en vernos cada uno.

Era el punto más cercano al lago y el de mayor cota. Pues es un sitio... Si tú quieres acercarte al lago y estar fuera de inundaciones, ese era el sitio. Posiblemente un lugar sagrado.

Y he puesto ahí en la Villa Real, porque era de la isla de Realengo, las ocho calles radiales se continúan por caminos reales. Bueno, una tontería. Hace más de 20 años, cuando se consultaban las cosas solo en el Espasa, en la enciclopedia, todas las palabras que empezaban con camino y tenían nombre...

De algún núcleo poblacional, al moro eran 20, pues en la laguna eran 8. O sea que el nombre de los barrios, empezando por Camino, en la laguna, son muy importantes por haberse formado desde un punto radial. Bueno, pues pasamos ahora a las calles Camino. Ahí tienen el Camino Largo, que se llama Largo porque es ancho, no porque sea lo que sea alargado, como los portugueses. Ese camino largo no tiene salida para un peatón ni alguien que camine, porque llegas a donde pone a la derecha, que es el camino Pozo Cabildo, que bueno, si te arriesgas, puedes seguir por ahí.

Y a la izquierda abajo, eso es decir, el de la derecha arriba es volviendo a la laguna, y el otro es yendo hacia las Mercedes. Pero es lo que les enseñé antes, que abajo a la derecha es donde ya han tirado para continuar, que también es un palmeral. No sé si eso era particular.

si habrán llegado, pero eso con el camino del Pino tendríamos 5 kilómetros y estaríamos por ahí está Carlos Ciencias que es el jefe de sendero vocal de sendero de la Federación de Montaña y estaría encantado de que el camino que empiezan las Mercedes empezara en la laguna y que el GR, que es el camino de gran recorrido que une, que pasa por toda la isla y que actualmente sale de la Esperanza hasta Arona pues continúe de la Esperanza a Santa Cruz yendo por la Cañada pero Eso primero son las carreteras y después son los coches. En el Camino de las Peras ocurre igual. En el Camino de las Peras, ven arriba, es precioso, ven abajo, tienen que llegar y dar la vuelta al lado de un chorro, donde estaba la cancela, porque si siguen por la derecha, ahí ni tiene interés y es hasta peligroso porque casi no hay arcén.

Lo mismo ocurre con el Camino Candelaria y posiblemente el Camino La Cañada tiene que pasar por ahí. ¿Quién pasa por ahí? para ir a Candelaria, que encima tiene cinco tramos declarados BIC. Y ahora llegamos a la gran rotonda del Padre Encheta. La rotonda es el principal enemigo de la movilidad a pie.

Si ustedes están siempre dentro de la laguna, ni se enteran. Pero si van por ahí, una rotonda es una auténtica locura. Y efectivamente, ahí tenemos los problemas que ha generado y el 25 de abril tenemos esta fácil solución.

8 millones de euros o 9 millones, no sé cuánto es, un montón de locuras. Y tú dices, ¿para qué? Si se trata, si ven las flechas amarillas, son las entradas peatonales, entradas o salidas peatonales, hay cuatro. Pero hay 11 vías rodadas imposibles para peatones. Todo es para, simplemente para cruzar la autopista, para ir del campus central al campus del Padre Anchieta y a un colegio.

Se ha armado este lío, pero bueno, yo no lo entiendo, no sé ustedes. Esto ya es lo penúltimo. Agua, sol, viento y vigía. Bueno, esto es un trabajo que hicimos de la toponimia de Tenerife y esto es lo que rodea la laguna. Aquí no se ve nada, pero yo se los cuento.

La laguna está rodeada, como dijo antes Carlos, por el barranco de Chamarta, que está al sur. Arriba... hay una especie de sequía, que llaman aquí la sequía de San Lázaro, que va por la Javia, el camino Fuente Cañizares. Todas esas aguas vienen a unirse al arroyo y a la laguna.

Ahí la laguna la he puesto pequeña, pero la laguna llegaba hasta el camino Fuente Cañizares. Y luego hay el canal Candilas, que alguien ha dicho por ahí que era no sé qué, simplemente... Un desagüe de las aguas del lomo de Aguere y el alivedero de la laguna, que también iba atravesando el camino largo, no había camino largo en esa época, a unirse.

De alguna forma, el agua condicionaba el establecimiento de las casas y de las inundaciones. He hecho esta locura, que en Grafgan hay una cosa que se llama inundación, y entonces le puse 551,45 metros sobre el nivel del mar y... Lo que está en amarillo es lo que está por encima, lo que no se inundaría a esa altura. Ahí es donde se construyó la villa. Bueno, aquí ni se ve, esto es un desastre, pero la laguna, el humedal de la laguna y las calles cómo están hechas de tal manera que las aguas se abren en abanico para disminuir las inundaciones.

Aquí lo vemos mejor, otra vez en el plano de Torriani, la laguna. Y en gris, el círculo en gris, está el humedal, que nunca se habla del humedal, que es la ampliación cuando habían grandes lluvias. Y las calles otra vez marcadas y el arroyo que lo ven arriba. Otra locura de agua, la laguna, la humedad de la laguna, la calle Las Cruces sería como el principio del ejido y Quintero, ¿cómo se llama? Quintín Benito.

Quintín Benito de las Cruces, esa sería también la Rivera de la Laguna por Silverio Alonso, el Lomo de Agueres en Marrón, donde se construyó la ciudad, y he puesto ahí cuatro puntos cruciales que tienen que ver con el agua, en la Rúa, donde se unían los dos barrancos de Jardina y el de la Mercedes, el del Salto de la Carnicería, que era un salto que servía por encima para cruzar el barranco y también para mover los molinos de agua, y el Humilladero, que es la Plaza de la Milagrosa. y la ribera La Laguna, que es donde termina la calle San Agustín y el Juego de los Bolos. Pero el viento, ahí no lo ven, pero donde ponen los molinos, ahí hay una hilera de dos, cuatro, seis, ocho o nueve molinos de viento. ¿Por qué están los molinos de viento en esa dirección?

Que es la dirección del camino que iba a La Esperanza y a Candelaria. Pues simplemente porque era el viento dominante, el que he puesto ahí en rosa, sobre un sello que había de no ser bien. Antes Carlos ha dicho algo que yo pensé que lo había descubierto yo, pero él ya lo había descubierto. Alrededor de la laguna sí que había unas tapias.

Ahí enmarcado posiblemente las tapias eran la trasera de los corrales de las casas. Prácticamente todas las casas, tanto las que dan al barranco de la carnicería. Como las que daban al barranco de Chamarta, tenían por detrás corrales, no, eran como patios, patios traseros.

Esos patios traseros tenían tapias. En la laguna la tapia es fundamental, la tapia como medida y siempre se obligaba a hacer tapias. El hacer tapias, y si hacer tapias, como decía Carlos, era un tema defensivo, eran las murallas, o sea que la laguna sin murallas, al final sí tiene murallas.

Entonces lo he llamado la ciudad de vigías, tapias y agua. Y he inventado, porque he inventado, puertas como una muralla. Las murallas tienen puertas. Esta sería la puerta del Poniente, San Benito, la puerta del Sur, Los Molinos, la puerta del Puerto, El Humilladero, la puerta del Sol, San Miguel, la puerta del Norte, San Francisco y la puerta de Barlovento, que es la ribera de la laguna. Y no contento con eso, entonces empiezo a hacer locura, más locura.

Si se unen... Las tres puertas del lado oeste, San Francisco, San Miguel y Lidio Milladero, esa dirección va a Candelaria y ese es otro rollo que ahora no da tiempo. Si unimos la ribera de la Laguna con San Miguel, eso coincide con el solsticio de invierno y coincide con las líneas de las dos atalayas, de San Roque y de San Lázaro.

Y si unimos las de abajo, la del sur, San Benito, los molinos y Lidio Milladero, es paralela a la anterior. Y en rojo... es el paralelo que yo llamo de los Peñoles, que ese es otro mundo que no llevaría mucho tiempo.

Pero esa dirección, que son como 26, 28 grados, este o este, bueno, es paralelo. Y el verde, uniendo la Puerta del Norte con la Puerta de San Francisco, es perpendicular a los vientos, es decir, es paralelo a la línea de los molinos. Eso, entonces me pregunto, ¿son líneas cuánticas?

O a lo mejor el cuántico soy yo. Aquí tenemos ahora un plan, una visión de la laguna, hecha también con una herramienta de Graf Kahn, donde está la atalaya a la izquierda de San Lázaro y la atalaya de San Roque. Y ahí ocurre una cosa muy curiosa, porque, bueno, parece mágico, pero las trazando rectas.

Desde esos dos puntos ocurre que, por ejemplo, ese quiebro famoso que ha dado tanto que hablar de la calle La Carrera y el menos otro que no ha dado tanto que hablar de la calle San Agustín al final, esos dos tramos, si los prolongas, van a San Roque. Pero también la calle de Ámpala y la calle Bencomo, prolongando, los van a San Roque. Y en dirección contraria hay...

Hay tramos, como todas las calles no son enteramente rectas, hay tramos de la calle La Carrera, la calle Herradores y de la calle San Agustín que van a la talalla, pero no me haga mucho caso. Aquí lo vemos de otra manera, en un mapa maravilloso que es un mapa de 1874 levantado por la brigada topográfica. En que curiosamente ya no se para como Torriani exclusivamente en el plano, en el casco, sino que va a 1.500 metros de un punto, que está ahí por encima, al norte de Los Molinos, pero no tiene ninguna importancia. Lo curioso de este mapa, en que se ve la cañada en rojo, he marcado la línea de los cuatro peñoles, que esa es otra cosa mágica, es decir, cuando encontramos...

El Peñol de Tegueste, que es un peñol que es súper nombrado, porque es el punto que elige adelantado para empezar el deslín de la dehesa. Ese peñol ha sido colocado en diferentes sitios, pero ya haciendo un puzzle, por narices, tiene que estar donde lo he encontrado al final, que es el Roque de Guamás. Ese peñol, cuando encuentro el Peñol de Taodio, que está como a 10 kilómetros, digo, vale, bueno, que es una línea tan bonita, pero de repente aparece...

el Peñol de Aguere, que es el Lomo Lavandera, también a base de Descartes, creo que es ese. Pero ¿qué ocurre? Que esas tres pequeñas elevaciones están en una misma línea recta.

Yo dije, porra, pero si no tenían Gafján, no tenían GPS. Pero ya lo milagroso es que en 1500 no sé cuánto, hay con motivo de la COVID de la época Había el WhatsApp de la época, eran las atalayas, y entonces ponen treinta y tantos vigías en diferentes puntos de la costa y uno de ellos lo ponen, lo llaman Peñol de Acentejo, y lo ponen en la Quinta Santa Grúsula. Si ahora uno es de nosotros tres, también están en línea recta.

Milagro, ¿cómo puede ser? Ni idea. ¿Qué más aquí?

Nada más. Bueno, este es el plano de la ciudad. Vamos ahí con los caminos reales.

Ese sería el lago, el barranco, el río. La calle Herradores, tengo que ir rápido, lo siento. Al trote, bueno, mejor al galope. Herradores va al puerto, luego por otro lado va a Tacoronte y a Taboro.

Muñez de la Peña es la que va al sur, la carretera a la Esperanza, en medio, a Candelaria, los tres caminos de Tegueste y uno de ellos rodea el lago por Cañizares a Naga, San Agustín que va a San Roque y a los Valles, la carrera que termina en la calle del Agua pero que cruza y también va a San Roque, la calle del Agua que va a Taganana, por un lado, Y a Tagranaba también luego, cuando se hace el camino de Jardina, que es la de Los Álamos. Y Los Álamos, que antes lo dijo Carlos, la calle Los Álamos se llama Los Álamos porque era la calle que va a Los Álamos. Pero yo pienso que se refiere, los únicos Álamos que recuerda la gente son los que están en la Cruz de Los Álamos.

Y esto iba a la Cruz de Los Álamos. O sea, que aquí no había Álamos, Los Álamos estaban arriba. Y también bajé en esto por el otro lado y ya termino.

San Cristóbal de la Laguna, patrimonio mundial, yo prefiero mundial que de la humanidad, porque San Cristóbal de la Laguna de humanidad, poco. Si llama humanidad aquella que tiene que ver con la naturaleza, porque se ha olvidado de la naturaleza, se ha olvidado de su entorno. Dentro de esa ciudad ideal de Platón, con una metáfora de convivencia urbana y social, y una ciudad sin murallas, las calles no tienen camino.

Luego es un patrimonio desequilibrado. Porque, ¿dónde está el paisaje que había? ¿Dónde está la tierra? ¿Dónde está el agua?

Que era prácticamente una ciudad de agua. Pero tenemos la oportunidad de ampliar el éxito, porque ha sido un éxito el de las calles, a su continuación natural los caminos. Dejemos que el casco de la laguna podía estar en Taganano o en Singapur, porque como el entorno no lo tienen en cuenta, no puede salir.

¿Cómo le dan, cómo tiene la laguna, con perdón, ese título? Si está en el aire o está en el agua, no lo sé, está aislado totalmente. Tiene que tener en cuenta su entorno.

Platón no tuvo en cuenta el entorno por una sencilla razón, porque el entorno era natural, había una agricultura, había un campo, había tal, pero ahora nosotros tenemos un campo con viruela, llena de casas, llena de carreteras, llena de... Pero siempre nos quedará lagunia. La Laguna es un neologismo para indicar todo aquello que no es el casco, todo el entorno ese maravilloso que todavía es maravilloso alrededor de la Laguna, desde las Mercedes a la Esperanza.

Y busquemos una nueva metáfora para la ciudad vigía de Tenerife, ciudad vigía porque realmente tiene mucho que ver con todo su entorno. Gracias al FES, a la Universidad de la Laguna, al Instituto de Estudios Canarios, al Ayuntamiento de la Laguna y... Y hasta pronto.

Bueno, muchísimas gracias a don Miguel. Pasamos a nuestra tercera y última ponencia de esta segunda parte de la jornada. En esta ocasión va a ser una ponencia vía digital, ya la están preparando, ¿vale? Vía online, están preparando nuestros compañeros. Saludamos a Yuliya Miteva.

El título de su ponencia va a ser Guanches domésticos versus guanches entamarcados. Los naturales de la vía de la laguna en el primer cuarto de siglo XVI. En breve la tenemos ya...

preparada. Ella es licenciada en Filología Hispánica por la Universidad de La Laguna, doctora de Estudio Filológico por la Universidad de La Laguna y profesora de Lengua Española en la Universidad Bernat Arnau de Bulgaria. Un segundito, por favor. Sí, y ustedes a mí. Ya lo tenemos.

Ok. Ahora sí, buenas tardes. Buenas tardes, Julia. Cuando quieras, bienvenida y puedes comenzar.

Gracias. Buenas tardes, es un placer saludarlos. Les saludo en este momento desde Varsovia, pero no se confundan, soy búlgara.

Empecemos, pues. Solemos pensar en la laguna como en una ciudad europea, y sin duda lo fue. Pero La Laguna fue también una ciudad bereber debido a la importante presencia de huanches desde su fundación. Los huanches habitan en la ciudad, viven en ella, transitan a diario sus calles, frecuentan sus tiendas y sus talleres, compran y venden en sus plazas y mercados.

Los guanches visitan a los escribanos de la laguna, donde a menudo otorgan testamentos en lengua berebe. Los guanches se casan, se bautizan y se entierran en las iglesias y en los conventos laguneros. Por todo ello, creo que los guanches también son laguneros y se merecen un capítulo en la historia familiar de la ciudad. Para justificar el título de esta ponencia, tengo que decir que me he inspirado en los acuerdos del Cabildo de Tenerife. En 1514, con motivo de la ordenanza que prohibía a los guanches el derecho a tener y llevar armas, los regidores establecen una dicotomía entre guanches pacíficos o domésticos.

y guanches de pelea. Los segundos a los que finalmente se aplica la ordenanza de la prohibición de armas eran, siempre según el cabildo, hombres de mal vivir, que no tienen casa, ascienden del ganado, que no están casados, que andan de continuo en el campo y en las montañas, huyen de los poblados, y no se tratan en el vestir y en el hablar como los castellanos, sino que andan en tamarcos de pieles y armados de lanzas, dardos y espadas. Y es así como muchos se imaginan a los guanches incluso hoy. Al mismo tiempo, los regidores reconocen que había otra clase de guanches. que viven avecindados en la villa, que son personas honradas y de buen vivir, que tienen casas pobladas, haciendas y bienes, y están casados, viven pacíficamente como los otros vecinos castellanos.

El 2 de junio de 1514, el Cabildo nos informa de que los dichos guanches pacíficos o domésticos Son hasta 10 o 12 vecinos, no más, y que serán declarados por el señor adelantado y por su teniente Valcarcel. Pero la verdad es que este padrón de guanches ejemplares, de guanches domésticos, no ha llegado hasta nosotros. En un intento de reconstruir a la comunidad guanche de la laguna, Creo que he podido identificar algunas de estas familias. He titulado este epígrafe en busca de la comunidad guanche de la laguna, porque creo que si hay una palabra que defina a los guanches en el siglo XVI, esa palabra es comunidad, con mayúscula. ¿Qué criterios?

He usado para identificar a esas familias que ustedes ven en pantalla. Los puntos suspensivos al final son significativos. Los voy a comentar dentro de un momento. Los criterios que he seguido para la identificación de las familias han sido la posesión de casas y solares en la vía, aunque entiendo que entre los guanchos que tienen casa en la laguna hay también un porcentaje muy alto de absentistas.

El segundo criterio es la frecuente comparecencia ante el cabildo. Personajes destacados como, por ejemplo, los Azate, los Ibauté, Gaspar Fernández o los Tacoronte. Y por último, los poderes colectivos que otorgaron los guanches, sobre todo en 1514, y que son una fuente de datos demográficos.

Mucho más completa y fidedigna que, por ejemplo, el padrón de la limpieza de la laguna que todos ustedes conocen de ese mismo año de 1514, en el que los guanches que aparecen con su nombre se cuentan con los dedos de una mano. Pues entre los firmantes de los poderes colectivos de 1514 se encuentran la mayoría de los guanches libres vecinos. de la villa y que ustedes pueden ver en la pantalla. No podemos afirmar, sin embargo, que estos guanches vivieron de forma permanente en la capital.

Si algo caracteriza a la comunidad en esos primeros años del siglo XVI es la gran movilidad que muestran. Los vínculos familiares, sobre todo su economía, les obligan a estar en continuo movimiento entre la ciudad. y el campo desplazándose con absoluta libertad entre los distintos términos de la isla. Y solo les voy a poner un ejemplo de esa movilidad. Diego de Ibaute contempla en su testamento de 1510 hasta tres escenarios posibles de su enterramiento.

La concepción, Nuestra Señora de las Nieves de... La iglesia de Santa Cruz según donde les sorprendiera la muerte. ¿Quiénes son realmente esos guanches?

¿Cuál es el sentido gráfico y social a que se dedican? ¿Cuál es su economía? ¿Cuáles son los rasgos culturales que los definen? ¿Qué lengua hablan? ¿Cómo visten?

¿Cómo es la vida cotidiana de esas familias? Voy a intentar... Muy brevemente contestar a esas preguntas.

El análisis que les ofrezco se centra en 10 o 15 familias guanches libres, y ese detalle es importante, que mantienen cierta endogamia de grupo, es decir, que casan con mujeres de su comunidad, como una estrategia de cohesión social, algo muy importante. para los guanches. Otro dato a tener en cuenta es su extracción social.

Los guanches de los que voy a hablar pertenecían a la élite de la laguna. Tenían una situación económica acomodada, movían mucho ganado, comerciaban con todo tipo de productos derivados como queso, carne, cueros y lana. Y aunque la ganadería fue su fuente de riqueza fundamental y la base de su economía, entre ellos había también grandes propietarios de tierras, sembradores de trigo, apicultores, horchilleros, pegueros.

Es decir, salvo en el lucrativo negocio del azúcar, vamos a encontrar a los guanches de la laguna en... todo tipo de actividad económica y comercial que generaba riqueza. Era el único requisito. Gracias a ello, incrementó considerablemente su capacidad adquisitiva y de consumo. Y vamos a ver el nivel de vida de estas familias reflejado en sus testamentos, en las cartas del OTI.

arras que otorgan cuando van a casar a sus hijos o en los inventarios post-mortem. Ahora bien, me gustaría insistir en ese aspecto. Vamos a hablar de la élite guanche, de la élite guanche de la laguna.

El tren de vida de estas familias no se puede ser extensivo a la comunidad en su conjunto. Dicho de otro modo, no todos los guanches vivían igual de bien, ni siquiera todos los guanches de la laguna, y aquí voy a hacer referencia a los puntos suspensivos, porque faltan en esa lista representativa de la comunidad guanche de la laguna, faltan las familias mestizas, algunos de ustedes echarán de menos, por ejemplo, a sus majestades, doña Francisca de Tacoronte o doña Ana. Ana Gutiérrez Ventor, que casaron con castellanos. Y faltan también el gran colectivo de naturales que vivían en la laguna en este momento, y que eran precisamente los esclavos guanches, de los que no voy a hablar en esta ocasión. Es importante decir también que la élite guanche de la laguna germina y crece en estrecho contacto con la élite castellana.

Si ustedes se fijan... en los apellidos de esos guanches de sus esposas o de sus hijos, se van a percatar de que se repiten con cierta frecuencia patronímicos como Lugo, Castellano, Trujillo, Benítez, Las Hijas, Yerena, es decir, los apellidos de los regidores del Cabildo Lagunero y eso no es ninguna casualidad. Para entrar con más detalle en la comunidad huanche de la laguna, voy a ofrecer unas breves pinceladas sobre algunas de estas familias, muy breves y sobre todo buscando su perfil, su rostro más humano.

Y empezamos con Gaspar Fernández, tal vez el personaje más conocido. y más importante de la comunidad, el que aglutina a todo el grupo. Se desconoce su bando de procedencia, se ha especulado que podría ser de Abona, de Anaga, de Tauro.

De lo que no cabe duda es de que Gaspar fue un hombre de confianza de Lugo, se codeaba con los personajes. más importantes de la isla, Guillén Castellano, Jerónimo de Valdés y Boné Fernández. Era un guanche que trataba de tú a tú con los poderosos. Y aunque en 1502 se afirma que se casó con solo 50 cabras de capital y que su mujer no trajo dote al matrimonio, la verdad es que Gaspar fue uno de los guanches que más patrimonio acumularon.

a lo largo de su vida. Su data de 600 janejadas en Abona habla por sí misma de su nivel, si me permiten. Anton Assate es un personaje de luces y sombras difícil de definir.

En suma, el liderazgo de la comunidad en momentos críticos fue procurador de los guanches en 1512 y en 1514, ostentaba cargos consejiles, tenía como espar, pase, libre acceso al cabildo, pero algunos de sus contemporáneos definen a Antón Azate, y cito textualmente, como persona vil y de baja condición. Fue criado de Jerónimo de Valdés y cumplía todo tipo de encargos, algunos sucios. Había dado muerte a otro guanche, participó en una paliza que le dieron a un comerciante genovés, estuvo preso en las cárceles de La Laguna donde le dieron tormento, aunque se negó a confesar.

En fin, Antanasate es un guanche que se mueve en el filo entre lo lícito y lo ilícito pero sin duda fue uno de los líderes de la comunidad sin duda había guanches como antonio azate y yo considero que hay que contar también su historia gonzalo vaniquiari sus hijos miguel de las hijas y anna gonzález es otra familia que ha decidido incluir en esa muestra representativa Los guaniquiar se movían también en el círculo íntimo de Lugo, de Iboné Fernández y de Alonso de las Hijas. Gonzalo se benefició de varias datas de tierras y cuevas en Geneto, en el camino de Candelaria. Se dedicaba preferentemente a la cría de ganado y a la producción de queso, un negocio en el que los guanches van a destacar.

Y aunque... La familia vivía en La Laguna, Gonzalo Guañiquiar no hablaba español. Otorgó testamento en 1512 por medio de intérprete, Antonazate precisamente, que le ayudó en la traducción.

Y en ese testamento encontramos una de las mandas más simpáticas o más curiosas que he leído en el volumen de testamentos de Guanches. Gonzalo Guañiquiar... dejó las casas En la laguna, su hija Ana, esas casas por cierto, se van a convertir en uno de los lugares habituales de encuentro y reunión de la comunidad guanche de la laguna. Muchos guanches de fuera de la vía que estaban en las casas de Ana, la hija del guaniquiar, pero le dejó también en herencia 160 quesos.

Su hijo Miguel, el que se había quedado con las cabras, estaba obligado a entregar a su hermana Ana 20 quesos buenos por el mes de mayo cada año durante 8 años. Y pueden ver aquí el valor del queso, un bien heredable como moneda con la que los guanches pagaron muchas deudas, sobre todo para comprar ropa. Y el queso como base de la economía de los huanches.

Muchos de esos quesos, por cierto, tal vez algunos con el sello con la marca comercial de los huaniquía, viajaron también a América. No pueden faltar tampoco en una breve presentación sobre la comunidad huancha de la Laguna, los tacoronte, padre e hijo, Fernando y Francisco de Tacoronte. Ellos también forman parte del núcleo duro de la comunidad.

Y puede parecer un tanto contradictorio, pero Fernando, el padre, fue esclavo de Lugo en La Palma, mientras que el hijo, Francisco, obtuvo una data con el título de conquistador. Los dos, por cuestiones de edad, fueron testigos de la conquista. Vivieron la guerra en primera persona, aunque en lo que parecen bandos opuestos.

Los de Coronte ya estaban en la laguna en 1502 porque forman parte de la primera cuadrilla que luego envía a Deje a parlamentar con los alzados. Recibieron numerosas datas en Tegueste, Geneto, en Igueste de Candelaria, en Candelaria, en Guimar. Y es precisamente en ese término, en el antiguo reino de Goimá, donde la familia Tacoronte va a ser fortuna y se va a consolidar.

Un dato importante para apreciarlos en su justa medida es que uno de los hijos de Fernando de Tacoronte, Antonio Hernández, llegó a ser nada menos que alcalde de Candelaria. Y por último... unas pocas palabras sobre Diego de Ibauté. Los Ibautés son guanches de anaja con casas en la villa. Su ámbito de influencia y de acción estaba situado entre la laguna Santa Cruz y los valles de San Andrés y de Taganana.

Sus fuentes de riqueza fueron la cría y el comercio con ganado y derivados. pero también el cultivo de cereal y la recolección de horchilla. Dior y Bauter, como otros guanches, índocelo guanches de la época, tuvo dos nidos familiares, una familia, una relación extramatrimonial con una mujer cuyo nombre no ha trascendido. con la que tuvo cuatro hijos varones y una familia cristiana con su legítima mujer, María de Tegueste, con la que tuvo otros tres hijos.

La familia de los Ibautes estuvo muy vinculada a la parroquia de la Concepción. Cuando vayan por ahí tienen que saber que en la Concepción están enterrados la mujer, la hermana y algunos de los hijos de Diego de Ibautes. Podemos decir del origen y de la extracción social de esas familias guanches. Me he preguntado si pertenecían a la élite en época de origen, es decir, si hubo una continuidad.

La verdad es que ninguno de ellos llevaba el título de don que llevaban los hijos de los manselles. De Adeje, de Abona y de Anaga, las familias. mejor documentadas y este dato la ausencia del don en principio significa que no tenían vínculos de sangre con la antigua realeza pero si algunos demuestran esos guanches es que para llegar a ser alguien en la laguna del siglo 16 no era necesario llevar el título de don y tampoco descender de la familia de los Wenseis, porque había otros mecanismos de promoción social y los Wanshes aprendieron a manejar esos mecanismos a la perfección.

Uno de estos mecanismos eran los enlaces matrimoniales. Cuatro de las familias Wanshes que he estudiado establecieron vínculos familiares con los linajes. de los menseyes a través de matrimonios estratégicos.

Me refiero a los de Sate, Andrés de Llerena, a los Bonilla y a los Ibauta. Entiendo que casar con la hija de un menseye, aunque destronado, no estaba al alcance de cualquiera y que era un privilegio para quienes sustentaban una posición social debido a que a su origen o a su patrimonio. Y creo que muchos huanches apostaron por el patrimonio como una vía de acceso al cuerpo de la élite. Con respecto a su nivel socioeconómico y social, para determinar... Ese nivel de riqueza de las familias guanchi sujeto de análisis ha tomado en consideración el volumen de sus propiedades.

En primer lugar, el acceso a la propiedad de la tierra, el acceso a la vivienda, la posesión de esclavos y el volumen de ganado que poseían. Y he de reconocer que el nivel de... riqueza de esas familias me ha sorprendido porque no me lo esperaba. Con respecto a la propiedad de la tierra, llama la atención que prácticamente todos los guanches estudiados figuran en los libros de repartimiento de datas como titulares de datas de tierra en distintos bandos de la isla.

Llama la atención, por ejemplo, la extensión de la propiedad de Gaspar Fernández, aunque les pueda parecer un ejemplo excepcional. El título de data en cuestión no se ha conservado, pero se sabe a posterior que en algún momento indeterminado, Gaspar Fernández, criado del adelantado, eso es importante, tuvo 300 faneadas. en Agache y otras 300 en Abona, en Icor. Las dos datas son contiguas. Y lo interesante es que Gaspar no fue el único miembro de su familia que se benefició de una data de esa magnitud.

En 1505, su hermana Elvira Hernández, ahijada de Lugo, recibió... concepto de Dotte, 400 fanegadas en Arbona con las cuevas y manantiales que en esas tierras estuvieran. Si hacemos un cálculo rápido, advertimos que entre los dos, Gaspar y Elvira, concentran mil fanegadas de tierra en Arbona, un dato digno de destacar.

teniendo en cuenta que estamos hablando de guanches. Los guanches y la propiedad privada, una ecuación imposible. Se ha debatido mucho sobre el régimen de la propiedad de la tierra en época de origen. No sabemos si era un bien colectivo, si era el mensaje, el que arrepate. los lotes de tierra en función de qué criterios, a quién y cuánto.

Hay que decir, sin embargo, que los guanches no tuvieron ningún problema. Él no asumirá el concepto de la propiedad privada de la tierra después de la conquista. Y contamos con un ejemplo muy ilustrativo de 1515, la toma de posesión por parte de Diodi Bautel, 12 Fandegadas, de tierra en Anaga, ante el escribano Antón de Vallejo.

Pueden ver resumiendo el contenido de la cita, cómo Diego de Ibaute, un guanche, un berebere, eso sí, no era un guanche cualquiera, toma posesión de sus tierras al más puro estilo medieval castellano. Les pido un esfuerzo de imaginación para visualizar toda la puesta en escena. toda la escenificación de ese acto solemne en el que Diego de Ibaute, en presencia del escribano, echa de las tierras a Luis de Salazar y a los demás testigos que estaban presentes, se pasea por las dichas tierras, menea cantos, corta árboles salvajes del monte y realiza otros actos de posesión sin contradicción de ninguna persona.

Me ha parecido... sumamente curioso ese documento, un extracto del libro tercero de Datas por Testimonio, y agradezco al Instituto de Estudios Canarios la amabilidad de permitirme el acceso a esa fuente de próxima publicación. Con respecto al acceso a la vivienda, es digno destacar el hecho de que los guanches de esas familias prominentes poseían a veces varias casas isolares en la villa o casas solares y cuevas de morada, cuevas de habitación, tanto en la laguna como en otras villas o en otros bandos de la isla.

Y se lo voy a poner un par de ejemplos, Alonso de Bonilla, por ejemplo. Era propietario de tierras tanto en la vía de arriba como en Buenavista. Diego y Catalina Buenimán sí vivían entre San Cristóbal y Santa Cruz, donde también tenían casas.

Juan Aguetegueste y Juan Baltasar pasaban temporadas en su casa en la capital y también en una cueva horadada que llaman a Fuerteguanches y Sinesa, que se encontraba en Guimar. si no me equivoco, por Barranco Hondo. Con la posesión de segunda vivienda, entonces, como ahora es un indicador de estatus social, como lo es también la posesión de esclavos. Solemos imaginar a los guanches más en el papel de siervos que como propietarios de esclavos, pero la verdad...

es que la mayoría de los guanches libres de la laguna poseían esclavos en plural. Y a veces esos esclavos son otros guanches. Todos ustedes conocen el ejemplo de Francisca de Tacorunta y de los Zenofca. Pero también había guanches como Gaspar Fernández que se dedicaban a la compraventa de esclavos, un negocio muy lucrativo, y había guanches como...

Juan de Ibauté, uno de los hijos de Diego, que participaban directamente en las armadas y rescates que se organizaban a Berbería con el fin de conseguir piezas humanas que luego vender o intercambiar por otros guanches. La posición de esclavos es también un elemento de prestigio social que solo estaba al alcance de los grupos más pudientes entre los que... y contamos también a esas familias de la laguna.

Por último, la cabaña ganadera, el volumen de ganado que manejaban esas familias huanches. Es casi un lugar común identificar al huanche como pastor de cabras, como cabrero. Los huanches de la élite lagunera, sin embargo, no se corresponden exactamente con esa imagen.

Y más que como pastores, hay que verlos como grandes propietarios, como... tratantes de ganado como ricos ganaderos. Los Ibautes, por ejemplo, tenían inmensos rebaños de cabras y ovejas en Anaga.

Solo Pedro de Ibautes, uno de los hijos de Diego, dice tener más de 350 reses. Habría que sumar las de sus hermanos, y eran muchos, y las de su tío, Hernando de Ibautes. Para hacernos una idea del volumen de su cabaña, todo el ganado de los Ibautes que pastaba por Anaga estaba marcado y contramarcado con su señal, con la señal de su clan. Pero no parece que los Ibautes se dedicaran directamente a la cría y al pastoreo del ganado, o por lo menos yo no me los imagino ir. saltando detrás de las cabras, vadeando barrancos.

Lo que hacían esos guanches era arrendar su ganado a otros guanches de posición social inferior o a pastores gomeros, o los guanches que tenían esclavos, y los Ibaute tenían muchos esclavos, los empleaban también en las tareas del pastoreo. Y el último epígrafe que quiero considerar muy brevemente son los rasgos culturales que definen a la comunidad. Voy a hablar únicamente de los aspectos de la lengua, que es un tema que me interesa porque soy filóloga, y de la vestimenta.

Con respecto a la lengua, como elemento identitario del primer orden, es un tema fundamental. Tengan en cuenta, por ejemplo, que Diego de Ibaute otorga su primer testamento en 1510 por medio de intérprete Juan de Osorio, que hizo de traductor otro guanche. Y en su segundo testamento de 1518, Diego de Ibaute... ya no necesita traductor.

Eso significa que en esos años había aprendido el español. Ese ejemplo, que no es el único, indica que estamos ante una comunidad en proceso de cambio cultural y en proceso de cambio de lengua. Los huanches de la laguna van a ser los pioneros en ese cambio, desde una situación de monolingüismo, en breve. en la que se encuentran todavía muchas familias, caminan hacia un bilingüismo activo en breve y en español.

Se trata de un cambio generacional en el que los jóvenes llevan ventaja a los mayores y los hombres llevan ventaja a las mujeres. Y aunque es un tema discutible y me encantaría discutirlo. con ustedes en otra ocasión y yo no creo que los guanches sintieran un rechazo consciente o inconscientemente hacia la lengua española, al contrario, la lengua es un requisito indispensable para moverse, para desenvolverse con éxito en la vida urbana, a los guanches obviamente les interesaba.

moverse con eficiencia en la ciudad y por tanto les interesaba aprender la lengua y lo hacen relativamente rápido, sin olvidar su lengua comunitaria, la lengua que los identifica como comunidad. Es decir, el siglo XVI es el siglo del bilingüismo para la comunidad. Y con respecto a la vestimenta, me gustaría decir que los guanches no sólo adoptan la lengua, sino también el aspecto y la apariencia física de los europeos y especialmente su forma de vestir.

Si en algo se gastaban el dinero los guanches en el siglo XVI, era en ropa. Las escrituras de... reconocimiento de deuda por ropa son con diferencia el tipo documental más frecuente que otorgan los naturales.

De hecho, yo creo que se gastaban en concepto de, hoy diríamos, en concepto de imagen, más dinero que los propios castellanos. Lo sabemos porque las deudas por ropa que compraron los guanches alcanzan a veces cantidades considerables como los 15.000 o los 23.000 maravillas por ropa que compraron don Pedro y Fernando de Tacorunte en 1508. o alonso de bonilla en 1514 y como pagaban los guanches esas deudas pues en dineros quesos cabritos o cueros a como valieran es una fórmula que se empleaba en la época es decir según su valor de mercado es decir con lo que tienen cabritos y quesos lana adquieren lo que no tienen pero aspiran a tener ropa al estilo europeo. ¿Qué tipo de ropa llevaban los guanches? Hay que reconocer que eran muy presumidos y no solo las mujeres y que vestían muy bien. Tenemos la suerte, ustedes ven en la imagen, tenemos la suerte de contar con los inventarios de bienes de dos guanches de la laguna, Francisca Atacoronte y Antona Sate.

dos de las personalidades más destacadas de la comunidad. Pueden ver en pantalla un extracto del inventario de bienes de Tacoronta Francisca del Castillo, publicado por Manuel Lobo. Fíjense sobre todo en el detalle de la ropa nueva. No todo el mundo podía permitirse el lujo de guardar.

en sus cajas ropa sin estrenar a francisca de tacoronte se lo podía permitir obviamente no a los que les encantaban las las cajas de madera y muchas veces dicen cajas de madera de pino con su llave insiste mucho el detalle de la llave y que guardaban los guanches en sus cajas bajo llave objetos que eran importantes para ellos, que les habían costado mucho dinero o les iba la vida en ellos. Guardaban, sobre todo, escrituras, papeles, algo que es absoluta novedad para ellos. Guardaban títulos de data, testamentos, albalaes, contratos.

Guardaban también dinero, armas. y sobre todo, rendas de ropa de alto valor. Y la penúltima diapositiva, un extracto del inventario de bienes de Antonia Sate, un documento inédito.

Agradezco a Leopoldo Tavares y a Lorenzo Santana la generosidad de permitirme consultar ese documento de archivo. Fíjense en la capa de ferrete, en el par de borsellés, zapato de piel caro, en el jubón de fusteda con mangas y puntas de chamelote, antona saté, le gustaba desde luego llamar la atención, además de juzgar por las calzas, por el saío colorado, la capa de burel guarnecida, etc. Y en el apartado de homenaje les llamaría la atención sobre la silla jineta, porque Antonia Sate no se ensuciaba los bolsillos, por decirlo de alguna manera, de polvo, porque andaba a caballo ese guanche en silla jineta, paga, los manteles limañiscos, etc.

Muchísimo léxico que... Yo la verdad pensaba que tenía cierto nivel de español cuando leí el inventario de bienes de Antanasate, no entendía más de la mitad de las palabras, pues me di cuenta de que no era así. Y por último, ya de alguna forma indicándolos también, abriendo una ventana al debate.

Esa es la imagen tradicional de los guanches. reflejada en las palabras de Arrumeo de Armas. Según él, los indígenas se acomodaban mal en la vida urbana y en las actividades sedentarias propias a la agricultura.

Y por esa razón, pues, seguían muy vinculados al pastoreo, de acuerdo con sus ancestrales costumbres, morando en cuevas, etc. Esa imagen del guanche incapaz de adaptarse a las nuevas circunstancias y la otra imagen tópica del guanche que se niega a aceptar la conquista y pone fin a su vida en un suicidio ritual, esas dos imágenes pesan todavía hoy en el imaginario colectivo de los canarios. Y yo creo que podemos empezar a cuestionar, si no la validez, por lo menos la exclusividad de esas dos imágenes tópicas de los naturales.

Creo que hay que empezar a desmontar el mito del guanche pobre, desahuciado, desposeído, la imagen fija del guanche cabrero, del guanche troglodí. del guanchalzado, andando en tamarco, esquivo, arisco con los colonos. Y creo que debemos empezar a cuestionar esas imágenes sencillamente porque no se ajustan a la realidad que reflejan las fuentes.

Y con eso quiero darles gracias por la oportunidad, por la invitación. y agradecer a todas las personas que me han asesorado en estos meses. Muchísimas gracias a Miguel Ángel Gómez, a Leopoldo Tavares y a Lorenzo Santana, a Fran Baez, a Elismi de León, a mis maestros y a todos los amigos del...

La Fonda de Canarias de la Biblioteca General de Humanidades. Es un placer saludarlos. Muchísimas gracias y espero sus preguntas. Bueno, muchísimas gracias.

Muchísimas gracias a Yulia también del cierre de ponentes que hemos tenido en el segundo día de jornada. Antes de acabar, recordarles que tienen las dos jornadas, todas las dos emisiones completas ya subidas a los canales de YouTube del Foro Económico y Social. Agradecer a nuestros ponentes que vuelvan a estar hoy con nosotros.

Agradecerles sobre todo al público que nos ha acompañado, algunas caras conocidas también desde el día de ayer. O sea que muchísimas gracias por todo. Y encarecidamente también al Instituto de Estudios Canarios que nos ha recibido con los brazos abiertos en esta jornada. Para terminar la clausura, don Pablo Reyes, que también es componente.

de la comisión permanente del foro, les va a recordar un poquito los próximos actos, los próximos cronogramas que tenemos de aquí hasta el fin de año. Muchísimas gracias a todos. Bueno, pues buenas tardes.

Antes que nada disculpar a mi compañera Josefina, que no ha podido terminar. Estoy seguro que después de estos dos días... Seguro que conocemos muchísimas, habemos aprendido muchísimas cosas de nuestro municipio y de nuestra ciudad.

Ha sido súper interesante. Y bueno, el foro sigue con sus jornadas y sus actividades. El 30 de octubre tenemos una jornada sobre la vivienda en el Centro Ciudadano del Calo Donal, también en el modelo de tres o cuatro ponentes con un propósito. problema tan grave como tenemos en el municipio.

En noviembre, en la Fundación La Mutua, en la calle del Agua, tenemos una jornada sobre el tema patrimonial y luego en diciembre, en la universidad, presentaremos el barómetro de la laguna. Bueno, ahora, como siempre, queda todo el mundo invitado a compartir abajo en el patio, pues, el reto. cómo nos ha ido, etcétera, etcétera. Muchas gracias por la asistencia y gracias al Instituto de Estudios Canarios por... colaboración que he hecho como miembro del foro, pues seguro que nos veremos próximamente en otras jornadas por aquí.

Gracias.