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Reflexiones sobre la Humildad y la Obediencia

Bueno, nuevamente buenos días a todos. Muchas gracias, pastores, por esta oportunidad. Y tengo aquí un pequeño mensaje para toda la iglesia. Y antes, pues, quisiera entregar este tiempo en las manos de Dios. Padre, te damos gracias por esta mañana, Señor. Te pido que estas palabras que estoy a punto de decir, Señor, que... sea tu espíritu hablando por medio de mí, Señor. Que no sean mis palabras, que sea tu espíritu hablando a cada uno de los corazones que estamos aquí, Señor. Te damos gracias. En nombre de Jesús. Amén. Muy bien. Pues este mensaje, quisiera empezar con el versículo en Oseas 2, 19-20. Si traen sus Biblias y pudieran acompañarme ahí. Oseas 2, 19-20. Dice, te haré mi esposa para siempre mostrándote rectitud y justicia, amor inagotable y compasión, te seré fiel y te haré mía y por fin me conocerás como el Señor. Aquí habla de cómo podemos conocer al Señor, por fin lo vamos a conocer, pero cómo por medio de la rectitud y la justicia, del amor inagotable y la compasión. Y son aquí, lo podemos ver como dos caras de una moneda, lo podemos ver como que de un lado está el el amor inagotable y la compasión, y del otro lado de la moneda está la rectitud y la justicia. Son dos caras, pero es la misma moneda. Algunas personas a lo mejor nada más conocen el amor inagotable, la compasión de Dios, la gracia. Y no conocen a lo mejor la rectitud y la justicia. Y hay otras personas que a lo mejor nada más conocen la rectitud y la justicia y no conocen la gracia y el amor de Dios. Pero Dios es estas ambas caras. Es el amor inagotable, la compasión, la rectitud y la justicia. Dios es así, Dios es un Dios justo, de rectitud, pero también es un Dios de amor, es un Dios de gracia, de compasión. Entonces, esto también lo veo, más allá de dos caras de una moneda, también lo veo como dos extremos de un camino. Como si fuera un camino estrecho. Hemos escuchado también en los evangelios como Jesús habla del camino estrecho, que nos esforcemos. Muchos tratarán de entrar por el camino estrecho, pero fracasarán. Que es un camino difícil y pocos lo encuentran. Pero podemos encontrar aquí que estas dos caras de la moneda también funcionan como si fueran dos extremos de este camino. Un extremo delimitado por el amor y la compasión de Dios, y el otro extremo delimitado por la rectitud y la justicia. justicia. Y ahora, ¿qué pasa si nos salimos por este camino? O sea, tenemos que estar caminando dentro del camino del mitado, ambos lados, por el amor y la compasión, por la rectitud y la justicia de Dios. Pero, ¿qué pasa si nos empezamos a ir Ir un poco chueco, nos empezamos a ir de lado y nos salimos por uno de los lados del camino. A lo mejor si empezamos a... Uno de los lados del camino nos puede llevar a una vida de legalismo, de arrogancia, donde nos podemos jactar de nuestras obras, podemos también condenarnos por nuestras faltas, darnos ahí latigazos cuando pecamos. Entonces, ahí ya nos estamos saliendo del camino, estamos exagerando de esta... Nos estamos saliendo... de la rectitud y la justicia y también del otro lado si nos salimos llegamos a una vida de libertinaje de abuso de la gracia donde pensamos que no pasa nada con el pecado Jesús ya lo pagó entonces si se dan cuenta fuera de este camino en ambos extremos bueno fuera de de los extremos existen dos posturas muy diferentes una parte de libertinaje y otra parte es el legalismo pero el común denominador aquí es que hay egocentrismo y pensamos en nosotros que somos el centro, que todo se trata de nosotros. ¿Y qué se necesita para volver al centro, dentro del camino? Lo que se necesita para poder estar dentro de este camino estrecho es humildad y obediencia. Esto lo podemos ver en Jesús. En Filipenses 2, del 3 al 8, habla sobre que Jesús, Él se humilló, Él siendo Dios, se humilló a sí mismo para venir en forma de hombre. También habla de la obediencia en Hebreos 5, 8 y 9. que Jesús aprendió la obediencia por las cosas que sufrió. Entonces la humildad y la obediencia es lo que nos mantiene dentro de este camino. Y esta humildad y obediencia es lo que nos lleva a reconocer que no somos nosotros, que nosotros no somos el centro, el protagonismo no recae sobre nosotros, sino que se trata de Jesús. Y podemos ver aquí un claro ejemplo rápido que es Juan el Bautista. Juan el Bautista era un claro ejemplo de cómo vivir una vida en humildad y en obediencia. Dentro de este camino. entre el amor inagotable, la compasión, la rectitud y la justicia. En Juan 3 podemos encontrar... Lo siguiente que dice, que los discípulos de Juan fueron a decirle, Rabí, el hombre que estaba contigo al otro lado del río Jordán, a quien identificaste como el Mesías, que era Jesús, también estaba bautizando a la gente y todos van a él en lugar de venir a nosotros. Todos los discípulos, toda la gente que había ganado Juan, que estaba con él, él se había estado esforzando y había estado trabajando por juntarlos, ahora todos estaban yendo con Jesús. Y Juan dice, ustedes saben que yo les dije que nadie puede recibir nada a menos que... menos que Dios se lo conceda desde el cielo. Ustedes saben que les dije claramente, yo no soy el Mesías, estoy aquí solamente para prepararle el camino a Él. Así que más adelante dice, oír que Él tiene éxito, me llena de alegría, Él debe tener cada vez más importancia y yo menos. También lo hemos escuchado mucho, el menguar para que Él crezca. Entonces como conclusión, solamente, la manera de vivir en este camino estrecho, independientemente de donde estemos, de lo que hagamos, sin importar todo el mundo, todo eso, si estamos en la casa, en el trabajo, en la escuela, con la familia, en la iglesia, si estamos de viaje, etc. No importa. La manera de vivir dentro de este camino estrecho, delimitado por el amor y la compasión de Dios, la gracia. Y por otro lado, la justicia y la rectitud es con la humildad y la obediencia. Quitando de nosotros el protagonismo y recordando que el protagonismo es de Jesús, que todo se trata de aquel que fue, aquel que es y aquel que ha de venir. Entonces, pues eso es todo. muchas gracias y Dios los bendiga gracias