La meditación es el ejercicio de regresar y recordar quienes verdaderamente somos. Bienvenido o bienvenida a esta Masterclass. Yo soy Mariana Govela y espero que encuentres aquí En la meditación, una herramienta que te acompañe durante toda tu vida, en los momentos fáciles y en los momentos difíciles, para que te sirva de inspiración y para que te sirva en cada momento a encontrar la paz, el balance y el equilibrio que tanto estamos buscando. Bien, para empezar les quiero platicar un poco acerca de los fundamentos, por decirlo de alguna manera, de la meditación.
¿Qué necesitamos para meditar? Bueno, pues quiero decirles que para meditar no necesitamos nada. No necesitamos una vela, no necesitamos estar sentados, acostados, parados. Para meditar solo necesitas la intención. Existe hoy en día todo el mundo consumista de...
también en el ámbito espiritual. Queremos consumir el tapete perfecto, la sillita perfecta, la vela de palo santo que nos... Respire a lo más alto.
Pero aquí en realidad el chiste es que estés tú, en contacto contigo mismo. Si quieres comprar todas las demás cosas, está bien, por supuesto. Y claro que hay muchos elementos que pueden ayudar. Por supuesto que las velas ayudan a dar claridad y de eso ya vamos a hablar más adelante.
Claro que las hierbas ayudan a llegar a estados más elevados o a limpiar espacios. Pero quiero decirte que no necesitas nada, nada para meditar. Más que una buena disposición y la disciplina constante.
La meditación, a mí me gusta mucho decir esto, es como hacer ejercicio. No podemos pensar que el primer día que vamos al gimnasio, ese mismo día vamos a tener cuadritos, ¿verdad? El día que empiezas una dieta... No pretendes que ese mismo día ya bajes 5 kilos. Y sin embargo, el acercamiento a la meditación es un poco diferente.
Cuando meditamos queremos en el día uno ya tener la mente en blanco. Si no toda la meditación, por lo menos sí una gran parte. Entonces aquí te invito a que no tengas unas expectativas tan altas.
Es más, a que no tengas expectativas acerca de la meditación. simplemente que te dejes llevar por el proceso. Inhala profundamente y exhala. Y la meditación es eso, la conexión con la respiración. Entonces un consejo que yo quisiera darte, quisiera darles a todos siempre.
Cuando empiezas a meditar, lo primero que va a pasar es que van a venir a tu mente todas las cosas pendientes por hacer, o las preocupaciones, las angustias, la lista del súper, ya no te acordabas que tenías que hacer tal o cual cosa. Esto sucede porque al acallar la mente, al acallar el pensamiento recurrente, las cosas importantes empiezan a salir a la luz. Es un proceso normal.
Entonces aquí hay que tomar cada pensamiento, ver cómo entra. y dejarlo ir. No hay necesidad de culparse porque tendemos mucho a culparnos.
¡Ay! Ya estoy pensando otra vez. ¡Ay! No puede ser otra vez. No lo logro.
Otro pensamiento. No pasa nada. Ves el pensamiento, inhalas y lo dejas pasar como si fuera una nube, como si estuvieras viendo tú el mar y pasa una nube.
Y tapa el sol. No pasa nada. El viento solito se lleva a la nube y tú sigues contemplando al sol. Porque si nos culpamos, entramos en todo otro rollo. Entramos en angustia, ya no lo queremos hacer, nos sentimos que no podemos, nos sentimos que no somos suficientemente buenos.
Todo este pensamiento recurrente, ¿verdad? , que nos traiciona. Entonces eso hay que simplemente dejar. Dejarlo ir. No te claves.
Bueno, eso es de lo más importante que podemos tener presente al momento de la meditación. Otra de las cosas importantes es la forma en la que respiramos. La respiración es el intercambio de la fuera con el adentro. La energía, el universo, el mundo que nos rodea, está aquí, frente a nosotros. Muchas veces pensamos que el universo está arriba, que está fuera del planeta Tierra, pero la energía del universo está aquí, frente a nosotros.
Entonces, cuando nosotros inhalamos, estamos... metiendo a nuestro cuerpo esta energía y estamos exhalando es en un intercambio un intercambio de energía hacia adentro y hacia afuera y lo que sucede es que no sabemos respirar por lo general la mayoría de las personas no sabemos respirar cuando un bebé nace nace y empieza a respirar y al respirar se infla su pancita. Esto es normal. Esa es la forma normal en la que todos deberíamos de respirar. ¿Pero qué pasa?
Cuando algo nos da miedo, retenemos el abdomen, metemos la panza y cortamos la respiración. Y como en este mundo vivimos con mucho miedo a muchas cosas, el miedo constante va haciendo que cada vez acortemos más nuestra respiración. Y también el famoso mete la panza para que no se vea la panza. También hace que constantemente estemos en tensión. En lugar de relajar el abdomen y permitir que la relajación del cuerpo se dé.
La tensión del cuerpo empieza por ahí. Empieza porque tenemos tensión abdominal. Hay que saber relajarnos. Entonces, para recordar...
Porque sí lo sabemos, nuestro cuerpo lo sabe. No es aprender a respirar, es recordar cómo respirábamos. Entonces, inhalas, siempre por la nariz. Y al inhalar, llevas la respiración hasta la base del abdomen. Distiendes el abdomen.
Y se abre, se expande el abdomen. Y al exhalar, también siempre por la nariz. recogemos el abdomen de esta manera lentamente vamos recordando cómo respirar y vamos permitiendo que el cuerpo se relaje hay que ser muy cuidadosos porque la gente tiende mucho a que a la hora que estamos inhalando generamos tensión en los hombros entonces no se trata de inhalar y subir los hombros.
Relájate, sacude tu cuerpo, inhalas despacito, suavecito, y exhalas de la misma manera, despacito, suavecito. A mí me sirve mucho con mis pacientes cuando están aprendiendo a respirar. Los invito a que muevan las manos hacia afuera.
cuando están inhalando y cuando están exhalando hacia adentro. De esta manera la mente registra que al inhalar el abdomen se distiende y al exhalar el abdomen se contrae. Porque puede suceder que lo hagas al revés. Puede suceder que inhales y tengas la tentación de meter al abdomen.
Entonces te invito a que practiques esta técnica de respiración. Vamos a hacer tres respiraciones juntos y si no lo logras, continúa haciendo todas las que necesites. Ponle pausa a este video y continúa haciendo esta práctica hasta que lo sientas que te sale de manera. Entonces lo primero, vamos a sacudir tantito el cuerpo para distendernos y luego cierra tus ojos. O si te es más cómodo tenerlos abiertos para ver las indicaciones, lo puedes hacer también.
Entonces, inhala, pasito y exhala. Postén unos segunditos, inhala y exhala. Y una última vez, inhala.
Sostén y exhala. Y no sé si te fijas, pero con solo hacer tres respiraciones, ya empezamos a sentir los beneficios, empezamos a sentirnos más relajados y ni siquiera hemos empezado a meditar. Entonces yo te invito a que incluyas esta respiración a lo largo del día.
Porque cuando meditamos por la mañana, por supuesto que tiene sus beneficios, pero el hacer estas respiraciones a lo largo del día es sumamente beneficioso, porque de esta manera vamos relajando el cuerpo en todo el día y llevamos una vida más en armonía, más en paz, esta paz que tanto necesitamos. Y bueno, la recomendación sería que busques momentos en el día en los que te puedas acordar de hacer estas respiraciones. Como por ejemplo cuando te estás bañando.
Te estás bañando, estás en la regadera y haces tres respiraciones. Vas manejando, te toca un semáforo o vas en el transporte público y practicas estas respiraciones. Pueden ser tres, lo puedes alargar a las que tú necesites. Puedes respirar también justo antes de dormirte y de esta manera entras en un sueño más profundo y más reparador. También podrías intentar estas respiraciones justo antes de tus comidas, porque muchas veces estamos comiendo y comemos de manera autómata, ¿verdad?
Comemos y nos llenamos y nos saciamos, pero no disfrutamos la comida. Y estas tres respiraciones nos permiten... Dejar el día pesado atrás, dejar todo lo que tenemos en la mente y concentrarnos en el momento que vamos a vivir, disfrutar y saborear nuestros alimentos, que es gran parte de la vida, el disfrute y el gozo de los pequeños placeres.
Bueno, entonces ya tenemos la respiración como otro gran elemento. Otra cosa importante y que muchas veces la gente se confunde es la postura. ¿Cuál es la postura ideal de la meditación?
Bueno, la postura ideal es sentados, con la espalda recta. Te puedes sentar en el piso o te puedes sentar en una silla. A mí me acomoda estar recargada.
¿Y por qué la postura ideal es el estar sentados? Porque la energía desciende de arriba para abajo. Y entonces al estar sentado la energía entra perfectamente. Pero no pasa nada si tú prefieres estar acostado. El chiste es que la postura sea cómoda para que la incomodidad no te distraiga.
Si tú no te sientes cómodo sentado, lo haces acostado. Solamente cuida de no quedarte dormido, porque puede suceder que la relajación sea tan profunda que te quedes dormido. ¿Hay que hacer algún mudra, algún movimiento con las manos?
No. Puedes poner tus manos en tus rodillas con las palmas hacia arriba. ¿Por qué? Por lo mismo, porque la energía baja. Y ya, simplemente una postura de sentados.
Ahora, a mí me gusta siempre empezar mis meditaciones con un estiramiento, con unos ejercicios de estiramiento sencillos, pero que nuevamente permiten Que el cuerpo esté relajado, con la intención de que cuando empieces la meditación, que cuando ya verdaderamente cierres los ojos y te concentres en la meditación, el cuerpo ya esté relajado. Entonces, te voy a enseñar los ejercicios que yo hago y que a mí me sirven, pero lo puedes hacer como tú quieras. A mí me sirve esto porque realmente se estira todo el cuerpo. Entonces, cruzamos las manos en frente de nosotros. Y subimos.
Y al subir los brazos, subimos nuestra mirada también. Para que de esta manera se estire toda la espalda. Nos movemos hacia la derecha.
Hacia abajo. Lo más abajo que puedas. Para que toda esta parte de la espalda se estire.
Y luego nuevamente hacia la izquierda. Y volteamos nuestra mirada siempre hacia donde van nuestras manos. Después hacia enfrente.
Y encordamos la espalda. Y si lo estás haciendo, vas a sentir como el cuerpo se despega. Se va relajando. Y luego hacia atrás. Y va sintiendo los beneficios de un cuerpo relajado.
Y por último movemos la cabeza en un círculo. Despacito y va sintiendo como va tronando el cuerpo. Va liberando la energía.
Estancada. Por eso hacemos estos movimientos. Hacia el otro lado. Y ya que estás ahí, inhalas profundamente por la nariz y exhalas fuertemente por la boca hacia la tierra. Y así estamos más en paz y más relajados para entrar a la meditación.
Otra cosa importante y que yo recomiendo es siempre inhalar y exhalar por la boca. Excepto que la meditación te lo pida. Hay meditaciones que se hacen por la boca, respiraciones por la boca, pero la meditación lo indicará. Siempre al principio se exhala por la boca para soltar toda la energía de manera fuerte hacia la tierra y que la tierra se lleve todo lo que ya no necesitamos.
Pero de lo contrario trata de inhalar y exhalar por la nariz, que es el conducto natural del cuerpo para la respiración. Ahora, ¿qué tanto tiempo meditar? ¿Cuándo meditar?
¿Cuántas veces meditar? Lo ideal, en mi opinión, es por las mañanas darse un tiempo de aunque sea cinco minutos para meditar. Porque el inicio del día, se dice que el día tiene su nacimiento y su muerte.
Entonces queremos iniciar el día. con la energía del nacimiento, con la energía del sol naciente, de la manera más relajada y en paz posible, de la manera más conectada con nosotros mismos, que nos permita este estado de serenidad, llevar un día más placentero, más armonioso. Por supuesto que no hay ninguna regla, pero en mi experiencia eso es lo que a mí me ha servido.
Entonces te dedicas unos 5 minutitos, te levantas y tú verás en qué momento de la mañana incluyes esta meditación. Puede ser justo al despertarte, te sientas en la cama y te das esos 5 minutos para que no empiece a pasar el día y empieces a entrar con las prisas. La prisa normalmente no es una buena compañía para la meditación.
Lo puedes hacer también en la noche. Puedes hacer dos meditaciones al día, una en la mañana y una en la noche. Y en la noche lo que te permite es un descanso reparador y profundo. Porque lo que sucede normalmente cuando dormimos es que soñamos en los pendientes del día, todo el ajetreo del día, los problemas del día.
Y cuando meditamos antes de dormir nos liberamos de esto para realmente poder descansar. Pero tú verás, no hay nada escrito. A lo mejor...
Tu trabajo no te lo permite, tus hijos no te permiten hacerlo en la mañana, entonces buscas un tiempito a solas para ti. En donde, en donde sea, en la cama, en la terraza, en la ventana. Y a mí siempre me gusta decir que hay que dibujar una sonrisa en el rostro cuando se está meditando.
Porque la meditación no tiene que ser algo serio. No tenemos que acabar serios de la meditación, sino al contrario. revitalizados, energizados. Si la meditación relaja, claro que relaja, pero que sea lleno de gozo y de alegría.
Porque es una de las cosas que hemos perdido en la vida, sobre todo como adultos. Hemos perdido la sonrisa, hemos perdido el goce y el disfrute por las pequeñas cosas. Y cuando nosotros sonreímos, es cierto que todo nuestro cuerpo resta. responde a esa sonrisa.
Todas las células sonríen con nosotros. Entonces te invito a que incluyas la sonrisa en tu meditación. Y pues bueno, sin más, darte la bienvenida. Espero que nos acompañes en las meditaciones, espero que nos acompañes en este camino.
Aquí en Crescenda vamos a estar compartiendo varias meditaciones para diferentes propósitos. para diferentes momentos del día. Vamos a tener meditaciones cortas por si tienes poco tiempo y vamos a tener unas meditaciones más prolongadas con temas específicos.
Entonces, si quieres sanar la relación con tu mamá, una relación personal, si quieres encontrar la paz o quieres encontrar motivación en tu vida, vamos a estar compartiendo una serie de meditaciones sanadoras. Y espero que en estas meditaciones encuentres un espacio, que encuentres lo que yo siempre digo, el regresar a casa. Meditar es regresar a casa.
Espero que encuentres este hogar dentro de ti y espero poder acompañarte en este camino maravilloso que es la meditación.