Vamos a empezar en este vídeo con la morfología. Para eso, primero tenemos que saber qué es. La morfología es la parte de la gramática que se ocupa de la estructura de las palabras, es decir, cómo se construyen y cómo se combinan las distintas partes de una palabra entre sí.
Entonces, ¿cómo se estructuran las palabras? Pues las palabras tienen siempre un lexema y luego pueden tener varios morfemas, un morfema... o no tener ninguno.
Bueno, técnicamente el lexema ya es en sí un morfema y lo podemos llamar también raíz o morfema léxico, aunque distinguimos entre lexemas, morfemas flexivos y morfemas derivativos. El lexema es la base de la palabra, nos aporta el significado referencial, o sea, nos dice la idea o el concepto al que se refiere la palabra, mientras que los morfemas flexivos nos indican el género y el número, en el caso de los sustantivos, los adjetivos. los determinantes y los pronombres, y la persona, el número, el tiempo, el aspecto y el modo en el caso de los verbos, aunque eso ya lo estudiaremos más adelante.
De momento, nos quedamos con que el morfema flexivo nos añade una información gramatical y los morfemas derivativos sirven para crear palabras nuevas. Como decíamos, todas las palabras tienen lexema, y luego muchas palabras pueden tener, además de ese lexema, otros morfemas. Como hasta ahora todo está siendo muy abstracto, vamos a ver ahora algunos ejemplos. Por ejemplo, en pan tenemos una palabra formada únicamente por un lexema, y lo mismo ocurre en ayer, no podemos dividir esa palabra. Sin embargo, en gatos tenemos un lexema que es gat, y nos da la información de que está designando un animal de cuatro patas, mamífero, felino, que tiene la lengua áspera y que muchas personas tienen en casa como mascota.
Podremos dar una información mucho más precisa seguramente, pero todos sabemos a qué se refiere cuando decimos gato. Bueno, como en castellano la mayoría de las palabras son polisémicas, también puede ser, por ejemplo, la herramienta que sirve para elevar el coche cuando hay que hacer reparaciones. Si nos referimos a un gato a otro, ya lo sabremos según el contexto, pero todos sabemos que es un gato, y la información nos la están dando esas tres letras que forman el lexema, o la raíz.
Luego, la O es un morfema flexivo que nos indica el género, en este caso masculino, y la S final es un morfema flexivo que nos indica el número, en este caso plural. Y algo similar ocurre con perritos. En perritos, las cuatro primeras letras nos dicen que nos referimos a otro animal, mamífero también, y que muchos humanos tienen en casa como mascota. Luego, el morfema it nos da información sobre el tamaño.
Es un morfema que expresa diminutivo y sirve para indicar que son más pequeños o también para expresar cariño. Por ejemplo, cuando decimos mi abuelita o cuando decimos mi mamita, no queremos indicar que son pequeñas, sino designarlas cariñosamente. Y tenemos futbolista, donde el lexema es fútbol, que lo vamos a encontrar en futbolero, en futbolizado, en futbolístico.
Y luego el morfema derivativoista, con el que se forman sustantivos derivados que designan a practicantes de deportes, como tenista, alpinista, fondista... Y luego también tenemos otras, que lo podemos flexionar y decir otro, otra, otras... Entonces, ¿todas las palabras admiten morfemas flexivos?
Pues no, no todas. Y por eso, según su forma, clasificamos las palabras en variables o invariables. Las variables son las que admiten morfemas flexivos y las invariables las que no los admiten. Estas palabras variables son los sustantivos, los adjetivos, los determinantes, los pronombres y los verbos.
Antes había puesto en el esquema que admitían flexión de número con un asterisco. Lo pongo así porque así se simplifica la información. En realidad...
Los sustantivos, los adjetivos, los determinantes y los pronombres admiten morfemas flexivos de género y número. Y los verbos admiten flexión de tiempo, aspecto, modo, persona y número. Pero eso ya lo veremos más adelante. Como veis, lo que tienen en común las cinco categorías gramaticales es que todas admiten flexión de número, porque los verbos no tienen género, no hay una forma verbal para el masculino y otra para el femenino. Eso en realidad lo sabéis, porque cuando usáis un verbo usáis la misma forma para el masculino y para el femenino.
Es importante aquí que no confundáis género y persona. El género se refiere a masculino o femenino, o en el caso de algunos pronombres como esto o eso, neutro también. Y la persona se refiere a la primera, la segunda o la tercera persona, o sea, yo, vosotros o ellas. Y luego las palabras invariables, que son los adverbios, las preposiciones, las conjunciones y las interjecciones.
Estas cuatro categorías gramaticales no admiten morfemas flexivos. Podemos decir cerca o lejos, pero no podemos decir cercas ni lejoses. Bueno, en el caso de cerca, alguno dirá, sí, puedo decir, he construido varias cercas para proteger mi castillo. Vale, que le sacamos punta a todo.
¿Habéis visto cómo os contesto por adelantado en el vídeo porque me las veo venir, no? Bueno. Cuando usamos cerca con el signo Significado de un vallado es un sustantivo, entonces ahí sí que admite flexión de número. Pero cuando la usamos como antónimo de lejos, que indica un lugar, es un adverbio, y los adverbios no admiten morfemas flexivos.
Así que cuando es un adverbio es invariable, igual que después, temprano, ayer, enseguida o nunca. Son adverbios y por tanto son palabras invariables. Vale, recuperamos el esquema. Y lo mismo ocurre con las preposiciones, como desde, que no podemos decir desdees o por, etc. No tienen plural.
Y bueno, obviamente lo mismo con las conjunciones y las interjecciones, pero no me interesa que ahora nos enredemos más de la cuenta con las categorías gramaticales. Vale, con esto debería quedar claro lo de los morfemas flexivos. Solo los encontraremos en sustantivos, adjetivos, determinantes, pronombres y verbos. Por ejemplo, tenemos aquí el adjetivo guapas. Este adjetivo tiene un lexema.
que es guap y luego un morfema flexivo de género y un morfema flexivo de número. Podemos flexionar este adjetivo y decir guapas, guapo, guapos o guapa. En los cuatro casos la palabra es la misma, solo están cambiando los morfemas flexivos que nos indican el género y el número. A todas estas formas que puede adoptar una misma palabra la llamamos paradigma flexivo. Y el paradigma flexivo de paradigma es paradigma paradigmas El de flexivo es flexivo-flexiva, flexivos-flexivas, y el de morfema es morfema-morfemas, porque son todos los morfemas flexivos que admiten esas palabras.
Y luego habíamos dicho al principio del vídeo que teníamos también los morfemas derivativos que se añadían al lexema para formar palabras nuevas. Por ejemplo, si tenemos la palabra perro, habíamos dicho que perra, perros y perras morfológicamente eran la misma palabra, constituían el paradigma flexivo. Pero podemos formar palabras nuevas añadiendo morfemas derivativos. Por ejemplo, perrera, perrería, perritos, perrísimo, perruna, emperrarse o emperramiento. Fijaos en estas siete palabras.
He puesto en azul los morfemas derivativos, pero algunas de ellas siguen teniendo morfemas verdes, que son aquí los morfemas flexivos. Porque, por ejemplo, en perritos, con el interfijo it, expresamos que el tamaño del perro es pequeño, pero seguimos teniendo un morfema de género, en este caso la o, y un morfema de número, la S. Y podemos decir perritos, perritas, perrito y perrita. Entonces, las palabras de la izquierda que simplemente tienen el lexema y morfemas flexivos son palabras simples.
Son palabras simples aquellas donde aparece la raíz y los únicos morfemas que aparecen son la propia raíz y morfemas flexivos. Y luego tenemos las palabras de la derecha que presentan morfemas derivativos y son palabras derivadas. Y para acabar vamos a ver qué tipos de morfema tenemos dependiendo de qué lugar ocupan dentro de la palabra. En las palabras derivadas tenemos una raíz o lexema y afijos. La raíz nos da el significado léxico y los afijos nos aportan distintas informaciones.
Los morfemas derivativos pueden ser sufijos si aparecen al final de la palabra, Prefijo si aparecen al principio e interfijo si se intercalan entre la raíz y otro sufijo. Antes se distinguía entre infijos e interfijos, de hecho se puede seguir distinguiendo, pero en la nueva gramática de la lengua española, que llamamos nueva gramática pero es del año 2009, se especifica que en esa obra, en la nueva gramática que la tomamos como referencia, se usa interfijo para referirse a todos. Así que con más motivo, aquí que estamos empezando con la morfología, no es necesario que hagamos una distinción entre infijos e interfijos. Y terminamos con varios ejemplos de afijos para que lo entendáis mejor.
Serían ejemplos de sufijos macetero y transformación, que tenéis los sufijos ahí marcados de color verde. Son prefijos que van delante des en deshacer e in en infeliz. Y hay interfijos en fealdad y panadero, que los tenéis también de color verde.
Y con esto damos por comenzada la morfología, así que a ponerse las pilas y poco a poco ir asimilando todos estos conceptos y familiarizándonos con ellos. Nos vemos en el próximo vídeo.