Atribuida a Fernando de Rojas, La Celestina es una obra cuyo éxito editorial comenzó en el siglo XVI y vivió diversos altibajos antes de ser prohibida en 1792. Sin embargo, el mensaje de La Celestina superó todos los obstáculos y se acabó convirtiendo en una de las obras más reconocidas de la literatura universal. Una obra en la que se demuestra cómo el loco amor y el deseo descontrolado pueden arrastrarnos a la peor de las tragedias. La Celestina cuenta la historia de Calisto, un joven noble que mientras persigue a uno de sus halcones de caza, entra accidentalmente en el jardín de Melibea. Cuando Calisto la ve, se enamora a primera vista de ella y, loco de amor, la intenta embaucar con palabras de amor, pero Melibea lo rechaza.
A causa de este rechazo, Calisto se marcha hundido en el dolor y le confiesa a Sempronio, su criado, que se siente frustrado y deprimido por el rechazo de Melibea. Sempronio le recomienda que vaya a visitar a la Celestina. una hechicera capaz de conseguir que Melivea se enamore de él.
Calisto, desesperado, acepta el consejo y manda Sempronio a la casa de la Celestina para comentarle la situación. Allí también vive Elicia, una prostituta bajo la protección de la hechicera que es amante de Sempronio, el cual le ofrece a la Celestina juntar a los dos tórtolos y repartirse las ganancias que Calisto pague por el trabajo de la alcahueta. Mientras tanto, Pármeno, el otro criado de Calisto, advierte al noble que la Celestina es una vieja interesada y mentirosa que le va a engañar.
Le cuenta que es una mujer que tiene fama de hechicera, pero que en realidad solo quiere ganar dinero a costa de las desgracias ajenas, por lo que el honor y la moral no forman parte de sus modus operandi. La Celestina, consciente de ello, persuade a Pármeno para que finalmente le diga a Calisto que ha cambiado de opinión sobre ella. A cambio, le ofrece parte del botín y la posibilidad de aprovecharse de Areusa, otra ramera prima de Elicia, a sabiendas de que Pármeno está prendado de ella.
Como alcahueta, Celestina destaca por la facilidad con la que manipula a las personas. En todos descubre una debilidad, algo que anhela no desean, porque ¿quién no tiene una debilidad? Más tarde, Celestina visita a Calisto para llegar a un acuerdo económico, que resulta ser mayor del que ella esperaba.
Y es que Calisto está tan enamorado de Melibea, que pagará la suma que haga falta para que ésta se enamore de él. Esa actitud materialista la observamos también en su trato a los criados, a los que considera como meras posesiones. Ya en su morada, Celestina conjura a Plutón, el señor de la profundidad infernal.
y prepara una mezcla de aceites para ungir las madejas de hilo que utilizará para influenciar a Melivea. La Celestina va a ver entonces a Melivea, fingiendo que va a vender el hilo a la familia. Después de toparse con la criada, Lucrecia consigue entrar en la vivienda gracias a la ayuda de Alisa, madre de Melivea, quien cree que viene con intenciones comerciales.
Melivea habla amablemente con la Celestina hasta que descubre sus intenciones de Alcahueta, lo que la enfurece considerablemente. Pero Celestina hace uso de su astucia para que Melivea se sienta mal por haberla vejado. y le dice que Calisto sufre una grave enfermedad. Aunque este sufrimiento es metafóricamente cierto en el sentido de que Calisto está desesperado por amor hacia Melivea, la forma en que Celestina lo presenta es engañosa. Ella sugiere una enfermedad física grave para despertar la simpatía de Melivea y hacer que se preocupe por Calisto, aprovechando la tendencia natural de Melivea a sentir compasión.
De esta forma, Melivea se compadece de él y le entrega a Celestina un cordón que ésta le pide como prueba de su encuentro. En el momento en que Melivea entrega el cordón a Celestina, simboliza un cambio en la actitud de Melivea hacia Calisto. Al darle ese cordón a Celestina, Melivea no sólo muestra un gesto de confianza hacia Celestina, sino que también, aunque de manera inconsciente al principio, acepta la conexión emocional con Calisto.
En eso, Celestina va a casa de Calisto para contarle que ha conseguido el cordón y él, agradecido, le regala a la hechicera una cadena de oro de gran valor. Sempronio y Pármeno se frotan las manos con el negocio que están haciendo a costa de Calisto. Los sirvientes de Calisto van a casa de Celestina, donde comparten una comida con Elicia y Areusa. Pronto, Elicia se enfurece tras un comentario desempronio sobre Melivea. Celestina trata de resolver la situación cuando, de repente, Lucrecia llama a la puerta para indicarle a la alcahueta que Melivea la solicita en su casa.
Cuando llegan a la casa, la anciana mantiene una conversación con la joven, quien le confiesa su amor por Calisto. De esta forma, ambas conciertan una cita clandestina entre Melivea y Calisto. Después de esto… La madre de Melivea llega a casa y cuestiona a su hija sobre su relación con la Celestina, quien tiene mala fama entre la gente.
Aunque inicialmente Celestina intenta usar sortilegios y amuletos, es su habilidad en el arte de la persuasión y la manipulación psicológica lo que realmente hace que Melivea se la more de Calisto. Así que sí, podemos decir que es una estafadora, aunque esta vez le ha salido bien la jugada. Esa misma noche, a las 12, Melivea se cita con Calisto para hablar abiertamente de sus sentimientos. en un encuentro breve pero intenso y apasionado en el que acuerdan verse la noche siguiente para seguir pasando tiempo juntos. Sempronio y Parmeno visitan a la Celestina para repartirse las ganancias, pero la hechicera no quiere darles ni un saludo.
Un centavo. Los dos hombres, furiosos, terminan matando a la Celestina a cuchillazos. Más tarde, la justicia se hace cargo de los criados, que son decapitados en la plaza del pueblo por haber asesinado a la alcahueta.
Sosia y Tristán, dos jóvenes del pueblo, le comunican a Calisto que Sempronio y Pármeno han sido asesinados en la plaza pública por el delito que cometieron. El joven se lamenta por lo ocurrido. y se culpa por los hechos, pero no le da más importancia porque no puede dejar de pensar en su encuentro con Melivea y contrata a los dos muchachos como sus nuevos criados para que lo acompañen a la cita.
La segunda noche, Calisto, incapaz de aguantarse las ganas de tocar a Melivea, escala el muro del jardín y los dos tórtolos satisfacen su deseo carnal. De este modo, Melivea pierde la virginidad arrastrada por la pasión y el deseo desenfrenado. Los padres de Melivea, Pleberio y Alisa, tienen una conversación acerca de unir en matrimonio a su hija y buscarle un novio. Lucrecia escucha la charla y avisa a Melivea, quien se sorprende y se muestra inquieta por la noticia, pues su amor es para Calisto.
Por su parte, las prostitutas Elicia y Areusa, que han perdido a Celestina y a sus amantes, deciden vengarse de Calisto y Melivea. Areusa utiliza sus armas de mujer para embaucar a Sosia y sacarle información. Este le confiesa que el encuentro tendrá lugar esa misma noche.
Así deciden encargar al rufián Centurio el asesinato de Calisto. Pero este, queriendo darle largas y sin ninguna intención de atacar al joven noble, subcontrata a Traso el Cojo y sus secuaces para que armen bullicio en las inmediaciones de la casa de Melivea y así saldar su encargo. Ya por la noche, Calisto y Melivea gozan de su amor, pero al oír la agitación en la calle y creyendo que sus criados están en peligro, Calisto intenta saltar el muro de la casa, pero pierde el equilibrio y cae, muriendo en el acto.
Cuando Melivea lo descubre. decide terminar también con su vida, tirándose desde lo alto de la torre de la casa, después de explicarle a su padre, Pleberio, todo lo sucedido. La novela termina con los padres de Melivea sollozando ante el cuerpo roto de su hija. La moraleja de la Celestina se puede entender como una advertencia sobre las consecuencias de los deseos descontrolados y la manipulación moral. La obra muestra cómo el amor apasionado, cuando se busca de manera imprudente y con medios inmorales, puede llevar a la destrucción y la muerte.
Los personajes principales, Calisto y Melivea, se dejan llevar por sus pasiones y terminan encontrando un trágico final, en lugar de la felicidad que buscaban. Esta idealización del amor se presenta como destructiva y peligrosa, llevando a los personajes a la tragedia. La obra es una crítica al concepto de amor cortés que idealiza la pasión irracional y el sufrimiento por amor.
El héroe se convierte en antihéroe. Calisto es torpe. Muere sin honor accidentalmente porque tropieza.
Los amantes tratan de ofrecer. Una imagen caballeresca y virtuosa, pero desvelan su verdadera naturaleza que busca la lujuria o el loco amor. Así, en Calisto vemos representada la figura de un supuesto amante cortés con su lenguaje retórico y cargado de sentimentalismo, pero con un comportamiento lascivo que es ridículo en un caballero.
Además, la obra critica la corrupción de valores y la decadencia moral de la sociedad de la época, representada no sólo por los jóvenes enamorados, sino también por su personaje central. La Celestina, quien manipula y se beneficia de las pasiones de otros, refleja una crítica más amplia a la ética social y a la falta de integridad moral. En resumen, la Celestina enseña que la falta de moderación, la corrupción moral y la búsqueda de gratificación a través de medios corruptos o inmorales puede tener consecuencias devastadoras tanto a nivel personal como social.