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Comparativa entre Windows 11 y Linux Mint

¿Cansado de las exigencias de Microsoft y la falta de privacidad en Windows? Instale Linux y pare de sufrir. Bueno, ningún sistema operativo es perfecto. Mientras algunos resisten a capa y espada con Windows 10, muchos son los que se plantean pasarse a Linux a raíz de todo el lío que supuso Windows 11. Las limitaciones de la interfaz, los requisitos, promesas incumplidas o funciones que dan más miedo que entusiasmo. Pero, a todo esto, ¿se supone que Linux lo hace mejor? Bueno, es por eso que el señor TutosPC vino a traerles este versus de Windows 11 contra el Linux estrella entre todas las distribuciones de escritorio, Linux Mint. Me encargué de resumir los aspectos clave que más suelen valorarse, rendimiento, personalización, privacidad, soporte o el gaming entre otras cosas. ¿Qué sistema es mejor en este caso? Vamos a averiguarlo en este video. Voy a presentarles la herramienta que nos ofrece el patrocinador de este video, iVoiceOff Disk Geeker, un completo gestor de discos para Windows que nos puede venir muy bien. Si queremos hacer un backup o compramos una nueva PC, con la herramienta de clonación podemos clonar discos, particiones o sistemas enteros fácilmente. Tiene herramientas de análisis de espacio. Podremos detectar rápidamente archivos que sean muy grandes. O bien una herramienta que me encantó fue esta de ocupación de espacio en disco. Nos muestra un esquema visual de las carpetas y archivos. Mientras más grandes sean, más grandes se verán y los detectaremos con más facilidad para ver lo que podríamos eliminar. También permite borrar de manera segura los archivos para evitar que se recuperen mediante programas de recuperación. Muy útil si queremos vender el disco o nuestra PC y teníamos allí archivos sensibles que no queremos que se descubran. Tiene muchas otras herramientas, testeo de velocidad, ajuste de partición, cifrado de particiones. En la descripción y un comentario fijo te dejaré los enlaces para probarlo y adquirirlo. Gracias a iVoiceOff por patrocinar el espacio. Vale aclarar que aunque el video se centra en Windows 11 y Linux Mint, algunos temas que vamos a ver inevitablemente comprenden en parte a Linux en general, como el tema de la seguridad, ya que Mint es solo una distribución de las tantas que hay. Considero que los temas están bien elegidos, pero podés dejar en los comentarios que te pareció el formato del video. Es algo hecho tanto para el que no sabe nada de Linux, como para aquel que ya está en esto y quizás busca una reseña actualizada. Empezaremos hablando de los requisitos de sistema y el rendimiento en general. Windows venía cuidando bastante bien ambos aspectos desde la versión 7, pero Windows 11 ya supuso un salto importante. Dejando afuera los procesadores anteriores a la octava generación de Intel o sus equivalentes en AMD. Y equipos que no cumplían ciertos requisitos como el famoso chip TPM 2.0. 4 GB de RAM como mínimo parece poco a estas alturas. Pero seamos realistas, con 4 GB en Windows 11 poco y nada podemos hacer. En Linux Mint las cosas son muy diferentes. Estamos ante un sistema muy ligero. Ni siquiera tenemos requisitos en cuanto al procesador. En cuanto a la RAM, requiere de 2 GB como mínimo y 4 recomendados. Aquí hay diferencia. Con 4 GB en Linux Mint no estaremos tan apretados como con Windows 11. No solo el sistema en sí es más ligero. Dejando de lado los navegadores web, los programas de código abierto en Linux suelen destacarse por ser bastante livianos. La edición más popular de Mint es Cinnamon, es la interfaz más completa. Pero, en caso de que te vaya algo pesada, podés optar incluso por otras dos ediciones con una interfaz más básica y ligera, MATE o XFCE. En definitiva, Linux Mint pide unos requisitos muy bajos y ofrece un gran rendimiento en contraste a Windows 11. Ahora hablemos de la personalización, algo de lo que Windows tuvo mejores épocas. Las versiones antiguas solían ser más flexibles con el diseño. Podíamos asignarle el color a casi cualquier elemento o cambiar la posición de la barra de tareas. Windows 98 traía sus temas de escritorio, en XP podíamos instalar variantes al tema luna, y ni hablar de Vista y 7 con sus efectos espejo y gadgets para el escritorio. Era suficiente para que cada usuario le dé su toque personal a la PC. Pero la magia de una personalización profunda fue perdiéndose cada vez más. Y en Windows 11 a duras penas tenemos unos limitados ajustes de color, la barra de tareas está fija en la zona inferior y hay cosas que ya ni siquiera podemos quitar. En Linux Mint esto es otro mundo. no hay límites para lo que queramos hacer. Mover el panel, agregar paneles adicionales, eliminar o agregar componentes o cambiar el tamaño del menú. Y está pensado para todo tipo de usuarios. Si no es algo a lo que le deje importancia, podemos hacer uso de unas configuraciones simplificadas. Pero si vamos a las configuraciones avanzadas, podemos cambiar lo que sea. El puntero, el estilo de las aplicaciones, iconos o el estilo del panel y el menú. Los efectos pueden desactivarse. activarse a gusto e incluso si queremos ir más allá con un poco de conocimiento podemos dejar Linux Mint irreconocible con el aspecto de macOS o un aspecto mucho más personalizado. Tengo un video ya algo viejo en el canal en donde mostraba cómo hacer esto. Algunas configuraciones ya han cambiado durante las actualizaciones pero estoy seguro que sigue siendo posible llegar al mismo resultado si lo deseamos. Linux Mint ofrece una personalización mucho más profunda que la de Windows 11 y que la de casi cualquier sistema operativo. Microsoft siempre ha buscado hacer de Windows un sistema intuitivo y sencillo de usar para casi cualquier usuario. Bueno, casi siempre. Windows 11 no es la excepción. A la par de Windows 10, muchas cosas se han simplificado en su interfaz. Ahora, ¿qué pasa en Linux Mint? Muchos escuchan la palabra Linux y ya se les viene a la mente la consola de comandos o algo hecho para nerds. Pero nada más alejado de la realidad. Linux Mint es muy fácil de usar. Es un Linux del tipo todo listo para que cualquier usuario lo empiece a usar. Y todo sea lo más simple posible. Hay cosas en las que incluso es más simple que Windows. Hay un menú de aplicaciones dividido por categorías. Hay un gestor de archivos. Las configuraciones son claras y bien organizadas. Es más, en Windows hay tantas, tantas. tantísimas cosas que algunas opciones puede llevarnos más tiempo ubicarlas. Para instalar programas, casi cualquier cosa que necesitemos podemos instalarlo a través del gestor de software. Básicamente es una tienda y todo es gratis. O bien podemos descargar programas que estén disponibles en paquetes dev que serían algo así como los.exe o MSI en Windows. En facilidad de uso lo considero un empate entre ambos sistemas. Cualquier persona que sepa usar Windows no debería tener problemas de usar Linux Mint. La compatibilidad de software es un tema complejo como para hablarlo en detalle, pero trataré de ser breve. En multimedia, Linux Mint no tiene nada que envidiar la Windows. El soporte es muy bueno si nos aseguramos que la casilla de códecs adicionales que ofrece se encuentra tildado durante la instalación. Con respecto a los programas, Linux Mint tiene un soporte enorme. Los paquetes Dev y Flatpak que ofrece son los más populares dentro del mundo de Linux. Esto hace que su gestor de software sea en parte uno de los mejores para buscar lo que queramos. Es ideal para aquel usuario medio que quiere una PC para tareas básicas como navegar por internet, comunicarse, mirar videos o escuchar música. Aunque es un sistema limpio de herramientas orientadas a la inteligencia artificial, nada te impide usar chat GPT en este sistema. Incluso podemos instalar Microsoft Edge, aunque por alguna razón no puede hacer funcionar Copilot siendo que el botón está disponible. pero se puede usar igualmente si lo abrimos en una pestaña. El problema viene a que, comparado a Windows 11, hay software específico que no encontraremos en Linux Mint, aunque esto es un tema más de Linux en general. Por ejemplo, programas como Photoshop, varios editores de video populares, o la misma suite ofimática de Microsoft. Pero si te es suficiente, la versión para el navegador o Google Docs pueden usarse en Linux Mint, al igual que cualquier otra web app. De lo contrario tenés que usar otras alternativas como LibreOffice. Curiosamente, gran parte de estos programas de código abierto suelen funcionar mejor en Linux. Así que si acostumbras a usar este tipo de programas, Linux Mint podría ser un punto a favor. Si bien existe Wine, una capa de compatibilidad que permite correr programas de Windows en Linux, prefiero no meterlo dentro de la ecuación porque no suele funcionar bien en muchas ocasiones. La mejor forma de verlo es como sistemas con su abanico de programas. pero el abanico de Windows es mucho más amplio. Por diversas razones, los desarrolladores priorizan a Windows a la hora de ofrecer su software. El sistema de Microsoft tiene una clara ventaja en este apartado. La seguridad de Windows 11 no está nada mal. De hecho, posee uno de los antivirus más recomendados del mercado y ya viene junto con el sistema. En la mayoría de los casos no hay necesidad de recurrir a herramientas adicionales y es importante contar con actualizaciones de seguridad al día. Pero aunque es bueno, tiene puntos débiles. El mayor problema que hay es que en el hipotético caso de que les prestemos la computadora a aquel amigo, hermano, padre o cualquier persona cercana que sepa poco y nada de seguridad informática, en Windows la computadora puede terminar con muchas sorpresas ocultas. Sobre todo si intentan mirar películas gratis o descargan juegos a través del Steam Verde. En Windows, si el leme del programa te dice que desactives el antivirus antes de instalarlo, mucha gente lo hace. Linux Mint tiene una ventaja muy marcada, es Linux, y funciona de manera muy diferente. El riesgo es ínfimo casi sin importar el nivel de conocimiento que tenga el usuario. Todo se maneja mediante un sistema de permisos mucho más estricto. Es por eso que para casi cualquier cambio importante que le hagamos al sistema, nos pedirá la contraseña para realizar la acción. A esto se suma que todo software que instalemos en su mayoría se hace a través de repositorios verificados. A diferencia de los... instaladores.exe en Windows que se buscan por la web. Por supuesto, dependiendo de las configuraciones que tengamos, suele advertirnos si algún instalador es sospechoso o no, pero es un sistema más permisivo. Otra gran ventaja es que la mayor parte del software es de código abierto. Esto quiere decir que todo funcionamiento puede ser verificado. Sí, sé que nos faltará el que ponga en los comentarios, pero señor Tutopc, yo no soy programador, eso no me sirve. La gente común no va a chequear un código si no entiende de programación. Por supuesto que no cualquiera va a llevar a cabo esta tarea. Pero el hecho de que sea de código abierto ya comprende la ventaja. Hay millones de programadores en todo el mundo. No es necesario que verifiques esto por ti mismo. Solo basta con que una sola persona entre todas encuentre un comportamiento extraño en X programa. Es suficiente para que dé una alerta en internet a través de alguna plataforma. Luego, otros programadores verificarán si esta alerta es válida o no. La cuestión es solo esa, que el código sea transparente. Por último, pero no menos importante, gracias al modelo de desarrollo abierto mantenido por una comunidad global de desarrolladores, las actualizaciones de seguridad llegan muy rápido a Linux Mint, en contraste con el modelo privativo de Microsoft que está más centralizado y atado a un calendario fijo. Windows 11 no es malo en cuanto a seguridad, y no es cierto que no existen virus para Linux. Pero, la seguridad que ofrecerá Mint se encuentra en otro nivel. Es un sistema que puede dejarnos muy tranquilos sin necesidad de un antivirus, lo cual también es un plus para el rendimiento. La privacidad y el control que tenemos en nuestra PC son temas que se están valorando mucho en estos últimos tiempos, y no son cosas que vayan mucho de la mano con Windows 11. Si bien parte de la telemetría en este sistema es opcional, otros datos que recopila son obligatorios. Por otro lado, cuando hablamos de control nos referimos a la posibilidad que el usuario tiene de controlar ciertos aspectos del sistema, como quitar ciertos componentes, algo que en muchos casos tampoco se puede hacer o solo en parte. Algunos programas Bloodware vienen incluidos junto con los drivers en ciertas placas madres o notebooks gamers. Aunque intenten desinstalarse, en ocasiones reaparecen tras las actualizaciones. Tampoco podemos deshabilitar por completo los mensajes que promocionan el uso de herramientas de Microsoft a más no poder. Por el contrario, en Linux Mint se puede sentir que es el usuario el que tiene el verdadero control de su PC. Sus administradores aseguran que hay cero telemetría. De hecho, ponen tanto cuidado a esto que para los resultados de las estadísticas de las versiones utilizadas que publicaron en su blog, aclararon que hicieron uso del tráfico del sitio web y no mediante telemetría en el sistema operativo. Eso sí, aunque el sistema operativo no recopila datos, puede que algunos programas incluidos como Thunderbird puedan hacerlo dependiendo de las opciones habilitadas. Casi cualquier componente se puede quitar o cambiar, incluso hasta la misma interfaz. Pero no es algo que recomiende, hay que saber hacerlo bien. Aunque Linux Mint viene con una buena cantidad de programas instalados por defecto, no es necesariamente bloatware. Pero en todo caso, tampoco hay impedimentos para desinstalar cualquiera que no usemos. Y su gestor de actualizaciones es de lo mejor que podemos encontrar en todo Linux. Es muy flexible para configurarlo. Permite modificar notificaciones, automatizar actualizaciones o bloquear ciertos paquetes que no queremos que se actualicen. Otro tema importante que nos queda por hablar, soporte de hardware. Aquí la comparación es algo complicada ya que son sistemas muy diferentes con respecto al hardware que pueden abarcar. Windows 11 apunta a equipos modernos. Suele funcionar bien en el hardware que cumple con sus requisitos, o eso debería al menos. y los fabricantes van a priorizar mayormente el desarrollo de los controladores para este sistema. Linux Mint puede abarcar computadoras mucho más antiguas, pero así como comprende más cantidad, el margen de fallas también puede ser más grande. En todo lo que es Linux hay varios inconvenientes. Por un lado, los fabricantes no suelen priorizar el desarrollo de controladores para este sistema. A veces llegan, pero más tarde. Y en ocasiones depende de la misma comunidad crear versiones compatibles para determinados componentes. A esto sumado de que las distintas versiones del kernel también pueden traer sus desvaríos que afectan la funcionalidad y el desempeño. Por todo esto, Linux suele funcionar mejor en computadoras que llevan tiempo en el mercado, como norma general al menos unos 2 años. Para paliar un poco este problema, en determinadas versiones Mint ofrece una ISO Edge. En caso de que la instalación común presente problemas de compatibilidad, esta ISO puede dar mejores resultados ya que admite chipsets y dispositivos de hardware más modernos. Aún así, Windows tiene ventaja en esto cuando se trata de hardware muy nuevo, pero no pondría un ganador o perdedor en este caso, ya que depende en gran parte de la situación de cada usuario. Windows 11 se puede instalar en hardware más antiguo que no cumpla con sus requisitos, pero lo más probable es que vaya fatal. En contraste, Linux Mint tiene más probabilidades de fallar en hardware nuevo, pero se lleva mucho mejor con el hardware más antiguo. Por último, nos queda hablar del game. Microsoft siempre ha puesto mucho cuidado en la retrocompatibilidad y prácticamente todo juego que sale al mercado siempre se lanzará para Windows, al menos en primera estancia. Aunque Linux Mint es un sistema operativo mucho más liviano, no considero que el ahorro de recursos compense los grises de Linux en el gaming. Solo Steam ofrece juegos nativos para Linux y el catálogo es limitado. Para el resto todo se basa prácticamente en intentar correr juegos de Windows a través de una capa de compatibilidad como lo es Proton o una versión modificada de Wine. Hay juegos que corren muy bien, incluso dependiendo del hardware puede que tiren unos FPS más que en Windows. Pero depende mucho del hardware y la compatibilidad. En otros casos podemos encontrarnos con fallos o juegos que directamente no se ejecutan. Por otro lado los sistemas anti-cheats en general. En general no son amigos de Linux. Se mejoró mucho el gaming con los años y se convirtió en una alternativa. Pero a la par de Windows siempre irá un paso por detrás. Si hay algunas cosas que Mint particularmente hace muy bien. Trae un gestor de controladores. Si tu placa de video es de Nvidia, nos ayuda a instalar fácilmente los controladores privativos. Son obligatorios para tener el mejor desempeño en los juegos. Por otro lado, si solo te interesan los emuladores, su gestor de software será tu amigo. Aquí encontrarás de todo. todo para emular. También hay unos cuantos juegos gratis y de código abierto que quizás puedan interesarte echarle un ojo. La mayoría corren incluso en una tostadora. De los temas que vimos, Linux Mint sale ganando en mayor parte. Es ligero, fácil de usar, increíblemente seguro, respeta la privacidad y nos da un control increíble sobre cualquier aspecto del sistema. Windows 11 es más estricto con sus requisitos, pero tiene más software compatible y es mejor opción para el gaming. Depende que aspectos valore más el usuario para elegir uno de los sistemas. O por qué no elegir los dos. ¿Por qué no elegí Ubuntu para el video? Bueno, lo considero como una opción también. Pero en ciertos aspectos tiene más similitudes con Windows. Ubuntu usa telemetría y su nivel de personalización es muy inferior comparado al de Linux Mint. A menos que recurras a métodos más avanzados. Además utiliza paquetes Snap para instalar programas. Aunque han mejorado bastante, siguen siendo notablemente más lentos, y están controlados directamente por su compañía, Canonical. A muchos les preocupa que esto se convierta en una especie de muralla dentro de Linux. Linux Mint se diferencia mucho más, y justamente es lo que aquel usuario que busca alternativas a Windows está priorizando, más privacidad o más control sobre el uso de tu PC. Espero que te haya servido, recordá dejarme tu me gusta y suscribite. Nos vemos la próxima.