Transcript for:
La felicidad es una cosa seria

Traductor: Mercedes Lamperti Revisor: Sebastian Betti Hoy estoy aquí para hablarles de la felicidad que, como pueden ver en el título, es una cosa seria. Empezaremos, antes de iniciar literalmente, con una pequeña encuesta. Levanten la mano quién es feliz en este momento. ¡Oh! Los veo activos. ¡Me alegro! Gracias por las luces. Estoy convencido de que la respuesta sería más difícil si les preguntara cuán felices son. Yo soy economista, me ocupo, en particular, de medir la felicidad y de la calidad de vida. Los economistas tenemos una deformación profesional: damos cifras, literalmente damos cifras, o sea, le ponemos un número a todo lo que medimos. En economía, la felicidad viene asociada al bienestar; el bienestar viene asociado al dinero; por lo tanto, normalmente en economía, la felicidad es monetizada. Según la ecuación implícita por la cual más dinero tengo más felicidad podré comprar. Si esta es la historia les debo hacer otra pregunta, una pregunta que será fundamental para el resto de su existencia y esta pregunta es la siguiente: ¿Qué le sucede al PIB, el producto interior bruto de un país si un profesor se casa con su cocinera? Les podrá parecer una pregunta estúpida, banal, les prometo que les daré la respuesta a esta pregunta durante mi intervención. Les puedo decir que esta pregunta la hizo hace muchos años un premio Nobel de Economía, Paul Samuelson, en una conferencia no demasiado diferente a esta. Antes, de llegar a la respuesta a esta pregunta, debo contar otra historia, que estoy convencido, muchos de Uds. ya conocerán. Es una historia sacada de Siddaharta de Herman Hesse, y es la historia de un elefante y de unos sabios ciegos. En un pueblecito de India, llegó un elefante que estos sabios debían describir, que son ciegos. Entonces, ¿qué pasó? Según la parte del elefante que tocaban el elefante parece una cosa completamente diferente. La oreja parecía un abanico, la cola parecía una serpiente, la trompa parecía una cuerda, la pata una columna, el cuerpo del elefante parecía un muro. Todos los sabios, y ninguno al mismo tiempo, tienen razón, porque el elefante es más que la suma de sus partes. Y con la felicidad pasa más o menos del mismo modo. La felicidad es un paraguas debajo del cual hay varios parámetros. Según cómo decidimos medir la felicidad veremos cosas diferentes. La forma de medir la felicidad influye en cómo vemos la sociedad. Les doy un ejemplo rápido. Lo que ven detrás de mí es la clasificación de los 10 países del mundo que están mejor, según dos indicadores muy diferentes. A la izquierda es la clasificación de la felicidad medida del informe mundial de felicidad de la ONU, una iniciativa que desde el 2012, mide la felicidad de los países. A la derecha está la clasificación según la renta per cápita, o sea el PIB, producto interno bruto. Como ven, la dos clasificaciones son muy diferentes. Entonces, la felicidad según el parámetro, volviendo a la metáfora de la historia del elefante al que tocaban por partes, ¿cómo se mide? En parte ya les he respondido. El indicador principal, usado para medir la felicidad en un aspecto, es el Producto Interior Bruto. ¿Qué es el Producto Interior Bruto? Esta es la definición del libro de texto: "Si define como el valor de los bienes y servicios finales producidos en una economía, en un cierto intervalo de tiempo, que, normalmente, es un año". Intentaremos profundizar un poco más en esta definición. "Valor" nos dice que es medido en moneda, según cual es el valor del país que se está considerando. "Bienes y servicios" nos dice que el PIB comprende bienes materiales pero también servicios, por ejemplo una cena en un restaurante. Finalmente y muy importante imaginen un país donde solo existen dos empresas, una que produce automóviles y otra que produce acero. La que fabrica autos usa el acero que produce la segunda empresa. En el PIB al final solo cuentan las ganancias que derivan de la venta de automóviles porque, en este caso, el acero es un bien intermedio y acabaríamos contándolo dos veces Entonces el PIB, el producto interior bruto, está siempre en boca de todos, y es por una buena razón porque tiene aspectos positivos y algunos problemas. Desde un punto de vista positivo es un óptimo indicador de la prosperidad económica. ¿Qué significa? Es una fotografía, una instantánea muy precisa de la salud productiva de un país, en un cierto momento. Aparte el PIB tiene valor de ser conciso. Un número solo resulta muy simple compararlo con otros países y el con el propio país a lo largo del tiempo. Finalmente el PIB es asociado positivamente a unas dimensiones que normalmente, consideramos correlativas a la calidad de vida. ¿Qué quiere decir? Los países con un PIB muy elevado, normalmente son países en los que las personas están más sanas, son más cultas, y las instituciones son de mejor calidad. ¿Entonces todo va bien? Sí y no. Porque también hay algunos problemas. El primero es que el PIB es como si fuese el sueldo de un país. Nada de malo, Uds. dicen de una persona que es rica ¿solo mirando el sueldo que tiene? No creo. De hecho, si van al banco a pedir un crédito el banco no se conformará nunca solo con su sueldo, querrá conocer su patrimonio. El PIB, en cambio, no mide el patrimonio de una país en un flujo de producción. En segundo lugar el PIB, esto lo dijo en un célebre discurso Bob Kennedy en 1968, excluye de su cálculo algunas variables que seguramente producen valores para nuestra existencia pero non son monetizados. Cómo juegan nuestros hijos, la belleza de la poesía, no están incluidos en el PIB, pero también producen valores y nos hacen felices. Viceversa, el PIB incluye variables que son monetizadas, que, no obstante, es difícil pensar que se han asociado a una mejora de la calidad de vida. Una, los gastos de divorcio. Si una pareja se separa y tiene que pagar un abogado ese beneficio se convierte a PIB. Pero es discutible que el fin de un amor se pueda ver como mejora y riqueza de un país. Entonces, esto me lleva a mostraros este gráfico que muestra cuando la relación entre beneficio y felicidad es algo complejo. Este gráfico es de una investigación de mitad de los 60 de un investigador estadounidense, Richard Easterlin, que demostró, sustancialmente la relación entre renta per cápita media en el mundo y la felicidad medida según encuestas en las cuales se ha preguntado a la gente cuán felices son en una escala del 1 a 10. Lo que muestra el gráfico es que al aumentar los ingresos la felicidad aumenta. Pero, hasta cierto punto, la felicidad no crece proporcionalmente a los ingresos. Hay un nivel de saturación por lo que la relación entre ingresos y felicidad no es lineal y esto produce contradicciones. Estas contradicciones son diversas, y una ha hecho famosa a Italia en el 2014 porqué ISTAT, el instituto nacional de estadística ha ganado un prestigioso premio Ig Nobel de Economía. ¡No estoy bromeando! Que cada año lo otorga la prestigiosa Universidad de Harvard. ¿Por qué se ha otorgado el premio Ig Nobel en Economía a ISTAT? Incluyendo una directiva comunitaria, el ISTAT ha establecido que dentro del PIB se incluyen los ingresos y beneficios que derivan del tráfico de estupefacientes, y de la prostitución. Significa que el PIB asociado a esta actividad se define como una mejora de la riqueza, pero es discutible que esta actividad esté asociada a una mejora en la calidad de vida de un país. La segunda contradicción me permite, finalmente, responder a la pregunta de la que habíamos partido. ¿Qué le sucede al PIB de un país si un profesor se casa con su cocinera? Empecemos por el principio. Un profesor que contrata una cocinera, ¡tiene que ser muy rico! Le hará un contrato, le pagará un sueldo. El sueldo y renta se incluirán en el PIB, como un flujo positivo. Se enamoran. Y desean coronar su sueño de amor, casándose por ejemplo, es normal que el profesor rompa el contrato con su mujer. Si lo rompe, ya no es una transacción, ya no es una renta, por lo tanto, en lo que respecta al PIB es un punto menos. Pero la pregunta es: ¿es posible que en este caso el nacimiento de un amor se mida como un empeoramiento de la calidad de vida de un país? Ahora, sí, la felicidad en alguna dimensión presenta algunos problemas que hemos visto. ¿Cómo medimos la felicidad en otros aspectos? Aquí primero hemos criticado al ISTAT por el premio Ig Nobel en Economía sin embargo, ahora, lo halagamos. Porque el ISTAT está a vanguardia en Europa con un proyecto que, desde 2013, quiere integrar la contabilidad nacional usando un enfoque diferente para medir el bienestar. Este proyecto se llama BES. BES es un acrónimo que significa bienestar ecológico y sostenible. Básicamente, el objetivo es de medir el bienestar de un país no por un solo número, la renta, sino con un sistema de indicadores, son 134, recogidos en 12 parámetros, que son las que están viendo detrás de mí, en los que también se incluye la renta, pero hay muchas más: la salud, la cultura, el trabajo, las relaciones sociales, la política, la seguridad, el bienestar subjetivo, el paisaje, el ambiente, la investigación, la calidad de los servicios. Ahora, como en la historia del elefante todas estos parámetros componen el bienestar, pero no una independientemente de las otras. Concluyo mi intervención citando otra investigación que se hizo famosa porque fue publicada por dos premios Nobel en Economía, Daniel Kahneman y Angus Deaton, que usaron sacando los datos estadounidenses de Gallup para estudiar la relación entre ingresos y felicidad y estimar el umbral crítico. o sea cuál es el número mágico, ¿que ingresos debemos superar para que la felicidad no aumente? Este número mágico, en EE.UU., es identificado y se estima que sea USD 75 000 al año, más allá de estos ingresos la felicidad no aumenta. Al aumentar la riqueza no aumenta la felicidad. Les dejo esta pregunta: ¿somos capaces de estimar nuestro umbral crítico más allá del cual el dinero no compra la felicidad? Creo que sí. Con esta esperanza y convicción, y con esta bonita viñeta de Snoopy, les deseo que sean vergonzosamente felices. ¡Gracias!