¿Qué pasa? ¿Tenéis examen de historia y aún no habéis abierto el temario, eh? Pues bien, llega el historiador para ayudaros.
Hoy veremos las guerras carlistas. Nos situamos en el año 1833. En este año muere Fernando VII, el por aquel entonces rey de España. Siguiendo la línea sucesoria, debería subir al trono su hija Isabel, pero aparece en escena el hermano de Fernando, Carlos María de Isidro, que amparándose en la ley sálica, reclamó el trono frente a su sobrina. Pronto se crearon dos bandos, los defensores de Isabel, los isabelinos, y los defensores de Carlos, los carlistas, los cuales le proclamaron rey, iniciando así una guerra civil. El bando isabelino contaba con el respaldo de la alta nobleza, mandos del ejército, la jerarquía clisástica y los empleados públicos, vamos, los funcionarios de la época.
También los liberales se unieron a este bando, ya que veían en Isabel una forma de acabar con el antiguo régimen. Por su lado, a Carlos le respaldó la nobleza y pequeños propietarios rurales de la zona de Castilla, Galicia, Cataluña, País Vasco y Navarra, además del Bajo Cleo. Aún así, hay historiadores que creen que el número de carlistas era superior al de isabelinos. Los carlistas, en ideales, eran más tradicionalistas y buscaban la defensa del antiguo régimen. Su lema era Dios, Patria, Fuero y Rey.
Aquí podemos ver un mapa con la distribución de los bandos. Es curioso como en grandes ciudades como Barcelona, Bilbao o San Sebastián apoyaron al bando isabelino, aun estando en zona potencialmente carlista. El resto de Europa estuvo también atento a la futura guerra civil y apoyaron a los distintos bandos. Austria, Prusia y Rusia se decantaron del bando carlista, mientras que Francia, Inglaterra y Portugal estuvieron del lado isabelino.
De las tres guerras carlistas cabe destacar la primera. Ya que tuvo una mayor repercusión, esta se desarrolló entre 1833 y 1839. La podemos dividir en tres etapas. Una primera etapa en la que destaca la muerte de Zumalacarregui en el bando carlista al intentar tomar Bilbao. Una segunda etapa en la que los carlistas perdieron en su intento de tomar Madrid contra las tropas del general Espartero.
Y por último, una tercera etapa en la que los carlistas... cansado de perder, se dividieron en dos bandos, un bando que apostaba por la paz y otros que se hacían llamar los exaltados que querían seguir luchando. La guerra termina y mientras Isabel se queda con el trono, Carlos huye en barco a Londres para refugiarse. Debido a la cantidad de pérdidas humanas y materiales, los gobiernos liberales recurren a las desamortizaciones de la iglesia para conseguir ingresos. Una de las más famosas es la de Mendizábal en 1837. Las distintas guerras influían en el reinado de Isabel.
Es por eso que tuvo que apoyarse mucho en los liberales para consolidarse en el trono. Por lo que progresivamente España fue pasando de un antiguo régimen absolutista a uno parlamentario. Aún así, su reinado estuvo caracterizado por una gran inestabilidad política, con muchos cambios de gobierno y multitud de constituciones.
Solo decir que durante el reinado se redactaron tres constituciones distintas. Tanto cambio constitucional se debía a que cuando un partido llegaba al poder, en vez de sustituir algunas leyes, cambiaban la constitución por completo a su gusto. Ya que a la muerte de Fernando Isabel sólo tiene tres años, su madre ostenta la regencia y en principio va a mantener el régimen absolutista nombrando a Zabermúdez jefe de gobierno. Pero al estallar la primera guerra calquista y para contentar a sus aliados liberales, lo sustituye por Martínez de la Rosa.
quien en 1999 sería piloto de Fórmula 1. Durante el año que nuestro amigo de la Rosa estuvo en el cargo, se promulgó el Estatuto Real de 1834, de la que os dejo algunas características. Los liberales, no contentos, querían volver a restaurar la Constitución de 1812, por lo que las protestas hicieron que la regente nombrara a Mendizábal como jefe de gobierno. ¿Sí?
el mismo que hizo la desamortización. Mendizábal pretendía cambiar el estatuto por una nueva constitución, por lo que María Cristina lo destituyó. Es entonces cuando se realiza el levantamiento de los sargentos del Palacio de la Granja, en el que los liberales toman el poder y obligan a María Cristina a promulgar una constitución que contente a progresistas y moderados. María Cristina pierde seguidores, dimite y se exilia a Francia debido a un escándalo financiero y al hacerse público su matrimonio en secreto con un oficial de su guardia.
Con su dimisión, ostenta la regencia el general Valdomero Espartero, y aunque con él se asentó el nuevo régimen liberal, su gobierno se acabó convirtiendo en autoritario, ya que igual político de la actualidad repartía cargos entre sus amigos. Los moderados conspiraron contra Espartero, y tuvo su clímax en la sublevación de Narváez, que hizo que Espartero se exiliara a Inglaterra. La inestabilidad política hizo que se adelantara la mayoría de edad de Isabel II para que pudiera reinar, aunque solo tuviera 13 años.
En este momento surgen diversas corrientes ideológicas, naciendo los primeros partidos políticos. ¡Ey! Vale, vale, vale. Alto ahí.
Un momentito. Os dejo 5 segundos para que elijáis qué partido es el vuestro. Votad aquí arriba.
¿Team Moderados? ¿Team Progresista? ¿Team Demócratas?
¿Ya habéis votado? Pues sigamos con la historia. En 1844 Narváez se convierte en el jefe de gobierno, lo cual supone que los moderados tengan el poder y confirma la influencia militar en la política. Los moderados crean una nueva constitución, la de 1845, para afianzarse en el poder. Esta década se caracteriza por el nivel altísimo de conservadurismo, con leyes como que la reina elige a los alcaldes de poblaciones de más de 2.000 habitantes.
También se firmó un concordato con la Santa Sede, por el que el Estado asegura el sostenimiento económico de la Iglesia y le da el poder de la enseñanza. El exiliado opositor a Isabel, Carlos María de Isidro, Tuvo la brillante idea que parece sacada de la serie Juego de Tronos de casar a su hijo, Carlos VI, para los carlistas, con su prima Isabel para así terminar con esa pequeña discusión familiar por ver quién ostenta el poder. Pero según fuentes de la época, no le agraciaba mucho Isabel, ya que éste padecía de extremismo. Aunque tampoco se fue muy lejos, ya que acabó contrayendo matrimonio con su otro primo, Francisco de Asís y Gormón, reactivando así el conflicto con los carlistas. Debido a esto, se inició en 1846 la Segunda Guerra Carlista, aunque para muchos historiadores no fue una guerra como tal.
Esta se prolongó hasta 1849, teniendo lugar principalmente en Cataluña. Istúriz sustituyó a Narváez como jefe del gobierno y en 1847 dio una amnistía política que hizo que muchos exiliados como Espartero regresaran al país. Esto irritó a Narváez.
que dio un golpe de estado, iniciándose una dictadura que duraría tres años. En 1851 Narváez dimitió, acusado de corrupción, y fue sustituido por Bravo Murillo. Murillo llevó a cabo una política ultraconservadora, impulsó las redes ferroviarias y creó el canal de Isabel II, para abastecer de agua a Madrid. Bravo Murillo acaba siendo sustituido, y la situación provoca otro pronunciamiento militar de los generales O'Donnell, Dulce y Rosolano. conocido como la Vicar Barada en 1854. Estos redactaron el Manifiesto de Manzanares, exigiendo reformas en la ley electoral.
Para controlarlo todo, la reina confió en Espartero, que era progresista, para formar un gobierno de coalición con O'Donnell, que era moderado. El gobierno intentó recuperar el régimen progresista redactando una constitución que finalmente no vio la luz. Se llevaron a cabo medidas económicas como la desamortización de Madoz y la creación del Banco de España. Pero una gran crisis económica y las diferencias internas forzaron la dimisión de Espartero.
O'Donnell se quedó a cargo del gobierno en una etapa de crecimiento económico, ya que peor no podía ir la cosa, y algo de estabilidad social. También se iniciaron guerras en México, Marrueco y Conchinchina, para ganar un poquito de prestigio internacional. Se reinstauró la constitución moderada del 45, recortando derechos y libertades. O'Donnell buscó apoyo en los liberales moderados.
para crear un partido de centro, la Unión Liberal. Se sucedieron gobiernos moderados y unionistas, pero ni Narváez ni O'Donnell pudieron solucionar los problemas de España. Los progresistas intentaron acceder al poder por el pronunciamiento de Prín, pero éste falló. Prín fue exiliado y allí cogió fuerzas de oposición entre progresistas y demócratas y firmaron el Pacto de Ostende en 1866. con el objetivo de destronar a Isabel II.
Con la muerte de O'Donnell en 1867, su sucesor en el partido de unión liberal, el general Serrano, se unió al pacto de Ostende. En 1868 se inició una sublevación militar en Cádiz, encabezada por el almirante Topete, y se extendió por todo el país, convirtiéndose en un levantamiento popular conocido como la Gloriosa. Las fuerzas de Isabel fueron derrotadas en la batalla de Alcona y la reina tuvo que exiliarse a Francia.
El ansia revolucionaria fue decreciendo y los militares, dejando de lado a los republicanos, crearon un gobierno provisional. Este gobierno unió fuerzas para la creación de una monarquía constitucional, creando la Constitución de 1869. Mientras buscaban a un nuevo rey, Serrano se hizo regente y Prín Se convirtió en el presidente del gobierno, con misión de encontrar un nuevo monarca, que aceptara la nueva constitución y además debía no ser Borbón. Finalmente, el elegido fue Amadeo de Saboya. Sí, al pobrecillo le gastarían más de una broma en el instituto. Amadeo vio el panorama que había en España y duró más bien poco.
El mismo día que llegó, asesinaron a Primo, el que se encargó de traerlo como rey. La coalición se fragmentó. Y muchos negaron su apoyo al nuevo rey, creando un partido de apoyo al hijo de Isabel II. Los progresistas también se fragmentaron en dos. El partido constitucional, dirigido por Mateo Sagasta, y otro radical, de Ruiz Zorrilla.
Los dos años de reinado de Amadeo hubo constantes cambios de gobierno y cada vez el monarca contaba con más número de opositores. Las realistas se levantaron en armas por tercera vez, en 1872. proclamando como rey legítimo a Carlos VII, nieto de Carlos María de Isidro. Los republicanos querían grandes reformas.
El clero protestaba por las desamortizaciones. Cuba hizo una insurrección iniciando una guerra. Aumentaron las huelgas, atentados y manifestaciones. La alta nobleza despreciaba al rey. Amadeo, aislado, desautorizado, decidió renunciar al trono y volverse a Italia.
Ante aquel vacío... Los diputados y senadores se reunieron. Excepción extraordinaria. Y entonces...
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