Este capítulo de nuestra historia comienza con un presidente que gobierna desde la provincia de Entre Ríos y termina con una guerra que instala la ciudad de Buenos Aires como la capital nacional. Pero antes que nada, ubiquémonos en la línea de tiempo. El 3 de febrero de 1852... Los dos máximos caudillos federales se enfrentan al palomar de Caseros.
En alianza con Corrientes, Uruguay y Brasil, Urquiza logra conformar el ejército grande con 28.000 hombres y un poderoso armamento. Además, como boletinero del ejército está Domingo Faustino Sarmiento y en artillería, un joven coronel llamado Bártolo Memitre. Rosas se mantiene toda la batalla en primera fila. En un momento del combate, recibe un balazo en su mano derecha. Derrotado Rosas, parte al exilio.
Y Buenos Aires se queda sin gobernante, a merced de los saqueadores. La residencia de Palermo, centro del poder rosista, es el principal blanco de los ataques. La residencia de Palermo, centro del poder rosista, es el principal blanco de los ataques. La batalla de Caseros termina con la larga hegemonía de Rosas.
El triunfo de Urquiza parece poner fin a la guerra civil. Pero la paz todavía no llega. Los enfrentamientos entre Buenos Aires y las provincias van a volver más encendidos que nunca.
Quizá hace el ingreso a la ciudad. Montado en un soberbio caballo de rosas, el entrerriano lleva un sombrero de copa con el cintillo punzó. Y a pesar del calor insoportable del febrero porteño, tiene puesto un poncho. Es un espectáculo nuevo para Buenos Aires Un ejército victorioso paseándose con banderas desplegadas por las calles de la ciudad Algo así como lo que había ocurrido mucho tiempo atrás En las invasiones inglesas Y vuelve a suceder ahora con el ejército grande al mando de Urquiza. Justo José de Urquiza es un político y militar entrerriano, principal líder del federalismo.
Tiene 23 hijos de diferentes matrimonios, aunque todos conviven en su legendaria residencia, el Palacio San José. Su enorme fortuna está basada en el comercio, la explotación ganadera y los saladeros. Cree en el liberalismo económico y en el modelo de exportación agropecuaria que es la base de la riqueza de su provincia y, por supuesto, de la suya.
Después de su triunfo en Caseros, Urquiza convoca a los gobernadores de las provincias a una reunión para acordar la organización política del país. La reunión tiene lugar en... ...Nicolás, y a ella asisten los gobernadores de las 13 provincias.
En ese encuentro se vuelve a poner en vigencia el Pacto Federal, firmado el 4 de febrero de 1831, por el que se sienta el principio del federalismo, la libertad de comercio en todo el territorio, la libre navegación de los ríos, y se establece que los gastos nacionales se cubren con los ingresos de las aduanas provinciales. Pero una de las decisiones más importantes es la de designar al general Justo José de Urquiza como director provisorio de la Confederación Argentina. Esa licolás también se convoca a un Congreso General Constituyente con representación igualitaria de todas las provincias que tendrá lugar en la ciudad de Santa Fe. El acuerdo, firmado por los 13 gobernadores, inquieta la dirigencia porteña.
Buenos Aires ve como una amenaza cualquier intento de igualdad entre todas las provincias a las que llama despectivamente los trece ranchos. Cuando la noticia del acuerdo llega a Buenos Aires genera un gran revuelo. Para mantener el control Urquiza llama a convocar a una nueva legislatura Ordena clausurar los diarios que apoyan a sus opositores y expulsa a muchos de ellos de la provincia. Pero no puede evitar que en septiembre de 1852, cuando deja la ciudad para presidir la inauguración del Congreso Constituyente, estalle en su contra lo que hoy llamaríamos un verdadero golpe de Estado.
Uno de sus principales impulsores es su más ferviente opositor, Bartolomé Mitre. Bartolomé Mitre nace en Buenos Aires en 1821. Desde joven incursiona en el ejército, la política y la escritura. Cuando Urquiza toma el control de Buenos Aires, debe huir a Montevideo, pero al poco tiempo, vuelve para protagonizar el levantamiento contra el entrerriano en defensa de los intereses de Buenos Aires, el puerto y la aduana. La revuelta del 11 de septiembre nuevamente separa a Buenos Aires del resto del país. Valentín Lanzina se convierte en nuevo gobernador y Bartolomé Mitre, el ministro de gobierno y encargado de las relaciones exteriores.
El primero de mayo de 1853, en Santa Fe, el Congreso sanciona la nueva Constitución que adopta el sistema de gobierno representativo, republicano y federal. Después de 40 años de intentos frustrados, el país ya tiene su propia carta magna que se establece como ley fundamental para todo el territorio de la Confederación Argentina. Al año siguiente, todas las provincias menos la rebelde Buenos Aires envían miembros al colegio electoral donde se elige por enorme mayoría a Urquiza como presidente. El 5 de mayo de 1854, Urquiza jura sus cargos en la ciudad de Santa Fe, donde se encuentra el Congreso Nacional y marcha rumbo a Paraná, la sede del Poder Ejecutivo.
Desde esa ciudad se dirige el destino de las 13 provincias que forma la Confederación Argentina. Buenos Aires se separa de estas y forma un estado aparte. Las diferencias entre Buenos Aires y la Confederación parecen ser irreconciliables.
En 1856, el enfrentamiento alcanza uno de los mayores picos cuando la Confederación lanza la Ley de Derechos Diferenciales. Esta ley busca obtener fondos para la Confederación al otorgar beneficios a los buques que lleguen directamente al interior sin pasar por Buenos Aires. La tensión crece continuamente.
Los llamados a asesinar al presidente de la Confederación desde la prensa porteña son cosas de todos los días. Ante las amenazas, En mayo de 1859, el Congreso autoriza por ley al presidente Urquiza a resolver la conflictiva relación con Buenos Aires por medio de negociaciones pacíficas y, si es necesario, por la guerra. Las fuerzas porteñas y las de la Confederación se enfrentan el 23 de octubre de 1859 en la Cañada de Cepeda. Música Después de un intenso combate, Urquiza resulta vencedor y Mitre derrotado debe huir hacia Buenos Aires.
Urquiza está decidido a avanzar sobre la ciudad Música pero no ingresa en ella. Acampa en las afueras, en el pueblo de San José de Flores, lo que hoy es el actual barrio porteño de Flores. Las negociaciones culminan el 11 de noviembre de 1859 con la firma del Pacto de Unión Nacional.
En este Pacto de San José de Flores, Buenos Aires se declara formalmente parte de la Confederación. Renuncia al manejo de las relaciones exteriores, Acepta la constitución tras una serie de reformas y también accede a que la aduana de Buenos Aires sea propiedad de toda la nación. En marzo de 1860 Urquiza concluye su mandato y deja el poder en manos de Santiago Derqui.
que había sido ministro del interior durante gran parte de su presidencia. En Buenos Aires gobierna Mitre, que a pesar de la derrota de Cepeda, conserva una buena imagen. El enfrentamiento entre Urquiza y Mitre no para de crecer. Durante la elección de los diputados para el Congreso Nacional, los diputados porteños son rechazados porque la votación fue hecha según la ley provincial y no bajo la ley nacional.
Esto desencadena nuevamente el conflicto y se rompen totalmente las relaciones entre Buenos Aires y la Confederación. Las tropas vuelven a enlistarse, la batalla es inminente. A mediados de septiembre de 1861, a orillas del arroyo Pavón, en el sur de la provincia de Santa Fe, un gran combate está a punto de comenzar. De un lado, las tropas de la Confederación Argentina, que quieren la unidad nacional y la igualdad de todas las provincias. Su líder, Justo José de Urquiza.
En frente, comandadas por Mitre, las tropas porteñas pretenden mantener el predominio de Buenos Aires sobre el resto del país. Luego de intensos preparativos y algunas escaramuzas, el combate comienza con las primeras luces de la mañana del 17 de septiembre de 1861. Pavón es una de las batallas más trascendentales de la historia argentina. Por la magnitud de las fuerzas que se enfrentan, pero sobre todo por sus consecuencias políticas. Por la cantidad de hombres y el devenir del combate, hacia la tarde, las fuerzas de la Confederación están cerca de conseguir la victoria.
Sin embargo, ocurre algo inesperado. Sorpresiva. El general Urquiza se retira.
Las fuerzas de la Confederación, que tienen prácticamente ganada la batalla, esperan órdenes para continuar. A pocos kilómetros, Maitre se prepara para la reanudación de las hostilidades. Pero Urquiza no vuelve.
Se retira entre ríos y deja al presidente Derqui abandonado a su suerte. Cuando a mí te recibe la noticia le cuesta creerlo. La batalla que pensaba perdida, estaba ganada.
El ejército de la confederación Debe reorganizarse para defender la ciudad de Rosario. Desde allí, el presidente Derqui decreta el estado de sitio en todo el territorio nacional e insiste a Urquiza para que retome el mando de las tropas. Pero el entrerriano no obedece. Desde su residencia... El lujoso Palacio San José le comunica al presidente las razones de su partida.
O sacrificaba a mis divisiones antirrianas, que habían combatido con tanto coraje y que habían sufrido sensibles pérdidas, y las sacrificaba en lucha estéril o las retiraba del campo. Al mismo tiempo... Urquiza se comunica en secreto con Mitre y le asegura que abandona la batalla. Prefiere quedarse con el nada despreciable poder de Entre Ríos, a sufrir una nueva frustración y no poder consolidar su poder en Buenos Aires.
Lo cierto es que con la retirada de Urquiza de Pavón, el proyecto de la Confederación Argentina llega a su fin. Después de Pavón. Bartolomé Mitre encabeza la organización del Estado Nacional bajo el predominio porteño a sangre y fuego. Pero los caudillos de las provincias van a luchar para mantener en alto la bandera del federalismo. Lejos de la opulenta Buenos Aires, que gracias a su aduana, para 1860, ya cuenta con iluminación a gas en sus calles o el ferrocarril, la situación en el interior es muy distinta.
Aisladas y sin ingresos permanentes, las provincias sobreviven con muy pocos recursos. La derrota de Urquiza en la batalla de Pavón pone fin al proyecto federal. El gobernador de Buenos Aires llama a reunir un nuevo congreso y asume el manejo de las relaciones exteriores. Por orden de Mitre, las tropas porteñas avanzan por las provincias decididas a derrotar a los caudillos y unifican las fuerzas de la guerra. el país bajo el proyecto liberal la llaman campaña de pacificación aunque lo que hacen es imponer su fuerza con total brutalidad desconocer las autonomías provinciales imponer el modelo económico de buenos aires En 1862, Bartolomitre se convierte en el nuevo presidente.
Cuando asume, las tropas porteñas controlan casi todo el territorio. Pero la llamada pacificación no es completa, porque en La Rioja hay un líder federal que se resiste. Ángel Vicente Peñaló más conocido como el Chacho, es un caudillo federal, oficial de Facundo Quiroga y heredero de su carisma. El Chacho es un gaucho rebelde, protector de los pobres, un caudillo con gran apoyo popular.
En su lucha contra las fuerzas del naciente Estado Nacional, no está solo. Lo acompañan las temibles montoneras. Paisanos que defienden su tierra con pocos recursos, pero muchísimo coraje.
El Chacho cree en el proyecto federal y está dispuesto a defenderlo hasta las últimas consecuencias. Mantiene su hegemonía en su provincia, La Rioja, y en 1863 provoca un alzamiento que arrastra a San Luis, Córdoba, Catamarca y Mendoza. exigen al presidente el respeto de las autonomías provinciales asegurado en la constitución desde Buenos Aires, Mitre desoya el reclamo y aumenta las persecuciones los federales piden a su líder, Justo José de Urquiza que se ponga a la cabeza de la rebelión A pesar del silencio del entrerriano, el Chacho sigue esperando su apoyo hasta último momento.
Después de su misteriosa partida en la batalla de Pavón, Urquiza se mantiene apartado de la lucha entre los liberales porteños y los caudillos de las provincias. Mientras las tropas nacionales continúan con una verdadera carnicería en cuyo el viejo líder federal no hace nada. A cambio de esta complicidad, las fuerzas de Mitre no avanzan sobre su provincia, Entre Ríos.
Sin la participación de Urquiza en la contienda, a los caudillos les resulta cada vez más difícil seguir resistiendo. Para terminar definitivamente con ellos, Mitre delega el mando de la represión en el gobernador de la provincia de San Juan, Sarmiento. Domingo Faustino Sarmiento Nacido en San Juan en 1811, es un intelectual y político. Andirador del liberalismo norteamericano y de su industria, cree que por la razón o por la fuerza hay que modernizar el país. Su estilo e ideas le granjean muchos enemigos, pero también seguidores enfervorizados.
La implementación de su proyecto civilizatorio exige terminar con la barbaria del paisanaje. En una carta dirigida al presidente Mitre, deja claro lo que piensa al respecto. No trate de economizar sangre de gaucho, este es un abono que es preciso hacer útil al país.
La sangre es lo único que tienen de humano esos salvajes. Música Al frente de la campaña de pacificación están los coroneles uruguayos de Mitre que fusilan, lancean, degüellan y torturan salvajemente a los gauchos. Humillan al paisanaje, vejan a sus mujeres e incendian pueblos enteros.
La campaña pacificadora, esta guerra de policía dirigida por Sarmiento, es una misión de exterminio. El Chacho Peñalosa continúa luchando, aunque cada vez se hace más difícil la resistencia. Acorralado, se refugia en el pueblito de Olta, en La Rioja, y fiel a su espíritu, Intenta una última resistencia.
Pero ya es demasiado tarde. Muy pronto lo descubren y lo detienen. ¡Está semejante!
Los defensores de la civilización no se conforman con asesinarlo. La cabeza del caudillo es exhibida durante unos días en la plaza del pequeño pueblo de Olta. La hazaña contra el más notable de los caudillos es realmente brutal. He aplaudido la medida precisamente por su forma, sin cortarle la cabeza a aquel inveterado pícaro y ponerla a la expectación. Las chusmas nos habrían aquietado en seis meses.
Controlado los levantamientos en el interior, Mitre va a llevar al país a una situación aún más sangrienta, la guerra contra el Paraguay. Desde la independencia, Paraguay ha seguido un camino distinto, sin guerras civiles, ni deuda externa, con un reparto justo de la tierra. Un Estado fuerte y una industria incipiente. El flamante Estado argentino une sus fuerzas con el imperio esclavista de Brasil y con el gobierno ilegítimo de los colorados uruguayos.
Dicen que quieren defender a Paraguay del dictador Solano López. Pero solo quieren terminar con el único país de la región que busca un modelo independiente de desarrollo. Urquiza se beneficia con el conflicto y le vende al imperio del Brasil 30.000 caballos para la guerra. Mitre llama a todas las provincias a luchar contra el Paraguay.
Urquiza acepta el pedido y ordena mandar tropas. Pero el pueblo entrerreano ya no obedece a su viejo líder. Los soldados de la provincia se niegan rotundamente a luchar contra quienes consideran sus hermanos.
La falta de entusiasmo en las tropas argentinas, la mala coordinación de las tropas argentinas, entre argentinos y brasileños, sumada a la heroica resistencia del pueblo paraguayo, hacen de esta guerra una verdadera sangría de hombres y recursos para el Estado Nacional. La enorme cantidad de bajas hacen aún más impopular la guerra en el interior del país. En noviembre de 1866, un destacamento a punto de marchar al frente se levanta en Mendoza...
e inicia la revolución de los colorados que desconoce la autoridad de Mitre y controla las provincias de Mendoza, San Juan y San Luis. En La Rioja, recupera la provincia Felipe Varela una anécdota de la revolución de los colorados. ...antiguo hombre de Peñalosa.
Sin el apoyo de Urquiza, Varela resistió durante un año... hasta que es acorralado y tiene que refugiarse en Chile. Uno de los últimos caudillos federales ha sido vencido.
Pero su proclama a los pueblos americanos deja claro lo que piensa. Ser porteño es ser ciudadano exclusivista. Y ser provinciano es ser mendigo, sin patria, sin libertad, sin derechos.
Esta es la política del gobierno Mitre. A principios de 1868, la presidencia de Mitre está en la recta final. Buenos Aires avanza en la conquista del país, aliado a las élites provinciales.
En las elecciones de 1868, Sarmiento triunfa sobre Urquiza y se convierte en el nuevo presidente de la Argentina. A pesar de la derrota, Urquiza ya no quiere pelear con su antiguo enemigo. Como símbolo de amistad, le envía al primer mandatario un gorro y una bata para que pueda dormir tranquilo.
Dos años después, el entrerriano invita a Sarmiento a su lujoso palacio y lo recibe con todos los honores. Este gesto del histórico líder federal o uno de los máximos referentes de los unitarios es tomado como una traición. Y muy pronto......tendrá sus consecuencias.
Como jefe de estado, la situación de Sarmiento no es la mejor. Lleva cuatro años afuera del país, no pertenece oficialmente a ningún partido y su viejo amigo, Bartolomé Mitre, lo ve como un traidor porque se alió con los seguidores de Alsina, sus principales opositores en Buenos Aires. A pesar de todos los inconvenientes, Sarmiento tiene un programa de gobierno concreto y ambicioso.
realizar profundas transformaciones políticas, económicas y también sociales. Mi plan de política tenderá a mejorar las condiciones sociales de la gran mayoría por la educación y por la mejor distribución de la tierra, por el mejor servicio del ejército y la milicia, a fin de que los hereditariamente desvalidos empiecen a mirar el gobierno con menos prevención. pues sienten que este gobierno no es de ellos. Según sus palabras, busca civilizar al país. Su modelo a seguir es el de los Estados Unidos.
Por estos años, Estados Unidos es el mayor ejemplo de transformación social del capitalismo. Después de la guerra de secesión, el norte industrialista y anti-esclavista extiende su proyecto a todos los estados. Durante la presidencia de Sarmiento, se aprueba el Código Civil, que busca actualizar las leyes y dotar de seguridad jurídica a los nativos.
Pero también a los extranjeros, que son una parte importante del proyecto sarmientino. Sarmiento quiere implementar un proyecto de colonización agrícola para distribuir tierras públicas entre pequeños propietarios. Durante su gobierno se hace el primer censo nacional que arroja un total de 1.836.490 habitantes.
Los ferrocarriles tienen una gran expansión. Se tienden 5.000 kilómetros líneas telegráficas. Y se inaugura el cable transoceánico que permite comunicarse con el mundo casi instantáneamente. El ambicioso plan de Sarmiento de transformar al pueblo, la educación es clave para instruirlo en el mundo moderno y capitalista al cual pretende incorporar a la Argentina. Bajo esta premisa, funda colegios normales y contrata maestras norteamericanas para que se encarguen de formar maestros modernos y civilizados que lleven la luz del progreso a sus futuros alumnos en todo el país.
Todas estas innovaciones y su obstinación en llevarlas adelante comienzan a llamarlo el loco Sarmiento. La mayoría de la clase política le es adversa. Como cada facción tiene su propio diario, la prensa lo ataca constantemente. Sarmiento debe conducir a un país en guerra, un conflicto que lo tocó de cerca.
En él perdió a su propio hijo, Dominguito. Tras cinco años, en 1870, concluye la guerra contra el Paraguay. La devastación del país vecino es total.
Su población se reduce de 500.000 a 100.000 habitantes y los hombres casi desaparecen de su territorio. El 3 de febrero de 1870, al cumplirse 18 años del triunfo de la batalla de Caseros, Se reúne en la provincia de Entre Ríos el presidente Domingo Faustino Sarmiento con el expresidente Justo José de Urquiza. Dos antiguos adversarios reafirman su convivencia.
Urquiza es el referente más importante del federalismo. Sarmiento, el principal enemigo de los caudillos. El apoyo popular a Urquiza está en baja.
Son muchos los que piensan que es necesario desplazar al viejo federal al que ahora ven como un traidor a la causa. Creen que después de su retiro en Pavón, su única preocupación es su fortuna personal. El encuentro con Sarmiento es el detonante.
El nombre que suena para reemplazarlo... es el que alguna vez fue uno de sus generales más cercanos Ricardo López Jordán la revolución estalla al atardecer del 11 de abril de 1870 la revolución estalla al atardecer del 11 de abril de 1870 104 hombres armados irrumpen en el Palacio de San José con un claro objetivo. ¡Ahhh! En su lujoso palacio, el viejo líder del federalismo se desangra.
A la misma hora, dos de sus hijos, Justo y Gualdino Urquiza, son asesinados en Concordia. La rebelión triunfa casi sin resistencia y la legislatura provincial elige gobernador a Ricardo López Jordán. Pero desde Buenos Aires, Sarmiento responde inmediatamente.
Envió un ejército de 16.000 hombres que rápidamente logra derrotar a las fuerzas rebeldes y expulsar a López Jordán. Por intermediación de las fuerzas nacionales, los liberales entrerrianos controlan por primera vez la provincia. Sarmiento dedica gran parte de su último año de gobierno a una de sus más perdurables creaciones, el Parque 3 de Febrero, más conocido como los Bosques de Palermo. Inspirado en el Central Park de Nueva York, ni el lugar ni el nombre son casualidad.
Estas tierras sobre las que se diseña el parque son las que pertenecieron a la estancia de Juan Manuel de Rosas. Y el nombre, 3 de febrero, Es el día decisivo de la batalla de Caseros de 1852. La derrota definitiva y el exilio del caudillo federal. Cuando el mandato de Sarmiento concluye, el país ya consolidó su aparato estatal.
También comienza a cambiar su estructura social con el aumento de la inmigración y los avances educativos. A comienzos de 1874, se acerca el final de su presidencia y es momento de elegir a su sucesor. Apoyado por la mayoría de los gobernadores, el elegido es el joven ministro de Justicia e Instrucción de Sarmiento, Nicolás Avellaneda. En las elecciones de abril del 74, Avellaneda triunfa sobre los nacionalistas comandados por Mitre. Los mitristas desconocen el resultado y protagonizan un levantamiento armado, pero son rápidamente controlados por el ejército.
Este ejército nacional demuestra ser un arma política implacable. En los próximos años... Este ejército va a ser el responsable de expandir la frontera del naciente Estado Argentino. Música Nicolás Avellaneda asume la presidencia de la nación en 1874. Durante su mandato, se profundiza la integración de nuestra economía al mercado mundial. Un proceso que se viene dando desde hace algunos 20 años.
En este período... La producción de granos tiene un crecimiento exponencial y para que este crecimiento sea sostenido es necesario contar con mano de obra. Para satisfacer esta demanda se sanciona la ley de inmigración y colonización que busca fomentar la llegada de inmigrantes europeos con la promesa de tierra y trabajo.
Por otra parte, se impulsa la búsqueda de nuevas tierras. Tierras que hasta ese momento y durante siglos han sido ocupadas por los pueblos originarios. Para avanzar en la frontera con el indio, en un primer momento el presidente Avellaneda se inclina por el plan defensivo que propone Adolfo Alsina.
Este proyecto consiste en la construcción de una zanja nacional. Un extenso foso en la frontera para impedir el paso de los indígenas. La misteriosa muerte de Alsina en 1877 detiene su plan y deja la zanja sin concluir.
En su reemplazo, Avellaneda nombra a un militar que en poco tiempo tiene un ascenso meteórico en el ejército. Alejo Julio Argentino Roca nace en Tucumán en 1843. Buen militar. y gran político, ambicioso e inteligente, lo apodan el Zorro.
Pelea en Pavoni y Cepeda y en las fuerzas de la Confederación. Bajo la presidencia de Mitre y la de Sarmiento, participa de la defensa de la frontera con el indígena en San Luis y Córdoba y en la defensa de la frontera con el indígena en San Luis y Córdoba. en distintas misiones que llamaron de pacificación.
También participa en la guerra del Paraguay, utiliza al ejército y sus relaciones sociales para construir un entramado político que lo encumbra en el poder. En 1874, cuando Avellaneda gana las elecciones, Roca derrota el levantamiento armado de los mitristas. Por su desempeño, el nuevo presidente Avellaneda lo asciende a general. No bien asume, Roca le propone al presidente avanzar sobre la Patagonia con una campaña rápida y letal. El objetivo, controlar definitivamente los pueblos originarios y duplicar la superficie del territorio nacional.
La llaman Conquista del desierto, aunque por supuesto la Patagonia no es un desierto. En la tierra que se quiere conquistar se calcula que viven alrededor de 20.000 personas. De todos ellos, solo 2.000 tienen lanzas para defenderse.
Las fuerzas del ejército nacional suman 6.000 soldados dotados del armamento más moderno de la época. El 24 de mayo se toma posesión de la margen septentrional de Río Negro frente a la isla de Chuelechuel. Así se pone fin a la primera etapa de la conquista.
La conquista de la conquista Nada ha habido que lamentar en estas marchas a través del desierto más completo Con una fuerza completa que todo lo ha tenido que traer consigo Y un pueblo en marcha que se traslada en busca de un clima y suelo propicios Donde plantar sus tiendas Desde un primer momento, la campaña es considerada un éxito rotundo. Roca gana prestigio y popularidad, lo que le permite convertirse en el nuevo presidente de la nación. En la Patagonia, la expedición iniciada por Roca, continúa ahora a cargo del Coronel Villegas. Después de concluida la primera etapa, seguirá hasta 1884 en sucesivas campañas que extienden la frontera hacia el sur. La llamada conquista del desierto es fundamental para los intereses de la burguesía terrateniente, porque elimina definitivamente la amenaza de los malones indios.
Millones de hectáreas fueron divididas en pocas familias de la oligarquía porteña. Al más de los miles de indígenas que son asesinados, 15.000 habitantes de los pueblos originarios son secuestrados y trasladados a diferentes destinos. Algunos son llevados al norte, donde son explotados en campos, quebrachales o ingenios azucareros. Otros son llevados a las ciudades donde se los ofrece como personal doméstico.
Con la llegada de Roca al Poder. y la federalización de Buenos Aires, concluye una prolongada guerra civil. En este proceso, Argentina logró la organización institucional del país. Se incorporó a la economía mundial como exportador de materias primas y consiguió la ocupación de todo el territorio.