Transcript for:
Pueblos originarios y su cultura en Paraguay

En Paraguay, de los 20 pueblos originarios, 6 de ellos son de la familia lingüística guaraní. En el Chaco se encuentran los guaraníes occidentales y los guaraní ñandeba. Y en la región oriental, los baita butená, los mga guaraní, los abá guaraní y los ayé. ¡Sélejá, ñandero, púdure, ñanomarete, paraíco, chun! ¡Ñanera, moí, tenosé, cuen! ¡Ñanera, moí! Escuchamos mucho sobre la agarra guaraní, como una característica que a los paraguayos nos enorgullece, como un don que sacamos a relucir en momentos difíciles, o al final de un partido de fútbol cuando faltan pocos minutos para definir una victoria o una derrota. Tal vez esa garra se relacione con el guaraní por sus siglos de resistencia desde la conquista hasta nuestros días. Solo recordemos algunos episodios de la historia, como cuando don Carlos Antonio López, en 1848, decretó que se confinó. todas las tierras y patrimonio indígena, a cambio de reconocerlos como ciudadanos. Otro episodio muy duro para la historia guaraní fue su explotación en yerbales a mediados y finales del siglo XIX, o recientemente en el siglo XIX. el siglo XX. Varias comunidades fueron desalojadas de sus tierras milenarias para la construcción de la ruta coronel Oviedo-Río Paraná, la fundación del puerto Presidente Stroessner, hoy en día Ciudad del Este, la construcción del Puente de la Amistad entre Paraguay y Brasil y finalmente la represa de Itaipú, que afectó el paraíso natural de los abahuaraní paranaenses. Y esta ingente aventura en pos de la energía exigirá un devastador precio. Estos pueblos se vieron obligados a reubicarse en lugares pequeños. frecuentemente inadecuados para su vida. Por más que parezca ficción, los despojos de sus milenarias tierras siguen siendo una dura realidad a causa del cultivo intensivo y la ganadería indiscriminada, que además causan deforestación de montes y bosques primordiales para la conservación del medio ambiente. Pero más que nada, todo esto se produce porque la sociedad de consumo aprecia más la utilidad que los valores humanos, culturales e intelectuales. intelectuales. Concentrémonos en conocer a los guaraníes, porque más allá de estas denuncias y realidades, creemos que hay una riqueza inmensa en estos pueblos para la humanidad, y esto no debe ser opacado por nada. Según Bartomeu Meliá, de todos los pueblos indígenas de Sudamérica, tal vez ningún otro presente una continuidad histórica mayor que el guaraní. El pueblo guaraní logró adaptarse a los cambios con tanta versatilidad. que prolongaron su cultura como ningún otro pueblo hasta nuestros días. Los antiguos guaraníes fueron los primeros pueblos originarios en relacionarse con los españoles. Ellos necesitaban del guaraní para sobrevivir en aquel nuevo mundo, y en contrapartida, los españoles protegían a los guaraníes ante las constantes invasiones de los payaguá y huaycurú. Como en las primeras expediciones a América no llegaban mujeres, los españoles tomaron a las mujeres indígenas. y de esta unión nacieron los primeros mestizos que más tarde conformarían la colonia. Con el tiempo, el escaso número de conquistadores fue absorbido por el poderoso torrente indígena. Se conservaron así muchas costumbres, la alimentación y muy especialmente la lengua guaraní. Entre el siglo XVII y XVIII, la corona española y la iglesia católica enviaron a misioneros franciscanos y jesuitas a América para conquistar territorio y evangelizar la tierra. a los indígenas. Estas misiones buscaron desmantelar las costumbres ancestrales, a las que consideraban bárbaras por la palabra de Dios y la moral europea de aquella época. Para eso, los misioneros se ocuparon de desprestigiar la autoridad de los chamanes y enseñaron a los indígenas el conocimiento y el arte europeo, como la música barroca, la pintura y la talla en madera. Los indígenas sabían que las reducciones religiosas y la expansión el fin de su vida en armonía con la naturaleza, pero también sabían que las reducciones eran su mejor opción ante el violento escenario de conquistas. La gran organización y capacidad de gestión de los religiosos llegó al rápido fortalecimiento económico e institucional de las misiones. Esto representó una amenaza para la corona y para la gobernación, que finalmente terminaron expulsando a los misioneros e invadiendo las reducciones. El Ñanderecó podría definirse como nuestro modo de ser. Es el modo de ser guaraní, su cultura y su identidad. Ese modo de ser incluye muchos aspectos. Podríamos mencionar su organización social basada en el parentesco y en familias extensas, atl. Los guaraníes tradicionalmente habitaban casas comunales, donde convivían miembros de una familia, incluyendo padres, tías, abuelos, yernas, nietos y cuñadas. Las decisiones de las comunidades son casi todas tomadas en consenso, entre ellas la de selección del líder o cacique, quien es elegido de acuerdo a sus habilidades de liderazgo o de caza. Si este líder no llega a satisfacer las necesidades de la comunidad, se debe permitir elegir a otro. Anteriormente, su economía se regía por la caza, la pesca, la horticultura, la recolección y producción de artesanías. En estos días, prácticamente todos los pueblos originarios tienen una economía mixta, tienen cultivos, Los guaraníes son los que hacen los activos tradicionales, crían animales y además hacen trabajos como hacheros, limpiadores de montes, cuidadores de estancias, venta de productos de chacra, entre otros. El sistema económico tradicional del guaraní no busca el poder ni la acumulación. Todo lo contrario, es un sistema basado en la colaboración, la reciprocidad y la solidaridad. La palabra yapoi representa este espíritu y significaría algo así como manos abiertas para el otro. En su economía, la primera regla es dar y recibir recíprocamente. Por otro lado, la compra-venta de cosas es designada con una palabra que en su lengua significa venganza. Poner precio a las cosas toca tan fuertemente las raíces de la naturaleza. la relación humana que los guaraníes lo consideraban una venganza. Anteriormente, el concepto de propiedad privada tampoco existía en la sociedad guaraní. La tierra y los recursos naturales eran derechos dados por sentados y nadie podía apropiarse de ellos con exclusividad. En la sociedad nacional, es común que cuando se hable de mitología guaraní, se piense en el popular relato de Taú y Keraná y sus siete hijos malditos. Esos relatos mitológicos pertenecen realmente a los que se han convertido en los más realmente al folclore criollo que tomó muchos elementos indígenas y los incorporó a la vida campesina. En la familia lingüística guaraní, la cultura está transmitida de generación en generación de forma oral y buscan explicar el origen del mundo y de los hombres y mujeres a través de los mitos, la naturaleza y el cosmos. Mediante los relatos mitológicos también se enseña la ley, la norma, las creencias e incluso lo prohibido o los tabúes. Para los B'gá, la palabra Ñeé representa tanto el alma como el agua. La palabra es una manifestación del alma y por lo tanto son indivisibles. El alma es enviada por los dioses para que se encarne en un B'gá y una vez muerto, el alma regresa a su morada original. La conexión de los Ñandeva con los ángeles astrológicos es muy resaltante. Llaman a la Vía Láctea Tapecue, o el camino que fue, y dicen que fue el sendero que utilizaron nuestros antepasados para llegar a la Tierra, y probablemente sea el sendero que nos ha llevado a la Tierra. que las almas deben tomar para llegar al tamuiretá, o la morada del abuelo. Otra interpretación ancestral de los fenómenos astrológicos es la relación de los ciclos lunares con el ciclo menstrual femenino. Y así, la luna desaparece. El abaguarani se desvanece del cielo cada mes porque desciende al mundo para amar a las mujeres. La prueba está en la sincronía del mes lunar y del ciclo menstrual, y por eso cuando una mujer está en sus días dicen que es poseída por la luna. Los rituales son una parte central de las culturas guaraníes. Son fiestas y a la vez ceremonias de muchísimo valor para unir a la comunidad. Son momentos donde la magia se hace presente. Los abaguarani se desvanecen. celebran el Yerokl Nienboe, o danza sagrada, que reúne a los miembros de la comunidad con los seres divinos. Es un evento donde se transmiten valores y los relatos místicos durante los cantos de Lopora Iba, que recibe los mensajes sagrados de los espíritus. Estos cantos tienen un altísimo valor poético. Los Guaraní Ñandeba también tienen sus fiestas rituales bailables. Se llaman Pareá, donde se bebe la sandía caú o chicha, que se obtiene por la fermentación de la sandía. La fiesta dura varios días, se bebe toda la noche y se danza en forma de rondas al son de una orquesta de flauta y tambores. La fiesta sagrada de los guaraníes occidentales es el Areteguazú. Se agradece la buena cosecha del año. Arete significa tiempo verdadero. Es la fiesta del tiempo verdadero y de los espacios auténticos. El pueblo Paitautená, o habitantes del pueblo del centro del mundo, consideran que en su territorio se encuentra el lugar donde comenzó la creación del mundo. La presencia del mal y de la imperfección es combatida por los Paitauterá con la búsqueda del Uru Marane'u, la tierra sin mal. Pero más allá de buscar el lugar geográfico de la tierra sin mal, el Uru Marane'u insiste. inspira la búsqueda a una vida noble, justa, tranquila y perfecta. Los Paita Utena tienen el Kunumipepe, un rito de iniciación de varones, que marca el fin de la niñez y el comienzo de la adultez de un grupo de jóvenes seleccionados. Estos son apartados de la comunidad por aproximadamente un mes y siguen las guías de los chamanes y ancianos del pueblo que les transmiten el modo de ser Paita Utena, además de los cantos, los instrumentos y los rezos sagrados. En la madrugada del penúltimo día y el comienzo del último día del rito, la comunidad se reúne alrededor de los cantos del chamán, que en una ceremonia relata el origen del universo y todo lo que hay en la tierra. A la mañana del sábado, los jóvenes, vestidos en atuendos sagrados, cada uno recibe un banco tallado por su propio padre y decorado por su madre. Mientras tanto, las mujeres lloran por la muerte simbólica de sus niños, para luego celebrar con mucha alegría. el renacimiento del hijo adulto. El ritual culmina con la perforación del labio inferior del joven en una ceremonia altamente secreta de la cual solo participan los nuevos hombres. Los pueblos que siguen manteniendo sus rituales y tradiciones hoy existen porque tuvieron una historia propia, paralela a la paraguaya, y mantienen además una clara conciencia de sus respectivas identidades y culturas, y por sobre todo, de su vida. todo porque mantuvieron su lengua viva. Desde la promulgación de la Constitución Nacional de 1992, los pueblos indígenas son reconocidos como culturas anteriores a la formación del Estado paraguayo y cita que además se respetará las peculiaridades culturales de cada pueblo, se atenderá su defensa contra la depredación de su hábitat, la contaminación ambiental, la explotación cultural y la alienación cultural. Los nuevos tiempos nos llevan a tomar conciencia de la importancia de generar condiciones para que estos pueblos sigan construyendo el futuro de su cultura. Hoy, Paraguay debe asumir su cualidad de estado pluricultural y plurietnico. Celebrar las diferencias entre todos y todas es el camino a un mundo cada vez más justo. Y es también una gran oportunidad de encontrar respuestas en la sabiduría y en las formas de ser de los otros.