Desde el principio de la existencia del ser humano y sus posteriores avances tanto intelectuales como científicos, por miles de años hemos intentado explicar de dónde proviene toda la existencia. ¿Es posible que existe un ser supremo, omnipotente, omnipresente y omnisciente, que a su vez es creador, juez y protector, responsable de toda la existencia, que creó todo lo que vemos y lo que no vemos? Sí. O al menos eso es lo que se ha pensado a través de las religiones de toda nuestra historia. Y no por nada actualmente existen más de 4 mil religiones en todo el mundo.
Al final todas concuerdan en algo, la existencia de un ente divino supremo. Sin embargo, ¿qué puede decir la ciencia y las corrientes intelectuales modernas acerca de con toda certeza la pregunta más controversial de todos los tiempos? Por lo que hemos observado, en la naturaleza todo tiene un comienzo.
Tú y yo de alguna manera tuvimos un comienzo, y a su vez tuvimos una causa, algo que provocó nuestra existencia. Es así que todo lo que conocemos tiene una causa. Hasta el momento no hemos conocido algo que se cree de la nada, a todo le antecede algo más. Es simple, pero vayámonos más lejos en el tiempo de las cosas. Al principio de la existencia del universo, algo tuvo que haber creado todo esto, tuvo que haber una causa, o al menos esta es la postura defendida por el argumento cosmológico de la existencia de Dios, todo lo que existe tiene una causa, el universo existe, por lo tanto el universo tiene una causa, y esa causa en el argumento cosmológico es Dios.
Sin embargo, muchos intelectuales han ido en contra de esta creencia, debido a que estas simples premisas contienen un bucle infinito de pensamiento. Dios existe. Si Dios existe, entonces, según la premisa 1, Dios tiene una causa.
¿Quién lo creó a él? Si Dios necesita tener una causa, ya no podemos considerarlo como Dios, o en el mejor de los casos, como un Dios al que le antecedió otro Dios, y así sucesivamente. Es por eso que con el paso de los siglos se han hecho modificaciones a este argumento, de manera que no se caigan estas contradicciones. Dios no tiene por qué estar sujeto a una ley natural, o al menos a ninguna ley que nosotros percibamos inviolable. Dios debe estar así exento del orden natural, y así ser una causa incausada.
Dios no tiene principio, Él no necesitó ser creado. Y de ser cierto el argumento cosmológico y demostrarse la existencia de una causa primera, ¿por qué asumir que esa causa tiene propiedades divinas? La existencia en esa primera causa, en base al argumento cosmológico, no nos hace posible deducir que esa causa sea identificable como el dios de las grandes religiones.
Para encontrar más fuentes de pensamiento que apoyen la existencia de un dios creador, omnipresente y todopoderoso, quizás el argumento teleológico nos ayude. Según esta corriente de pensamiento, en el universo se pueden observar características que demostrarían la existencia de una inteligencia creadora responsable de su diseño. Pero, ¿cuáles características? Tradicionalmente se manejan dos.
Primera, el universo parece albergar un propósito. Y segunda, que el universo resulta ser demasiado complejo, y sus distintas partes están demasiado bien acopladas entre sí como para haber surgido del puro azar. De esta manera, la finalidad y la complejidad del universo son, de acuerdo con esta corriente intelectual, inexplicables sin la existencia de una inteligencia diseñadora.
Pero, ¿qué hay de cierto en todo esto? Si Dios no existiera, ¿podríamos explicar todos los fenómenos de la existencia? Veamos. Durante casi medio siglo, los físicos teóricos han observado, a través de una serie de descubrimientos, que ciertas constantes en física fundamental parecen extraordinariamente ajustadas para permitir la aparición de un universo que albergue vida.
Es decir, pareciera que el universo está armónicamente construido, pareciera que hay detrás una ingeniería divina que fue capaz de crear todo tal y como es, y si existiese una pequeña variable mal, siquiera un poco, no existiríamos. La extrema improbabilidad de que muchas variables se ajusten de manera prometedora a nuestro favor simplemente por casualidad, ha llevado a algunos científicos y filósofos a proponer que Dios fue quien providencialmente diseñó el universo para satisfacer la necesidad de la humanidad. va a ser nuestras necesidades específicas.
Y ejemplos sobran. Si estuviéramos más lejos del Sol, el agua de nuestro planeta se congelaría. Y si estuviéramos mucho más cerca, el agua herviría.
Si el campo magnético de la Tierra fuera más débil, nuestro planeta sería devastado por la radiación cósmica. Y si fuera mucho más fuerte, quedaríamos devastados por fuertes tormentas electromagnéticas. Y así hay muchos, muchos ejemplos.
Sin embargo, para muchos intelectuales, creer que todas estas circunstancias en las que está formado el universo fueron diseñadas solo para que el ser humano pudiese existir es algo muy ególatra. Porque creer que todo se armonizó así para que existiese esta civilización, que existe en un remoto planeta, de un pequeño vecindario llamado sistema solar, de una de las miles de millones de galaxias existentes en el universo, Es bastante improbable. ¿Qué nos haría tan especiales? Es así que algunos optan por desechar que el universo fue creado para nosotros. Más bien, nosotros como vida nos ajustamos a todas las circunstancias que componen al universo.
Y aún así, aceptando esta última, que parece ser la más lógica, no descarta la existencia de un creador, quien puso las reglas de cómo funcionaría el universo. Antes de Newton, la mayor discusión en torno al movimiento de los astros radicaba en que si la Tierra era el centro del universo, o por otro lado, si el Sol era el centro del universo. Esto fue un debate por bastantes años, y la religión no aceptaba nuevas ideas ya que el concepto de que la Tierra no fuese el centro del universo tenía serias implicaciones religiosas, ya que habría ciertas interrogantes acerca de la finalidad última de dicho universo. No fue hasta que la aportación de Isaac Newton creara implicaciones muy diferentes.
Ya no se discutía qué astros giraban en torno a qué otros astros. Newton se preguntó directamente por la causa natural de que estos astros giraban. Y pese a ser un hombre religioso, no se conformó con la explicación divina.
Fue así que descubrió la gravedad y el cómo funcionaban las órbitas de los planetas. Gracias a Newton supimos que la naturaleza puede ordenarse a sí misma sin intervención exterior, al menos en un gran número de ámbitos. La idea de la gravitación universal abrió la puerta a muchas otras teorías que englobaban toda la naturaleza dentro de principios universales, principios que permitían explicar fenómenos recurriendo a causas naturales.
De esta manera, nacía un nuevo concepto de ciencia donde las leyes divinas ya no eran las únicas candidatas a proporcionar una explicación del universo. De hecho, las leyes divinas empezaban a perder rápidamente terreno frente a las leyes naturales como hipótesis favorita de los pensadores. Pero entonces, esto nos hace pensar que si la raza humana logra sobrevivir por miles de años más, en algún punto de nuestra evolución podremos develar todos y cada uno de los misterios del cosmos.
¿Y con esto desechar la idea de un creador? Pongamos un ejemplo. Supongamos que tú eres un creador de videojuegos.
Es así que decides crear un juego de mundo abierto, pero con la maravillosa capacidad de hacer que cada personaje tenga conciencia propia. Con el tiempo, esos personajes ocuparán su rol en la sociedad cibernética. Y algunos se preguntarán de dónde vienen. ¿Quién los creó?
Es así que tratarán de encontrar la manera de explicar cada uno de los fenómenos que suceden en su mundo. Poco a poco irán develando los misterios y secretos de cómo funciona su mundo. En otras palabras, de lo que tú programaste. Sabrán cómo funcionan sus algoritmos, cómo funcionan sus gráficos y demás. Algunos dirán que no es necesario creer en alguien superior que los creó.
Sin embargo, tarde o temprano, si llegan al conocimiento suficiente, Ellos eventualmente sabrán que son un videojuego, y por consiguiente, sabiendo absolutamente todo acerca de su mundo, querrán saber si alguien los programó. Buscarán y buscarán respuestas, querrán contactarte, aunque sencillamente será imposible. Tú solo los verás a través del ordenador.
Ellos serán como unos peces queriendo salir de la pecera para conocer el mar. Es así como creo que la ciencia y la idea de Dios no están peleadas. El objetivo de la ciencia no es encontrar razones que sostengan que Dios existe o que no existe, sino más bien de descubrir cómo funciona la naturaleza.
Nosotros somos esos personajes de videojuego tratando de comprender cómo funciona nuestro mundo. Todo este tiempo y lo que falta, la ciencia descubrirá cómo funciona la creación, más no al creador. No somos ni seremos capaces de comprender al creador.
Quizás en millones de años nuestra... Pregunta ya no sea cómo funciona el universo, sino, más bien, dónde está aquel que lo creó. Quizás, al igual que los peces, nuestra naturaleza regida por espacio-tiempo nos impida salir de nuestra pecera y contactar con el creador, del cual no sabemos nada con certeza. No sabemos si fue la causa inicial y creó todo para luego desaparecer, o si está ahí viéndonos, o si es el dios religioso, omnipresente, omnipotente y omnisciente.
O quizás simplemente solo fue la causa, causa que ni siquiera fue consciente y solo fue un proceso maravilloso que dio luz a todo. Por ahora no sabemos nada. Y sí, desgraciadamente hoy en día no tenemos las herramientas científicas para comprobar la existencia de Dios.
Sin embargo, tampoco las tenemos como para negar su existencia. Y sí, quizás el dios religioso, omnipotente, omnipresente, lleno de amor y justo, sea el más alabado y al mismo tiempo controversialmente el más atacado. Sin embargo, creyentes intelectuales importantes han explicado la existencia de un dios visto desde un enfoque religioso, a pesar de todas las contradicciones y ataques que les han impuesto.
Una de las objeciones más populares a la no existencia de un dios omnipotente es la paradoja de la omnipotencia. ¿Podría un dios crear una piedra tan pesada que ni siquiera él pudiera levantar? Si puede crearla, entonces no es todopoderoso, debido a que no puede cargarla.
Y si no la puede crear, entonces no es omnipotente, debido a que no lo puede todo. Sin embargo, este tipo de paradojas son un sinsentido. Es algo ilógico desde su concepción. La omnipotencia no implica poder ilógico.
Dios no puede crear un casado soltero o un azul que baile, ni un círculo cuadrado, porque son cosas lógicamente inconsecuentes. Por lo tanto, el simple hecho de plantear algo así es completamente absurdo. Otra famosa paradoja es la del mal. Si Dios es omnipresente, omnipotente y omnisciente, y bueno, entonces ¿por qué permite que existe el mal?
Si Dios no puede acabar con el mal, entonces no es omnipotente. Pero si Dios sí puede acabar con el mal, entonces ¿por qué existe el mal? ¿Quiere decir que Dios lo permite?
Entonces Dios por lo tanto no es bueno. La postura religiosa respecto a esta paradoja es que el mal existe no por culpa de Dios, más bien Dios en su capacidad y bondad para otorgarnos libre albedrío nos dio libertad, y hemos sido nosotros los que hacemos el mal, no Dios. El costo de la libertad es el mal. También apelan a que Dios de cierta manera permite el mal pero para sacar de él un bien mayor, algo que hoy parece una tragedia tiempo después traerá cosas buenas a la creación, todo es parte del plan divino. Sin duda es una buena respuesta desde la perspectiva religiosa, pero tratemos de encajar una respuesta a esto desde la perspectiva de un creador del cosmos no religioso, si todo lo que existe lo creó una entidad.
Es muy probable que aquella entidad ni siquiera tenga que ser masculino como algunas religiones afirman. Quizás es tanta su complejidad que en esa entidad no existe el bien y el mal. Es decir, veamos su creación. ¿Es un volcán malo por el hecho de hacer erupción y arrasar con una comunidad? ¿Es un león malo por el hecho de matar un antílope para alimentarse?
Quizás lo que para nosotros es el mal, en un ámbito macro, es solo un factor más necesario en la creación. Si un día el sol conforme a su evolución natural llega a hacer que la vida en la tierra se extinga, ¿eso lo haría un sol malo? Yo creo que no. Más, sin embargo, este pensamiento no está defendiendo a un ladrón o a una persona que asesina a otra.
Y para encargarse de eso y castigarlo están las autoridades de aquí del planeta. El argumento que menciono va más allá en un sentido de que quizás el mal en la naturaleza es parte inherente del caos que necesita la existencia. Al final, al menos en nuestro tiempo actual, no existe una respuesta definitiva. Quizás en miles de años, con mayor tecnología y conocimientos, podremos desechar la idea de Dios, o por el contrario, reafirmar que todo el universo es una obra de arte solo posible a través de un arquitecto. Y de ser así, nuestra pregunta ya no sería si existe Dios, más bien sería, ¿en dónde está Dios?
No importa la creencia que tengas, ya seas cristiano, musulmán, judío, agnóstico, ateo, etc. Tenemos que ser respetuosos con las creencias de los demás. Hagamos el bien, ayuda al prójimo, perdona y ama incondicionalmente.
Cada día es un regalo, agradece y aprovecha cada minuto. El simple hecho de que estés aquí es algo que sobrepasa cualquier posibilidad. Todos estamos compuestos de lo mismo por dentro.
Y de cierta manera eso nos hace estar conectados con el universo Y a su vez nos hace estar compuestos de aquello que en un principio comenzó todo Somos parte de ese primer instante Y así será siempre Mantén tu fe fuerte En lo que sea que creas Los tiempos son difíciles y tu fe te mantendrá de pie No necesitas aferrarte a las supuestas leyes divinas impuestas por el ser humano que en su ignorancia cree que posee En su mayoría son creencias que ya no pertenecen a esta actualidad, donde gracias a ellas solo se crean divisiones, ya sean guerras o discriminación y separación. Si Dios existe, lo último que querría sería lo que pasa ahora. Ama y sé empático con aquellos que no tengan tu misma forma de pensar.
Los gobiernos y la iglesia, no como creencia, pero sí como estructura económica, lo único que han hecho es separarnos más. Y nos han manipulado para defender sus propios intereses. Tú solo actúa bien. Haz el bien por la naturaleza, por los animales, por tus cercanos y por tus lejanos.
Ámate y ama a todos los demás. Si Dios existe, sabrá que tu camino es el correcto. Bien, ¿qué te pareció todo este video?
No lo hice para ofender a nadie, al contrario creo que toqué puntos muy superficiales para no ofender a ninguna religión. Sin embargo, me gustaría que en la caja de comentarios se abriera un debate, todo con respeto. ¿Qué es lo que opinan ustedes?
¿Existe o no existe Dios? Espero tu comentario.