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Llegada Europea a La Española

De repente, unos extraños navíos aparecieron en el horizonte. Primero, sólo los pescadores los vieron. Luego llegaron más curiosos de la aldea y posteriormente se unieron al grupo sus líderes, el cacique y el beique, el sacerdote de la tribu. Nadie jamás había visto esta clase de navíos, ni el beique, quien había viajado a las otras islas, y esto perturbó a todos.

Una embarcación más pequeña se acercó a la costa y el cacique ordenó que las mujeres y niños se escondieran. Hombres igualmente extraños desembarcaron en tierra. Vestían telas coloridas, tenían pelo en la cara, y su piel, aunque quemada por el sol, era pálida. Hablaban un idioma extraño.

Cuidadosamente el cacique se acercó a los forasteros. Solo unos pocos de los guerreros más valientes lo acompañaron. Pocos podían imaginar que su mundo estaba a punto de cambiar por completo. Usted está viendo esto gracias a Fundación Corripio, Indubeca y Banco BHD.

Milenios antes de la llegada de los europeos, en la isla que Cristóbal Colón llamaría Española, ya existían varios grupos aborígenes que hablaban lenguas diferentes. Procedían desde el sur del continente americano, viajando de isla en isla por el Caribe en busca de nuevas tierras de caza y cultivo, trayendo consigo su cultura, cultivos y animales. Así, Gradualmente y a lo largo de milenios, esas diferentes tribus y culturas poblaron todo el Caribe. Colón creyó erróneamente que había llegado a la India y por eso llamó indios a los habitantes de las tierras descubiertas. En las Antillas, sin embargo, encontró una sociedad aborigen conocida como cultura taína.

La palabra taíno es derivada de una expresión aborigen que quiere decir gente buena. Pero en la isla coexistían varios grupos, como los ciguayos y los caribes, cada uno con su cultura, lengua y religión, y cada uno subdividido en unidades menores llamadas nitaínos. A la llegada de los españoles en el año 1492, en la isla había unos 400.000 aborígenes, distribuidos en cinco reinos llamados casicazgos, cada uno con su rey o cacique. Vivían en relativa paz los unos con los otros. aunque ocasionalmente se producían conflictos entre otros grupos, en especial con los indios caribe, una tribu belicosa cuyos miembros practicaban la antropofagia.

Pese a que existían varias lenguas y dialectos, los naturales de la española se comunicaban mediante una lengua común. No conocían la escritura en el sentido moderno, sin embargo, los petroglifos que dejaron en cuevas y piedras pueden interpretarse como una forma de protoescritura. Vivían en una especie de comunismo primitivo, sin propiedad privada y sin dinero como circulante. Su economía se centraba en la agricultura, la pesca y la caza para consumo propio y el excedente de la producción era destinado al trueque, de modo que todas las tribus y aldeas intercambiaban entre sí cuanto necesitaban. Eran diestros en la pesca con redes, anzuelos y arpones, así como el uso de arcos y flechas para la caza.

Pescaban variedad de peces en ríos y mares, incluyendo los manatíes. En tierra cazaban numerosas aves, como las cotorras, al igual que mamíferos roedores, como las jutías. A veces en sus aldeas atrapaban y cercaban jutías y curíes para no tener que cazarlos, y tenían perros domesticados que no ladraban.

Además, recogían abundancia de frutas silvestres como guayabas, guanábanas y piñas. En sus plantaciones, llamadas conucos, Cultivaban algodón, tabaco, maíz y diferentes tubérculos como patatas, maní, ajíes y en especial la yuca. La yuca fue la planta más importante.

De ella hacían el casabe, que los españoles llamaron pan de las indias. Intrínsecamente vinculada a la caza, la agricultura y la sociedad, figura su religión. Adoraban varias deidades o espíritus llamados semíes. Para su adoración, usaban ídolos y figuras, los cuales representaban su entorno, desde animales, plantas y hasta ancestros. Por eso, el rito de contactar a los espíritus y los antepasados para pedirles consejos y ayuda, fue parte fundamental de su religión.

Esta comunicación fue privilegio del líder de la religión. espiritual de la tribu, el beike, quien se comunicaba con los espíritus por medio de ritos como el de la cooba, mediante el cual inhalaban plantas con propiedades psicodélicas para poder entrar en una especie de trance espiritual. Como intermediarios entre los dioses y los humanos, los beikes ejercían gran influencia sobre la población. Así, la religión fue una parte fundamental de su día a día. Como muchas sociedades primitivas, los taínos se dividían en estamentos que modernamente podrían definirse como clases sociales.

En la cima estaba el cacique, jefe de la tribu. Su importancia era similar a un rey. A la población se le exigía completa sumisión y obediencia ante el cacique, ya que su poder era absoluto.

En la base de la pirámide social, la familia taína era monógama, pero a los caciques y personajes principales se les permitía la poligamia. El patriarcado predominaba en las altas instancias, mientras que la herencia y el orden sucesoral respondían a patrones matrilineales. De hecho, la mayoría de los caciques eran hombres, aunque las mujeres nobles disfrutaban de un alto estatus y privilegio. También había caciques mujeres, como Anacaona. La estructura social taína era como sigue.

Después de los caciques estaban los nitaínos, los nobles y guerreros, y los beiques. Los líderes religiosos. En la base social estaban los naborías, sirvientes o trabajadores domésticos, además de la clase baja y los aldeanos que trabajaban la tierra.

Aunque se limitaban a su isla, los taínos tenían contacto con otras islas y parte del continente. Por ejemplo, existían rutas de comercio entre ellos y los mayas, y a veces había guerras con otras tribus, particularmente con los caribes. De manera que la llegada de esos seres en navíos extraños no fue un hecho completamente inesperado, aunque sí constituyó un acontecimiento desconcertante. Aunque no lo sabían entonces, el arribo a la isla de Cristóbal Colón y sus acompañantes, el 5 de diciembre de 1492, sería el comienzo del fin del mundo taíno. Un viaje a la historia llega a ustedes gracias a Fundación Corripio, Indubeca y Banco BHD.