Antes de la llegada de los españoles al nuevo mundo, florecieron en Mesoamérica civilizaciones que lograron grandes avances en la agricultura. conformaron majestuosas ciudades y establecieron una clara estratificación social. El México de hoy es producto de ese legado prehispánico y muchos de sus rasgos culturales son herencia de esa tradición milenaria. El poblamiento de América comenzó hace unos 490 mil años, cuando el descenso de las mares, producto de la era glaciar, permitió el paso de oleadas de humanos provenientes del norte de Asia.
Una de las primeras historias que se... pueden recuperar sucedió hace unos 9.000 años, cuando las bandas de cazadores del Valle de México conducían mamuts a la orilla pantanosa del lago para cazarlos. Cierto día, una mujer de aproximadamente 25 años y un metro y medio de estatura, sufre una caída y quedó sepultada en el lodo con el rostro hacia el suelo. En los libros, esta mujer es recordada como el hombre de Tepexpan. Miles de años pasaron para que los cazadores y recolectores nómadas se asentarán en aldeas y lograrán domesticar el maíz, el fricol, el guaje y el zapote.
Hace unos 5.000 años surgieron muchas de las características de los cazadores. de los pueblos mesoamericanos. Se domesticó el perro, comenzó el uso del metate y se domesticó a la gran calabaza, con cuya semilla se prepara desde entonces el pipián, característico de los pueblos de esta región.
Incluso hay vestigios que permiten afirmar que en aquel tiempo se iniciaron el culto a los muertos y los sacrificios humanos. Suele considerarse al año 2500 a.C. como el origen de la historia mesoamericana. Se generalizó la vida sedentaria, surgió la cerámica y la mayoría de la población comenzó a vivir en aldeas formadas por un grupo de casas alrededor de un patio, patrón que sobrevivió a la conquista.
Por aquella época surgieron también pequeñas villas que alcanzaron miles de habitantes, entre las cuales se dio un importante intercambio comercial. En los siglos siguientes, las aldeas se multiplicaron y en ellas se realizaron primitivas obras hidráulicas que propiciaron el aumento de la productividad agrícola y en general de la población. Las sociedades evolucionaron hacia una mayor jerarquización y especialización del trabajo. Entonces un repertorio de imágenes simbólicas que usualmente identificamos como olmecas.
La representación constante del jaguar asociado a la figura humana. Las grandes mesas de piedra o mampostería, o los rostros con ojos rasgados, cejas flamígeras y labios prominentes que en algunas ocasiones... dejan entrever unos colmillos feroces, todo ello a partir del uso frecuente de la jadeíta y otras piedras verdes. Hoy sabemos que los rasgos culturales y estilísticos propios de lo llamado Olmeca surgieron de manera más o menos simultánea en varias regiones.
Los sitios urbanos de mayor envergadura, complejidad y con la mayor presencia de escultura y otras imágenes características de la Olmeca, se ubicaron en la zona del Golfo. En San Lorenzo, las esculturas de mayor tamaño son los tronos, desde los cuales los gobernantes presidieron ceremonias religiosas y donde tal vez atendieron asuntos de gobierno. Las imágenes talladas en los gigantescos asientos revelan la pertenencia a cierto linaje particular.
A la caída de esta ciudad, la venta fue su auténtico relevo. Ahí floreció una civilización que continuó la excelente tradición escultórica y construyó la primera pirámide mesoamericana, formada por un ...un gigantesco cono de tierra ondulante......aún hoy día......impresionan las enormes distancias recorridas......desde el norte de Veracruz......a fin de obtener la materia prima de las colosales esculturas......para lo cual se utilizaron todos los medios a su alcance......como material rodante......o embarcaciones......a pesar de tal desarrollo... No hay datos para afirmar que las culturas asentadas en el territorio mesoamericano estuvieron bajo el dominio de esta metrópoli, pues cada sitio tiene particularidades que hacen pensar en un desarrollo propio. Parece que los rasgos estilísticos compartidos son producto del intenso intercambio comercial cuyas huellas aparecen en lugares tan distantes del Golfo como la costa del Pacífico.
Tan homogeneidad se diluyó a partir del año 500 a.C. cuando al parecer, por un acuerdo entre los diversos grupos que habitaban el valle de Oaxaca, surgió Monte Albán. Monte Albán era una montaña pedregosa, sin agua y deshabitada, pero su posición estratégica en el centro del valle, desde donde se dominaba la vista de todo alrededor, favoreció su construcción. En su momento de esplendor, la ciudad tuvo más de 15.000 habitantes. Sus primeros edificios dieron cuenta de la intensa actividad militar que la distinguió.
El de los danzantes, por ejemplo, estaba rodeado de estelas con figuras desnudas y con las vísceras expuestas que seguramente representaban cautivos sacrificados y que en conjunto denotaban una lista de pueblos sometidos. La exaltación pública de la victoria militar se repite en diversos sitios influidos por Monte Albán y da cuenta de la importancia que para estas culturas tuvo la guerra en la cual seguramente se basó su florecimiento. De manera simultánea en el Valle de México floreció Cuicuilco.
Aunque el desarrollo urbano actual y la capa de lava que cubrió el sitio dificultan las investigaciones, es claro que Cuicuilco no es sólo una gigantesca pirámide de base circular, pues las grandes dimensiones de lo que fue aquel centro ceremonial hacen pensar en una importante zona urbana y un nivel de desarrollo único para su momento. Sin embargo, tras una erupción del Chitle, el sitio comenzó a despoblarse en el año 50 a.C. y fue abandonado completamente unos 100 años más tarde. En el primer siglo de nuestra era, en la zona del Valle de México, se consolidó el gran imperio de Teotihuacán, centro político y religioso de la región, cuya influencia y fuerza militar no habían sido vistas en Mesoamérica.
En ese entonces se construyeron las pirámides del sol y la luna, la calzada de los muertos y el templo de Quetzalcóatl. Y se inició la etapa urbana de una ciudad que llegó a ocupar una superficie de 20 kilómetros cuadrados. Durante más de 400 años, la civilización alcanzó un amplio desarrollo, una compleja organización política y una prosperidad generalizada.
La mayoría de la población ocupó multifamiliares de mampostería y muy pocos vivieron en chozas de adobe. Las familias se reunieron en barrios agrupados en distritos donde se aprecia una sociedad jerarquía. ...y organizada en torno a las actividades artesanales. Aunque no se descarta la participación común en actividades agrícolas. Teotihuacán contó con una importante infraestructura urbana como vivienda sólida, calles pavimentadas y comercio bien organizado.
De la clase dirigente sólo se conoce su afinidad con Quetzalcóatl como suprema divinidad protectora. Pero es posible que su poder se haya fortalecido por la presencia de las majestuosas obras públicas. De lo que sí hay amplia evidencia es de la inmensa influencia que alcanzó Teotihuacán en territorio mesoamericano, a través de lo cual aseguraron el influjo de materias primas para su producción artesanal y la supervisión de importantes rutas de flujo comercial.
Las regiones de intercambio donde ejercía su dominio incluyen zonas agrícolas del Estado de México y el Valle de Toluca. y incluso zonas tan distantes como la región de los tuxtlas en el sur de veracruz a través de la diplomacia o de la fuerza militar la relación entre los pueblos mesoamericanos fue intensa realizaron intercambios comerciales e influyeron con su creación artesanal a los habitantes de las regiones mayas o las del valle de oaxaca De esta relación queda constancia en los estilos constructivos y en la cerámica. Entre el año 600 y el 700, cesó la influencia teotihuacana en los territorios controlados en los siglos anteriores. Emergieron nuevas ciudades con un papel más activo en los intercambios regionales, con lo cual comenzó un nuevo periodo en el mundo mesoamericano, pues la extinción del predominio teotihuacano fue de particular importancia para el avance de la cultura maya.
Desde poco antes del año 600 de nuestra era, las ciudades mayas se volvieron más prósperas y su arquitectura, escultura y la manufactura de objetos suntuarios y rituales alcanzaron una variedad y riqueza sin precedentes. Algunas de las principales ciudades mayas tuvieron su etapa de mayor florecimiento a lo largo del siglo VII. Tal es el caso de Palenque, al pie de la sierra Chiapaneca, Tikal, en el Petén, Calakmul, al sur de la península de Yucatán.
Esta etapa histórica es una de las mejor conocidas, pues los mayas desarrollaron un tipo de escritura capaz de reproducir el discurso oral y utilizaron un sistema de fechamiento muy preciso. De los mayas se conocen muchos relatos sobre historias de gobernantes, templos y guerras y poco a poco, mientras se desarrolla la lectura de inscripciones, surgen detalles que revelan fechas particulares de reyes, hablan de construcciones y despejan incógnitas sobre el porqué de una construcción o sobre el protagonista de un entierro suntuoso. Una señal del poder de los señoríos mayas se aprecia en su influencia en el México central, particularmente en dos importantes ciudades, Cacaxla y Xochicalco. En la célebre pintura mural de Cacaxla se detecta la influencia de varios estilos y regiones, pero ante todo el estilo de las pinturas, la composición de los temas y el tratamiento de los personajes es maya.
De igual modo, aunque en Xochicalco la suma de estilos revela un repertorio aún mayor de contactos con otras élites, el estilo constructivo general de la ciudad sólo se explica por un amplio conocimiento del arte maya. Pero la hegemonía teotihuacana de siglos anteriores nunca fue sustituida. Más que un poder central, en este periodo hubo una compleja red equilibrada sobre dominios regionales, pues los tres siglos de esplendor maya coinciden con un periodo de intensa actividad militar que generó constantes reacomodos en los equilibrios entre señoríos.
Muchas ciudades cayeron devastadas o exhaustas. En otras, los campesinos le dieron la espalda a los gobernantes y bastó que se internaran unos meses en la montaña para que la nobleza quedara sin sustento. A partir del año 900, las ciudades protagonistas de los siglos anteriores quedaron deshabitadas y comenzó una nueva etapa marcada por una intensa migración de bandas de cazadores venidas del norte conocidas como Chichimecas.
El conflicto permanente y la beligerancia de los advenedizos norteños pusieron a la guerra en el centro de la vida pública. Los guerreros se invistieron de atributos religiosos. Las batallas se emprendieron en nombre de los dioses y los sacrificios humanos practicados después de las contiendas se concibieron como necesarios para el funcionamiento del orden cósmico.
La ciudad más importante de este periodo fue Tula, en el actual estado de Hidalgo. Allí se mezcló la audacia guerrera de algunos chichimecas con la tradición náhuatl, antigua heredera de Teotihuacán. En Tula el guerrero toma el lugar central y los principales edificios se decoran con representaciones de jaguares, coyotes y águilas con corazones sangrantes en el pico. Las canchas de juego de pelota cobran gran relevancia, tal vez por ser el escenario de un rito guerrero que concluía con la decapitación de los prisioneros.
Tula es la primera ciudad donde se utiliza el Zompantli, una gigantesca estructura macabra. parecida a un abaco, donde cada atravesaño está formado por un sartal de cabezas humanas. También ahí surge la representación y el culto a Chacmol, que se extenderá ampliamente al igual que la presencia constante de Quetzalcóatl, el dios mayor de los toltecas.
Tula tuvo un gran peso político que le permitió dominar amplias rutas comerciales a lo largo del territorio mesoamericano y convertirse en la gran fuerza de la época. Su presencia se ha detectado desde la zona maya en la península yucateca hasta en regiones de Nuevo México. La presencia tolteca es particularmente notoria en la zona maya en donde por la misma época... surge un señorío fundamental en la refundada Chichen Itzá, ciudad cuyo estilo constructivo y motivos ornamentales sólo pueden ser explicados en su relación con Tula, pues reproduce muchos de sus elementos característicos. Chichen Itzá fue la ciudad más poderosa de la península hasta 1300 y su fama llegó incluso hasta la conquista.
A pesar de su dimensión bélica, las ciudades toltecas alcanzaron un alto grado de desarrollo urbano, civilización y sabiduría y religiosidad. Hacia el año 1200 los mexicas, uno de los pueblos meridionales de la gran metrópoli que era entonces Tula, comenzaron una migración que los llevaría a ocupar la zona lacustre del Valle de México. Al parecer, en medio de grandes conflictos, cayó Tula hacia el año 1200 e inició entonces la última etapa histórica del México prehispánico, misma que concluyó con la conquista. En vísperas de la conquista española, el Valle de México vivió una etapa de florecimiento urbano formidable.
Había muchas ciudades populosas de las que los cronistas recuerdan las aglomeraciones de calles y canales y se sorprenden por el bullismo. de las plazas del mercado chalco atenco xochimilco cuyo arcán cuba can ista palapa descoco la copa Azcapotzalco, México Tenochtitlán y México Tlatelolco. Además de decenas de villas medianas donde habitaron poco más de 2 millones de personas, cifra superior a la actual población de la ciudad de Puebla, por poner un ejemplo.
Este complejo sistema urbano administrado por diversos señoríos fue dominado por los gobernantes de Tlacopan, Texcoco y México Tenochtitlán, integrados en la Triple Alianza. que administró las rutas y plazas de mercado, los diversos compromisos y las redes tributarias sobre pueblos y etnias. La densidad demográfica y la complejidad urbana del Valle de México se basaron en una agricultura próspera, sustentada en el uso generalizado del regadío en tierra firme y en el sistema de chinampas practicado en las islas y en las orillas del lago.
Las tierras se abonaron con fango y con excremento de murciélago. Gracias. y se usaron almácigos, lo que garantizó mayor viabilidad de los cultivos.
Los cultivos fueron en esencia los mismos de sus antepasados mesoamericanos. Maíz, frijol, calabaza, chile, varios tipos de tomate... chía y amaranto. Además, el lago proporcionó muchos otros recursos, gran variedad de peces, aves, ranas, insectos diversos, serpientes, conejos o venados, además de la sal del fondo de las aguas.
En los bosques de la cercanía se cultivó el maguey y se obtuvieron leña y algunos frutales como el tejocote y el capulín. Esta sociedad tuvo una compleja organización estratificada donde se dio la división entre nobles y gente común o más iguales. A su vez, entre los más iguales existieron diversos grupos, como los artesanos, quienes tuvieron menos obligaciones que el resto, y los mercaderes, quienes también vivieron cierto estrés. estado de excepción al fungir como espías, dado el conocimiento que tenían de otras ciudades donde intercambiaron mercancías.
Los campesinos se dividieron entre los que trabajaron la tierra colectiva de los Calpulis, que podían considerar casi propia, y quienes laboraron en una tierra concedida a algún noble y cuyas obligaciones y tributos eran aún mayores. La compleja organización permitió a Tlatoani un control muy claro en una sociedad jerarquizada y corporativa que, no obstante, tuvo excepciones como los vagos, malvivientes, prostitutas y mendigos, quienes estuvieron al margen de la organización. social por expulsión o por huir de la autoridad paterna o del castigo de un delito los mexicas se distinguieron por el frenesí con el que practicaron el sacrificio humano en diversas modalidades algunos días se sacrificaba a cientos de bebés para agradar al dios claro En una fecha especial se sacrificaba a una anciana y un sacerdote recorría las calles y plazas con la cabeza sujeta por el cabello La herida, el desmembramiento y la muerte fueron constantes en Tenochtitlán y otras ciudades vecinas Para sobreponerse a estas escenas la población participó en diversiones públicas catárticas como juegos callejeros, comedias ridículas y ritos chuscos como el palo encebado Música Más allá de su significado religioso, los sacrificios demostraron la fuerza militar. Por ejemplo, luego de la campaña militar contra la Huasteca, miles de prisioneros fueron sacrificados tras hacer filas de cuatro días y cuatro noches al pie de cuatro templos. A principios del siglo XVI, en vísperas de la llegada de los españoles a Mesoamérica, el Imperio Mexica abarcó de costa a costa y de norte a sur, de Querétaro a Oaxaca y hasta algunas regiones de Chiapas.
Señoríos prósperos, como los Totonacos, con su desarrollo urbano y religioso, recibieron constantemente la visita de los recaudadores mexicas. Sin embargo, muchos se resistieron al dominio de la alianza. En Michoacán, los tarascos defendieron su territorio y formaron una frontera infranqueable, mientras los huastecos se declararon insumisos y muchos otros pueblos se defendieron. tenazmente del dominio mexica. La región maya se mantuvo independiente y los diversos señoríos de la península yucateca jamás sufrieron acoso de la triple alianza del centro de México.
Y sin embargo, la mesa estuvo puesta para las alianzas dadas con el arribo del Conquistador. Desde el arribo de Cortés a Yucatán, hasta la conclusión del sitio de Tlatelolco y la captura de Cuauhtémoc, muchos señoríos se unieron a las filas del ejército conquistador, tras ser derrotados en combate o celebrar acuerdos. La conquista de Tenochtitlán fue una victoria de tlaxcaltecas, tezcocanos, totonacos u otros pueblos indígenas y fue la última guerra del México prehispánico, aunque dirigida por un pequeño grupo extranjero al que le permitió dominar muchos de los territorios controlados por la Triple Alianza. Pero la conquista definitiva de los pueblos mesoamericanos fue una tarea más larga que tomó, en muchos casos, siglos.