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Desafíos de la Migración Centroamericana

Algunos que van de sus países porque quieren encontrar un mejor futuro, pero en vez de encontrar un mejor futuro, encuentra uno cosas que no espera uno encontrar, que le da mucha tristeza a uno porque todos vamos sufriendo. Que aquí en el camino es todo muy difícil, que peligra uno con su vida, lo secuestran a uno, otros le roban a uno dinero, violaciones de mujeres, de niños, entonces se ven cosas muy feas. Son muchos los que han secuestrado, ¿no?

Entonces, dicen, hacemos una fila y hay unas personas que están con su libretita pidiéndonos el teléfono de nuestro familiar. Los que dicen, no me acuerdo del teléfono, lo parten. Me han dicho, me han contado, dice, uno dice que no se acordaba del número y agarraron una tijera y le cortaron un pedazo de lengua. Para que se acordaran.

O sea, los torturan hasta que ellos dicen el número de teléfono. Y si efectivamente, efectivamente no tiene familiar en Estados Unidos, no tiene familia quien pague su rescate, lo matan frente a ellos. Lo sacan, lo hacen pedazos y luego en un tambo de 200 litros de diésel lo ponen a calentar y ahí lo meten.

Y muchas veces los meten así hasta enteros o medio vivos. Los meten en ese tambo de diésel caliente según para que no quede huella, para que se consuma todo. Y ya no puedan saber quiénes son.

¿Cómo te imaginas que es Estados Unidos? Bonito. Como viste en las fotos. Tiene una foto, cuando yo estuve allá, tiene una foto del, ¿qué?

SeaWorld. Ah, la ballena. Ballenas, delfines, todo eso.

Para mí sería mejor estar en nuestro país, que El Salvador diera más oportunidades de trabajo, que todas las cosas fueran mejores para no tener necesidad de viajar a otro país, hacer otra vida. ¿Ustedes se sienten culpables de algo? No.

Yo sí me siento culpable de ser latina, nada más. Porque si yo fuera de allá, tal vez no nos trataran así, ¿verdad? Esta familia viaja con tres niños.

El más pequeño tiene un año ocho meses. Es imposible imaginar de lo que vienen huyendo al ver que están dispuestos a arriesgarlo todo por un futuro para sus hijos. Es incuestionable que todos tenemos ese derecho, el de mejorar las condiciones en que vivimos. Nosotros como inmigrantes centroamericanos necesitamos una visa por lo menos para subir hasta el Distrito Federal por parte del gobierno mexicano para evitar esta inmigración y esta zozobra en esos trenes que son la peste de la muerte donde uno cae, perece, se mutila.

es seguido por los distintos grupos ya terroristas en México que secuestran al inmigrante piden una suma de dinero sino lo matan el gobierno mexicano no tiene voluntad eso es claro lo que ha hecho lo ha hecho por presión de las ONG por presión de la sociedad civil que presiona que denuncia O sea, lo hace por presión. Tan fácil saber quiénes son los secuestradores, tan fácil llegar a ellos. O sea, no quieren, ¿por qué?

Porque están coludidos las autoridades con ellos. Es sencillo. O sea, yo considero que es muy fácil para las autoridades llegar a saber quiénes son los secuestradores. Pero no quieren. En estos albergues los migrantes pueden descansar, dormir, limpiarse y comer.

Pero lo más importante es que en ellos se encuentran un remanso de seguridad que no encuentran en ninguna otra parte del trayecto rumbo a los Estados Unidos. También en ellos se les informa acerca de los peligros del viaje y la mejor manera de evitarlos. Allí encuentran a gente como ellos, de diferentes países, que también están haciendo el viaje. Comparten experiencias y apoyo que les ayuda a seguir adelante.

Son solamente voluntarios los que trabajan en los albergues. La mayoría de ellos son mexicanos, que un día se dieron cuenta de las terribles condiciones en las que los migrantes hacen su viaje. Pero también, se dieron cuenta de que podían ayudar a sus hermanos centroamericanos, dándoles lo mejor que se puede otorgar en la vida, la esperanza.

Nosotros aquí todas somos madres solteras. Yo, pues, mi papá de mis niños me dejó. Ella, su esposo murió, el de ella también. O sea, el mío como que también, pues, está muerto porque no les ayuda en nada.

Yo dejé mi familia, mis hijos, mi mamá, mis hermanos. ¿Tus hijos? ¿Cuántos hijos tienes? Dos. Dos, mi mamá, mis hermanos.

Bueno, todo lo que tengo lo dejé allá. Pero pienso llegar a Estados Unidos para ayudarles mucho, porque Honduras está bien malo. No hay trabajo, tenemos gasos, muchos gasos, todo está malo, malo, malo.

¿Qué es lo que más miedo les da? ¿Miedo? De este viaje.

Que nos secuestren porque... Que nos vayan a secuestrar. Que nos secuestren. Porque no tenemos cómo pagar un rescate.

Sí. Porque sí piden mucho dinero. Y no tenemos para pagarnos. Esto ya no es sueño, sino que es pesadilla del sueño americano. Porque, o sea, bueno, lo que tiene que pasar en México, extorsiones, asaltos, violaciones y aunado ahorita pues el secuestro.

Se calcula que 6 de cada 10 mujeres son abusadas sexualmente en su viaje a los Estados Unidos. Dalila, de El Salvador, tiene tan solo 17 años. Asaltaron a los ladrones, le pegaron a mi tío, lo robaron todo. A unos muchachos que venían, los compañeros, les quitaron los pantalones, ropa, la camisa, zapatos, todo les quitaron. Y luego a mí me violaron y un montón de cosas hicieron ellos.

Aquí era el lugar donde los asaltantes ya se escondían atrás de los vagones y ya como el migrante pasa por este lado o venía por las vías, ya le salían y ya este, ya sea que los metían atrás de los vagones o si no se los llevaban hacia el fondo. Mi hijo siempre decía cuando su papá, que él quería una moto, pero una motito así, de esas. Yo le decía, mire mi amor, cuando yo llegue a Estados Unidos se la voy a comprar. Y bueno, mi primer sueldo que haga, bueno, no voy a comprar la moto de él, sino que yo hoy tengo una promesa y la voy a hacer. En este libro se lleva un registro de las mujeres que han pasado por los albergues de migrantes.

También se registran los abusos que les han cometido en su camino. Mariela es una psicóloga voluntaria que trabaja con estas mujeres. Es muy difícil ese trabajo, realmente no pasaría que sienta ese dolor y ese malestar.

Una jovencita de 17 años, hondureña, que viene con su pareja, está embarazada de dos meses, y en el basurero se encuentra con cuatro individuos. A los hombres los despojan de sus pertenencias, de su ropa y obviamente a la chica también. La violan tres hombres frente a su pareja, frente a sus compañeros.

salen de sus países se inyectan una solución anticonceptiva, digamos. Ayer precisamente una niña de 14 años me preguntaba si aquí pueden darle esa inyección. Ya vienen predispuestas a que las pueden violar, entonces se inyectan y en caso de que sean abusadas sexualmente, pues al menos saben que no van a quedar embarazadas. A mí me convenció mucho porque mis hijos empezaron las clases.

No tenía para ajustar a comprar todo lo que ellos necesitaban, sus útiles. Eso me hizo sentir muy mal. Dije, no, yo tengo que viajar para Estados Unidos para poder darle a mis niños todo. Porque es lo que más deseo en la vida. Que ellos tengan lo que yo no pude tener, mis estudios.

Entonces... No, pues es... Eso fue lo que me motivó a viajar a Estados Unidos. Y sí sé que voy a llegar.

A mí me gustan las plantas, me gusta convivir con ellas, me gusta hasta platicar. Se me olvidan las penas, pues. Yo siento tristeza, que mi hijo no sé dónde se encuentra.

Yo siento una gran tristeza. Es mejor estar todos unidos, ver las niñas aquí sin su papá. Ella no lo conoció. Él cuando se fue me dijo, a los 12 días le hablo mamá mía. Y ya no me habló.

Yo todavía tengo esperanza. Esta es una de las tantas familias centroamericanas que no saben el paradero de sus hijos. Mientras pasa el tiempo, la certeza de que algo les haya ocurrido es inminente. En el caso que se encuentre el cuerpo de algún desaparecido, el cónsul de El Salvador en Chiapas, ayuda a repatriar los restos de los migrantes que han muerto en México.

Yo pienso que es un sueño, pero es un sueño de terror, porque todo lo que pasa, independientemente de que lleguen o no, es un sueño de terror, que convierte la vida de ellos y la nuestra en pesadillas. Y te digo que la indignación mía fue ver esas fotos cuando aún mi hermano estaba desnudo, enterrado con esas tres personas más, atado aún con alambres de pú a sus pies, que me dio la impresión de que como un animalito lo hubieran jalado con ese alambre y lo fueron a meter ahí como cualquier perro. Sí, te digo, es bastante duro ver de qué manera tratan a nuestras personas, a nuestros migrantes.

Como te digo, en la manera que se encontró el cuerpo de mi hermano. O sea, fue torturado, fue masacrado y luego enterrado como cualquier animalito. Según la autopsia que le hicieron, las tres personas que asesinaron habían sido asesinadas con armas de grueso calibre, cual se supone que solo los federales usan.

No, no, no sé qué te puedo decir, como no tienen ni un poquito de sensibilidad, porque aunque no fueran personas salvadoreñas, que fueran de otro, que fueran de su país, o sea, no son sensibles, siento yo que no son sensibles. Allá hay uno, allá hay como tres. ¿Aquí? Sí, allá hay como cinco. También hay allá también.

Aquí atrasito de esto también hay. No tienen familiares y se tienen que meter a la fosa común. Aquí también. Aquí parece que hay también.

Aquí es allá al lado. Al final, es un niño de 16 años, que sin saberlo, atestigua el dolor de cientos de familias. Es necesario que existan registros oficiales acerca de las muertes de los migrantes.

No solo para que dejen de ser desaparecidos, sino también para que dejen de ser invisibles mientras vivan. Aló, ¿quién habla Juanita? Pues muy mal, estoy en el hospital, tengo tres dietas en el hospital, pero no le diga nada a mi mamá de eso. Estoy aquí en México, pero el problema es que me iban a asaltar en el tren y me tiraron del tren. Completamente ya estoy en el hospital y gracias a Dios pues logré salir bien estaba porque me quedé solitario en esa línea del tren.

Me van a amputar creo dos dedos y tengo una fractura en la muñeca, gracias a Dios solo saqué eso. Y me dicen, máteme, déjeme que me desangre. Le ponen una cubeta en el hospital y le ponen las dos piernitas que escurrieran ahí.

Y no, le digo, no, se va a morir, se va a desangrar. Entonces yo vengo y la subo y me dice, déjeme que me desangre, déjeme que me muera. No, le digo, tú tienes mamá, tú tienes hijos, yo no sé qué tienes, pero por ellos haz lucha.

Ellos necesitan mis lágrimas, necesitan mi preocupación. Y le digo, no se preocupe, ya no están solos. Yo admiro también a toda esta gente, qué valor, qué fuerza de voluntad tienen para sobrevivir con unas heridas grandísimas. Olga Sánchez Martínez fundó el albergue de Jesús, el buen pastor, donde recibe a migrantes, ancianos, pobres de cualquier nacionalidad o condición social.

Sin gente como Olga o el padre Alejandro Solalinde, y los voluntarios que trabajan con ellos, los migrantes estarían completamente desamparados. ¿Qué van a hacer? ¿Los van a secuestrar?

¿Qué van a hacer? Y dice uno de por acá, dice, pues vamos con la ayuda de Dios, Dios va con nosotros. Sí, pero con todo y Dios, ¿los van a secuestrar? ¿Qué van a hacer?

Y contesta uno, ¿saben qué? Dijo, vamos a seguirle. Los migrantes no son una amenaza, son una oportunidad.

Vienen con valores, vienen con muchas cosas hermosas. Yo creo que este mundo se tendrá que cansar del materialismo, del consumismo, se tendrá que cansar del poder y del dinero. Los pobres son la reserva espiritual del mundo. El sistema neoliberal capitalista en que vivimos está agotado, ya tronó, ya.

Y no garantiza ni la vida de las personas en sus lugares de origen, pero mucho menos el crecimiento, el desarrollo al que todos tenemos derecho, porque todos tenemos derecho a estar de lo mejor. Son altamente subversivos, pero no porque lo planeen, no porque tengan armas, no, sino que están subvirtiendo un orden que no permite al otro, que no permite al nuevo, al extraño. Cuando yo les he hecho la pregunta a ellos, que este... ¿Qué cosas cambiarían? Sus respuestas son sencillas, específicas, al punto, y son totalmente trascendentales, y resumen la problemática y aportan una solución.

Sin haber estudiado en ninguna universidad, ni pertenecer a ningún think tank, ni nada de eso, son personas que tienen una lucidez para entender su situación. Es gente que tiene una meta muy clara, pero que siento que si nosotros estuviéramos en esa situación, siento que hubiéramos renunciado hace rato. Me contagio de su fuerza y de... y de sus ganas de seguir adelante.

Los países, los estados, pueden tomar sus providencias, sus defensas, sus estrategias para impedir el flujo migratorio. Pueden organizar bilateralmente Estados Unidos y México, políticas, visión. o invisibles, legales o alegales, morales o ignorales, para evitar que el flujo migratorio siga. Puede Estados Unidos poner los dispositivos más sofisticados, los muros más sofisticados para impedir que pasen los migrantes, pero ellos siguen yendo.

El flujo migratorio nunca se detendrá. En la vida siempre existirá la ida y vuelta, el ir y venir, el presente y el futuro. La economía internacional también se rige por esa ley inexorable.

Es necesario que las autoridades de México protejan a los migrantes que pasan por nuestro país. Es necesario que la ley nos proteja, así seamos nacionales o extranjeros. Es esencial que México dé un buen ejemplo del trato a los migrantes, para ser congruentes en nuestras válidas exigencias del trato que se les da a los inmigrantes en Estados Unidos. No podemos seguir siendo invisibles.

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