Transcript for:
La presidencia de Ernesto Zedillo Ponce de León

El gobierno de Ernesto Zedillo Ponce de León marcó el fin del dominio del PRI, que estuvo 71 años consecutivos en la presidencia de la República. Protesto, guardar y hacer guardar la constitución política de los Estados Unidos Mexicanos. El mandato de Zedillo se inició en medio de una turbulencia que estalló días después de su toma de posesión. Millones de mexicanos perdieron sus ahorros y su patrimonio, como consecuencia de una de las peores crisis económicas de la época moderna. Zedillo negoció un enorme rescate financiero con el gobierno de Bill Clinton. A cambio, aplicó sin reparos las políticas económicas y financieras que dictaron los organismos internacionales. Y lo hizo aunque esa política provocara el deterioro del salario de los trabajadores y la pérdida del poder adquisitivo de las familias. El neoliberalismo cobró un nuevo impulso. En sintonía con los gobiernos de Miguel de la Madrid y Carlos Salinas, Cedillo redujo aceleradamente las restricciones que se habían impuesto al comercio internacional y urgió que se vendieran a inversores privados numerosas empresas que habían sido del Estado. Los capitales nacionales y extranjeros tomaron el control de la economía. Pero lo más grave fue la decisión que Cedillo tomó unilateralmente de rescatar la banca comercial de la quiebra con recursos públicos. sin el permiso del Congreso. Así, hipotecó el futuro de varias generaciones de mexicanos. Ernesto Zedillo asumió la presidencia de la República sin una clara vocación política ni una amplia experiencia burocrática. Llegó al poder en medio de un clima enrarecido por la irrupción del ejército zapatista de Liberación Nacional. No queremos que los gobiernos, los ejércitos que nos exploten más. Así como por dos asesinatos. El del candidato presidencial del PRI, Luis Donaldo Colosio. Y el del exgobernador de Guerrero, José Francisco Ruiz Macía. Estaban también los temores de empresarios e inversionistas sobre cómo iba a manejar los desafíos financieros y económicos del país. Les preocupaba que Cedillo había desintegrado al equipo de la Hacienda Pública del gobierno de Salinas, y en especial que no había ratificado a Pedro Aspe como secretario del ramo. Sus miedos tenían sustento. México había reducido velozmente las restricciones que se imponían al comercio internacional, lo que se conoce como liberación comercial. Esto provocó que a finales de 1994, el país tuviera un déficit en cuenta corriente, es decir, un saldo negativo en su cuenta de intercambio de bienes y servicios y otras transacciones con el resto del mundo, de más de 27 mil millones de dólares, lo que significaba un serio endeudamiento con el exterior. Además, se estimaba que el peso estaba sobrevaluado, que se le daba un valor superior al que tenía en realidad. lo que provocaba una constante y secreta fuga de capitales. Activos y dineros salían rápidamente del país. Otro poco de atención era que el gobierno salinista había permitido, al final de su gestión, que los inversionistas cambiaran los CETES o Certificados de la Tesorería de la Federación, por tesobonos. El gobierno de la República está comprometido con ustedes. A diferencia de los CETES, los tesobonos eran denominados en dólares. lo que era muy atractivo para el inversor, porque si el precio del dólar subía, también aumentaba lo que el gobierno debía pagarle por esos desobonos. Cuando quería retirar su inversión, también aumentaba lo que el gobierno debía pagarle por esos desobonos cuando quería retirar su inversión, lo que generó una disminución en el nivel de las reservas. Así se intensificaron las inversiones a corto plazo, que salían del país con jugosas ganancias dejando el peso en caída libre. Este peligroso cóctel no tardó en explotar. El 19 de diciembre, el secretario de Hacienda de Ernesto Cedillo, Jaime Serrapuche, se reunió con los líderes sindicales, campesinos y empresariales que formaban parte del Pacto para el Bienestar, la Estabilidad y el Crecimiento, y les expuso que el peso se iba a devaluar en... 15%. O que quizá dejarían que el valor del peso flotara libremente en el mercado de cambios. Esto quería decir que dejarían que el tipo de cambio del peso se determinara no por las autoridades, sino por la interacción entre la oferta y la demanda, por el libre comercio. El economista estadounidense Paul Krugman señala que, en la devaluación de México, se cometieron dos errores claros. El primero fue realizar una mini devaluación y luego poner a flotar el peso, lo que motivó mayor especulación. El segundo error consistió en confiar anticipadamente a empresarios, y por ende a sus redes de inversiones, la decisión de devaluar, pues estos tomaron ventaja de la información veraz y privilegiada e iniciaron la escalada contra el peso. Así empezó una vertiginosa salida de capitales, que hizo que las reservas internacionales se redujeran de 12.200 a 3.483 millones de dólares en tan solo un mes. Al día siguiente, el 20 de diciembre, los mexicanos escucharon al secretario Serrapuche informar que el peso ampliaba su banda de flotación un 15%. No mencionó la palabra de evaluación. Pero los entendedores sabían que la crisis se venía encima. Las consecuencias económicas de esta crisis fueron muy graves. La devaluación del peso con relación al dólar fue primero de 15%, pero poco después de 50%. La gente perdía su empleo. Los bancos y muchas empresas quebraban. Los inversionistas ya no confiaban en el país y los ahorros de miles de personas se esfumaron. Hubo incluso repercusiones en las economías latinoamericanas, sobre todo en Argentina y Brasil. Muchos inversionistas huyeron de la región, lo que fue llamado el efecto tequila. Serrapuche fue despedido. Los precios aumentaron aceleradamente y el poder adquisitivo de la población se desplomó. El año de 1994 se cerró con el derrumbe del sueño neoliberal de ingresar al primer mundo, con el inicio de una crisis económica devastadora y con la pérdida de confianza en el gobierno entrante. El presidente Zedillo presentó entonces el plan de emergencia económica con estas palabras. 1995 comenzará con una responsabilidad muy fuerte para todos, la de un nuevo esfuerzo firme, tenaz, en el que cada uno deberá poner su parte, en el que nadie quedará exento de sacrificios. Para hacer frente a la emergencia económica, Zedillo recurrió a la ayuda externa y México obtuvo un paquete de rescate superior a los 50 mil millones de dólares, con el respaldo del presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, hacia finales de febrero de 1995. A cambio del préstamo, el gobierno sedillista cedió a la petición de Estados Unidos. Aplicó de nuevo la amarga receta neoliberal. Incrementó el IVA del 10 al 15 por ciento. Aumentó las tarifas de los servicios públicos. Y contuvo el alza de salarios por debajo de la inflación. Con el mismo sueldo, los trabajadores podían comprar la mitad. A pesar del apoyo financiero internacional y el renovado sacrificio de la población, la inestabilidad económica y la incertidumbre cambiaria persistieron. En cuatro meses, las tasas de interés se dispararon. Ese mismo mes, la inflación anual llegó a 55%. El saldo social fue catastrófico. Los hogares más pobres no tuvieron los recursos suficientes para comprar lo más elemental. Cientos de miles de familias perdieron sus ahorros, autos y casas. Miles de micro, pequeñas y medianas empresas cerraron. Se esfumaron millones de empleos. En 1995 la economía cayó 6.2% y la desigualdad social creció aún más. El mismo Cedillo declaró en su primer informe de gobierno la crisis financiera y económica que emergió a fines de 1994. ha deteriorado severamente los niveles de vida de la población. Muchos mexicanos no pudieron pagar sus créditos, por lo que la cartera vencida de la banca comercial aumentó más de 150% en un año, lo que la puso al borde de la quiebra. Esta mala situación se debía a las irregularidades que se dieron cuando la banca fue privatizada por el gobierno salinista, lo que permitió la llegada de empresarios inexpertos y corruptos al sector. Sin embargo, Zedillo no podía permitir el colapso del sistema bancario, pues quebraría también el sistema de pagos y la economía en su país. su conjunto. Bajo ese argumento, en 1996 tomó la decisión financiera más polémica de su gestión. Sin permiso del poder legislativo, ordenó comprar la deuda. La cartera vencida de los bancos que se pagó con recursos públicos en forma de pagarés y que se canalizaron al Fondo Bancario de Protección al Ahorro, el FOBAPROA. Y en 1998, Zedillo solicitó al Congreso convertir esos pagarés de FOBAPROA en deuda pública. Aunque en principio la petición fue rechazada por la oposición, a finales de ese año el PRI, en complicidad con el PAN, la aprobaron. El gobierno terminó comprando la deuda de los bancos por 552 mil 300 millones de pesos y los canjeó por pagarés ante el Banco de México, créditos que nunca se recuperarían. Esta medida también resolvió problemas a grandes accionistas, empresarios y banqueros que representaron más del 55% de la población. de la deuda que cubría el fondo. Lo más lamentable es que durante el rescate bancario del FOBAPROA hubo abusos de muchos banqueros, sin que todos fueran castigados. Con el rescate bancario, la deuda pública del país se multiplicó por cuatro. Así, un compromiso financiero que pertenecía al sector privado se convirtió en una pesada carga para todas y todos los mexicanos. De acuerdo con la actual Secretaría de Hacienda, la deuda heredada por el gobierno sediguista alcanzó casi los 930 mil millones de pesos en 2022. El periódico La Jornada, por su parte, informa que hasta septiembre de 2023 Los intereses y gastos de administración que se han pagado por la deuda arrastrada desde mediados de la década de 1990 superan 1.813.556.4 millones de pesos, a valores reales con base en la inflación. Esto significa que el pueblo ha pagado esa deuda por 25 años y lo seguirá haciendo por varias generaciones más. La época dorada del neoliberalismo acabó con el levantamiento armado del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, EZLN, y con la crisis económica de 1994-1995. A pesar de todo, el modelo no dejó de aplicarse en México. Al contrario, durante el gobierno de Ernesto Zedillo, el neoliberalismo siguió expandiéndose. De acuerdo con sus compromisos con el Fondo Monetario Internacional, Ernesto Zedillo privatizó las comunicaciones. Vía satélite permitió la inversión privada en gas natural y petroquímica secundaria. Vendió el sistema ferroviario nacional y concesionó al sector privado la administración de los principales puertos y aeropuertos del país. Adicionalmente, en 1997 promulgó la Ley de los Sistemas de Ahorro para el Retiro, para que administradoras financieras privadas, las AFORES, manejaran las pensiones de millones de trabajadores. Esto aumentó la edad de jubilación y generó un aumento de la edad de la gente. generó incertidumbre sobre el futuro de quienes menos ganan. Al mismo tiempo, el gobierno sediguista profundizó la liberación comercial. Dio continuidad a la integración económica con Estados Unidos y Canadá a través del Tratado de Libre. El libre comercio de América del Norte y se convirtió en el segundo socio comercial de la Unión Americana. México se consolidó como un gran receptor de inversión extranjera, pero esta se concentró en las maquiladoras, que se dedicaron a la explotación intensiva de mano de obra barata con una regulación ambiental y laboral más laxa, que permite que esas empresas hagan aquí daños ambientales que no pueden hacer en sus países de origen. En el terreno electoral, Cedillo salió con el PRI, el PAN, el PRD y el PT, para sacar adelante una reforma que acabara con los conflictos postelectorales. La reforma se aprobó en noviembre de 1996 e incluyó cambios trascendentales, como la total autonomía de los órganos electorales, atribuciones al Tribunal Federal Electoral para dirimir controversias federales y locales, aumento sustantivo al financiamiento público de los partidos, elección directa del jefe de gobierno del entonces Departamento del Distrito Federal y la ampliación de las facultades de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal. Para varios analistas, estos cambios fueron el mayor avance de la transición a la democracia del país. De este modo, por primera vez las elecciones intermedias de 1997 se realizaron sin la injerencia del gobierno en los órganos electorales. El resultado fue adverso para el gobierno federal y para su partido, ya que el PRI perdió la mayoría absoluta en la Cámara de Diputados y la mayoría calificada en el Senado de la República. Las gubernaturas de Querétaro y de la República de México se han convertido en un lugar de desesperación. y Nuevo León y la jefatura del gobierno de la Ciudad de México. Zedillo gobernó con una activa oposición legislativa y debió cohabitar con el gobierno de Cuauhtémoc Cárdenas en la capital del país. Tenemos que seguir convenciendo a muchos mexicanos más que solo en la democracia podrán resolverse. Carlos Salinas, con quien intercambió culpas por la crisis económica desatada el primer mes de su mandato. Salinas escribió lo siguiente. En 1995, la economía mexicana enfrentó la peor recesión en medio siglo. Más de un millón de empleos se perdieron y alrededor de 10.000 empresas quebraron. Entre 1995 y 1996, el número de mexicanos en situación de pobreza aumentó en casi 8 millones. Algunos críticos muy severos de mi gestión admitieron que la economía mexicana era una que la reversión de los avances en el combate a la pobreza se debían al error de diciembre. Como error de diciembre, calificó Salinas a lo hecho por Cedillo, para culparlo. Y este respondió con una feroz campaña de desprestigio del gobierno que lo antecedió. Recriminó a Carlos Salinas su negativa para devaluar el peso en los últimos meses de su gobierno. Y exhibió su corrupción al poner al descubierto la inexplicable fortuna de su hermano Raúl Salinas de Gortari. y que éste probablemente había estado vinculado con el asesinato de José Francisco Ruiz Macié. Salinas se autoexilió, sin poder evitar que Raúl fuera procesado y encarcelado. Zedillo tampoco pudo resolver el conflicto con el Ejército Zapatista de Liberación Nacional, EZLN. Trató inútilmente de desacreditar y aprehender a varios dirigentes zapatistas, y luego tuvo que aceptar negociar los Acuerdos sobre Derechos y Cultura Indígenas en San Andrés la Reinsa. Pero después, cuando se tradujeron en una iniciativa de ley, los desconoció. Cuando vivimos, es la tierra nuestro alimento. Y cuando morimos, alimentamos nosotros a la tierra. El conflicto originó grandes movilizaciones en apoyo al EZLN y la militarización en Chiapas. El 22 de diciembre de 1997, un grupo enmascarado masacró a 45 indígenas hostiles en la comunidad actual. municipio de Xenalu, considerado baluarte del EZLN. El ejército zapatista siempre culpó del ataque al gobierno estatal y federal. En 2012, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos le concedió inmunidad a Zedillo ante cualquier responsabilidad en este suceso violento. ¿Solo reclamos sociales y evitar más brotes de subversión? Cedillo puso en marcha en 1997 el Programa Nacional de Educación, Salud y Alimentación, el PROGRESA, que focalizó sus apoyos en las zonas de mayor marginación. Progresa es para las familias pobres que viven en las regiones rurales e indígenas más alejadas y marginadas del país. Aunque este tuvo avances al inicio, al final de ese sexenio los porcentajes de pobreza eran similares a los registrados al principio de esa administración. Otro conflicto grave en su sexenio fue la prolongada huelga estudiantil en la Universidad Nacional Autónoma de México. En protesta por el aumento de cobros por concepto de cuotas de inscripción, decretado por el Consejo Universitario. Después de casi un año de paro, el 6 de febrero del año 2000, más de 2.000 elementos de la Policía Federal Preventiva tomaron Ciudad Universitaria y detuvieron a más de 600 paristas, violentando con ello la autonomía de la UNAM. Ernesto Cedillo también trató de solucionar diversos conflictos en el ámbito estatal. Por ejemplo, quiso mediar, sin éxito, en el conflicto postelectoral de Tabasco en el que, tras unas elecciones llenas de irregularidades, el triunfo de Roberto Madrazo Pintado fue rechazado por Andrés Manuel López Obrador, a través de movilizaciones masivas y toma de pozos petroleros. Varias de aquellas manifestaciones terminaron en enfrentamientos entre priistas y perredistas. El distanciamiento entre Zedillo y el PRI se evidenció con claridad en el proceso de sucesión presidencial, ya que Zedillo se hizo a un lado. Y aunque la campaña presidencial arrancó con ventaja para Francisco Labastida, candidato del PRI, pronto se desvaneció ante la popularidad que alcanzó Vicente Fox, el candidato del PAN, quien se impuso también sobre el país. sobre Cuauhtémoc Cárdenas, candidato del PRD. Fue el final del largo periodo del partido dominante o partido de Estado que había empezado en 1929 después del asesinato de Álvaro Obregón y fue el comienzo de la alternancia política. Terminó así una larga época prista de abuso, saqueo y corrupción, pero no la era neoliberal de despojo y acumulación. Acabada su gestión, Zedillo se fue a Estados Unidos y asesoró distintas corporaciones de esa nación, algunas de ellas beneficiarias de las privatizaciones que él promovió. Pero el daño estaba hecho. El gobierno del hombre que llegó a la máxima responsabilidad política del país de forma inesperada, tuvo un claro saldo negativo. En su sexenio, México vivió la peor recesión en 70 años. Al término de su mandato, la inflación anual fue de 22%. Los salarios reales se desplomaron casi 25%. Y la proporción de mexicanos en situación de pobreza... alcanzó 60.8%. Y en pobreza extrema, 28.8%. Cifras inmediatas. en nuestra historia moderna. Pese a la puesta en marcha del Progresa, el gasto en educación cayó 6%, en salud bajó 7% y en alimentación disminuyó 10%. El multimillonario rescate bancario que endosó a los mexicanos fue un lastre para el crecimiento económico por los siguientes 50 años. En el gobierno sedillista, el neoliberalismo mostró su verdadero rostro capitalista, sin intentar convencer a nadie de sus supuestos beneficios sociales. Ernesto Sedillo declaró, era mi deber actuar con toda decisión para enfrentar a los demás. la emergencia. Así se hizo y nunca lo lamentaré. Como presidente de la República, mi mayor deber, mi más firme compromiso, es la lucha contra la pobreza en que viven millones de mexicanos. Música