Hola, bueno, hoy la licenciada Paula Damonte nos va a presentar un caso. Adelante, Paula. Hola, ¿cómo están?
Bueno, voy a compartir algunas partes, un recorte de un trabajo con un chico de 12 años en una institución. El comienzo por el cual él llega, en realidad llega a... la mamá y pidiendo tratamiento psicológico para él, porque en realidad se lo piden en la escuela, en la escuela le están diciendo, porque ella lo presenta un poco así, de que tiene problemas de conducta, entonces llega acompañado de un informe del colegio, lo que dice el informe del colegio es que este chico presenta problemas de conducta, que molesta todo el tiempo a todos, que no reconoce los límites, que estas cuestiones... que si bien no tiene problemas de aprendizaje, ni ellos pueden ubicar que hay problemas en lo cognitivo, sí lo que ellos pueden ir dando cuenta es que estos problemas de conducta y de comportamiento que él tiene hacen que él no pueda estar a la altura de las cuestiones que van aconteciendo para el año escolar, digamos.
Eso le lleva a problemas de rendimiento. Y que es muy molesto. Y que van ubicando en el informe la cantidad de sus...
suspensiones que él va teniendo a partir de los problemas de conducta importantes que tiene. Esto es lo que presenta la escuela. Que no coincide tanto con lo que presenta la mamá, ¿no?
Porque la mamá dice que si bien eso pasa, no lo presenta ella cuando habla de su hijo, lo describe con una sonrisa. Con una sonrisa va, de acuerdo. va hablando, nos va contando todos estos problemas que dice el informe, porque me pregunto qué pasa ahí, y ella lo va contando, pero todo con una sonrisa, diciendo, bueno, pero es así, ¿no? Como que él es así. Pero lo que ella ubica como preocupación es un acontecimiento que había surgido hace poco, en el cual él estaba con unos amigos del barrio, y habían ido a los fondos del barrio, donde había una especie de laguna, Entonces él se había metido junto con estos chicos en esa laguna.
Y por lo que cuenta la señora es que se sabe que en ese barrio, que esa laguna es un poco peligrosa porque es muy arenosa y porque está muy sucia. Entonces el peligro que tiene eso, que es algo sabido en el barrio, es meterse y no poder salir, ¿no? Como que quedarse ahí como enganchado y no poder salir. Entonces eso es lo que ella trae como preocupación, ¿no? Entonces ella dice que lo que a ella le preocupa es que él no se da cuenta de las situaciones que le pueden llegar a poner en peligro.
Y además cuenta que es un barrio que al devenir de los años se fue poniendo un poco más difícil. Entonces algo del riesgo empieza a aparecer en el barrio también. Entonces lo que a la mamá le preocupa es eso.
Cuando yo empiezo a trabajar con él, con lo que me encuentro es con alguien muy cancherito, ¿no? Así como muy, ¿no? Como una cosa muy divino. Muy cancherito, y lo que aparece todo el tiempo en cada una de las entrevistas es lo que habían puesto en el informe del colegio, decía así como la prelevitas, muy desafiante, y eso era lo que aparecía en cada una de las entrevistas, que cualquier cosa que por ahí yo le preguntaba o le proponía para jugar o para hacer, como que contestaba muy desafiante y no quería, y siempre decía, bueno, ¿y vos qué sabés? Como que eso era siempre lo que se presentaba.
Mirá, muy apacible atenderlo, sobre todo en los inicios, ¿no? Entonces era como que bastante difícil que él pudiese tomar algo, porque todo era que no, como que se quería ir, que no, y cualquier cosa que yo decía, bueno, pero podemos hacer esto, o alguna pregunta, y vos qué sabés, con el manchereando, con el lombrito. Bueno, en una de esas fue enganchando con algún juego, fuimos jugando algunos juegos más de mesa, juegos de cartas, en algún momento los palitos chinos, y eso.
ese tipo de juegos, más juegos reglados, y lo que aparecía era, por supuesto, que no podía respetar ni una sola regla del juego, cuando yo proponía que las reglas eran así, que no podía hacer lo que quería, se recontraenojaba, y vos que sabés, y vos que sabés, se enojaba y quedaba el juego ahí. Ah, no, seguían. No, no, era como todo un trabajo, sí. Después lo que fuimos haciendo es...
porque él me decía que esa no era la regla, como que, por ejemplo, si jugábamos a un juego de cartas, por ejemplo, la escoba de 15, que esa no era la regla. Luego, bueno, en realidad la regla del juego, como que esa no era. Entonces, pues lo que fuimos haciendo era, jugábamos algún juego, por ejemplo, con las cartas, entonces lo que hacíamos antes era, entre los dos, acordar cuáles eran las reglas del juego, y las anotábamos.
Una cosa que, bueno, las escribiste. Son estas. Son estas.
Yo recuerdo en alguna de las supervisiones, lo que se tocaba en las supervisiones era que, bueno, yo tenía que ser pícara con él. Yo te iba a preguntar, no te quería interrumpir, pero te iba a preguntar, ¿qué hacía cuando él te decía, vos qué sabés? Yo tampoco sabía qué hacer, porque era como muy fuerte, ¿no?
Un mocosito de 12 años, y que tenía que ser pícara. Que tenía que ser pícara y que lo tenía que ir llevando también en el punto de que, bueno, que él se empiece a dar cuenta de las cosas que pasaba con las cosas que él hacía. Por ejemplo, esto iba a diferentes hechos. En el colegio las cosas empezaron a estar mejor, entonces la directora de la escuela solía tener bastante comunicación y iba contando, ¿no?
Entonces en una oportunidad se comunicó diciendo que bueno, que lástima porque él venía estando re bien, no se hablaba así, ¿no? Como que él venía estando muy bien, se había como ajustado un poco más a las cuestiones de la escuela, lo que se podía y lo que no se podía y demás, hasta que hubo una situación con... que eso fue todo un tema en la escuela, hubo dos situaciones, ¿no?
Que fueron medio como a la par. En una, él se enojó, la escuela me lo cuenta y después lo cuenta él, lo trae él. Que la maestra le había dicho que él había sido el responsable de una situación que se había armado en el curso entre los otros compañeros, y él le dijo que él no tenía nada que ver con eso. Entonces, se enojó. Lo habían acusado.
Lo habían acusado de algo, de un despelote que se había armado en el aula, que él esta vez no tenía nada que ver. Y al ratito, lo que pasa es que él arma un lío semejante, en el cual él sí tiene que ver. Entonces, lo que nosotros fuimos trabajando es que al final, él lo que decía era que él se había enojado porque lo acusaban de cosas que él no era.
Entonces, daban por hecho cosas que él no era. Entonces, lo que nosotros fuimos trabajando es que... En esto segundo que él había hecho, al final le daba la razón a lo que la maestra pensaba que él era. En vez de tratar de explicarle lo que había pasado, él con el acto que hace con posterioridad le terminaba dando la razón a lo que la maestra suponía que él era.
Y a partir de eso me acuerdo que empezaron a abrirse como diferentes cosas, ¿no? Porque él empezaba siempre mediado de esto de, bueno, y vos qué sabés, eso estaba siempre, ¿no? No, eso nunca cambió. La diferencia que podía seguir.
A la vez hubieron entrevistas con la mamá también, y la mamá lo que iba contando era como que la mamá le daba como miedo de lo que él podía llegar a hacer, ¿no? En relación a las cosas que iban pasando en el barrio, entonces le daba miedo que él se pudiese convertir en alguno de los chicos que ella veía que se iban convirtiendo en los chicos del barrio, ¿no? Por ejemplo, en robos o situaciones así. Y lo que nosotros fuimos trabajando con la mamá es que no lo viera así, que lo pudiera ver distinto.
Entonces a la par que íbamos trabajando con esto con la mamá... Que lo esperara en otro lugar. Que lo esperara en otro lugar, exacto. Entonces a la vez que íbamos trabajando con estas cosas con la mamá, con él lo que fuimos trabajando fue en función de este incidente eso, ¿no? Entonces, con el acto, él le daba la razón a la maestra.
Que él no era eso que la maestra, él no había hecho eso que la maestra había dicho. Eso fue como, fuimos trabajando como un tiempo, todo mediado con los juegos, ¿no? Entre medio íbamos jugando a pitas, íbamos charlando estas cosas, íbamos jugando a la escoba de 15, o íbamos jugando a la guerra, con las cartas, a ese tipo de juegos con él. Y después pasó otro incidente, después se acomodó en la escuela otra vez, y después vino otro incidente que fue como que eso llegó a una suspensión y un cambio.
de turno en la escuela, porque había una chica que le gustaba entonces él empezó a hablar de la chica que le gustaba entonces nosotros empezamos a trabajar cómo hacer para ir acercándose a esta chica y medio como que, bueno, y vos qué sabés y vos qué sabés, ¿no? como que se va quedando así hasta que después llega esta cuestión en la escuela en la cual él le agarra de los pelos a una de las chicas, a esta chica porque se enojó por alguna cuestión y Y se armó una cuestión fea, porque la guerra de las pelas fue una situación bastante violenta ahí, ¿no? Y eso fue lo que llevó a la sustención. Entonces, a partir de ahí, como que lo que empezamos a trabajar era eso, que iba a ser él con lo que le gustaba, en este caso con las chicas, ¿no?
Entonces se empezó a trabajar todo eso, muy reticente, muy desafiante, como para poder hablar de esas cuestiones, y a la par de eso, empezó a ir ubicando cuestiones del papá. del papá y del abuelo. Entonces lo que él empezó a hablar es de la potencia del padre, porque yo le preguntaba, bueno, ¿qué había pasado? Yo le decía, bueno, el despelote que se te habrá armado en tu casa, porque siempre que pasaba esto, en la casa se llamaba flor de lío, siempre que pasaba algo no se te había armado en tu casa. Y vamos, porque sabía, ¿no?
También, bueno, vos te las mandás así y después tenés que hacer con todo el despelote que se te armó en la casa. en tu casa, que no te dejan salir, que no te dejan hacer esto, ¿no? Como ir también por la vía de los efectos de lo que él hacía. Entonces lo que él empieza a hablar es de la potencia del padre, porque dice, no, mi viejo se re enojó y tiene una mano así de grande, y se ve que lo había fajado y le había dolido, entonces decía, y hablaba de la mano del padre, ¿no? De la mano y de la fuerza del padre.
Entonces a partir de ahí le empezó a ubicar, empezó a hablar de una... del abuelo, del padre y del tío. Entonces empezaba a contar el lugar que había tenido el abuelo en el barrio, él empezaba ya a hablar de que el barrio se venía poniendo muy complicado porque había venido un grupo nuevo al barrio.
Sí, él ahora lo empezaba a decir, porque podía empezar a hablar de lo que era complicado. Que había venido un grupo nuevo al barrio, que era un grupo difícil, muy difícil. Entonces empezaba a hablar como de las generaciones.
Empezaba a decir, empezó a contar, como que el lugar que el abuelo tenía en el barrio, que al abuelo de él, al padre de la madre, al abuelo materno, al padre de la madre, que nadie lo tocaba en el barrio. Pero que el tipo no era violento, pero que nadie lo tocaba. Entonces como que ahí se empezó a cuestionar que cómo puede ser que si no era violento como que nadie lo tocaba.
Y yo le preguntaba, le digo, ¿y cómo hacía? ¿Y cómo? Y bueno, no sé, no sabés lo que era mi abuelo, ¿no? Como una cosa así.
Y después, el lugar del padre, ¿no? Que lo contaba así como que el padre tenía un trabajo que estaba mucho tiempo afuera, por el trabajo que él tenía, él tenía que estar mucho, mucho tiempo afuera, había tres semanas que no estaba, y había veces que él lo acompañaba en el trabajo y veces que no, y lo contaba como un tipo muy grandote, con mucha fuerza, ¿no? que no me agarre papá.
Y después empezó a hablar de la figura del tío materno, como que era más el sonso, porque al final era el que caía, porque no era muy vivo. Entonces ahí empezamos a trabajar qué pasaba con el que no era tan vivo, que al final parecía que había que ser un poco más piola, que había que ser un poco inteligente, que había que ser un poco piola. Y porque este tío... había caído en un montón de cosas y que al final era medio bobo, que no tenía un lugar muy respetado en el barrio.
Al final era medio como el gil del barrio. A medida que empieza a contar esto, en una de las oportunidades llega la madre como bastante enojada, muy enojada en la sala de espera, porque lo habían encontrado a él inhalando pegamento, ¿no? Al paciente.
Eso fue como bastante complicado, porque la madre estaba como muy decepcionada, tuvimos varias entrevistas con la mamá, y la madre estaba muy decepcionada, entonces iba desde una, ¿no? Como con la mamá siempre se podía ir viendo como la mirada con la que hablaba del hijo, ¿no? Entonces empezaba como hablando de que...
Muy amorosa de él, y como con una sonrisa, ¿no? Diciendo, bueno, ¿no? Como de los problemas de conducta que por ahí ellos no estaban en la escuela, pero él es así, que bueno, hace estas cosas. cosas y no hay como como más como que lo contaba como como el quilomero lindo una satisfacción también en los de no exacto pero para ello lo contaba como cuando se la escuchaba se podía escuchar esa satisfacción por esa cosita que tenía con todo un brillo Era muy cancherito, entonces entre lo cancherito lindo y los líos que hacía, y cómo él contaba los líos que hacía, como que ella quedaba ahí. y a su vez con la decepción con la decepción por lo que ella lo había encontrado así, entonces ella empezaba a hablar de él como que él iba a terminar como el tío al final iba a terminar como el tío entonces ahí fue un trabajo muy fuerte con la mamá para que no lo vea así, porque de repente pasaba desde un lugar donde tenía un absoluto brillo a la nada a la nada Y con él, lo que fuimos trabajando, ya había pasado un tiempo de tratamiento, él estaba un poco más, había crecido un poco, y esta cuestión de, él empezó como a enfatizar mucho en la cuestión de la estética, le gustaba mucho verse bien.
Y había dos cosas, dos rasgos que nosotros fuimos tomando de él, en realidad, nosotros fuimos tomando de él, que era esta cuestión de lo lindito, con la gorrita. con su remerita, después había hecho el arito, con el arito, como de pacherito, y a él le gustaba siempre estar como un pasito adelante de los otros, eso pasaba también en las entrevistas, como cuando hacíamos por ahí alguna cuestión con las cartas o con el juego, como que él siempre quería adelantar la jugada, bueno, vos ahora vas a hacer esto. Pero en el mismo tiempo que me lo decía, se delataba, ¿viste? Se pisaba solo.
Como que él se la sabía lo que vos ibas a hacer. Claro, sí. Pero al final, yo le decía, pero al final sos un papo, me estás diciendo lo que vos estás pensando de mi jugada y te voy a ganar.
No como que le faltó. Entonces lo que fuimos trabajando es que él tenía que ser un poco, que si a él le gustaba toda esa inteligencia y toda esa lucidez, que lo tenía que conservar. Que si se metían otras cosas, al final a quién se iba a parecer de la generación. ¿No?
De todas estas cuestiones. Entonces que si a él le gustaba ser tan rápido, que tenía que poder conservar la lucidez, la inteligencia y la belleza. Le gustaba estar tan lindito que tenía que fijar dónde se metía y dónde no, o qué hacía y qué no hacía para poder conservar toda esa imagen.
Así que bueno, ese es, creo que el recuerdo. Iba. A veces tomaba más y a veces tomaba menos, lo que sí empezó a aparecer con esto que él decía al principio, de que él no le tenía miedo a nada, con esto que la mamá le preocupaba con respecto a los límites y al peligro, empezó a aparecer a lo último que él le tenía miedo a morirse.
Eso como que fue lo último que empezó a aparecer. Y eso en su barrio era algo abstracto. Eso en el barrio era lo que lo podía mantener con vida. Él tenía miedo a morirse, era lo que lo podía mantener con vida.
Así que eso fue como lo último que empezó a aparecer, sí, como muy en los juegos, como muy en el juego de cartas, cuando jugábamos a la guerra, al jodete, era como los juegos que a él le gustaba jugar con las cartas. Y después empezó a aparecer mucho la beta de la música, con lo cual él lo que empezó a traer era música para escuchar, o sea que escuchábamos música en las entrevistas, y ahí empezaron a aparecer las letras, empezamos a trabajar con las letras de la música. ¿no?
y qué decía en las letras para ver cómo... entonces empezó a aparecer lo romántico en las letras ¿Y esa música? ¿Qué tipo de música? Reggaetón, por ejemplo Y la música que se escuchaba en el barrio con sus pares Sí, sí, sí, después me cargaba, viste, a la vez que empezaba a aparecer esta cuestión de las generaciones, ¿no?
El abuelo, el padre, el tío, por ahí viste, y vos qué sabés de esto, me decía, vos en tu época qué música escuchabas, ¿no? Ahí como la vieja y el jovencito, ¿no? Entonces ahí por ahí yo le decía algo que yo escuchaba y por ahí venía la vez próxima y decía, busqué eso que vos escuchabas, y ahí era la gastada, ¿no?
Pero... Pero lo había buscado. Pero eso, lo buscaba, lo buscaba, hacía la tarea. Eso era lo último, y a la par que empezaba a pasar, que empezábamos a trabajar todas estas cuestiones de que pasaban en el barrio, y a la par que teníamos entrevistas con la mamá, con respecto de esto, de cómo lo miraba a él.
Así que fue un trabajo con él y con la mamá, con cada uno, ¿no? Sí, sí, sí, con la mamá tuvimos varias entrevistas, y eran entrevistas así como se podían, ¿no? Entre medio, ella venía con nosotros, con los otros hijos, o venía con el bebé que había nacido hace poquito, o sea, que iban teniendo las entrevistas como se iban pudiendo, ¿no?
A veces por ahí no era que estaba tampoco todo pautado, porque a veces... iba a ser posible, a veces no, entonces a veces ella la traía a ella, al chico, y yo pispiaba de que no estaban, que ella estaba sola, que estaba con tiempo, que podía, entonces ahí aprovechaba un ratito y era cinco o diez minutos, era lo que se iba pudiendo armar sobre la marcha. Claro, y esa es la institución, era posible.
Sí, se podía hacer, se podía maniobrar. Bueno, este es el recorte que quería compartir. Bárbara, qué trabajo.
Sí, sí, la verdad que sí, pero bueno. Me queda ahí una pregunta a la supervisión que por ahí lo podamos retomar en otro momento. Dale. Porque dijiste que habías hecho una supervisión al comienzo. Sí, exacto, exacto.
Está bien. Por ahí lo podemos tomar. Bueno, Paula, muchas gracias. Bueno, no, por favor. Gracias.