Gobiernos Radicales en Argentina (1916-1930)

Contexto Político

Período: Entre 1916 y 1930, Argentina tuvo tres gobiernos radicales, interrumpidos por un golpe de estado en 1930.
Ley Sáenz Peña: Aplicada en 1912, permitió elecciones más democráticas, afectando el control conservador del Estado.
Conflictos políticos: Entre grupos conservadores y el radicalismo liderado por Hipólito Yrigoyen.

Primer mandato: Asumió el 12 de octubre de 1916 con gran apoyo popular.
Elecciones de 1916: Ganadas por el radicalismo con aproximadamente el 46% de los votos.
Divisiones internas: Radicalismo dividido, conflictos en provincias, disidencias facciosas.
Relaciones internacionales: Mantuvo neutralidad durante la Primera Guerra Mundial, a pesar de presiones para alinearse con los Aliados.

Sucesor de Yrigoyen: Asumió en 1922, también miembro de la UCR.
Conflicto con Yrigoyen: Surgió la Unión Cívica Radical Antipersonalista en 1924.
Economía y políticas internas: Se centró en la industria y reformas laborales, como la creación de YPF y la Fábrica Nacional de Aviones.
Crisis económica: Inflación tras la Primera Guerra Mundial, recupero económico hasta la crisis de 1929.

Reelección en 1928: Triunfo contundente de Yrigoyen con casi 840,000 votos.
Crisis de 1929: Impacto de la caída de Wall Street en Argentina, con inflación y disminución del gasto estatal.
Conflictos políticos y sociales: Intervenciones en provincias, aumento de la violencia política.

Fecha: 6 de septiembre de 1930.
Liderazgo: General José Félix Uriburu, con el apoyo de sectores militares y civiles.
Causas: Crisis económica, descontento político, intentos de restaurar el orden institucional.
Consecuencias: Fin del ciclo democrático más duradero hasta 1983.

Debilidad democrática: A pesar de las elecciones, los partidos no se consolidaron como entidades orgánicas sólidas.
Conflictos entre radicales y conservadores: Enfatizaron el enfrentamiento tradicional entre causa radical y régimen conservador.
Impacto cultural y político: Aumento de participación política ciudadana, pero también relaciones clientelistas y desconfianza en la democracia.
Perspectivas: La acción golpista justificó su intervención como restauradora del orden constitucional, aunque paradójicamente, rompía con él.