Sean bienvenidos al primer vídeo de El Polígono de Willis. El día de hoy vamos a tratar las generalidades del sistema tegumentario. La palabra piel proviene del latín pelis o cutis, término utilizado para referirse específicamente a la piel humana.
El conocimiento de la piel tiene gran importancia para el médico general, pues no sólo es el órgano más accesible a la observación y a la exploración. sino que muchas enfermedades sistémicas dan manifestaciones en la piel, ya sean generales o localizadas. La piel proporciona protección del cuerpo frente a los efectos ambientales, sustancias nocivas, radiación ultravioleta y microorganismos invasores, contención de las estructuras corporales, regulación térmica mediante la evaporación del sudor, sensibilidad mediante los nervios superficiales y sus terminaciones sensitivas.
y síntesis y almacenamiento de la vitamina D. En sentido estricto, la piel está formada por dos capas, la epidermis y la dermis. Sin embargo, en sentido amplio debe incluirse la tela subcutánea por su íntima relación con la dermis y porque algunos anexos dérmicos ocupan también esta zona.
La epidermis es un epitelio plano poliestratificado y queratinizado. Se caracteriza porque las células más superficiales llenas de queratina, mueren continuamente y se descaman, al tiempo que para mantener el equilibrio de la estructura, las células más profundas, células madre basales, proliferan y se diferencian continuamente. La epidermis es un modelo completo de diferenciación celular, donde hay células madre que progresivamente se diferencian hasta morir.
Es una capa dinámica que se renueva continuamente. La zona germinativa consta de dos capas, la capa de células basales y el estrato espinoso. La capa de células basales contiene las células madre de la piel.
En ella hay continuas mitosis y células que se desprenden y diferencian hacia el estrato espinoso. El estrato espinoso está constituido por células espinosas, denominadas así por sus prolongaciones citoplásmicas, que semejan espinas, las cuales forman varias filas interdigitadas y unidas muy estrechamente por desmosomas. Gracias a este estrato, la piel tiene una gran coherencia mecánica.
En estas aún existen además los melanocitos, las células de Langerhans y las células de Merkel. Los melanocitos son células derivadas de la cresta neural, que sintetizan la melanina, un pigmento negro pardusco que es liberado a los queratinocitos circundantes. La cantidad de melanina es mayor en las razas negras que en las blancas, y su papel es proteger la piel de las radiaciones ultravioletas que son lesivas para la actividad mitótica de las células basales.
Células de Langerhans con numerosas prolongaciones reticuladas pueden aparecer en cualquier estrato de la piel, aunque asientan preferentemente en el estrato espinoso. Pertenecen al sistema inmunitario y constituyen una importante avanzadilla defensiva del organismo frente a agentes extraños. Son muy numerosas, aproximadamente el 2% de todas las células del epidermis.
Si bien son células de paso que migran desde la piel a los ganglios linfáticos, donde se transforman en células interdigitantes. Las células de Merkel son mecanorreceptores de adaptación lenta. que están asociados a terminaciones nerviosas. Se disponen en la capa basal. La zona de queratinización es la región donde las células espinosas experimentan transformaciones como consecuencia del depósito progresivo de queratina.
Consta de tres capas, granular, clara y córnea. La capa granular está constituida por cuatro o cinco capas de células granulosas. ricas en gránulos de queratoyalina, un precursor de la queratina.
La capa clara o estrato lúcido solo existe en las zonas de piel gruesa y es una delicada capa de tránsito entre la granular y la córnea. La capa córnea, por su parte, está formada por varios estratos de células planas, denominadas células córneas. carecen de núcleo y están llenas de haces de queratina.
Las más superficiales se descaman continuamente. La dermis está formada por tejido conjuntivo que se adhiere a la epidermis. Y se continúa con la tela subcutánea. Confiere a la piel resistencia, elasticidad y flexibilidad.
Consta de dos capas, una profunda o reticular y otra superficial o papilar. La capa reticular está formada por haces de colágeno y por fibras elásticas. Las fibras colágenas están en equilibrio funcional con las elásticas, de forma que las primeras soportan las tensiones y evitan los desgarros, y las segundas reordenan las redes de fibras colágenas sometidas, dotando a la piel de distensibilidad.
La capa papilar está constituida por protrusiones cónicas, las papilas dérmicas, que a modo de relieves levantan las capas profundas de la epidermis. Así, la dermis está bien interdigitada con la epidermis. Están formadas por tejido conjuntivo laxo, rico en capilares sanguíneos linfáticos, así como por fibras nerviosas y receptores sensitivos.
La dermis, además de las células propias del tejido conjuntivo, contiene macrófagos, linfocitos y mastocitos. Las glándulas sudoríparas producen el sudor y se encuentran en casi toda la superficie corporal, con excepción de los labios menores, el clítoris, el glande, la cara interna del prepucio y la zona roja de los labios. Son muy numerosas en la palma de la mano, en la planta del pie y en la frente.
Están más desarrolladas en la raza negra. La pared de la proporción excretora está formada por células glandulares que bombean iones y agua. Están rodeadas por una membrana basal.
Por dentro de la basal hay células mioepiteliales que ayudan a exprimir el sudor hacia el conducto. El sudor contribuye al equilibrio hídrico del cuerpo y a la termorregulación. También es una barrera de defensa frente a los microorganismos debido a su secreción ácida, con un pH de alrededor de 4.5, que inhibe el desarrollo de microorganismos en la piel. Las glándulas sebáceas están situadas en íntima relación con los folículos pilosos, en cuya fusión superior desembocan.
Producen una sustancia oleosa denominada sebo y son estimuladas por las hormonas sexuales, por lo que completan su desarrollo en la pubertad. Hay glándulas sebáceas por todo el cuerpo, excepto en los pies y en las palmas de las manos. El pelo es una estructura muy creatinizada que sobresale de la piel y está contenida y se diferencia en el interior de una invaginación epidérmica denominada folículo piloso.
Hay pelos en toda la superficie. corporal, excepto en las palmas de las manos y de los pies, las falanges distales, el rojo de los labios, el glande, la superficie profunda del prepucio, la cara interna de los labios mayores, los labios menores, el clítoris, el pezón y generalmente en la areola mamaria. El pelo surge en la superficie por las líneas de tensión o líneas de Langer que delimitan los campos romboidales o poligonales de la piel.
Los músculos erectores de los pelos son finos fascículos de fibras lisas que se originan en la capa papilar de la dermis y se dirigen oblicuamente al revestimiento fibroso del folículo piloso. Allí se insertan por debajo de la desembocadura de la glándula sebácea. Se sitúa en el lado hacia el que se inclina el folículo, razón por la cual su contracción endereza el pelo, al tiempo que en la zona de inserción dérmica la piel se deprime y retrae, provocando la denominada piel de gallina. Están inervados por el sistema simpático y se contraen por efecto del frío o del miedo.
La contracción de este músculo parece que contribuye a exprimir las clándulas sebáceas. Las arterias que van a la piel discurren por el tejido subcutáneo. En el tránsito con la dermis forman una red cutánea de la que parten arteriolas superficiales hacia la dermis y otras profundas hacia la grasa subcutánea. Las arteriolas dérmicas vuelven a formar bajo las papilas un plexo vascular. De este plexo salen vasos a las glándulas y a los folículos pilosos.
La epidermis por su parte carece de vasos sanguíneos. Las venas forman tres plexos, uno bajo la red subpapilar, otro en la capa reticular y el más grueso, el plexo venoso laminar profundo, en la unión entre la dermis y el tejido subcutáneo. La piel está ricamente inervada por las fibras nerviosas sensitivas y por fibras vegetativas que se ramifican profusamente por las capas de la dermis.
Las fibras sensitivas forman parte de los nervios cutáneos y son las prolongaciones periféricas de las neuronas sensitivas de los ganglios espinales o de algunos ganglios craneales. Estas fibras se originan en receptores cutáneos en forma de terminaciones nerviosas libres o en corpúsculos sensitivos específicos. Recogen la sensibilidad general de la piel, la presión, el tacto, el dolor y la temperatura. Las fibras vegetativas son simpáticas postganglionares.
Llegan a la piel con los nervios cutáneos o rodeando las arterias cutáneas. Inervan los vasos sanguíneos, las glándulas sudoríparas y los músculos erectores de los pelos. El tejido celular subcutáneo es una variedad de tejido conjuntivo laxo, muy rico en tejido adiposo, que sirve de unión entre la dermis y la fascia corporal profunda, al tiempo que facilita el desplazamiento de la piel. El tejido subcutáneo está atravesado por aces conjuntivos o retináculos de la piel que unen la dermis a la fascia.
La grasa subcutánea protege del frío y sirve de elemento amortiguador de presiones y golpes. También tiene una clara diferenciación sexual en cuanto a su disposición, pues en la mujer se deposita preferentemente en las nalgas y en las caderas, y en el varón en el abdomen.