Hola, ¿qué tal? Les saluda el profe de biología Bernie López. Hoy hablaré de un proceso de respiración celular en particular. Recuerde que los procesos respiratorios tienen como objetivo la obtención de energía.
La molécula de glucosa al respirarse en condiciones aeróbicas, hacen que los niveles de eficiencia en producción de energía sean altos. Sin embargo, al finalizar la glucólisis, que es un proceso anaeróbico, ésta puede tomar una ruta que no demanda del oxígeno, por lo que es poco eficiente en producción de energía. A este proceso se le llama la fermentación. Lo realizan muchos microorganismos que prosperan en condiciones anaeróbicas, como en el intestino y estómago de los animales, a cierta profundidad del suelo, en sedimentos de lagos, océanos, ciénagas, pantanos y en algunas condiciones de estrés, las células de los músculos de los mamíferos también lo realizan.
Existen tres tipos de fermentación, la láctica, la alcohólica y la acética. La fermentación láctica. Como toda fermentación, se inicia con un agrocólisis.
en donde la glucosa se descompone en dos piruvatos, originando dos ATP de ganancia neta y dos NAD. El proceso se continúa cuando los dos piruvatos interactúan con los dos NAD producidos, recogiendo dos electrones de alta energía de cada uno de ellos y quedando transformados en dos moléculas de lactato o ácido láctico. Por ejemplo, cuando se hace un ejercicio vigoroso y no se lleva suficiente oxígeno a las células de los músculos, estos no pueden continuar con el proceso de respiración aeróbica normal, por lo que para compensar la falta de energía que demandan las células musculares, recurren a la fermentación láctea.
Sin embargo, solo se pueden sostener por un corto periodo de tiempo, en esta condición que proporciona poca energía. El problema es que se acumula ácido láctico que provoca fatiga y un malestar intenso en los músculos produciendo lo que conocemos como el abratonamiento. lo que obliga a detener toda actividad muscular. Este ácido láctico, cuando regresa a la normalidad respiratoria, se recicla en procesos aeróbicos que tienen lugar en las células del hígado y en ocasiones dura varias horas. Otros microorganismos, entre ellos algunas bacterias como los lactobacilos, producen esta fermentación y son utilizados en la industria láctica para la elaboración de yogur, queso y natilla, entre otros.
La fermentación alcohólica, al igual que la láctica, Empieza con la glucólisis, pero aquí lo que se produce a partir del piruvato, que tiene tres carbonos, es el alcohol etílico, que tiene dos. El carbono que pierde el piruvato se transforma en una molécula de dióxido de carbono que es liberada. Entre los microorganismos que producen la fermentación alcohólica se encuentran las levaduras que originan la industria, como las del pan y los vinos espumosos. En esta última, las levaduras son embotelladas vivas y siguen fermentando, produciendo CO2 hasta que mueren.
Al destaparse el corcho de la botella, Este gas sale con sobrepresión, que es característico de este tipo de bebidas. En el pan, el CO2 desprendido hace que este se esponje y el alcohol generado se evapora por el calor del horneado. La fermentación acética. Este último tipo de fermentación es una continuación de la fermentación alcohólica, en donde el alcohol etílico es expuesto al oxígeno en presencia de la bacteria Micoderma aceti, que transforma el alcohol en ácido acético o vinagre.
De este producto se origina la industria de los vinagres. En general, las fermentaciones son de gran importancia ecológica, porque muchos microorganismos reciclan la materia orgánica a partir de este proceso, poniendo a la disposición de los organismos productores en los ecosistemas. También se obtienen algunos antibióticos y el petróleo, que es muy utilizado en la actualidad como combustible fósil.
Espero que esta información le haya sido útil para ampliar sus conocimientos sobre los procesos respiratorios. Si desea más información, puede ver otros videos sobre este tema por este mismo medio. Hasta pronto.