La lluvia de ideas es una técnica grupal que se utiliza para generar ideas originales. Fue creada en el año de 1941 por Alex Sussborn como un proceso interactivo de grupo y que producía más y mejores ideas que trabajando en forma individual. La lluvia de ideas. conocida también como brainstorming o tormenta de ideas, es una herramienta que nos sirve para aprovechar el capital intelectual de un equipo al generar una lista de ideas originales en un ambiente relajado sobre problemas o áreas de oportunidad. Se utiliza para involucrar a todos los que son parte del proceso, identificar problemas o áreas de oportunidad para aplicar acciones o proyectos de mejora para liberar la creatividad del equipo y así generar muchas ideas de mejora sobre un planteamiento específico.
Y luego de entre ellas seleccionar una o varias ideas que nos permitan determinar una estrategia de solución. Iniciaremos con la integración de un equipo de trabajo. Resulta más provechoso cuando se hace en grupos de entre 8 y 12 personas, compuesto por quienes intervienen en el proceso del producto o servicio, como son el personal operativo, los supervisores o jefes de servicio. líderes técnicos, etc. Para llevar a cabo la lluvia de ideas es importante que se encuentren en un espacio libre con un ambiente relajado.
Todo el proceso de lluvia de ideas debe ser facilitado por un moderador, procurando un ambiente agradable y confortable. Las tareas del moderador son. Respetar y hacer que se respeten las reglas.
Evitar que el grupo se desvíe en exceso del tema. Animar a la participación colectiva. Frenar a los dominantes. Estimular el flujo de ideas.
Ser lo más neutral posible. Se deberá imponer un tiempo límite a fin de que las ideas no se vicien o se dispersen más de la cuenta, aproximadamente 25 minutos, no pasar de 30 minutos. Recordar que más importante que el tiempo es el número de ideas que se obtengan. Al iniciar el proceso de la lluvia de ideas se recordarán las reglas básicas del proceso. No criticar las ideas cuando se emiten.
Se anotan todas las ideas. La evaluación se reserva para después. Expresar libremente las ideas.
Es muy importante la libertad de expresión. Las ideas alocadas o disparatadas son bien recibidas. En ocasiones las ideas prácticas a menudo nacen de otras que son impracticables o imposibles. Pensando fuera de lo común, pueden surgir soluciones nuevas y geniales. Algunas ideas alocadas se transforman en prácticas.
Recordemos que es más fácil perfeccionar una idea que emitir una nueva. La cantidad de ideas es importante. Hace falta concentrarse en generar un gran número de ideas que posteriormente se puedan revisar.
Cuanto más grande sea el número de ideas, más fácil es escoger entre ellas. Hay dos razones para desear una gran cantidad de ideas. Primero, parece que las ideas obvias habituales, gastadas, impracticables vienen primero a la mente, de forma que es probable que las primeras 20 o 25 ideas no sean frescas ni creativas.
Segundo, cuanto más larga sea la lista, más habrá que escoger, adaptar o combinar. En algunas sesiones, se fija el objetivo de conseguir un número determinado de ideas, del orden de 50 o 100, antes de acabar la reunión. Construir para mejorar a partir de las ideas de los demás. Se busca la combinación de las ideas y sus mejoras.
Además de contribuir con las propias ideas, los participantes pueden sugerir mejoras de las ideas de los demás o conseguir una idea mejor a partir de otras. Hacer una lista de ideas. Las ideas son registradas donde todos las vean. Toda idea será revisada para aclarar, hasta que se entienda. La sesión concluye con la evaluación de las ideas.
Deben ponerse de acuerdo qué tipo de técnica utilizará el equipo de trabajo. La de uso más frecuente es la no estructurada con flujo libre de ideas. La estructurada tiene como diferencia en que cada miembro del equipo presenta sus ideas en un formato ordenado, generalmente en círculo.
No hay problema si un miembro del equipo cede su turno cuando no tiene una idea en ese instante. La silenciosa es cuando los participantes registran sus ideas en forma escrita en una hoja, en silencio. Cada participante pone su hoja en la mesa y la cambia por otra, donde puede agregar ideas relacionadas o nuevas. o construir sobre ideas de otros el proceso dura aproximadamente 30 minutos evita conflictos o intimidaciones por parte de los dominantes una vez que se acordaron las reglas básicas del proceso de la lluvia de ideas debemos continuar con los siguientes pasos definir el problema o tema de interés elegir un moderador o secretario proponer ideas analizar las ideas Y finalmente sintetizar las ideas. Definir un problema o área de oportunidad a mejorar, por lo que se hará una descripción detallada del efecto.
Para la generación de ideas. Se dará uno o dos minutos para que los participantes piensen en el problema. Luego se solicitará, en secuencia, una idea a cada participante. En caso de que algún participante no tenga nada para contribuir, podrá hacerlo más adelante. Se pueden hacer varios turnos para que todos tengan oportunidad de participar.
Los participantes dan propuestas y el facilitador toma nota, usualmente en una pizarra o en un rotafolio para que todos las vean. Está absolutamente contraindicado criticar las ideas. No importa lo tontas, descabelladas o imposibles que parezcan, todas deben ser escritas en la pizarra. Se debe fomentar la risa, no la crítica.
Consejos útiles para su interpretación. Hacer una lista de las ideas que pueden ser criticadas, editadas por duplicación, y clasificadas de la más importante a la menos importante. Buscar soluciones creativas para problemas basados en las contribuciones hechas por todos los miembros del equipo. Una vez que el grupo ha generado suficientes propuestas u ideas y ha finalizado la tormenta de ideas, se revisan y evalúan las respuestas para, entre otras cosas, eliminar las respuestas parecidas o repetidas o definitivamente no válidas. Agrupar los conceptos y resumir las respuestas restantes para discutirlas como grupo.
Sintetizar las ideas. Se debe realizar un proceso de selección, unificación y pre-evaluación de todas las ideas, dejando como válidas aquellas que son viables para implementar acciones o proyectos de mejora. La lluvia de ideas o brainstorming, es una herramienta cualitativa.
como vemos en este cuadro, se relaciona con otras herramientas de calidad.