Estos tres minutos son para ti, así que por favor cierra tus ojos y trae la atención a tu cuerpo, ahí sentado, sentada, en donde estés. Relaja las piernas, relaja el pecho, el abdomen. Relaja tus brazos, deja que los hombros se alejen de las orejas. Relaja el cuello, la nuca y la garganta.
Y relaja tu rostro. Y trae la atención a tu respiración. Hazla todo el tiempo por la nariz. Siente los cuatro momentos de tu respiración. La inhalación, el primero.
Al terminar de inhalar y justo antes de exhalar, el segundo. Una suspensión del aliento. La exhalación, el tercero. Y el cuarto al terminar de exhalar y justo antes de volver a inhalar un vacío, un silencio en ti.
Y mantente respirando con esa atención en los cuatro momentos. Y ahora además, siente la temperatura en tus fosas nasales al inhalar, como éstas se enfrían, y percibela al exhalar, como éstas se tibian. Y ve permitiendo que esa inhalación llegue a todas las células de tu cuerpo. Y al exhalar permite que todo tu cuerpo se relaje, se libere y se suelte cada vez más. vas dejando que la tranquilidad se instale en ti para poder estar más atento, más atenta, con más energía ahora después de una pausa revitalizante Inhalas profundamente, llenando todo tu cuerpo desde la pelvis hacia arriba y al exhalar empiezas a abrir tus ojos.
Soy Sandra Benahim, compartiendo vida.