Hola a todos, en esta oportunidad vamos a abordar la noción de espacio. Cuando analizamos las actividades y sus modos de uso, vimos que todas se producen en un espacio y un tiempo, en coordenadas espaciotemporales. ¿Cómo prefiguramos los espacios?
¿Cómo los percibimos? ¿Cómo los diseñamos? Tengamos en cuenta que todas las disciplinas del diseño abordan y trabajan con el espacio pero lo hacen de diferentes maneras y con distintos significados Les propongo que veamos dos imágenes de dos películas para pensar en las distintas concepciones de espacio y tiempo que expresan.
La primera es una película alemana que se denomina Corre Lola Corre, donde la escenografía es la de un ámbito urbano. Es recurrente la escena de la protagonista corriendo en la ciudad. Se percibe el espacio como algo dinámico, en permanente transición. En este caso, habitar el espacio es transitarlo a velocidad.
La variable del tiempo es la de un tiempo comprimido, que se escapa, se disuelve. Esta segunda película es Primavera, Verano, Otoño, Invierno y otra vez Primavera, un film coreano. Cristiano expresa la concepción oriental del espacio y el tiempo, la fuerte presencia y la sensación de formar parte de la naturaleza y la percepción no lineal sino circular del tiempo.
Expresan dos modos de percibir y habitar el espacio y tiempo. ¿Cuáles son las reflexiones a partir de estas dos películas? Por un lado, que el espacio-tiempo es una categoría inseparable de la existencia humana.
Son constitutivos de la experiencia de los sujetos, como el lugar en el que se encuentra el ser humano. donde se producen los eventos, donde suceden las cosas. Toda acción práctica y vivencia intersubjetiva se desarrolla en un aquí y un ahora.
Por lo tanto, lo espacial y temporal están impregnados con los sentidos y significados de la cultura. Por lo tanto, son producciones socioculturales. No hay un sentido único y objetivo del tiempo y el espacio. Entonces, ¿qué es el espacio? Es un concepto polisémico, tiene muchos significados.
Puede ser el espacio del cosmos, el espacio digital, el espacio geográfico, aéreo, vectorial, urbano, etc. urbano, público, arquitectónico. Pero para el conocimiento proyectual, el espacio siempre se piensa como el lugar donde habitamos. Implica pensar en la habitabilidad del espacio, en cómo lo percibimos, percibimos y simbolizamos. Las prácticas proyectuales producen acciones, actúan y modifican el espacio físico y cultural. Pensamos en los espacios como los mediadores de los sujetos con sus prácticas.
Estas prácticas incluyen la apropiación de los espacios en la dimensión de uso, las percepciones y la construcción de significaciones, la producción de significaciones. sentido. En el espacio cultural se entrecruzan el espacio que se produce, el físico, el materializado, el espacio que se vive, el social, el que se habita y el espacio que se representa, que contiene la forma.
El espacio como producto social es un objeto complejo y polifacético. Es lo que materialmente la sociedad crea y recrea con una entidad física definida. Es una representación social en el que operan individuos, grupos sociales, instituciones.
Este espacio tiene una doble dimensión. Es a la vez material y representación mental, objeto físico y objeto simbólico. El espacio es material y como tal tiene un conjunto de características. En primer t érmino sus atributos naturales, cuya existencia y dinámica no responden a la sociedad, pero que se transforman en su propio.
sociales en la medida en que los incorpora su dinámica. En segundo término, las transformaciones culturales que intervienen y modifican el espacio natural. Sus atributos son la forma forma, el volumen, las dimensiones, la escala, los materiales de las envolventes, colores, límites, pero también la iluminación, la temperatura, los ruidos, la vinculación entre espacios y las visuales. Estas intervenciones culturales sobre la naturaleza pueden proponer integrarse con la misma, respetando sus dinámicas, formas, materiales y paisajes, o pueden avanzar cada vez más sobre los espacios. naturales produciendo lo que algunos llaman una segunda naturaleza y produciendo un deterioro en el equilibrio del ambiente y con ello en las formas de habitar como por ejemplo los espacios urbanos las megaciudades Vemos cómo en el diseño de espacios de uso, algunos de sus atributos pueden destacarse sobre otros, constituyéndose en las ideas proyectuales que los definen.
En esta obra del arquitecto Caveri, vemos cómo la forma de la construcción de los espacios de uso es la forma de la construcción de los espacios de uso. curvas y orgánicas, las distintas escalas en relación al usuario y la iluminación natural que sectoriza y genera distintos climas en la espacialidad proponen una forma de usarlo, pero también de percibirlo subjetivamente. También puede estar definido por las direccionalidades, la dinámica que proponen sus formas y la permeabilidad física y visual. En el caso del Museo Guggenheim de Rijks lo plantea como un gran espacio continuo. amplio y con iluminación que ingresa desde lo alto del edificio.
Este gran espacio está rodeado por una rampa helicoidal continua que se recorre sin la imposición de límites entre un nivel y otro. El espacio se percibe como amplio, continuo y dinámico. Otro atributo es la relación entre el espacio interior y exterior. En el pabellón de Barcelona, de Mies van der Rohe, otro arquitecto del movimiento moderno, se propone esta relación interior-exterior como permeable, a través de la transparencia de los planos envolventes y en los recorridos en una permanente transición interior-exterior. Los materiales de las envolventes también son configuradores del espacio.
En esta obra de Dieste, un ingeniero uruguayo, observamos cómo el uso del ladrillo con una tecnología particular permite superficies curvas, lleva al ladrillo a su máxima liviandad y de esta forma genera espacios rítmicos y con movimiento. Podemos decir entonces que la materialidad y los atributos físicos de los espacios, asociados con los modos de percibirlo, van a definir calidades espaciales, como por ejemplo, espacios estáticos, dinámicos, articulados, laberínticos, fragmentados, orgánicos. Pero por otro lado también va a definir modos de usarlo, modos de comportamiento.
Vimos los espacios desde la dimensión física material, la forma en que los percibimos y ahora podemos pensar en los espacios vividos o habitados, aquellos con los que nos identificamos, donde realizamos nuestra vida cotidiana. en los que queda anclado nuestro pasado y son fuentes de vocación. Quedan en ellos las marcas de las experiencias vividas. Se constituyen en lugares.
La idea de lugar como el particular soporte en el que se desarrollan las actividades. Se transforman en significantes y espacios de memoria. En este sentido, muchos espacios públicos de la ciudad se transforman en lugares de la memoria, en espacios simbólicos.
Los espacios públicos en general son aquellos que propician la identificación simbólica, la expresión y la integración cultural y tienen además una dimensión social y política. Los espacios al ser habitados participan en la estructuración de nuestras interacciones cotidianas, proponen una relación entre el cuerpo, el movimiento y las acciones, constituyen nuestra memoria individual y colectiva. y se transforman en lugares de sentido. El espacio, además de producirse y habitarse, puede ser representado. Es decir, que sustenta un conjunto de discursos y representaciones sociales que incidirán tanto en las formas materiales y simbólicas como en los procesos sociales y comportamientos que provoca.
La cartografía, los mapas, son una forma de representar el espacio en dos dimensiones y está ligada a una visión del mundo. En realidad es una convención. ¿Quién representó el mapa mundi de esta manera?
¿Debería estar al revés? Algunos plantean que esta forma de representación sustenta una visión eurocéntrica, una preponderancia de los países del norte en relación a los continentes del sur. Vemos en dos momentos históricos diferentes como dos visiones de la sociedad y del mundo se expresan en las formas de representar el espacio. En el Renacimiento, a partir de investigaciones geométricas que unen el arte y la cultura, la ciencia se desarrolla la técnica para representar en perspectiva.
Observamos que el punto de vista del pintor está en el centro de la escena, el hombre en el centro del pensamiento filosófico. Se desarrolla el humanismo. y la simetría que se observa expresan un orden y determinados cánones de belleza. En el momento en que la noción de espacio surge en el discurso teórico de la arquitectura, a partir de la teoría del arte y la psicología empírica, es precisamente cuando esta noción de espacio homogéneo, euclidiano y tridimensional es puesta en crisis por la teoría de la relatividad.
El presupuesto básico de la teoría de la relatividad es que la localización de la realidad localización de los sucesos físicos, tanto en el tiempo como en el espacio, son relativos al estado de movimiento del observador, que lo ligaba indisolublemente al tiempo y al movimiento. A comienzos del siglo XX, las vanguardias artísticas introdujeron la noción de espacio-tiempo en sus propuestas para un nuevo arte y una nueva sociedad. El espacio en el cine se construye primordialmente a través de la imagen.
pero todos los demás elementos del texto fílmico, ruidos, música, personajes, temporalidad, contribuyen a su creación y concreción. Como en toda narración, el espacio fílmico está mediatizado por una instancia narrativa, que en el relato verbal se denomina narrador y que en el relato fílmico se produce a través de ciertas características de la cámara, punto de vista, perspectivas, planos, montaje. El cine es un arte eminentemente temporal, tanto por la naturaleza misma del plano que implica una espacialización interna y una duración, como por la presencia de la narratividad que implica un determinado tiempo de proyección.
Son estos dos factores los que posibilitan precisamente el montaje cinematográfico, que no es otra cosa sino la ordenación temporal de la materia fílmica. La producción del espacio no es neutra. La distribución del espacio, la división social de los espacios de residencia, los imaginarios de centralidad periferia, norte-sur, dan cuenta que la concepción del espacio reproduce las condiciones sociales y económicas de las sociedades. Como puede observarse en esta imagen, que no es un fotomontaje, donde podemos ver la Villa La Cava de San Isidro lindante con un barrio cerrado, da cuenta de que la ciudad es un lugar de la vida. cuenta de que esta espacialidad está fragmentada como expresión de un tipo de sociedad desigual.
Por último, las nuevas tecnologías modifican la percepción del espacio y el tiempo. Manuel Castells habla del espacio de los flujos y espacio de los lugares, el espacio dual, que es global, local, próximo y virtual al mismo tiempo. El espacio virtual de internet se desterritorializa.
Se ha transformado la vida cotidiana a partir de la aceleración del tiempo y el movimiento en el espacio. Es en las comunidades que se ha convertido en un espacio de vida. comunidades actuales donde este autor fije el espacio de la vida social en la transitoriedad y no en el arraigo, en los flujos deslocalizados y no en los raíces conformadas a partir del anclaje en un territorio. De esta manera la tecnología ha logrado inyectarle velocidad no sólo a los transportes y las comunicaciones sino a la vida misma, a las percepciones, al pensamiento, a las motivaciones y a los deseos.