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Exploración y Reclamaciones de la Antártida

Lo llaman el "continente blanco" y es el más frío, seco y ventoso de la Tierra. Eso explica por qué La Antártida, o Antártica en Chile, es el único sin una población indígena. Y sin embargo, es uno de los lugares más anhelados del planeta. Siete países, entre ellos dos latinoamericanos, reivindican soberanía sobre partes de su territorio, del que oficialmente nadie es dueño. En este video te contamos cómo se rige la Antártida, quién reclama su soberanía y por qué despierta tanto interés. A diferencia del Ártico en el Polo Norte, que es principalmente un océano congelado, la Antártida es un continente rocoso cubierto de hielo. Pero este continente de más de 14 millones de kilómetros cuadrados no le pertenece a ningún país. Se rige por un tratado internacional firmado en 1959, el Tratado Antártico, en el que se estableció que la Antártida fuera una reserva científica internacional y se usara exclusivamente para fines pacíficos. Su firma hizo que en la práctica se congelaran todos los reclamos de soberanía existentes, aunque eso no implica una renuncia a esas demandas históricas. Y hay siete países que reclaman territorio propio en la Antártida: Chile, Argentina, Nueva Zelanda, Australia, Reino Unido Francia y Noruega. El primero en instalar una base permanente en la región y declarar su soberanía allí fue Argentina, en 1904. La Base Orcadas es de hecho la estación científica antártica más antigua todavía en funcionamiento. Argentina considera la región Antártida como parte de su provincia más austral, que se llama oficialmente Provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, que incluye a las Malvinas (o Falklands), Georgias del Sur y Sándwich del Sur. Pero es Reino Unido quien controla estas islas, que considera Territorios Británicos de Ultramar. Y por eso los británicos hicieron su propia reclamación de soberanía en 1908, demandando una región que abarca por completo el sector reclamado por Argentina, y un poco más. Por su parte Chile, sumó su propio reclamo de soberanía en 1940, también sobre la base de que era una extensión natural de su territorio. Su región más sureña se llama Región de Magallanes y de la Antártica Chilena y el territorio que reclama se superpone en partes con los demandados por Argentina y Reino Unido. Las otras demandas de soberanía se basan en las conquistas realizadas por exploradores antárticos. El reclamo de Noruega se basa en las exploraciones de Roald Amundsen, el primero que alcanzó el Polo Sur geográfico, en 1911. Y las demandas neozelandesa y australiana se basan en los territorios a los que llegó James Clark Ross, quien izó la bandera del Imperio británico aunque después esos territorios fueron puestos por la Corona Británica bajo la administración de Nueva Zelanda y Australia. Y por su parte Francia también reclama una pequeña porción de suelo antártico llamada Tierra Adelia, el nombre con el que el explorador Jules Dumont D'Urville homenajeó a su esposa cuando llegó a las costas antárticas en 1840. Pues bien, el Tratado Antártico fue firmado originalmente por estos siete países que reclaman soberanía, más otros cinco: Bélgica, Estados Unidos, Japón, Sudáfrica y Rusia. Se acordó en el contexto de la Guerra Fría, para evitar una escalada militar. Desde su entrada en vigor en 1961 otras 42 naciones se fueron sumando al Tratado. En total son 54 los países adheridos hoy en día, pero solo 29 de ellos, que son los que realizan actividades de investigación sustanciales, tienen poder de voto y pueden tomar decisiones sobre el presente y futuro de la Antártida. Hasta ahora todos los miembros acordaron seguir prohibiendo cualquier actividad que no sea científica. Pero ya ha habido denuncias de que algunos países le están dando a sus bases antárticas un doble uso: el de la investigación científica que es útil para fines militares. Y es que parece que una ventaja poco conocida de la Antártida tiene que ver con sus cielos, que son particularmente claros y libres de interferencias de radio. Y esto los hace ideales para la investigación del espacio profundo y el seguimiento satelital. Pero también para el establecimiento de redes de vigilancia y el control remoto de sistemas de armas de ataque. Pero esta no es la única característica que despierta el interés internacional. También lo que yace potencialmente bajo el hielo. Los expertos estiman que bajo el suelo antártico yacen las reservas de petróleo más grandes del mundo después de las de Venezuela y Arabia Saudita. Hoy no es viable explotar esos recursos, porque -además de que está expresamente prohibido- el costo de extracción sería demasiado alto. Pero según le dijo un analista a la BBC, "es imposible predecir en qué estado estará la economía mundial en 2048, cuando sea el momento de renovar el protocolo que prohíbe la prospección antártica". Además de petróleo y gas, el continente es rico en minerales y las aguas que lo rodean tienen grandes poblaciones de kril y peces. Pero hay otro recurso abundante que podría ser clave en el futuro: el agua dulce. Allí se concentra el 90% de todo el hielo del mundo, y esto supone el 70% de toda el agua dulce del planeta. Así que la Antártida tiene, de lejos, las mayores reservas de un recurso esencial escaso que algún día podría valer más que el oro.