Música Buen día compañeros y profesor soy Edgar Joan Landeros Dávila y les hablaré sobre las ciudades y el urbanismo en Egipto Antiguo. Comencemos. Para comenzar le explicaré qué es una ciudad.
Consideramos la ciudad como un núcleo de población cuya importancia no se mide tanto por su tamaño o su cantidad de población, sino sobre todo por el papel sociopolítico, económico y religioso que desempeña dentro de una determinada región y de un estado. En los periodos en los que existe una autoridad estatal centralizada y poderosa, la ciudad es el intermediario directo entre su área circundante, comprendiendo dentro de ella sus recursos y población y el gobierno central. Ahora les explicaré lo que es urbanismo. Por urbanismo entendemos el conjunto de elementos morfológicos internos que integran una ciudad. Estos incluyen tanto su planta original como el desarrollo de esta a lo largo del tiempo según las necesidades y vicisitudes de sus habitantes.
Son muchas las razones por las que las investigaciones arqueológicas en las antiguas ciudades egipcias han sido muy limitadas hasta fechas recientes. El interés de los primeros egiptólogos se centró sobre todo en las tumbas y en los templos, esto es, en los lugares donde era más probable encontrar textos e inscripciones, además de obras de arte y objetos preciosos. Los Combs Hotels Apenas atraían el interés o la atención, exceptuando sus templos, dado el esfuerzo físico y técnico que suponía su excavación y la pobreza de los objetos que se encontraban en ellos.
Además, dado que la arquitectura de la ciudad egipcia se realizaba esencialmente de adobo y barro, la mayoría de estos yacimientos estaban seriamente dañados tanto en su estratigrafía como en su extensión. La causa de tal deterioro es debido al uso incesante que desde antiguo y hasta fecha reciente los campesinos egipcios han hecho de esos lugares como lugar de extracción de sebat o sabac, a uno natural formado, entre otras causas, por la descomposición del adobe de las estructuras antiguas. En la actualidad, la excavación de asentamientos egipcios es una habitual a lo largo de todo el Valle del Nilo, e incluso en otros lugares como es el caso de los oasis. El estudio de estos yacimientos supone enfrentarse no solo al problema de la erosión antrópica provocado por la búsqueda del sebar.
En muchos casos, estos centros se encuentran cerca o debajo de asentamientos humanos o de cementerios actuales, imposibilitando o dificultando seriamente su excavación. En otras ocasiones, sus restos están seriamente amenazados por el continuo aumento de la superficie cultivada en el país. En Egipto, entre la más humilde de las alquerías y capital del país, existía una gran variedad de asentamientos humanos.
Para clasificarlos y teniendo en cuenta la definición anteriormente dada de ciudad, quizás el criterio más elemental sea el de considerar su origen, o mejor dicho, su desarrollo. De este modo, se puede diferenciar ya desde el origen de la historia egipcia entre la ciudad orgánica, cuyo origen y desarrollo son espontáneo, y la fundación estatal. Junto a estos dos tipos de centros hay que tratar aparte las capitales y las llamadas ciudades reales de los supuestos políticos.
La diferencia entre los centros orgánicos y las fundaciones estatales, a la luz de los conocimientos actuales, resulta en muchos casos difícil de precisar. El principal criterio para hacerlo es a través del origen de cada ciudad. aunque también hay que tener en cuenta otros aspectos como son el desarrollo histórico y las características urbanísticas de los asentamientos que permiten ver cómo las ciudades tuvieron orígenes y desarrollos diversos al comienzo de la historia egipcia durante los periodos pre y protodinástico se observa en diversas partes de Egipto la conversión de una serie de pueblos ...dispresos cercanos entre sí en auténticas ciudades. Manfred Bietak ha visto detrás de este cinecismo, que afectó sobre todo a los centros urbanos más importantes, la mano del Estado egipcio, el cual, según este autor, se había encargado de fomentar la creación de ciudades. Dado que este fenómeno parece extenderse a lo largo de varios siglos, Y visto que en algunos ejemplos, como es el caso de Hierakópolis, la muralla y el ordenamiento interno de la ciudad son más bien ejemplos de un urbanismo orgánico.
Parece más lógico considerar que las razones de este fenómeno fueron, como ya hemos advertido, muy variadas, pudiendo ser explicadas, por ejemplo, a través de causas naturales, motivos religiosos o factores económicos, más que a través de decisiones políticas. La misma variedad de causas puede establecerse para explicar el origen de otros centros urbanos menores. Un buen ejemplo se observa en los topónimos de Patrito Wilbur, uno de los documentos que mejor describen el paisaje agrícola egipcio.
Estos muy similares en su significado a los nombres de numerosas localidades egipcios modernas, incluyen términos tales como ventículo, casa, caserío, finca de un contentado, torre. Tales nombres nos indican que, con frecuencia, estos asentamientos, a veces de muy modestas dimensiones, surgían por poner solo algunas posibilidades, a partir de una casa, de una torre, de un silo o de las ruinas de una ciudad más antigua. Sea cierta o no la suposición de Vietac, lo cierto es que a lo largo de su historia, todas las ciudades egipcias que pudieron desarrollarse en un margen de tiempo suficientemente amplio, acabaron por convertirse en ciudades orgánicas. Las evidencias de la creación de ciudades o de núcleos de población por mandato real son muy numerosas. Su fundación estaba motivada por causas muy diferentes.
El estado creó haciendas a lo largo de toda la geografía egipcia con la finalidad de controlar a la población rural y de beneficiarse de sus recursos. Durante estos mismos periodos se crearon otro tipo de fundaciones estatales, las llamadas ciudades de las pirámides. Su fin era asegurar la presencia en los complejos funerarios reales de un grupo humano que mantuviera, beneficiándose simultáneamente de él, el culto del rey difunto y su pirámide. Durante el reino antiguo, la mayoría de estas fundaciones de pequeñas dimensiones son un buen ejemplo de la adaptación práctica de la mente egipcia a los problemas planteados por el transcurrido del tiempo y la falta de espacio.
De este modo, su planimetría es irregular y caprichosa, siendo ejemplos típicos de urbanismo orgánico. Aunque hay algunos precedentes durante este periodo, como en el caso del asentamiento ligado a la tumba de la reina Ketsukawes en Giza. Es en el Reino Medio cuando estas fundaciones estatales expresan, a través de su planta ortogonal y ordenada, su nacimiento a partir de la orden y del control de la administración central.
La capital y las ciudades reales En el Egipto Antiguo no existió ningún término para designar la idea de capital, pese a ello resulta evidente que en el país, según el momento histórico, siempre existió una ciudad que, por su posición estratégica, por el vínculo con la dinastía gobernante, o por este hecho combinado con su influencia religiosa, se convirtió en el centro político y administrativo del país. No obstante, la idea que podían tener los egipcios de una capital debió de ser muy diferente a la que tenemos nosotros. En todos los periodos en los que el poder central estaba firmemente establecido, el monarca probablemente poseyó numerosos palacios, que no solo incluían una residencia sino también una zona destinada a la administración.
A lo largo de todo Egipto, incluso fuera de él. La ciudad, en su origen, parece haber estado cerca de Saquara Norte, si bien a lo largo del tiempo parece haber ido extendiéndose hacia el sur, lugar donde se encuentra el templo de la divina local más importante. No resulta fácil explicar el progresivo movimiento de la ciudad, Así no se sabe si este traslado fue lento o se realizó a través de una serie de cambios bruscos motivados en parte por causas naturales y por decisiones humanas como pudo ser la construcción de complejos palaciegos cercanos.
Dada las características del estado egipcio, prácticamente apeñado en torno a las orillas del Nilo, y del valle en el que está establecido, la distribución urbana en Egipto debió ser relativamente sencilla dada la forma alargada prácticamente lineal del país los estudios de arqueología espacial realizados a medias a través del análisis de la documentación arqueológica y textual faraónica y de los datos demográficos y urbanos modernos y con porteráneo permiten hacerse una idea general Este hecho supone que todavía se tenga una visión muy parcial y por tanto generalista de la disposición y ordenamiento espacial de los diferentes centros urbanos y de su evolución a lo largo del tiempo. Aunque resulta imposible realizar una tipología de los diferentes tipos de poblaciones egipcias, es posible hacerse una idea de las diferentes clases de asentamientos en el valle. Kemp ha demostrado que las ciudades egipcias mostraron unas dimensiones tan variadas como la de los centros urbanos de la antigua Mesopotamia.
En esta misma línea, Wendt ha observado al menos cinco grandes tipos de localidades. El primero que sería la capital, es decir, Memphis. El segundo, ciudades grandes y amodalladas.
El tercero, fuertes y puestos de comercio. Y el cuarto, ciudades de las pirámides. Y el quinto, pequeñas ciudades y pueblos de provincias.
La vida en la ciudad egipcia. ¿Cómo era la vida en la ciudad? Los textos egipcios realizados por la élite, estrechamente asociados a la vida hermana, no parecen haber criticado nunca las condiciones de vida en la ciudad.
Las ciudades estaban formadas por amplias calles y la población tenía a su disposición una gran cantidad de espacio. Así la mayoría de sus casas estaban formadas por fincas rodeadas por muros, cuyo interior albergaba la vivienda, los almacenes y también algunas albercas y pozos. En la mayoría de los casos conocidos, sin embargo, las ciudades parecen haber tenido aseamiento, pudiendo haber existido casas de varios pisos, tal y como parece sugerir un modelo de vivienda realizado en Cali.
Las calles, en muchos casos, eran tortuosas y estrechas, seguramente muy sucias, dada la estrecha convivencia en ellas de seres humanos, animales domésticos y otras especies parásitas que vivían a costa de ambas. Las casas, generalmente pequeñas, probablemente albergaron a familias numerosas que debieron de adaptar y aprovechar al máximo el espacio reducido con el que contaban. En algunos casos hay constancia de la pervivencia de un mismo edificio a lo largo de varios siglos. ocurre en abidos, donde ciertas casas perduraron con las inevitables reformas en su interior y exterior a lo largo de unos dos siglos. En cuanto a la población que vivía en la ciudad, no se tenía un número concreto.
Para una ciudad como El Armana, la mejor conocida de las capitales reales, se han calculado unos 45.000 o 50.000 habitantes. Cifra que probablemente también puede aplicarse a Tebas y a la Memphis del Reino Antiguo. Esta cifra sería muy reducida en el caso de las capitales provinciales que probablemente no albergaban más que a unos pocos millares de personas. Urbanismo en Egipto A lo largo de la historia de Egipto hay suficientes ejemplos para ver cómo dos fuerzas distintas, una ordenada casi hipodámica y otra orgánica, convivieron estrechamente en el modelado de la planta de las ciudades.
Estas dos formas de clasificación del desarrollo humano de los centros de población egipcios vienen a coincidir respectivamente, aunque nunca sea de forma absoluta, con la división ya citada entre fundaciones estatales y ciudades orgánicas. Las fundaciones estatales fueron construidas como centros urbanos de planta ortogonal o hipodámica. Generalmente, las casas de un barrio eran idénticas en planta, unas a otras correspondiéndose con un grupo concreto dentro de la escala social egipcia.
En todos estos centros fundados, ex nuevo casi siempre se observa una evolución organicista, a partir del plano ortogonal original. Si bien su intensidad varía dependiendo de numerosas circunstancias, las sucesivas transformaciones del centro, realizadas a través de la ampliación del recinto exterior, dejando libertad de construcción al interior, muestran un criterio de relativa flexibilidad en la construcción del interior de casas. En el caso de las ciudades, abiertas, esto es, sin murallas, los elementos reguladores, sobre todo si se trata de centros carentes de templos o palacios, son inexistentes.
Este centro muestra un ordenamiento bastante libre de los edificios dentro de un esquema ordenado gracias a la vía principal que atravesaba la ciudad de norte a sur. Hemos llegado al final, es todo de mi parte, muy buen día, muchas gracias por ver.